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2 Samuel 13 |
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1 |
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Aconteció después de esto, que teniendo
Absalón hijo de David una hermana hermosa que se llamaba Tamar, Amnón
hijo de David se enamoró de ella. |
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2 |
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Y estaba Amnón angustiado hasta
enfermarse, por Tamar su hermana; porque por ser ella virgen, le parecía
a Amnón difícil hacerle alguna cosa. |
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3 |
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Y Amnón tenía un amigo que se llamaba
Jonadab, hijo de Simea, hermano de David; y era Jonadab hombre muy
astuto. |
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4 |
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Y éste le dijo: Hijo del rey, ¿por qué
de día en día vas enflaqueciendo así? ¿No me lo descubrirás a mí? Y
Amnón le respondió: Yo amo a Tamar la hermana de Absalón mi hermano. |
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5 |
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Y Jonadab le dijo: Acuéstate en tu cama,
y finge que estás enfermo; y cuando tu padre viniere a visitarte, dile:
Te ruego que venga mi hermana Tamar, para que me dé de comer, y prepare
delante de mí alguna vianda, para que al verla yo la coma de su mano. |
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6 |
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Se acostó, pues, Amnón, y fingió que
estaba enfermo, y vino el rey a visitarle. Y dijo Amnón al rey: Yo te
ruego que venga mi hermana Tamar, y haga delante de mí dos hojuelas,
para que coma yo de su mano. |
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7 |
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Y David envió a Tamar a su casa,
diciendo: Ve ahora a casa de Amnón tu hermano, y hazle de comer. |
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8 |
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Y fue Tamar a casa de su hermano Amnón,
el cual estaba acostado; y tomó harina, y amasó e hizo hojuelas delante
de él, y las coció. |
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9 |
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Tomó luego la sartén, y las sacó delante
de él; mas él no quiso comer. Y dijo Amnón: Echad fuera de aquí a todos.
Y todos salieron de allí. |
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10 |
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Entonces Amnón dijo a Tamar: Trae la
comida a la alcoba, para que yo coma de tu mano. Y tomando Tamar las
hojuelas que había preparado, las llevó a su hermano Amnón a la alcoba. |
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11 |
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Y cuando ella se las puso delante para
que comiese, él asió de ella, diciéndole: Ven, hermana mía, acuéstate
conmigo. |
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12 |
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Ella entonces le respondió: No, hermano
mío, no me fuerces; porque no se debe hacer esto en Israel. No hagas tal
vileza. |
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13 |
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Porque, ¿adónde iría yo con mi deshonra?
Y aun tú serías estimado como uno de los perversos en Israel. Te ruego,
pues, ahora que hables al rey, que no me negará a ti. |
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14 |
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Mas él no la quiso oír, sino que
pudiendo más que ella la forzó, y se acostó con ella. |
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15 |
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Luego la aborreció Amnón con tan gran
aborrecimiento, que el odio con que la aborreció fue mayor que el amor
con que la había amado. Y le dijo Amnón: Levántate y vete. |
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16 |
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Y ella le respondió: No hay razón; mayor
mal es éste de echarme fuera, que el que me has hecho. Mas él no la
quiso oír. |
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17 |
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Entonces llamando a su criado que le
servía, le dijo: Échame a ésta fuera de aquí, y cierra la puerta tras
ella. |
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18 |
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Y llevaba ella sobre sí un vestido de
diversos colores, traje que vestían las hijas vírgenes de los reyes.
Entonces su criado la echó fuera, y puso el cerrojo a la puerta tras
ella. |
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19 |
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Entonces Tamar tomó ceniza, y la
esparció sobre su cabeza, y rasgó su vestido de colores que llevaba
puesto, y puesta su mano sobre su cabeza, se fue gritando. |
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20 |
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Y le dijo su hermano Absalón: ¿Ha estado
contigo tu hermano Amnón? Pues calla ahora, hermana mía; tu hermano es;
no te angusties por esto. Y se quedó Tamar desconsolada en casa de
Absalón su hermano. |
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21 |
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Y luego que el rey David oyó todo esto,
se enojó mucho. |
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22 |
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Mas Absalón no habló con Amnón ni malo
ni bueno, bien que Absalón aborrecía a Amnón, porque había forzado a
Tamar su hermana. |
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23 |
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Y aconteció pasados dos años, que
Absalón tenía esquiladores en Baal-hazor, que está junto a Efraín; y
convidó Absalón a todos los hijos del rey. |
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24 |
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Y vino Absalón al rey, y le dijo: He
aquí, tu siervo tiene ahora esquiladores; yo ruego que venga el rey y
sus siervos con tu siervo. |
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25 |
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Y respondió el rey a Absalón: No, hijo
mío, no vamos todos, para que no te seamos carga. Y aunque porfió con él,
no quiso ir, mas lo bendijo. |
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26 |
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Entonces dijo Absalón: Si no, te ruego
que venga con nosotros Amnón mi hermano. Y el rey le respondió: ¿Para
qué ha de ir contigo? |
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27 |
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Pero como Absalón le importunaba, dejó
ir con él a Amnón y a todos los hijos del rey. |
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28 |
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Y Absalón había dado orden a sus criados,
diciendo: Mirad; cuando el corazón de Amnón esté alegre por el vino, y
cuando yo os diga: Herid a Amnón, entonces matadle, no temáis; ¿No os lo
he mandado yo? Esforzaos, pues, y sed valientes. |
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29 |
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Y los criados de Absalón hicieron con
Amnón como Absalón había mandado. Luego se levantaron todos los hijos
del rey, y subieron cada uno en su mulo, y huyeron. |
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30 |
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Y estando ellos aún en el camino, llegó
a David el rumor que decía: Absalón ha dado muerte a todos los hijos del
rey, y ninguno de ellos ha quedado. |
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31 |
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Entonces levantándose David, rasgó sus
vestiduras, y se echó en tierra, y todos sus criados estaban a su lado
con sus vestiduras rasgadas. |
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32 |
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Y Jonadab, hijo de Simea hermano de
David, habló y dijo: No piense mi señor que han dado muerte a todos los
jóvenes hijos del rey, que sólo Amnón ha sido muerto; porque por mandato
de Absalón esto había sido determinado desde el día que Amnón forzó a
Tamar su hermana. |
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33 |
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Por tanto, ahora no ponga mi señor el
rey en su corazón esa voz que dice: Todos los hijos del rey han sido
muertos; porque sólo Amnón ha sido muerto. |
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34 |
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Pero Absalón huyó. Entre tanto, alzando
sus ojos el joven que estaba de atalaya, miró, y he aquí mucho pueblo
que venía por el camino a sus espaldas, del lado de la montaña. |
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35 |
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Y dijo Jonadab al rey: He allí los hijos
del rey que vienen; es así como tu siervo ha dicho. |
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36 |
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Y como él acabó de hablar, he aquí los
hijos del rey que vinieron, y alzando su voz lloraron. Y también el
mismo rey y todos sus siervos lloraron con muy grandes lamentos. |
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37 |
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Mas Absalón huyó, y se fue a Talmai hijo
de Amiud, rey de Gesur. Y David lloraba por su hijo todos los días. |
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38 |
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Y después que Absalón huyó y se fue a
Gesur, estuvo allá tres años. |
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39 |
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Y el rey David deseaba ver a Absalón:
porque ya estaba consolado acerca de Amnón que había muerto. |
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2 Samuel 14 |
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1 |
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Y conociendo Joab hijo de Sarvia, que el
