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Apocalipsis 16 |
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1 |
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Y oí una gran voz que decía desde el
templo a los siete ángeles: Id, y derramad las copas de la ira de Dios
sobre la tierra. |
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2 |
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Y fue el primero, y derramó su copa
sobre la tierra; y vino una pestilente y maligna úlcera sobre los
hombres que tenían la marca de la bestia y que adoraban su imagen. |
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3 |
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Y el segundo ángel derramó su copa sobre
el mar, y éste se convirtió en sangre como de muerto; y murió todo ser
viviente en el mar. |
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4 |
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Y el tercer ángel derramó su copa sobre
los ríos, y sobre las fuentes de las aguas, y se tornaron en sangre. |
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5 |
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Y oí al ángel de las aguas, que decía:
Justo eres tú, oh Señor, que eres y que eras, y serás, porque has
juzgado así. |
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6 |
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Por cuanto ellos derramaron la sangre de
santos y de profetas, y tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen. |
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7 |
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Y oí a otro que desde el altar decía:
Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y
justos. |
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8 |
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Y el cuarto ángel derramó su copa sobre
el sol; y le fue dado quemar a los hombres con fuego. |
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9 |
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Y los hombres se quemaron con el gran
calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene potestad sobre estas
plagas, y no se arrepintieron para darle gloria. |
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10 |
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Y el quinto ángel derramó su copa sobre
la silla de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas, y se mordían
sus lenguas de dolor; |
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11 |
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y blasfemaron contra el Dios del cielo
por causa de sus dolores, y por sus plagas, y no se arrepintieron de sus
obras. |
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12 |
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Y el sexto ángel derramó su copa sobre
el gran río Éufrates; y el agua de éste se secó, para que fuese
preparado el camino de los reyes del oriente. |
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13 |
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Y vi salir de la boca del dragón, y de
la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus
inmundos a manera de ranas; |
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14 |
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porque son espíritus de demonios,
haciendo milagros, que van a los reyes de la tierra y a todo el mundo,
para congregarlos para la batalla de aquel gran día del Dios
Todopoderoso. |
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15 |
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He aquí, yo vengo como ladrón.
Bienaventurado el que vela, y guarda sus vestiduras, para que no ande
desnudo, y vean su vergüenza. |
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16 |
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Y los congregó en el lugar que en hebreo
es llamado Armagedón. |
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17 |
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Y el séptimo ángel derramó su copa por
el aire; y salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo:
¡Hecho está! |
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18 |
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Y hubo voces, y relámpagos y truenos; y
hubo un gran temblor, un terremoto tan grande, cual no hubo jamás desde
que los hombres han estado sobre la tierra. |
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19 |
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Y la gran ciudad fue partida en tres
partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino
en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del furor de su
ira. |
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20 |
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Y toda isla huyó, y los montes no fueron
hallados. |
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21 |
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Y cayó del cielo sobre los hombres un
grande granizo como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron a
Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue muy grande. |
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Apocalipsis 17 |
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1 |
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Y vino uno de los siete ángeles que
tenían las siete copas, y habló conmigo, diciéndome: Ven acá, y te
mostraré la condenación de la gran ramera, la cual está sentada sobre
muchas aguas; |
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2 |
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con la cual han fornicado los reyes de
la tierra, y los que moran en la tierra se han embriagado con el vino de
su fornicación. |
