Salmos 131-140


 
Salmos 131
 
  1   «Cántico gradual: de David» Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron; ni anduve en grandezas, ni en cosas demasiado sublimes para mí.
  2   En verdad que me he comportado y he acallado mi alma, como un niño destetado de su madre; como un niño destetado está mi alma.
  3   Espera, oh Israel, en Jehová desde ahora y para siempre.

 
Salmos 132
 
  1   «Cántico gradual» Acuérdate, oh Jehová, de David, y de toda su aflicción;
  2   que juró él a Jehová, prometió al Fuerte de Jacob:
  3   No entraré en la morada de mi casa, ni subiré sobre el lecho de mi estrado;
  4   no daré sueño a mis ojos, ni a mis párpados adormecimiento,
  5   hasta que halle un lugar para Jehová, una morada para el Fuerte de Jacob.
  6   He aquí, en Efrata oímos de ella; la hallamos en los campos del bosque.
  7   Entraremos en sus tabernáculos; adoraremos ante el estrado de sus pies.
  8   Levántate, oh Jehová, entra al lugar de tu reposo; tú y el arca de tu fortaleza.
  9   Tus sacerdotes se vistan de justicia, y tus santos se regocijen.
  10   Por amor de David tu siervo no vuelvas de tu ungido el rostro.
  11   En verdad juró Jehová a David, no se retractará de ello: Del fruto de tus lomos pondré sobre tu trono.
  12   Si tus hijos guardaren mi pacto, y mi testimonio que yo les enseñaré, sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre.
  13   Porque Jehová ha elegido a Sión; la deseó por habitación para sí.
  14   Éste es mi lugar de reposo para siempre: Aquí habitaré, porque la he deseado.
  15   Bendeciré en gran manera su provisión; a sus pobres saciaré de pan.
  16   Asimismo vestiré de salvación a sus sacerdotes, y sus santos darán voces de júbilo.
  17   Allí haré reverdecer el cuerno de David; he preparado lámpara a mi ungido.
  18   A sus enemigos vestiré de confusión; mas sobre él florecerá su corona.

 
Salmos 133
 
  1   «Cántico gradual: de David» ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!
  2   Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y que baja hasta el borde de sus vestiduras;
  3   como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sión; porque allí envía Jehová bendición, y vida eterna.

 
Salmos 134
 
  1   «Cántico gradual» Mirad, bendecid a Jehová, vosotros todos los siervos de Jehová, los que en la casa de Jehová estáis por las noches.
  2   Alzad vuestras manos en el santuario, y bendecid a Jehová.
  3   Jehová, que hizo los cielos y la tierra, te bendiga desde Sión.

 
Salmos 135
 
  1   «Aleluya» Alabad el nombre de Jehová; alabadle, siervos de Jehová;
  2   los que estáis en la casa de Jehová, en los atrios de la casa de nuestro Dios.
  3   Alabad a Jehová, porque Jehová es bueno; cantad salmos a su nombre, porque es agradable.
  4   Porque Jehová ha escogido a Jacob para sí, a Israel como su especial tesoro.
  5   Porque yo sé que Jehová es grande, y el Señor nuestro, mayor que todos los dioses.
  6   Todo lo que Jehová quiso, ha hecho, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos.
  7   Él hace subir las nubes de los extremos de la tierra; hace los relámpagos para la lluvia; saca los vientos de sus depósitos.
  8   Él es el que hirió los primogénitos de Egipto, desde el hombre hasta la bestia.
  9   Envió señales y prodigios en medio de ti, oh Egipto, sobre Faraón, y sobre todos sus siervos.
  10   El que hirió muchas gentes, y mató reyes poderosos;
  11   a Sehón rey de los amorreos, y a Og rey de Basán, y a todos los reinos de Canaán.
  12   Y dio la tierra de ellos en heredad, en heredad a Israel su pueblo.
  13   Oh Jehová, eterno es tu nombre; tu memoria, oh Jehová, por todas las generaciones.
  14   Porque Jehová juzgará a su pueblo, y se arrepentirá en cuanto a sus siervos.
  15   Los ídolos de las gentes son plata y oro, obra de manos de hombres;
  16   tienen boca, mas no hablan; tienen ojos, mas no ven;
  17   tienen orejas, mas no oyen; tampoco hay aliento en sus bocas.
  18   Como ellos son los que los hacen, y todos los que en ellos confían.
  19   Casa de Israel, bendecid a Jehová; casa de Aarón, bendecid a Jehová.
  20   Casa de Leví, bendecid a Jehová: los que teméis a Jehová, bendecid a Jehová:
  21   Bendito sea Jehová desde Sión, que mora en Jerusalén. Aleluya.