corazón del rey se inclinaba por Absalón, |
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2 |
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envió Joab a Tecoa, y tomó de allá una
mujer astuta, y le dijo: Yo te ruego que finjas tener duelo, y te vistas
de ropas de luto, y no te unjas con óleo, antes sé como una mujer que
por mucho tiempo ha estado de duelo por algún muerto; |
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3 |
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y entra al rey, y habla con él de esta
manera. Y puso Joab las palabras en su boca. |
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4 |
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Entró, pues, aquella mujer de Tecoa al
rey, y postrándose en tierra sobre su rostro hizo reverencia, y dijo: Oh
rey, salva. |
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5 |
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Y el rey dijo: ¿Qué tienes? Y ella
respondió: Yo a la verdad soy una mujer viuda y mi marido ha muerto. |
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6 |
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Y tu sierva tenía dos hijos y los dos
riñeron en el campo; y no habiendo quien los separase, hirió el uno al
otro, y lo mató. |
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7 |
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Y he aquí toda la familia se ha
levantado contra tu sierva, diciendo: Entrega al que mató a su hermano,
para que le hagamos morir por la vida de su hermano a quien él mató, y
quitemos también el heredero. Así apagarán el ascua que me ha quedado,
no dejando a mi marido nombre ni remanente sobre la tierra. |
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8 |
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Entonces el rey dijo a la mujer: Vete a
tu casa, y yo daré orden acerca de ti. |
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9 |
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Y la mujer de Tecoa dijo al rey: Rey
señor mío, la maldad sea sobre mí y sobre la casa de mi padre; mas el
rey y su trono sean sin culpa. |
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10 |
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Y el rey dijo: Al que hablare contra ti,
tráelo a mí, que no te tocará más. |
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11 |
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Dijo ella entonces: Te ruego, oh rey,
que te acuerdes de Jehová tu Dios, que no dejes a los cercanos de la
sangre aumentar el daño con destruir a mi hijo. Y él respondió: Vive
Jehová, que no caerá ni un cabello de la cabeza de tu hijo en tierra. |
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12 |
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Y la mujer dijo: Te ruego que hable tu
sierva una palabra a mi señor el rey. Y él dijo: Habla. |
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13 |
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Entonces la mujer dijo: ¿Por qué, pues,
has pensado tú cosa semejante contra el pueblo de Dios? porque al hablar
el rey esta palabra se hace culpable él mismo, ya que el rey no hace
volver a su fugitivo. |
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14 |
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Porque de cierto morimos, y somos como
aguas derramadas en la tierra, que no pueden volver a recogerse; y Dios
no hace acepción de personas, sino que provee los medios para que su
desterrado no quede alejado de Él. |
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15 |
|
Y el que yo haya venido ahora para decir
esto al rey mi señor, se debe a que el pueblo me atemorizó. Mas tu
sierva dijo: Hablaré ahora al rey; quizá él hará lo que su sierva diga. |
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16 |
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Pues el rey oirá, para librar a su
sierva de la mano del hombre que me quiere destruir a mí, y a mi hijo
juntamente, de la heredad de Dios. |
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17 |
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Tu sierva, pues, dice: Que la palabra de
mi señor el rey sea para consuelo; pues que mi señor el rey es como un
ángel de Dios para escuchar lo bueno y lo malo. Así Jehová tu Dios sea
contigo. |
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18 |
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Entonces él respondió, y dijo a la mujer:
Yo te ruego que no me encubras nada de lo que yo te preguntare. Y la
mujer dijo: Hable mi señor el rey. |
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19 |
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Y el rey dijo: ¿No está contigo la mano
de Joab en todas estas cosas? Y la mujer respondió y dijo: Vive tu alma,
rey señor mío, que no hay que apartarse a derecha ni a izquierda de todo
lo que mi señor el rey ha hablado; porque tu siervo Joab, él me mandó, y
él puso en boca de tu sierva todas estas palabras. |
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20 |
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Para mudar el aspecto de las cosas, Joab
tu siervo ha hecho esto; mas mi señor es sabio, conforme a la sabiduría
de un ángel de Dios, para conocer todo lo que hay en la tierra. |
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21 |
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Entonces el rey dijo a Joab: He aquí yo
hago esto: ve, y haz volver al joven Absalón. |
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22 |
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Y Joab se postró en tierra sobre su
rostro, e hizo reverencia, y después que bendijo al rey, dijo: Hoy ha
entendido tu siervo que he hallado gracia en tus ojos, rey señor mío;
pues que ha hecho el rey lo que su siervo ha dicho. |
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23 |
|
Se levantó luego Joab, y fue a Gesur, y
volvió a Absalón a Jerusalén. |
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24 |
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Mas el rey dijo: Váyase a su casa, y no
vea mi rostro. Y se volvió Absalón a su casa, y no vio el rostro del rey. |
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25 |
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Y no había en todo Israel ninguno tan
alabado por su hermosura como Absalón; desde la planta de su pie hasta
la coronilla no había en él defecto. |
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26 |
|
Y cuando se cortaba el cabello ( lo cual
hacía al fin de cada año, pues le causaba molestia, y por eso se lo
cortaba ), pesaba el cabello de su cabeza doscientos siclos de peso
real. |
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27 |
|
Y le nacieron a Absalón tres hijos, y
una hija que se llamó Tamar. Ella era una mujer de hermoso semblante. |
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28 |
|
Y estuvo Absalón por espacio de dos años
en Jerusalén, y no vio la cara del rey. |
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29 |
|
Y mandó Absalón por Joab, para enviarlo
al rey; mas no quiso venir a él; y envió aun por segunda vez, y no quiso
venir. |
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30 |
|
Entonces dijo a sus siervos: Mirad, el
campo de Joab está junto al mío, y tiene allí cebada; id, y prendedle
fuego; y los siervos de Absalón prendieron fuego al campo. |
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31 |
|
Se levantó por tanto Joab, y vino a casa
de Absalón, y le dijo: ¿Por qué han prendido fuego tus siervos a mi
campo? |
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32 |
|
Y Absalón respondió a Joab: He aquí, yo
he enviado por ti, diciendo que vinieses acá, a fin de enviarte yo al
rey a que le dijeses: ¿Para qué vine de Gesur? Mejor me fuera estar aún
allá. Vea yo ahora el rostro del rey; y si hay en mí pecado, máteme. |
|
33 |
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Vino, pues, Joab al rey, y se lo hizo
saber. Entonces llamó a Absalón, el cual vino al rey, e inclinó su
rostro a tierra delante del rey; y el rey besó a Absalón. |
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2 Samuel 15 |
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1 |
|
Aconteció después de esto, que Absalón
se hizo de carros y caballos, y cincuenta que corriesen delante de él. |
|
2 |
|
Y se levantaba Absalón de mañana, y se
ponía a un lado del camino de la puerta; y a cualquiera que tenía pleito
y venía al rey a juicio, Absalón le llamaba a sí, y le decía: ¿De qué
ciudad eres? Y él respondía: Tu siervo es de una de las tribus de
Israel. |
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3 |
|
Entonces Absalón le decía: Mira, tus
palabras son buenas y justas; mas no tienes quien te oiga de parte del
rey. |
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4 |
|
Y decía Absalón: ¡Quién me pusiera por
juez en la tierra, para que viniesen a mí todos los que tienen pleito o
negocio, que yo les haría justicia! |
|
5 |
|
Y acontecía que, cuando alguno se
acercaba para inclinarse a él, él extendía su mano, y lo tomaba, y lo
besaba. |
|
6 |
|
Y de esta manera hacía con todo Israel
que venía al rey para juicio; y así robaba Absalón el corazón de los
hombres de Israel. |
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7 |
|
Y al cabo de cuarenta años aconteció que
Absalón dijo al rey: Yo te ruego me permitas que vaya a Hebrón, a pagar
mi voto que he prometido a Jehová: |
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8 |
|
Porque tu siervo hizo voto cuando estaba
en Gesur en Siria, diciendo: Si Jehová me volviere a Jerusalén, yo
serviré a Jehová. |
|
9 |
|
Y el rey dijo: Ve en paz. Y él se
levantó, y se fue a Hebrón. |
|
10 |
|
Pero Absalón envió espías por todas las
tribus de Israel, diciendo: Cuando oyereis el sonido de la trompeta,
diréis: Absalón reina en Hebrón. |
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11 |
|
Y fueron con Absalón doscientos hombres
de Jerusalén por él convidados, los cuales iban inocentemente, sin saber
nada. |
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12 |
|
Y Absalón envió por Ahitofel gilonita,
consejero de David, a Gilo su ciudad, mientras ofrecía sus sacrificios.