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3 |
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Y me llevó en el Espíritu al desierto; y
vi una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de
blasfemia y que tenía siete cabezas y diez cuernos. |
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4 |
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Y la mujer estaba vestida de púrpura y
de escarlata, y adornada con oro, piedras preciosas y perlas, y tenía en
su mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la suciedad de su
fornicación; |
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5 |
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y en su frente un nombre escrito:
MISTERIO, BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS
ABOMINACIONES DE LA TIERRA. |
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6 |
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Y vi a la mujer embriagada de la sangre
de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi,
quedé maravillado con gran asombro. |
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7 |
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Y el ángel me dijo: ¿Por qué te
maravillas? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la
trae, la cual tiene siete cabezas y diez cuernos. |
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8 |
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La bestia que has visto, era, y no es; y
ha de subir del abismo, y ha de ir a perdición; y los moradores de la
tierra, cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida desde la
fundación del mundo, se maravillarán cuando vean la bestia, que era y no
es, aunque es. |
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9 |
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Aquí hay mente que tiene sabiduría. Las
siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer. |
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10 |
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Y son siete reyes. Cinco son caídos; uno
es, el otro aún no ha venido; y cuando viniere, es necesario que dure
breve tiempo. |
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11 |
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Y la bestia que era, y no es, es también
el octavo, y es de los siete, y va a perdición. |
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12 |
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Y los diez cuernos que has visto, son
diez reyes, que aún no han recibido reino; mas recibirán potestad por
una hora como reyes con la bestia. |
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13 |
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Éstos tienen un mismo propósito, y darán
su poder y autoridad a la bestia. |
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14 |
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Ellos pelearán contra el Cordero, y el
Cordero los vencerá, porque Él es Señor de señores y Rey de reyes; y los
que están con Él son llamados, y elegidos, y fieles. |
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15 |
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Y él me dice: Las aguas que has visto
donde la ramera se sienta, son pueblos y multitudes y naciones y lenguas. |
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16 |
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Y los diez cuernos que viste en la
bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la harán desolada y desnuda; y
comerán sus carnes, y la quemarán con fuego; |
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17 |
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porque Dios ha puesto en sus corazones
ejecutar su voluntad, y el ponerse de acuerdo, y dar su reino a la
bestia, hasta que sean cumplidas las palabras de Dios. |
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18 |
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Y la mujer que has visto, es la gran
ciudad que tiene reino sobre los reyes de la tierra. |
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Apocalipsis 18 |
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1 |
|
Y después de estas cosas vi otro ángel
descender del cielo teniendo gran poder; y la tierra fue alumbrada de su
gloria. |
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2 |
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Y clamó fuertemente en alta voz,
diciendo: ¡Caída es, caída es Babilonia la grande! Y es hecha habitación
de demonios, y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave
inmunda y aborrecible. |
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3 |
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Porque todas las naciones han bebido del
vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado
con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la
abundancia de sus deleites. |
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4 |
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Y oí otra voz del cielo, que decía:
Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados,
y para que no recibáis de sus plagas; |
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5 |
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porque sus pecados han llegado hasta el
cielo, y Dios se ha acordado de las maldades de ella. |
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6 |
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Dadle como ella os ha dado, y pagadle al
doble según sus obras; en la copa que ella os preparó, preparadle el
doble. |
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7 |
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Cuanto ella se ha glorificado, y ha
vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su
corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto. |
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8 |
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Por lo cual en un día vendrán sus plagas,
muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es el
Señor Dios que la juzga. |
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9 |
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Y llorarán y se lamentarán sobre ella
los reyes de la tierra, los cuales han fornicado con ella, y han vivido
en deleites, cuando ellos vieren el humo de su incendio, |
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10 |
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parándose lejos por el temor de su
tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad
poderosa; porque en una hora vino tu juicio! |
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11 |
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Y los mercaderes de la tierra llorarán y
se lamentarán sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías; |
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12 |
|
mercadería de oro, y plata, y piedras
preciosas, y perlas, y lino fino, y púrpura, y seda, y escarlata, y toda
madera olorosa, y todo artículo de marfil, y todo artículo de madera
preciosa, y de bronce, y de hierro, y de mármol; |
|
13 |
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y canela, y aromas, y ungüentos, e
incienso, y vino, y aceite; y flor de harina y trigo, y bestias, y
ovejas; y caballos, y carros, y esclavos, y almas de hombres. |
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14 |
|
Y los frutos codiciados de tu alma se
han ido de ti; y todas las cosas suntuosas y espléndidas se han ido de
ti, y nunca más las hallarás. |
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15 |
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Los mercaderes de estas cosas, que se
han enriquecido por ella, se pararán lejos por el temor de su tormento,
llorando y lamentando, |
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16 |
|
y diciendo: ¡Ay, ay, de aquella gran
ciudad, que estaba vestida de lino fino y de púrpura y de escarlata, y
adornada con oro y piedras preciosas y perlas! |
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17 |
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Porque en una hora ha sido desolada
tanta riqueza. Y todo timonel, y todos los que navegan en barcos, y
marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos; |
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18 |
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y viendo el humo de su incendio, dieron
voces, diciendo: ¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad? |
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19 |
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Y echaron polvo sobre sus cabezas; y
dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay, de aquella gran
ciudad, en la cual todos los que tenían navíos en el mar se habían
enriquecido de sus riquezas; porque en una hora ha sido desolada! |
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20 |
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Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros,
santos apóstoles y profetas; porque Dios os ha vengado en ella. |
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21 |
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Y un ángel fuerte tomó una piedra como
una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: Con esta
violencia será derribada Babilonia, aquella gran ciudad, y nunca más
será hallada. |
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22 |
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Y voz de arpistas, y de músicos, y de
flautistas, y de trompetistas, no se oirá más en ti; y ningún artífice
de cualquier oficio, no se hallará más en ti; y el ruido de la piedra de
molino no se oirá más en ti. |
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23 |
|
Y luz de candelero no alumbrará más en
ti; y voz de desposado y de desposada no se oirá más en ti; porque tus
mercaderes eran los magnates de la tierra; porque por tus hechicerías
fueron engañadas todas las naciones. |
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24 |
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Y en ella fue hallada la sangre de los
profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la
tierra. |
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Apocalipsis 19 |
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1 |
|
Y después de estas cosas oí una gran voz
de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y
gloria y poder al Señor nuestro Dios. |
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2 |
|
Porque sus juicios son justos y
verdaderos; porque Él ha juzgado a la gran ramera, que ha corrompido la
tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la
mano de ella. |
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3 |
|
Y otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y su humo
subió para siempre jamás. |
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4 |
|
Y los veinticuatro ancianos y los cuatro
seres vivientes se postraron en tierra, y adoraron a Dios que estaba
sentado sobre el trono, diciendo: Amén: Aleluya. |
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5 |
|
Y salió una voz del trono, que decía:
Load a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños
como grandes. |
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6 |
|
Y oí como la voz de una gran multitud, y
como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos,
diciendo: ¡Aleluya, porque reina el Señor Dios Todopoderoso! |
|
7 |
|
Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria;