 
Salmos 136
 
  1   Alabad a Jehová, porque Él es bueno; porque para siempre es su misericordia.
  2   Alabad al Dios de los dioses, porque para siempre es su misericordia.
  3   Alabad al Señor de los señores, porque para siempre es su misericordia.
  4   Al único que hace grandes maravillas, porque para siempre es su misericordia.
  5   Al que hizo los cielos con sabiduría, porque para siempre es su misericordia.
  6   Al que extendió la tierra sobre las aguas, porque para siempre es su misericordia;
  7   al que hizo las grandes luminarias, porque para siempre es su misericordia;
  8   el sol para que señorease en el día, porque para siempre es su misericordia;
  9   la luna y las estrellas para que señoreasen en la noche, porque para siempre es su misericordia.
  10   Al que hirió a Egipto en sus primogénitos, porque para siempre es su misericordia.
  11   Al que sacó a Israel de en medio de ellos, porque para siempre es su misericordia;
  12   con mano fuerte, y brazo extendido, porque para siempre es su misericordia.
  13   Al que dividió el Mar Rojo en partes, porque para siempre es su misericordia;
  14   e hizo pasar a Israel por medio de él, porque para siempre es su misericordia;
  15   y arrojó a Faraón y a su ejército en el Mar Rojo, porque para siempre es su misericordia.
  16   Al que pastoreó a su pueblo por el desierto, porque para siempre es su misericordia.
  17   Al que hirió grandes reyes, porque para siempre es su misericordia;
  18   y mató a reyes poderosos, porque para siempre es su misericordia;
  19   a Sehón rey amorreo, porque para siempre es su misericordia,
  20   y a Og rey de Basán, porque para siempre es su misericordia;
  21   y dio la tierra de ellos en heredad, porque para siempre es su misericordia;
  22   en heredad a Israel su siervo, porque para siempre es su misericordia.
  23   Él es el que en nuestro abatimiento se acordó de nosotros, porque para siempre es su misericordia;
  24   y nos rescató de nuestros enemigos, porque para siempre es su misericordia.
  25   Él da mantenimiento a toda carne, porque para siempre es su misericordia.
  26   Alabad al Dios de los cielos; porque para siempre es su misericordia.

 
Salmos 137
 
  1   Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos, y aun llorábamos, acordándonos de Sión.
  2   Sobre los sauces en medio de ella colgamos nuestras arpas.
  3   Y los que allí nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos, y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo: Cantadnos alguno de los cánticos de Sión.
  4   ¿Cómo cantaremos canción de Jehová en tierra de extraños?
  5   Si me olvidare de ti, oh Jerusalén, mi diestra olvide su destreza,
  6   mi lengua se pegue a mi paladar, si de ti no me acordare; si no enalteciere a Jerusalén como preferente asunto de mi alegría.
  7   Acuérdate, oh Jehová, contra los hijos de Edom en el día de Jerusalén; los cuales decían: Arrasadla, arrasadla hasta los cimientos.
  8   Hija de Babilonia, serás destruida, bienaventurado el que te diere el pago de lo que tú nos hiciste.
  9   Bienaventurado el que tomare y estrellare tus niños contra las piedras.