Y la conspiración vino a ser grande, pues se iba aumentando el pueblo
que seguía a Absalón. |
|
13 |
|
Y vino el aviso a David, diciendo: El
corazón de todo Israel va tras Absalón. |
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14 |
|
Entonces David dijo a todos sus siervos
que estaban con él en Jerusalén: Levantaos, y huyamos, porque no
podremos escapar delante de Absalón; daos prisa a partir, no sea que
apresurándose él nos alcance, y arroje el mal sobre nosotros, y hiera la
ciudad a filo de espada. |
|
15 |
|
Y los siervos del rey dijeron al rey: He
aquí, tus siervos están listos para hacer todo lo que nuestro señor el
rey requiera. |
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16 |
|
El rey entonces salió, con toda su
familia en pos de él. Y dejó el rey diez mujeres concubinas para que
guardasen la casa. |
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17 |
|
Salió, pues, el rey con todo el pueblo
que le seguía, y se pararon en un lugar distante. |
|
18 |
|
Y todos sus siervos pasaban a su lado,
con todos los cereteos y peleteos; y todos los geteos, seiscientos
hombres que habían venido a pie desde Gat, iban delante del rey. |
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19 |
|
Y dijo el rey a Itai geteo: ¿Para qué
vienes tú también con nosotros? Vuélvete y quédate con el rey; porque tú
eres extranjero, y desterrado también de tu lugar. |
|
20 |
|
¿Apenas viniste ayer, y he de hacer hoy
que andes de un lugar a otro con nosotros? Yo voy sin rumbo; tú
vuélvete, y haz volver a tus hermanos; que la misericordia y la verdad
sean contigo. |
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21 |
|
Y respondió Itai al rey, diciendo: Vive
Dios, y vive mi señor el rey, que, o para muerte o para vida, donde mi
señor el rey estuviere, allí estará también tu siervo. |
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22 |
|
Entonces David dijo a Itai: Ven, pues, y
pasa. Y pasó Itai geteo, y todos sus hombres, y todos los pequeños que
estaban con él. |
|
23 |
|
Y todo el país lloró en alta voz; pasó
luego toda la gente el torrente de Cedrón; asimismo pasó el rey, y todo
el pueblo pasó, al camino que va al desierto. |
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24 |
|
Y he aquí, también iba Sadoc, y con él
todos los levitas que llevaban el arca del pacto de Dios; y asentaron el
arca del pacto de Dios. Y subió Abiatar después que hubo acabado de
salir de la ciudad todo el pueblo. |
|
25 |
|
Y el rey dijo a Sadoc: Vuelve el arca de
Dios a la ciudad; que si yo hallare gracia en los ojos de Jehová, Él me
volverá, y me dejará verla y a su tabernáculo: |
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26 |
|
Y si dijere: No me agradas; aquí estoy,
haga de mí lo que bien le pareciere. |
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27 |
|
Dijo además el rey al sacerdote Sadoc:
¿No eres tú un vidente? Vuelve en paz a la ciudad; y con vosotros
vuestros dos hijos, tu hijo Ahimaas, y Jonatán hijo de Abiatar. |
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28 |
|
Mirad, yo me detendré en las llanuras
del desierto, hasta que venga respuesta de vosotros que me dé aviso. |
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29 |
|
Entonces Sadoc y Abiatar volvieron el
arca de Dios a Jerusalén; y se quedaron allí. |
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30 |
|
Y David subió la cuesta del monte de los
Olivos; y la subió llorando, llevando la cabeza cubierta, y los pies
descalzos. También todo el pueblo que íba con él cubrió cada uno su
cabeza y subieron, llorando mientras subían. |
|
31 |
|
Y dieron aviso a David, diciendo:
Ahitofel está entre los que conspiraron con Absalón. Entonces dijo
David: Entontece ahora, oh Jehová, el consejo de Ahitofel. |
|
32 |
|
Y cuando David llegó a la cumbre del
monte para adorar allí a Dios, he aquí Husai arquita que le salió al
encuentro, trayendo rota su ropa, y tierra sobre su cabeza. |
|
33 |
|
Y le dijo David: Si pasares conmigo, me
has de ser carga; |
|
34 |
|
mas si volvieres a la ciudad, y dijeres
a Absalón: Rey, yo seré tu siervo; como hasta aquí he sido siervo de tu
padre, así seré ahora siervo tuyo, entonces tú frustrarás por mí, el
consejo de Ahitofel. |
|
35 |
|
¿No estarán allí contigo los sacerdotes
Sadoc y Abiatar? Por tanto, todo lo que oyeres en la casa del rey, darás
aviso de ello a los sacerdotes Sadoc y a Abiatar. |
|
36 |
|
Y he aquí que están con ellos sus dos
hijos, Ahimaas el de Sadoc, y Jonatán el de Abiatar; por mano de ellos
me enviaréis aviso de todo lo que oyereis. |
|
37 |
|
Así se vino Husai amigo de David a la
ciudad; y Absalón entró en Jerusalén. |
|
2 Samuel 16 |
|
|
1 |
|
Y cuando David pasó un poco más allá de
la cumbre del monte, he aquí Siba, el criado de Mefiboset, que salía a
recibirle con un par de asnos enalbardados, y sobre ellos doscientos
panes, y cien racimos de pasas, y cien panes de higos secos y un odre de
vino. |
|
2 |
|
Y dijo el rey a Siba: ¿Qué es esto? Y
Siba respondió: Los asnos son para que monte la familia del rey; los
panes y las pasas para que coman los criados; y el vino para que beban
los que se cansen en el desierto. |
|
3 |
|
Y dijo el rey: ¿Dónde está el hijo de tu
señor? Y Siba respondió al rey: He aquí él se ha quedado en Jerusalén,
porque ha dicho: Hoy me devolverá la casa de Israel el reino de mi
padre. |
|
4 |
|
Entonces el rey dijo a Siba: He aquí,
sea tuyo todo lo que tiene Mefiboset. Y Siba inclinándose, respondió:
Rey señor mío, halle yo gracia delante de ti. |
|
5 |
|
Y vino el rey David hasta Bahurim; y he
aquí salía uno de la familia de la casa de Saúl, el cual se llamaba
Simeí, hijo de Gera; y salía maldiciendo, |
|
6 |
|
y arrojando piedras contra David, y
contra todos los siervos del rey David; y todo el pueblo, y todos los
hombres valientes estaban a su derecha y a su izquierda. |
|
7 |
|
Y decía Simeí, maldiciéndole: ¡Fuera,
fuera, varón sanguinario, hombre de Belial! |
|
8 |
|
Jehová te ha dado el pago de toda la
sangre de la casa de Saúl, en lugar del cual tú has reinado; pero Jehová
ha entregado el reino en mano de tu hijo Absalón; y he aquí, has sido
tomado en tu maldad, porque eres hombre sanguinario. |
|
9 |
|
Entonces Abisai hijo de Sarvia, dijo al
rey: ¿Por qué maldice este perro muerto a mi señor el rey? Yo te ruego
que me dejes pasar, y le quitaré la cabeza. |
|
10 |
|
Y el rey respondió: ¿Qué tengo yo con
vosotros, hijos de Sarvia? Si él así maldice, es porque Jehová le ha
dicho que maldiga a David; ¿quién, pues, le dirá: Por qué lo haces así? |
|
11 |
|
Y dijo David a Abisai y a todos sus
siervos: He aquí, mi hijo que ha salido de mis entrañas, acecha a mi
vida: ¿cuánto más ahora un hijo de Benjamín? Dejadle que maldiga, que
Jehová se lo ha dicho. |
|
12 |
|
Quizá mirará Jehová a mi aflicción, y me
dará Jehová bien por sus maldiciones de hoy. |
|
13 |
|
Y como David y los suyos iban por el
camino, Simeí iba por el lado del monte delante de él, andando y
maldiciendo, y arrojando piedras delante de él, y esparciendo polvo. |
|
14 |
|
Y el rey y todo el pueblo que con él
estaba, llegaron fatigados, y descansaron allí. |
|
15 |
|
Y Absalón y todo el pueblo, los varones
de Israel, entraron en Jerusalén, y con él Ahitofel. |
|
16 |
|
Y sucedió luego, que como Husai arquita
amigo de David hubo llegado a Absalón, le dijo Husai: Viva el rey, viva
el rey. |
|
17 |
|
Y Absalón dijo a Husai: ¿Éste es tu
agradecimiento para con tu amigo? ¿Por qué no fuiste con tu amigo? |
|
18 |
|
Y Husai respondió a Absalón: No; antes
al que eligiere Jehová y este pueblo y todos los varones de Israel, de
aquél seré yo, y con aquél quedaré. |
|
19 |
|
¿Y a quién había yo de servir? ¿No es a
su hijo? Como he servido delante de tu padre, así seré delante de ti. |
|
20 |
|
Entonces dijo Absalón a Ahitofel:
Consultad qué debemos hacer. |
|
21 |
|
Y Ahitofel dijo a Absalón: Entra a las
concubinas de tu padre, que él dejó para guardar la casa; y todo el
pueblo de Israel oirá que te has hecho aborrecible a tu padre, y así se
esforzarán las manos de todos los que están contigo. |
|
22 |
|
Entonces pusieron una tienda a Absalón
sobre el terrado, y entró Absalón a las concubinas de su padre, en ojos
de todo Israel. |
|
23 |
|
Y el consejo que daba Ahitofel en
aquellos días, era como si consultaran la palabra de Dios. Tal era el
consejo de Ahitofel, tanto con David como con Absalón. |
|
2 Samuel 17 |
|
|
1 |
|
Entonces Ahitofel dijo a Absalón: Déjame
escoger ahora doce mil hombres, y me levantaré, y seguiré a David esta
noche; |
|
2 |
|
y daré sobre él mientras él está cansado
y débil de manos; lo atemorizaré, y todo el pueblo que está con él huirá,
y mataré al rey solo. |
|
3 |
|
Así haré volver a todo el pueblo a ti; y
cuando ellos hubieren vuelto ( pues aquel hombre es el que tú quieres ),
todo el pueblo estará en paz. |
|
4 |
|
Este dicho pareció bien a Absalón y a
todos los ancianos de Israel. |
|
5 |
|
Y dijo Absalón: Llama también ahora a
Husai arquita, para que asimismo oigamos lo que él dirá. |
|
6 |
|
Y cuando Husai vino a Absalón, le habló
Absalón, diciendo: Así ha dicho Ahitofel; ¿seguiremos su consejo, o no?
Di tú. |
|
7 |
|
Entonces Husai dijo a Absalón: El
consejo que ha dado esta vez Ahitofel no es bueno. |
|
8 |
|
Y añadió Husai: Tú sabes que tu padre y
los suyos son hombres valientes, y que están con amargura de ánimo, como
la osa en el campo cuando le han quitado sus cachorros. Además, tu padre
es hombre de guerra, y no pasará la noche con el pueblo. |
|
9 |
|
He aquí él estará ahora escondido en
alguna cueva, o en algún otro lugar; y si al principio cayeren algunos
de los tuyos, cualquiera que lo oyere dirá: El pueblo que sigue a
Absalón ha sido derrotado. |
|
10 |
|
Y aun el hombre valiente, cuyo corazón
es como corazón de león, sin duda desmayará; porque todo Israel sabe que
tu padre es hombre valiente, y que los que están con él son hombres
valientes. |
|
11 |
|
Aconsejo, pues, que todo Israel se junte
a ti, desde Dan hasta Beerseba, en multitud como la arena que está a la
orilla del mar, y que tú en persona vayas a la batalla. |
|
12 |
|
Entonces le acometeremos en cualquier
lugar que pudiere hallarse, y daremos sobre él como cuando el rocío cae
sobre la tierra, y ni uno dejaremos de él, y de todos los que con él
están. |
|
13 |
|
Y si se refugiare en alguna ciudad,
todos los de Israel traerán sogas a aquella ciudad, y la arrastraremos
hasta el arroyo, hasta que no se halle piedra en ella. |
|
14 |
|
Entonces Absalón y todos los de Israel
dijeron: El consejo de Husai arquita es mejor que el consejo de Ahitofel.