porque han venido las bodas del Cordero, y su esposa se ha aparejado. |
|
8 |
|
Y a ella se le ha concedido que se vista
de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es la
justicia de los santos. |
|
9 |
|
Y él me dijo: Escribe: Bienaventurados
los que son llamados a la cena del Cordero. Y me dijo: Éstas son
palabras verdaderas de Dios. |
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10 |
|
Y yo me postré a sus pies para adorarle.
Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus
hermanos que tienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el
testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía. |
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11 |
|
Y vi el cielo abierto; y he aquí un
caballo blanco, y el que estaba sentado sobre él, era llamado Fiel y
Verdadero, y en justicia juzga y pelea. |
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12 |
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Y sus ojos eran como llama de fuego, y
había en su cabeza muchas coronas; y tenía un nombre escrito que ninguno
conocía sino Él mismo. |
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13 |
|
Y estaba vestido de una ropa teñida en
sangre; y su nombre es llamado EL VERBO DE DIOS. |
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14 |
|
Y los ejércitos que están en el cielo le
seguían en caballos blancos, vestidos de lino fino, blanco y limpio. |
|
15 |
|
Y de su boca sale una espada aguda, para
herir con ella a las naciones; y Él las regirá con vara de hierro; y Él
pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. |
|
16 |
|
Y en su vestidura y en su muslo tiene
escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. |
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17 |
|
Y vi a un ángel que estaba en pie en el
sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que volaban por medio
del cielo: Venid, y congregaos a la cena del gran Dios, |
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18 |
|
para que comáis carnes de reyes, y
carnes de capitanes, y carnes de fuertes, y carnes de caballos, y de los
que están sentados sobre ellos; y carnes de todos, libres y siervos,
pequeños y grandes. |
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19 |
|
Y vi a la bestia, a los reyes de la
tierra y a sus ejércitos, reunidos para hacer guerra contra el que
estaba sentado sobre el caballo, y contra su ejército. |
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20 |
|
Y la bestia fue apresada, y con ella el
falso profeta que había hecho los milagros delante de ella, con los
cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y
habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un
lago de fuego ardiendo con azufre. |
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21 |
|
Y los demás fueron muertos con la espada
que salía de la boca del que estaba sentado sobre el caballo, y todas
las aves fueron saciadas de las carnes de ellos. |
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Apocalipsis 20 |
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1 |
|
Y vi a un ángel descender del cielo, que
tenía la llave del abismo, y una cadena grande en su mano. |
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2 |
|
Y prendió al dragón, aquella serpiente
antigua, que es el Diablo y Satanás, y le ató por mil años; |
|
3 |
|
y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y
puso sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que
los mil años fuesen cumplidos; y después de esto es necesario que sea
desatado un poco de tiempo. |
|
4 |
|
Y vi tronos, y a los que se sentaron
sobre ellos les fue dado juicio; y vi las almas de los decapitados por
el testimonio de Jesús, y por la palabra de Dios, y que no habían
adorado la bestia, ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus
frentes ni en sus manos, y vivieron y reinaron con Cristo mil años. |
|
5 |
|
Mas los otros muertos no volvieron a
vivir hasta que se cumplieron mil años. Ésta es la primera resurrección. |
|
6 |
|
Bienaventurado y santo el que tiene
parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad
sobre éstos; sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán
con Él mil años. |
|
7 |
|
Y cuando los mil años fueren cumplidos,
Satanás será suelto de su prisión, |
|
8 |
|
y saldrá para engañar a las naciones que
están sobre los cuatro ángulos de la tierra, Gog y Magog, a fin de
reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del
mar. |
|
9 |
|
Y subieron sobre la anchura de la tierra,
y rodearon el campamento de los santos, y la ciudad amada; y de Dios
descendió fuego del cielo, y los devoró. |
|
10 |
|
Y el diablo que los engañaba, fue
lanzado en el lago de fuego y azufre, donde está la bestia y el falso
profeta; y serán atormentados día y noche por siempre jamás. |
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11 |
|
Y vi un gran trono blanco y al que
estaba sentado sobre él, de delante del cual huyeron la tierra y el
cielo; y no fue hallado lugar para ellos. |
|
12 |
|
Y vi los muertos, grandes y pequeños, de
pie ante Dios; y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto,
el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las
cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. |
|
13 |
|
Y el mar dio los muertos que estaban en
él; y la muerte y el infierno dieron los muertos que estaban en ellos; y
fueron juzgados cada uno según sus obras. |
|
14 |
|
Y la muerte y el infierno fueron
lanzados en el lago de fuego. Ésta es la muerte segunda. |
|
15 |
|
Y el que no fue hallado escrito en el
libro de la vida fue lanzado en el lago de fuego. |
|
Apocalipsis 21 |
|
|
1 |
|
Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva;
porque el primer cielo y la primera tierra habían pasado, y el mar no