 
Salmos 138
 
  1   «Salmo de David» Te alabaré con todo mi corazón; delante de los dioses te cantaré salmos.
  2   Me postraré hacia tu santo templo, y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu verdad; porque has magnificado tu palabra por sobre todo tu nombre.
  3   En el día que clamé, me respondiste; me fortaleciste con fortaleza en mi alma.
  4   Te alabarán, oh Jehová, todos los reyes de la tierra, cuando escuchen los dichos de tu boca.
  5   Y cantarán de los caminos de Jehová; Porque la gloria de Jehová es grande.
  6   Aunque Jehová es excelso, atiende al humilde; mas al altivo mira de lejos.
  7   Aunque yo anduviere en medio de la angustia, tú me vivificarás: Contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano, y me salvará tu diestra.
  8   Jehová cumplirá su propósito en mí. Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; no desampares la obra de tus manos.

 
Salmos 139
 
  1   «Al Músico principal: Salmo de David» Oh Jehová, tú me has examinado y conocido.
  2   Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme, has entendido desde lejos mis pensamientos.
  3   Mi andar y mi acostarme has rodeado, y todos mis caminos te son conocidos.
  4   Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.
  5   Detrás y delante me guarneciste, y sobre mí pusiste tu mano.
  6   Tal conocimiento es muy maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender.
  7   ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?
  8   Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el infierno hiciere mi lecho, he aquí allí tú estás.
  9   Si tomare las alas del alba, y habitare en el extremo del mar,
  10   aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra.
  11   Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí.
  12   Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día: lo mismo te son las tinieblas que la luz.
  13   Porque tú formaste mis riñones; me cubriste en el vientre de mi madre.
  14   Te alabaré, porque formidable y maravillosamente me formaste; maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien.
  15   No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra.
  16   Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.
  17   ¡Qué preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!
  18   Si los contara, serían más numerosos que la arena; despierto, y aún estoy contigo.
  19   De cierto, oh Dios, matarás al impío; apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios.
  20   Porque blasfemias dicen ellos contra ti; tus enemigos toman en vano tu nombre.
  21   ¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen, y me enardezco contra tus enemigos?
  22   Los aborrezco con profundo odio; los tengo por enemigos.
  23   Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos:
  24   Y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno.

 
Salmos 140
 
  1   «Al Músico principal: Salmo de David» Líbrame, oh Jehová, del hombre malo; guárdame de hombres violentos;
  2   los cuales maquinan males en su corazón, cada día urden contiendas.
  3   Aguzaron su lengua como la serpiente; veneno de áspid hay debajo de sus labios. ( Selah )
  4   Guárdame, oh Jehová, de manos del impío, presérvame de los hombres violentos; que han pensado trastornar mis pasos.
  5   Me han escondido lazo y cuerdas los soberbios; han tendido red junto a la senda; me han puesto lazos. ( Selah )
  6   He dicho a Jehová: Dios mío eres tú; escucha, oh Jehová, la voz de mis ruegos.
  7   Jehová Señor, la fortaleza de mi salvación, tú pusiste a cubierto mi cabeza en el día de la batalla.
  8   No des, oh Jehová, al impío sus deseos; no saques adelante su pensamiento, no sea que se ensoberbezca. ( Selah )
  9   En cuanto a los que por todas partes me rodean, la maldad de sus propios labios cubrirá su cabeza.
  10   Caigan sobre ellos carbones encendidos; sean arrojados en el fuego, en abismos profundos de donde no puedan salir.
  11   El hombre deslenguado no será firme en la tierra; el mal cazará al hombre injusto para derribarle.
  12   Yo sé que Jehová amparará la causa del afligido, y el derecho de los menesterosos.
  13   Ciertamente los justos alabarán tu nombre; los rectos morarán en tu presencia.

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