Porque había Jehová ordenado que el acertado consejo de Ahitofel se
frustrara, para que Jehová hiciese venir el mal sobre Absalón. |
|
15 |
|
Dijo luego Husai a Sadoc y a Abiatar
sacerdotes: Así y así aconsejó Ahitofel a Absalón y a los ancianos de
Israel: y de esta manera aconsejé yo. |
|
16 |
|
Por tanto enviad inmediatamente, y dad
aviso a David, diciendo: No quedes esta noche en los campos del desierto,
sino pasa luego el Jordán, para que no sea destruido el rey, y todo el
pueblo que con él está. |
|
17 |
|
Y Jonatán y Ahimaas estaban junto a la
fuente de Rogel, porque no podían ellos mostrarse viniendo a la ciudad;
fue por tanto una criada, y les dio el aviso; y ellos fueron, y lo
hicieron saber al rey David. |
|
18 |
|
Pero fueron vistos por un joven, el cual
lo hizo saber a Absalón; sin embargo, los dos se dieron prisa a caminar,
y llegaron a casa de un hombre en Bahurim, que tenía un pozo en su
patio, dentro del cual se metieron. |
|
19 |
|
Y tomando la mujer de la casa una manta,
la extendió sobre la boca del pozo, y tendió sobre ella el grano
trillado; y nada se supo del asunto. |
|
20 |
|
Llegando luego los criados de Absalón a
la casa a la mujer, le dijeron: ¿Dónde están Ahimaas y Jonatán? Y la
mujer les respondió: Ya han pasado el vado de las aguas. Y como ellos
los buscaron y no los hallaron se volvieron a Jerusalén. |
|
21 |
|
Y después que ellos se marcharon,
aquéllos salieron del pozo y fueron y dieron aviso al rey David, y le
dijeron: Levantaos y daos prisa a pasar las aguas, porque Ahitofel ha
dado tal consejo contra vosotros. |
|
22 |
|
Entonces David se levantó, y todo el
pueblo que con él estaba, y pasaron el Jordán antes que amaneciese; ni
siquiera faltó uno que no pasase el Jordán. |
|
23 |
|
Y Ahitofel, viendo que no se había
puesto por obra su consejo, enalbardó su asno, y se levantó, y se fue a
su casa en su ciudad; y después de disponer acerca de su casa, se ahorcó
y murió, y fue sepultado en el sepulcro de su padre. |
|
24 |
|
Y David llegó a Mahanaim, y Absalón pasó
el Jordán con toda la gente de Israel. |
|
25 |
|
Y Absalón constituyó a Amasa, sobre el
ejército en lugar de Joab, Amasa era hijo de un varón de Israel llamado
Itra, el cual había entrado a Abigail hija de Nahas, hermana de Sarvia,
madre de Joab. |
|
26 |
|
Y acampó Israel con Absalón en tierra de
Galaad. |
|
27 |
|
Y luego que David llegó a Mahanaim, Sobi
hijo de Nahas de Rabá de los hijos de Amón, y Maquir hijo de Amiel de
Lodebar, y Barzilai galaadita de Rogelim, |
|
28 |
|
trajeron a David y al pueblo que estaba
con él, camas, y tazas, y vasijas de barro, y trigo, y cebada, y harina,
y grano tostado, habas, lentejas, y garbanzos tostados, |
|
29 |
|
miel, manteca, ovejas, y quesos de vaca,
para que comiesen; porque dijeron: Aquel pueblo está hambriento, y
cansado, y tendrá sed en el desierto. |
|
2 Samuel 18 |
|
|
1 |
|
Y David pasó revista al pueblo que tenía
consigo, y puso sobre ellos tribunos y centuriones. |
|
2 |
|
Y David envió la tercera parte del
pueblo al mando de Joab, y otra tercera al mando de Abisai, hijo de
Sarvia, hermano de Joab, y la otra tercera parte al mando de Itai geteo.
Y dijo el rey al pueblo: Yo también saldré con vosotros. |
|
3 |
|
Mas el pueblo dijo: No saldrás; porque
si nosotros huyéremos, no harán caso de nosotros; y aunque la mitad de
nosotros muera, no harán caso de nosotros; pero tú ahora vales tanto
como diez mil de nosotros. Será, pues, mejor que tú nos des ayuda desde
la ciudad. |
|
4 |
|
Entonces el rey les dijo: Yo haré lo que
bien os pareciere. Y se puso el rey a la entrada de la puerta, mientras
salía todo el pueblo de ciento en ciento y de mil en mil. |
|
5 |
|
Y el rey mandó a Joab y a Abisai y a
Itai, diciendo: Tratad benignamente por amor de mí al joven Absalón. Y
todo el pueblo oyó cuando el rey dio orden acerca de Absalón a todos los
capitanes. |
|
6 |
|
Salió, pues, el pueblo al campo contra
Israel, y se dio la batalla en el bosque de Efraín; |
|
7 |
|
Y allí cayó el pueblo de Israel delante
de los siervos de David, y se hizo una gran matanza de veinte mil
hombres. |
|
8 |
|
Y la batalla se extendió por todo el
país; y fueron más los que consumió el bosque aquel día, que los que
consumió la espada. |
|
9 |
|
Y se encontró Absalón con los siervos de
David: e iba Absalón sobre un mulo, y el mulo se entró debajo de un
espeso y grande alcornoque, y se le enredó la cabeza en el alcornoque, y
quedó entre el cielo y la tierra; y el mulo en que iba siguió adelante. |
|
10 |
|
Y viéndolo uno, avisó a Joab, diciendo:
He aquí que he visto a Absalón colgado de un alcornoque. |
|
11 |
|
Y Joab respondió al hombre que le daba
la nueva: Y viéndolo tú, ¿por qué no le heriste luego allí echándole a
tierra? Yo te hubiera dado diez siclos de plata, y un talabarte. |
|
12 |
|
Y el hombre dijo a Joab: Aunque yo
recibiera en mis manos mil siclos de plata, no extendería mi mano contra
el hijo del rey; porque nosotros oímos cuando el rey te mandó a ti y a
Abisai y a Itai, diciendo: Mirad que ninguno toque al joven Absalón. |
|
13 |
|
Por otra parte, habría yo hecho traición
contra mi vida ( pues que al rey nada se le esconde ), y tú mismo
estarías en contra. |
|
14 |
|
Y respondió Joab: No perderé el tiempo
contigo. Y tomando tres dardos en su mano, los clavó en el corazón de
Absalón, que aún estaba vivo en medio del alcornoque. |
|
15 |
|
Y diez jóvenes escuderos de Joab,
rodearon e hirieron a Absalón y lo remataron. |
|
16 |
|
Entonces Joab tocó la trompeta, y el
pueblo se volvió de seguir a Israel, porque Joab detuvo al pueblo. |
|
17 |
|
Tomando después a Absalón, le echaron en
un gran hoyo en el bosque, y levantaron sobre él un muy grande montón de
piedras; y todo Israel huyó, cada uno a su tienda. |
|
18 |
|
Y en vida, Absalón había tomado y
levantado para sí una columna, la cual está en el valle del rey; porque
había dicho: Yo no tengo hijo que conserve la memoria de mi nombre. Y
llamó aquella columna de su nombre; y así se ha llamado Columna de
Absalón, hasta hoy. |
|
19 |
|
Entonces Ahimaas hijo de Sadoc dijo: ¿Correré
ahora, y daré las nuevas al rey de cómo Jehová ha defendido su causa de
la mano de sus enemigos? |
|
20 |
|
Y respondió Joab: Hoy no llevarás las
nuevas; las llevarás otro día; no darás hoy la nueva, porque el hijo del
rey ha muerto. |
|
21 |
|
Y Joab dijo al etíope: Ve tú, y di al
rey lo que has visto. Y el etíope hizo reverencia a Joab, y corrió. |
|
22 |
|
Entonces Ahimaas hijo de Sadoc volvió a
decir a Joab: Sea lo que fuere, yo correré ahora tras el etíope. Y Joab
dijo: Hijo mío, ¿para qué has tú de correr, si no recibirás premio por
las nuevas? |
|
23 |
|
Mas él respondió: Sea como fuere, yo
correré. Entonces le dijo: Corre. Corrió, pues, Ahimaas por el camino de
la llanura, y pasó delante del etíope. |
|
24 |
|
Estaba David a la sazón sentado entre
las dos puertas; y el atalaya había ido al terrado de sobre la puerta en
el muro, y alzando sus ojos, miró, y vio a uno que corría solo. |
|
25 |
|
El atalaya dio luego voces, y lo hizo
saber al rey. Y el rey dijo: Si viene solo, buenas nuevas trae. En tanto
que él venía acercándose, |
|
26 |
|
el atalaya vio a otro que corría; y dio
voces el atalaya al portero, diciendo: He aquí otro hombre que corre
solo. Y el rey dijo: Éste también es mensajero. |
|
27 |
|
Y el atalaya volvió a decir: Me parece
el correr del primero como el correr de Ahimaas hijo de Sadoc. Y
respondió el rey: Ése es hombre de bien, y viene con buena nueva. |
|
28 |
|
Entonces Ahimaas dijo en alta voz al
rey: Paz. Y se inclinó a tierra delante del rey, y dijo: Bendito sea
Jehová Dios tuyo, que ha entregado a los hombres que habían levantado
sus manos contra mi señor el rey. |
|
29 |
|
Y el rey dijo: ¿El joven Absalón tiene
paz? Y Ahimaas respondió: Vi yo un grande alboroto cuando envió Joab al
siervo del rey y a mí tu siervo; mas no sé qué era. |
|
30 |
|
Y el rey dijo: Pasa, y ponte allí. Y él
pasó, y se paró. |
|
31 |
|
Y luego vino el etíope, y dijo: Reciba
nueva mi señor el rey, que hoy Jehová ha defendido tu causa de la mano
de todos los que se habían levantado contra ti. |
|
32 |
|
El rey entonces dijo al etíope: ¿El
joven Absalón tiene paz? Y el etíope respondió: Como aquel joven sean
los enemigos de mi señor el rey, y todos los que se levantan contra ti
para mal. |
|
33 |
|
Entonces el rey se estremeció, y subió a
la sala de la puerta, y lloró; y yendo, decía así: ¡Hijo mío Absalón,
hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera que muriera yo en lugar de
ti, Absalón, hijo mío, hijo mío! |
|
2 Samuel 19 |
|
|
1 |
|
Y dieron aviso a Joab: He aquí el rey
llora, y hace duelo por Absalón. |
|
2 |
|
Y aquel día la victoria se volvió en
luto para todo el pueblo; porque aquel día el pueblo oyó decir que el
rey tenía dolor por su hijo. |
|
3 |
|
Y entró el pueblo aquel día en la ciudad
escondidamente, como suele entrar a escondidas el pueblo avergonzado que
ha huido de la batalla. |
|
4 |
|
Mas el rey, cubierto el rostro, clamaba
en alta voz: ¡Hijo mío Absalón, Absalón, hijo mío, hijo mío! |
|
5 |
|
Y entrando Joab en casa al rey, le dijo:
Hoy has avergonzado el rostro de todos tus siervos, que hoy han librado
tu vida, y la vida de tus hijos y de tus hijas, y la vida de tus
esposas, y la vida de tus concubinas, |
|
6 |
|
amando a los que te aborrecen, y
aborreciendo a los que te aman: porque hoy has declarado que nada te
importan tus príncipes y siervos; pues hoy echo de ver que si Absalón
viviera, bien que nosotros todos estuviéramos hoy muertos, entonces
estarías contento. |
|
7 |
|
Levántate pues, ahora, y sal, y habla
bondadosamente a tus siervos; porque juro por Jehová, que si no sales,
no quedará ni uno contigo esta noche; y esto te será peor que todos los
males que te han sobrevenido desde tu juventud hasta ahora. |
|
8 |
|
Entonces se levantó el rey, y se sentó a
la puerta; y fue declarado a todo el pueblo, diciendo: He aquí el rey
está sentado a la puerta. Y vino todo el pueblo delante del rey; mas
Israel había huido, cada uno a su tienda. |
|
9 |
|
Y todo el pueblo contendía por todas las
tribus de Israel, diciendo: El rey nos ha librado de mano de nuestros
enemigos, y él nos ha salvado de mano de los filisteos; pero ahora ha
huido de la tierra por causa de Absalón. |
|
10 |
|
Y Absalón, a quien habíamos ungido sobre
nosotros, ha muerto en la batalla. ¿Por qué, pues, estáis callados con
respecto a hacer volver al rey? |
|
11 |
|
Y el rey David envió a Sadoc y a Abiatar
sacerdotes, diciendo: Hablad a los ancianos de Judá y decidles: ¿Por qué
seréis vosotros los postreros en hacer volver al rey a su casa, ya que
la palabra de todo Israel ha venido al rey, a su casa? |
|
12 |
|
Vosotros sois mis hermanos; mis huesos y
mi carne sois. ¿Por qué, pues, seréis vosotros los postreros en hacer
volver al rey? |
|
13 |
|
Asimismo diréis a Amasa: ¿No eres tú
también hueso mío y carne mía? Así me haga Dios, y así me añada, si no
fueres general del ejército delante de mí para siempre, en lugar de
Joab. |
|
14 |
|
Así inclinó el corazón de todos los
varones de Judá, como el de un solo hombre, para que enviasen a decir al
rey: Vuelve tú, y todos tus siervos. |
|
15 |
|
Volvió, pues, el rey, y vino hasta el
Jordán. Y Judá vino a Gilgal, a recibir al rey y pasarlo el Jordán. |
|
16 |
|
Y Simeí hijo de Gera, hijo de Benjamín,
que era de Bahurim, se dio prisa a venir con los hombres de Judá para
recibir al rey David; |
|
17 |
|
y con él venían mil hombres de Benjamín;
asimismo Siba criado de la casa de Saúl, con sus quince hijos y sus
veinte siervos, los cuales pasaron el Jordán delante del rey. |
|
18 |
|
Y cruzaron el vado para pasar la familia
del rey, y para hacer lo que a él le pareciera. Entonces Simeí hijo de
Gera se postró delante del rey cuando él había pasado el Jordán. |
|
19 |
|
Y dijo al rey: No me impute iniquidad mi
señor, ni tengas memoria de los males que tu siervo hizo el día que mi
señor el rey salió de Jerusalén, para guardarlos el rey en su corazón; |
|
20 |
|
Porque yo tu siervo reconozco haber
pecado, y he venido hoy el primero de toda la casa de José, para
descender a recibir a mi señor el rey. |
|
21 |
|
Pero Abisai hijo de Sarvia, respondió y
dijo: ¿No ha de morir por esto Simeí, que maldijo al ungido de Jehová? |
|
22 |
|
David entonces dijo: ¿Qué tengo yo con
vosotros, hijos de Sarvia, para que hoy me seáis adversarios? ¿Ha de
morir hoy alguno en Israel? ¿No conozco yo que hoy soy rey sobre Israel? |
|
23 |
|
Y dijo el rey a Simeí: No morirás. Y el
rey se lo juró. |
|
24 |
|
También Mefiboset hijo de Saúl descendió
a recibir al rey; no había lavado sus pies, ni había cortado su barba,
ni tampoco había lavado sus vestiduras, desde el día que el rey salió
hasta el día que vino en paz. |
|
25 |
|
Y luego que vino él a Jerusalén a
recibir al rey, el rey le dijo: Mefiboset, ¿por qué no fuiste conmigo? |
|
26 |
|
Y él dijo: Rey señor mío, mi siervo me
ha engañado; pues había tu siervo dicho: Enalbardaré un asno, y subiré
en él, e iré al rey; porque tu siervo es cojo. |
|
27 |
|
Pero él ha calumniado a tu siervo
delante de mi señor el rey; mas mi señor el rey es como un ángel de
Dios; haz, pues, lo que bien te pareciere. |
|
28 |
|
Porque toda la casa de mi padre era
digna de muerte delante de mi señor el rey, y tú pusiste a tu siervo
entre los convidados a tu mesa. ¿Qué derecho, pues, tengo aún para
clamar más al rey? |
|
29 |
|
Y el rey le dijo: ¿Para qué hablas más
palabras? Yo he determinado que tú y Siba repartáis las tierras. |
|
30 |
|
Y Mefiboset dijo al rey: Deja que él las
tome todas, pues que mi señor el rey ha vuelto en paz a su casa. |
|
31 |
|
También Barzilai galaadita descendió de
Rogelim, y pasó el Jordán con el rey, para acompañarle al otro lado del
Jordán. |
|
32 |
|
Y era Barzilai muy viejo, de ochenta
años, el cual había dado provisión al rey cuando estaba en Mahanaim,
porque era hombre muy rico. |
|
33 |
|
Y el rey dijo a Barzilai: Pasa conmigo,
y yo te sustentaré conmigo en Jerusalén. |
|
34 |
|
Mas Barzilai dijo al rey: ¿Cuántos son
los días del tiempo de mi vida, para que yo suba con el rey a Jerusalén? |
|
35 |
|
Yo soy hoy día de edad de ochenta años,
¿podré distinguir entre lo bueno y lo malo? ¿Tomará gusto ahora tu
siervo en lo que coma o beba? ¿Oiré más la voz de los cantores y de las
cantoras? ¿Para qué, pues, sería aún tu siervo molesto a mi señor el rey? |
|
36 |
|
Pasará tu siervo un poco más allá del
Jordán con el rey; ¿por qué me ha de dar el rey tan grande recompensa? |
|
37 |
|
Yo te ruego que dejes volver a tu siervo,
y que muera en mi ciudad, junto al sepulcro de mi padre y de mi madre.
He aquí tu siervo Quimam; que pase él con mi señor el rey, y haz a él lo
que bien te pareciere. |
|
38 |
|
Y el rey dijo: Pues pase conmigo Quimam,
y yo haré con él como bien te parezca; y todo lo que tú pidieres de mí,
yo lo haré. |
|
39 |
|
Y todo el pueblo pasó el Jordán; y luego
que el rey hubo también pasado, el rey besó a Barzilai, y lo bendijo; y
él se volvió a su casa. |
|
40 |
|
El rey entonces pasó a Gilgal, y con él
pasó Quimam; y todo el pueblo de Judá, con la mitad del pueblo de
Israel, pasaron al rey. |
|
41 |
|
Y he aquí todos los varones de Israel
vinieron al rey, y le dijeron: ¿Por qué los hombres de Judá, nuestros
hermanos, te han llevado, y han hecho pasar el Jordán al rey y a su
familia, y a todos los varones de David con él? |
|
42 |
|
Y todos los varones de Judá respondieron
a todos los de Israel: Porque el rey es nuestro pariente. Mas ¿por qué
os enojáis vosotros de eso? ¿Acaso hemos comido algo a costa del rey? ¿Hemos
recibido de él algún don? |
|
43 |
|
Entonces respondieron los varones de
Israel, y dijeron a los de Judá: Nosotros tenemos en el rey diez partes,
y en el mismo David más que vosotros; ¿por qué, pues, nos habéis tenido
en poco? ¿No hablamos nosotros primero en volver a nuestro rey? Y el
razonamiento de los varones de Judá fue más fuerte que el de los varones
de Israel. |
|
2 Samuel 20 |
|
|
1 |
|
Y aconteció que se hallaba allí un
hombre de Belial que se llamaba Seba, hijo de Bicri, hombre de Benjamín,
el cual tocó la trompeta, y dijo: No tenemos nosotros parte en David, ni
heredad en el hijo de Isaí: ¡Cada uno a su tienda, oh Israel! |
|
2 |
|
Así se fueron de en pos de David todos
los hombres de Israel, y seguían a Seba hijo de Bicri; mas los de Judá
fueron adheridos a su rey, desde el Jordán hasta Jerusalén. |
|
3 |
|
Y luego que llegó David a su casa en
Jerusalén, tomó el rey las diez mujeres concubinas que había dejado para
guardar la casa, y las puso en una casa en guarda, y les dio de comer;
pero nunca más entró a ellas, sino que quedaron encerradas hasta que
murieron en viudez de por vida. |
|
4 |
|
Después dijo el rey a Amasa: Júntame los
varones de Judá para dentro de tres días, y hállate tú aquí presente. |
|
5 |
|
Fue, pues, Amasa a convocar a los
hombres de Judá; pero se detuvo más del tiempo que le había sido
señalado. |
|
6 |
|
Y dijo David a Abisai: Seba hijo de
Bicri nos hará ahora más mal que Absalón; toma tú a los siervos de tu
señor, y ve tras él, no sea que halle para sí ciudades fortificadas y se
nos escape. |
|
7 |
|
Entonces salieron en pos de él los
hombres de Joab, y los cereteos y peleteos, y todos los valientes; y
salieron de Jerusalén para ir tras Seba hijo de Bicri. |
|
8 |
|
Y estando ellos cerca de la piedra
grande que está en Gabaón, les salió Amasa al encuentro. Y la vestidura
que Joab tenía sobrepuesta le estaba ceñida, y sobre ella tenía pegado
en sus lomos el cinto con una daga en su vaina, la cual se le cayó
cuando él avanzó. |
|
9 |
|
Entonces Joab dijo a Amasa: ¿Tienes paz,
hermano mío? Y tomó Joab con la diestra la barba de Amasa, para besarlo. |
|
10 |
|
Y como Amasa no se cuidó de la daga que
Joab tenía en la mano, éste le hirió con ella en la quinta costilla, y
derramó sus entrañas por tierra, y cayó muerto sin darle segundo golpe.
Después Joab y su hermano Abisai fueron en persecución de Seba hijo de
Bicri. |
|
11 |
|
Y uno de los hombres de Joab se paró
junto a él, y dijo: Cualquiera que ame a Joab y a David vaya en pos de
Joab. |
|
12 |
|
Y Amasa yacía revolcado en su sangre en
mitad del camino; y viendo aquel hombre que todo el pueblo se detenía,
apartó a Amasa del camino al campo, y echó sobre él una vestidura,
porque veía que todos los que venían se detenían junto a él. |
|
13 |
|
Luego que fue apartado del camino,
pasaron todos los que seguían a Joab, para ir tras Seba hijo de Bicri. |
|
14 |
|
Y él pasó por todas las tribus de Israel
hasta Abel, y Bet-maaca y todos los de Barim; y se juntaron, y lo
siguieron también. |
|
15 |
|
Y vinieron y lo sitiaron en Abel de
Bet-maaca, y pusieron baluarte contra la ciudad; y se apoyaba en el
muro, y todo el pueblo que estaba con Joab golpeaba la muralla, para
derribarla. |
|
16 |
|
Entonces una mujer sabia dio voces en la
ciudad, diciendo: Oíd, oíd; os ruego que digáis a Joab que venga acá,
para que yo hable con él. |
|
17 |
|
Y cuando él se acercó a ella, dijo la
mujer: ¿Eres tú Joab? Y él respondió: Yo soy. Y ella le dijo: Oye las
palabras de tu sierva. Y él respondió: Oigo. |
|
18 |
|
Entonces ella volvió a hablar, diciendo:
Antiguamente solían hablar, diciendo: Quien preguntare, pregunte en
Abel; y así concluían todo asunto. |
|
19 |
|
Yo soy de las pacíficas y fieles de
Israel; y tú procuras destruir una ciudad que es madre en Israel: ¿Por
qué destruyes la heredad de Jehová? |
|
20 |
|
Y Joab respondió, diciendo: Nunca tal,
nunca tal me acontezca, que yo destruya ni deshaga. |
|
21 |
|
La cosa no es así; mas un hombre del
monte de Efraín, que se llama Seba hijo de Bicri, ha levantado su mano
contra el rey David: entregad a ése solamente, y me iré de la ciudad. Y
la mujer dijo a Joab: He aquí su cabeza te será arrojada desde el muro. |
|
22 |
|
La mujer fue luego a todo el pueblo con
su sabiduría; y ellos cortaron la cabeza a Seba hijo de Bicri, y la
arrojaron a Joab. Y él tocó la trompeta, y se retiraron de la ciudad,
cada uno a su tienda. Y Joab se volvió al rey a Jerusalén. |
|
23 |
|
Así quedó Joab sobre todo el ejército de
Israel; y Benaía hijo de Joiada sobre los cereteos y peleteos; |
|
24 |
|
y Adoram sobre los tributos; y Josafat
hijo de Ahilud, el cronista; |
|
25 |
|
y Seba era el escriba; y Sadoc y Abiatar,
eran los sacerdotes; |
|
26 |
|
e Ira jaireo era un principal de David. |
|
2 Samuel 21 |
|
|
1 |
|
Y hubo hambre en los días de David por
tres años consecutivos. Y David consultó a Jehová, y Jehová le dijo: Es
por Saúl, y por aquella casa de sangre; porque mató a los gabaonitas. |
|
2 |
|
Entonces el rey llamó a los gabaonitas,
y les habló. ( Los gabaonitas no eran de los hijos de Israel, sino del
resto de los amorreos, a los cuales los hijos de Israel habían hecho
juramento; pero Saúl había procurado matarlos debido a su celo por los
hijos de Israel y de Judá. ) |
|
3 |
|
Dijo, pues, David a los gabaonitas: ¿Qué
haré por vosotros, y con qué haré compensación, para que bendigáis a la
heredad de Jehová? |
|
4 |
|
Y los gabaonitas le respondieron: No
tenemos nosotros querella sobre plata ni sobre oro con Saúl y con su
casa; ni queremos que muera hombre de Israel. Y él les dijo: Haré por
vosotros lo que digáis. |
|
5 |
|
Y ellos respondieron al rey: De aquel
hombre que nos destruyó, y que maquinó contra nosotros, para extirparnos
sin dejar nada de nosotros en todo el término de Israel; |
|
6 |
|
dénsenos siete varones de sus hijos,
para que los ahorquemos delante de Jehová en Gabaa de Saúl, el escogido
de Jehová. Y el rey dijo: Yo los daré. |
|
7 |
|
Y perdonó el rey a Mefiboset, hijo de
Jonatán, hijo de Saúl, por el juramento de Jehová que había entre ellos,
entre David y Jonatán hijo de Saúl. |
|
8 |
|
Mas el rey tomó a los dos hijos de Rispa
hija de Aja, los cuales ella había dado a luz a Saúl, a Armoni y a
Mefiboset; y a los cinco hijos de Mical hija de Saúl, los cuales ella
había dado a luz a Adriel, hijo de Barzilai meholatita, |
|
9 |
|
y los entregó en manos de los gabaonitas,
y ellos los ahorcaron en el monte delante de Jehová: y murieron juntos
aquellos siete, lo cuales fueron muertos en el tiempo de la siega, en
los primeros días, en el principio de la siega de las cebadas. |
|
10 |
|
Y Rispa hija de Aja tomó una tela de
cilicio, y la tendió sobre una roca, desde el principio de la siega
hasta que llovió sobre ellos agua del cielo; y no dejó que ninguna ave
del cielo se posase sobre ellos de día, ni fieras del campo de noche. |
|
11 |
|
Y fue dicho a David lo que hacía Rispa
hija de Aja, concubina de Saúl. |
|
12 |
|
Entonces David fue, y tomó los huesos de
Saúl y los huesos de Jonatán su hijo, de los hombres de Jabes de Galaad,
que los habían hurtado de la plaza de Bet-seán, donde los habían colgado
los filisteos, cuando deshicieron los filisteos a Saúl en Gilboa. |
|
13 |
|
E hizo llevar de allí los huesos de Saúl
y los huesos de Jonatán su hijo; y recogieron también los huesos de los
ahorcados. |
|
14 |
|
Y sepultaron los huesos de Saúl y los de
su hijo Jonatán en tierra de Benjamín, en Sela, en el sepulcro de Cis su
padre; e hicieron todo lo que el rey había mandado. Y Dios fue benévolo
con la tierra después de esto. |
|
15 |
|
Y como los filisteos volvieron a hacer
guerra contra Israel, descendió David y sus siervos con él, y pelearon
con los filisteos, y David se cansó. |
|
16 |
|
E Isbibenob, que era de los hijos del
gigante, y cuya lanza pesaba trescientos siclos de bronce, y que estaba
ceñido de una espada nueva, trató de matar a David; |
|
17 |
|
pero Abisai hijo de Sarvia le socorrió,
e hirió al filisteo y lo mató. Entonces los hombres de David le juraron,
diciendo: Nunca más de aquí en adelante saldrás con nosotros a la
batalla, no sea que apagues la lámpara de Israel. |
|
18 |
|
Otra segunda guerra hubo después en Gob
contra los filisteos; entonces Sibecai husatita hirió a Saf, que era de
los hijos del gigante. |
|
19 |
|
Y hubo guerra otra vez en Gob contra los
filisteos, en la cual Elhanán, hijo de Jaare-oregim de Belén, mató al
hermano de Goliat geteo, el asta de cuya lanza era como un rodillo de
telar. |
|
20 |
|
Después hubo otra guerra en Gat, donde
hubo un hombre de gran estatura, el cual tenía doce dedos en las manos,
y otros doce en los pies, veinticuatro por todos; y también era de los
hijos del gigante. |
|
21 |
|
Éste desafió a Israel, y lo mató Jonatán,
hijo de Sima hermano de David. |
|
22 |
|
Estos cuatro le habían nacido al gigante
en Gat, los cuales cayeron por la mano de David, y por la mano de sus
siervos. |
|
2 Samuel 22 |
|
|
1 |
|
Y habló David a Jehová las palabras de
este cántico, el día que Jehová le había librado de la mano de todos sus
enemigos, y de la mano de Saúl. |
|
2 |
|
Y dijo: Jehová es mi Roca, mi fortaleza
y mi Libertador; |
|
3 |
|
Dios es mi Roca, en Él confiaré; mi
escudo, y el cuerno de mi salvación, mi fortaleza alta y mi refugio; mi
Salvador, tú me libras de violencia. |
|
4 |
|
Invocaré a Jehová, quien es digno de ser
alabado; y seré salvo de mis enemigos. |
|
5 |
|
Cuando me cercaron las ondas de la
muerte, y los torrentes de iniquidad me atemorizaron, |
|
6 |
|
Me rodearon los dolores del infierno, y
los lazos de la muerte, delante de mí estuvieron. |
|
7 |
|
Tuve angustia, invoqué a Jehová, y clamé
a mi Dios; y Él oyó mi voz desde su templo; llegó mi clamor a sus oídos. |
|
8 |
|
La tierra se estremeció y tembló; los
fundamentos de los cielos fueron conmovidos, se estremecieron, porque se
indignó Él. |
|
9 |
|
Humo subió de su nariz, y de su boca
fuego consumidor, por el cual se encendieron carbones. |
|
10 |
|
Inclinó también los cielos, y descendió;
y había oscuridad debajo de sus pies. |
|
11 |
|
Subió sobre el querubín, y voló; se
apareció sobre las alas del viento. |
|
12 |
|
Puso pabellones de tinieblas alrededor
de sí; oscuridad de aguas y densas nubes. |
|
13 |
|
Por el resplandor de su presencia se
encendieron carbones ardientes. |
|
14 |
|
Jehová tronó desde los cielos, y el
Altísimo dio su voz; |
|
15 |
|
envió saetas, y los dispersó; lanzó
relámpagos, y los consumió. |
|
16 |
|
Entonces aparecieron los cauces del mar,
y los fundamentos del mundo fueron descubiertos, a la reprensión de
Jehová, al resoplido del aliento de su nariz. |
|
17 |
|
Extendió su mano de lo alto, y me
arrebató, y me sacó de copiosas aguas. |
|
18 |
|
Me libró de fuertes enemigos, de
aquellos que me aborrecían, los cuales eran más fuertes que yo. |
|
19 |
|
Me asaltaron en el día de mi calamidad;
mas Jehová fue mi sostén. |
|
20 |
|
Me sacó a anchura; me libró, porque puso
su voluntad en mí. |
|
21 |
|
Jehová me recompensó conforme a mi
justicia; y conforme a la limpieza de mis manos, me dio la paga. |
|
22 |
|
Porque yo guardé los caminos de Jehová;
y no me aparté impíamente de mi Dios. |
|
23 |
|
Porque delante de mí han estado todos
sus juicios; y no me he apartado de sus estatutos. |
|
24 |
|
Y fui íntegro para con Él, y me guardé
de mi iniquidad. |
|
25 |
|
Me remuneró por tanto Jehová conforme a
mi justicia, y conforme a mi limpieza delante de sus ojos. |
|
26 |
|
Con el bueno eres benigno, y con el
íntegro te muestras íntegro. |
|
27 |
|
Limpio te mostrarás para con el limpio,
mas con el perverso te mostrarás rígido. |
|
28 |
|
Y tú salvas al pueblo afligido; mas tus
ojos están sobre los altivos, para abatirlos. |
|
29 |
|
Porque tú eres mi lámpara, oh Jehová:
Jehová da luz a mis tinieblas. |
|
30 |
|
Pues por ti he desbaratado ejércitos,
por mi Dios he saltado sobre muros. |
|
31 |
|
En cuanto a Dios, perfecto es su camino:
Purificada es la palabra de Jehová; Escudo es a todos los que en Él
esperan. |
|
32 |
|
Porque ¿quién es Dios, sino Jehová? ¿O
quién es la Roca, sino nuestro Dios? |
|
33 |
|
Dios es mi fortaleza y mi poder; y Él
hace perfecto mi camino; |
|
34 |
|
Él hace mis pies como de ciervas, y me
hace estar firme sobre mis alturas; |
|
35 |
|
Él adiestra mis manos para la batalla,
de manera que se doble el arco de acero con mis brazos. |
|
36 |
|
Tú me diste asimismo el escudo de tu
salvación, y tu benignidad me ha engrandecido. |
|
37 |
|
Tú ensanchaste mis pasos debajo de mí,
para que no titubeasen mis rodillas. |
|
38 |
|
Perseguí a mis enemigos, y los quebranté;
y no me volví hasta que los acabé. |
|
39 |
|
Los consumí, y los herí, y no se
levantarán; han caído debajo de mis pies. |
|
40 |
|
Pues tú me ceñiste de fuerzas para la
batalla, y subyugaste debajo de mí a los que contra mí se levantaron. |
|
41 |
|
Tú me diste la cerviz de mis enemigos,
los que me aborrecen, para que yo los destruyese. |
|
42 |
|
Miraron, y no hubo quien los librase;
aun a Jehová, mas no les respondió. |
|
43 |
|
Yo los desmenucé como polvo de la tierra;
los hollé como a lodo de las calles, y los disipé. |
|
44 |
|
Tú me libraste de las contiendas de mi
pueblo: Tú me guardaste para que fuese cabeza de gentes: Pueblos que no
conocía, me sirvieron. |
|
45 |
|
Los extraños se someterán a mí; al oír,
me obedecerán. |
|
46 |
|
Los extraños desfallecerán, y temblando
saldrán de sus escondrijos. |
|
47 |
|
¡Vive Jehová! y bendita sea mi roca; sea
enaltecido el Dios de la roca de mi salvación: |
|
48 |
|
Es Dios quien por mí hace venganza, y
quien sujeta los pueblos debajo de mí, |
|
49 |
|
y que me saca de entre mis enemigos: Tú
me levantaste en alto sobre los que se levantaron contra mí; me libraste
del varón de iniquidades. |
|
50 |
|
Por tanto, yo te daré gracias entre las
naciones, oh Jehová, y cantaré a tu nombre. |
|
51 |
|
Él es la torre de salvación para su rey,
y hace misericordia a su ungido, a David, y a su simiente, para siempre. |
|
2 Samuel 23 |
|
|
1 |
|
Éstas son las palabras postreras de
David. Dijo David hijo de Isaí, dijo aquel varón que fue levantado en
alto, el ungido del Dios de Jacob, el dulce salmista de Israel, dice: |
|
2 |
|
El Espíritu de Jehová ha hablado por mí,
y su palabra ha sido en mi lengua. |
|
3 |
|
El Dios de Israel ha dicho, me habló la
Roca de Israel: El que gobierna a los hombres será justo, gobernando en
el temor de Dios. |
|
4 |
|
Y será como la luz de la mañana cuando
sale el sol, la mañana sin nubes; como el resplandor tras la lluvia que
hace brotar la hierba de la tierra. |
|
5 |
|
Aunque mi casa no es así para con Dios;
sin embargo Él ha hecho conmigo un pacto eterno, ordenado en todas las
cosas y seguro; pues ésta es toda mi salvación y todo mi deseo, aunque
todavía no lo haga Él florecer. |
|
6 |
|
Pero los hijos de Belial serán todos
ellos arrancados como espinos, los cuales nadie toma con la mano; |
|
7 |
|
sino que el que quiere tocarlos, se arma
de hierro y de asta de lanza, y son del todo quemados en su lugar. |
|
8 |
|
Éstos son los nombres de los valientes
que David tuvo: El tacmonita, que se sentaba en cátedra, principal de
los capitanes; éste era Adino el eznita, que blandiendo su lanza mató a
ochocientos hombres en una ocasión. |
|
9 |
|
Después de éste, Eleazar, hijo de Dodo
el ahohíta, uno de los tres valientes que estaban con David cuando
desafiaron a los filisteos que se habían juntado allí a la batalla, y se
habían retirado los hombres de Israel. |
|
10 |
|
Éste, levantándose, hirió a los
filisteos hasta que su mano se cansó y se le quedó pegada a la espada.
Aquel día Jehová dio gran victoria; y se volvió el pueblo en pos de él
solamente a tomar el despojo. |
|
11 |
|
Después de éste fue Sama, hijo de Age
ararita; que habiéndose juntado los filisteos en una aldea, había allí
un pequeño terreno lleno de lentejas, y el pueblo había huido delante de
los filisteos. |
|
12 |
|
Pero él se paró en medio de aquel
terreno, y lo defendió, e hirió a los filisteos; y Jehová dio una gran
victoria. |
|
13 |
|
Y tres de los treinta principales
descendieron y vinieron en tiempo de la siega a David a la cueva de
Adulam; y el campo de los filisteos estaba en el valle de Refaim. |
|
14 |
|
David entonces estaba en la fortaleza, y
la guarnición de los filisteos estaba en Belén. |
|
15 |
|
Y David tuvo deseo, y dijo: ¡Quién me
diera a beber del agua del pozo de Belén, que está junto a la puerta! |
|
16 |
|
Entonces los tres valientes irrumpieron
por el campo de los filisteos, y sacaron agua del pozo de Belén, que
estaba junto a la puerta; y tomaron, y la trajeron a David; mas él no la
quiso beber, sino que la derramó a Jehová, diciendo: |
|
17 |
|
Lejos sea de mí, oh Jehová, que yo haga
esto. ¿He de beber yo la sangre de los varones que fueron con peligro de
su vida? Y no quiso beberla. Los tres valientes hicieron esto. |
|
18 |
|
Y Abisai hermano de Joab, hijo de Sarvia,
fue el principal de los tres; el cual alzó su lanza contra trescientos y
los mató; y tuvo renombre con los tres. |
|
19 |
|
Él era el más distinguido de los tres, y
llegó a ser su jefe; pero no igualó a los tres primeros. |
|
20 |
|
Después, Benaía hijo de Joiada, hijo de
un varón esforzado, grande en proezas, de Cabseel. Éste mató a dos
moabitas, fieros como leones; y él mismo descendió, y mató a un león en
medio de un foso en tiempo de la nieve. |
|
21 |
|
Y mató a un egipcio, hombre de grande
estatura; y tenía el egipcio una lanza en su mano; mas descendió a él
con un palo, y arrebató al egipcio la lanza de la mano, y lo mató con su
propia lanza. |
|
22 |
|
Esto hizo Benaía hijo de Joiada, y tuvo
nombre entre los tres valientes. |
|
23 |
|
Asael hermano de Joab fue de los treinta;
Elhanán hijo de Dodo de Belén; |
|
24 |
|
Asael hermano de Joab fue de los treinta;
Elhanán hijo de Dodo de Belén; |
|
25 |
|
Sama harodita, Elica harodita; |
|
26 |
|
Heles paltita, Ira, hijo de Iques,
tecoíta; |
|
27 |
|
Abiezer anatotita, Mebunai husatita; |
|
28 |
|
Salmón ahohíta, Maharai netofatita; |
|
29 |
|
Helec hijo de Baana netofatita, Itai
hijo de Ribai de Gabaa de los hijos de Benjamín; |
|
30 |
|
Benaía piratonita, Hidai de los arroyos
de Gaas; |
|
31 |
|
Abi-albon arbatita, Azmavet barhumita; |
|
32 |
|
Elihaba saalbonita, Jonatán de los hijos
de Jasén; |
|
33 |
|
Sama ararita, Ahiam hijo de Sarar
ararita. |
|
34 |
|
Elifelet hijo de Asbai hijo de Maaca;
Eliam hijo de Ahitofel gilonita; |
|
35 |
|
Hezrai carmelita, Parai arbita; |
|
36 |
|
Igal hijo de Natán de Soba, Bani gadita; |
|
37 |
|
Selec amonita, Naharai beerotita,
escudero de Joab hijo de Sarvia; |
|
38 |
|
Ira itrita, Gareb itrita; |
|
39 |
|
Urías heteo. Treinta y siete por todos. |
|
2 Samuel 24 |
|
|
1 |
|
Y volvió a encenderse el furor de Jehová
contra Israel, e incitó a David contra ellos a que dijese: Ve, cuenta a
Israel y a Judá. |
|
2 |
|
Y dijo el rey a Joab, general del
ejército que estaba con él: Recorre ahora todas las tribus de Israel,
desde Dan hasta Beerseba, y cuenta al pueblo, para que yo sepa el número
de la gente. |
|
3 |
|
Y Joab respondió al rey: Añada Jehová tu
Dios al pueblo cien veces tanto de lo que son, y que lo vea mi señor el
rey; mas ¿para qué quiere esto mi señor el rey? |
|
4 |
|
Pero la palabra del rey pudo más que
Joab, y que los capitanes del ejército. Salió, pues, Joab, con los
capitanes del ejército, de delante del rey, para contar el pueblo de
Israel. |
|
5 |
|
Y pasando el Jordán asentaron en Aroer,
a la mano derecha de la ciudad que está en medio del valle de Gad y
junto a Jazer. |
|
6 |
|
Después vinieron a Galaad, y a la tierra
baja de Absi; y de allí vinieron a Danjaán y alrededor de Sidón. |
|
7 |
|
Y vinieron luego a la fortaleza de Tiro,
y a todas las ciudades de los heveos y de los cananeos; y salieron al
sur de Judá, hasta Beerseba. |
|
8 |
|
Y después que hubieron recorrido toda la
tierra, volvieron a Jerusalén al cabo de nueve meses y veinte días. |
|
9 |
|
Y Joab dio la suma del número del pueblo
al rey; y los de Israel fueron ochocientos mil hombres valientes que
sacaban espada; y los de Judá fueron quinientos mil hombres. |
|
10 |
|
Y después que David hubo contado al
pueblo, le pesó en su corazón; y dijo David a Jehová: Yo he pecado
gravemente por haber hecho esto; mas ahora, oh Jehová, te ruego que
quites el pecado de tu siervo, porque yo he hecho muy neciamente. |
|
11 |
|
Y por la mañana, cuando David se hubo
levantado, vino palabra de Jehová a Gad profeta, vidente de David,
diciendo: |
|
12 |
|
Ve, y di a David: Así dice Jehová: Tres
cosas te propongo; tú escogerás una de ellas, para que yo te la haga. |
|
13 |
|
Vino, pues, Gad a David, y se lo hizo
saber, y le dijo: ¿Quieres que te vengan siete años de hambre en tu
tierra? ¿O que huyas tres meses delante de tus enemigos, y que ellos te
persigan? ¿O que tres días haya pestilencia en tu tierra? Piensa ahora,
y mira qué responderé al que me ha enviado. |
|
14 |
|
Entonces David dijo a Gad: En grande
angustia estoy; caigamos ahora en mano de Jehová, porque grandes son sus
misericordias, y no caiga yo en manos de hombres. |
|
15 |
|
Y Jehová envió pestilencia a Israel
desde la mañana hasta el tiempo señalado; y murieron del pueblo, desde
Dan hasta Beerseba, setenta mil hombres. |
|
16 |
|
Y cuando el ángel extendió su mano sobre
Jerusalén para destruirla, Jehová se arrepintió de aquel mal, y dijo al
ángel que destruía el pueblo: Basta ahora; detén tu mano. Entonces el
ángel de Jehová estaba junto a la era de Arauna jebuseo. |
|
17 |
|
Y David dijo a Jehová, cuando vio al
ángel que hería al pueblo: Yo pequé, yo hice la maldad; ¿qué hicieron
estas ovejas? Te ruego que tu mano se torne contra mí, y contra la casa
de mi padre. |
|
18 |
|
Y Gad vino a David aquel día, y le dijo:
Sube, y haz un altar a Jehová en la era de Arauna jebuseo. |
|
19 |
|
Y subió David, conforme al dicho de Gad,
que Jehová le había mandado. |
|
20 |
|
Y mirando Arauna, vio al rey y a sus
siervos que pasaban a él. Saliendo entonces Arauna, se inclinó delante
del rey rostro a tierra. |
|
21 |
|
Y Arauna dijo: ¿Por qué viene mi señor
el rey a su siervo? Y David respondió: Para comprar de ti la era, para
edificar altar a Jehová, para que cese la mortandad del pueblo. |
|
22 |
|
Y Arauna dijo a David: Tome y ofrezca mi
señor el rey lo que bien le pareciere; he aquí bueyes para el holocausto,
y los trillos y otros pertrechos de los bueyes para leña. |
|
23 |
|
Todo esto hizo Arauna, como un rey da al
rey. Luego dijo Arauna al rey: Jehová tu Dios te sea propicio. |
|
24 |
|
Y el rey dijo a Arauna: No, sino por
precio te lo compraré; porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos
que no me cuesten nada. Entonces David compró la era y los bueyes por
cincuenta siclos de plata. |
|
25 |
|
Y edificó allí David un altar a Jehová,
y sacrificó holocaustos y ofrendas de paz; y Jehová escuchó la
intercesión por la tierra, y cesó la plaga en Israel. |