existía ya más. |
|
2 |
|
Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva
Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, dispuesta como una novia
ataviada para su marido. |
|
3 |
|
Y oí una gran voz del cielo que decía:
He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y Él morará con ellos; y
ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos, y será su Dios. |
|
4 |
|
Y enjugará Dios toda lágrima de los ojos
de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni
dolor; porque las primeras cosas pasaron. |
|
5 |
|
Y el que estaba sentado en el trono dijo:
He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque
estas palabras son fieles y verdaderas. |
|
6 |
|
Y me dijo: Hecho es. Yo soy el Alfa y la
Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré de la
fuente del agua de vida gratuitamente. |
|
7 |
|
El que venciere, heredará todas las
cosas; y yo seré su Dios, y él será mi hijo. |
|
8 |
|
Mas los temerosos e incrédulos, los
abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras, y
todos los mentirosos, tendrán su parte en el lago que arde con fuego y
azufre, que es la muerte segunda. |
|
9 |
|
Y vino a mí uno de los siete ángeles que
tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló
conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del
Cordero. |
|
10 |
|
Y me llevó en el Espíritu a un monte
grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que
descendía del cielo de Dios, |
|
11 |
|
teniendo la gloria de Dios; y su luz era
semejante a una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como
el cristal. |
|
12 |
|
Y tenía un muro grande y alto, y tenía
doce puertas; y a las puertas, doce ángeles, y nombres escritos en ellas,
que son los nombres de las doce tribus de los hijos de Israel. |
|
13 |
|
Al oriente tres puertas; al norte tres
puertas; al sur tres puertas; al poniente tres puertas. |
|
14 |
|
Y el muro de la ciudad tenía doce
fundamentos, y en ellos los nombres de los doce apóstoles del Cordero. |
|
15 |
|
Y el que hablaba conmigo, tenía una caña
de oro para medir la ciudad, y sus puertas, y su muro. |
|
16 |
|
Y la ciudad está situada y puesta en
cuadro, y su longitud es tanta como su anchura; y él midió la ciudad con
la caña, doce mil estadios: La longitud y la altura y la anchura de ella
son iguales. |
|
17 |
|
Y midió su muro, ciento cuarenta y
cuatro codos de medida de hombre, la cual es de ángel. |
|
18 |
|
Y el material de su muro era de jaspe; y
la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio; |
|
19 |
|
y los fundamentos del muro de la ciudad
estaban adornados de toda piedra preciosa. El primer fundamento era
jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, calcedonia; el cuarto, esmeralda; |
|
20 |
|
el quinto, ónice; el sexto, sardio; el
séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo,
crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista. |
|
21 |
|
Y las doce puertas eran doce perlas;
cada una de las puertas era de una perla. Y la plaza de la ciudad era de
oro puro, como vidrio transparente. |
|
22 |
|
Y no vi templo en ella; porque el Señor
Dios Todopoderoso y el Cordero son el templo de ella. |
|
23 |
|
Y la ciudad no tenía necesidad de sol ni
de luna para que resplandezcan en ella; porque la gloria de Dios la
iluminaba, y el Cordero es su luz. |
|
24 |
|
Y las naciones de los que hubieren sido
salvos andarán en la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su
gloria y honor a ella. |
|
25 |
|
Y sus puertas nunca serán cerradas de
día, pues allí no habrá noche. |
|
26 |
|
Y traerán la gloria y la honra de las
naciones a ella. |
|
27 |
|
Y no entrará en ella ninguna cosa
inmunda, o que hace abominación o mentira; sino sólo aquellos que están
escritos en el libro de la vida del Cordero. |
|
Apocalipsis 22 |
|
|
1 |
|
Y me mostró un río puro de agua de vida,
límpido como el cristal, que provenía del trono de Dios y del Cordero. |
|
2 |
|
En el medio de la calle de ella, y de
uno y de otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que lleva doce
frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la
sanidad de las naciones. |
|
3 |
|
Y no habrá más maldición; y el trono de
Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán; |
|
4 |
|
y verán su rostro, y su nombre estará en
sus frentes. |
|
5 |
|
Y allí no habrá más noche; y no tienen
necesidad de lámpara, ni de luz de sol, porque el Señor Dios los
alumbrará; y reinarán por siempre jamás. |
|
6 |
|
Y me dijo: Estas palabras son fieles y
verdaderas. Y el Señor Dios de los santos profetas ha enviado su ángel,
para mostrar a sus siervos las cosas que deben acontecer en breve. |
|
7 |
|
He aquí, yo vengo pronto. Bienaventurado
el que guarda las palabras de la profecía de este libro. |
|
8 |
|
Y yo Juan vi y oí estas cosas. Y después
que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel
que me mostraba estas cosas. |
|
9 |
|
Y él me dijo: Mira que no lo hagas;
porque yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos los profetas, y de los
que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios. |
|
10 |
|
Y me dijo: No selles las palabras de la
profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. |
|
11 |
|
El que es injusto, sea injusto todavía;
y el que es sucio, ensúciese todavía; y el que es justo, sea justo
todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. |
|
12 |
|
Y he aquí, yo vengo pronto, y mi
galardón conmigo, para recompensar a cada uno según fuere su obra. |
|
13 |
|
Yo soy el Alfa y la Omega, el principio
y el fin, el primero y el postrero. |
|
14 |
|
Bienaventurados los que guardan sus
mandamientos, para tener derecho al árbol de la vida, y poder entrar por
las puertas en la ciudad. |
|
15 |
|
Mas los perros estarán afuera, y los
hechiceros, y los disolutos, y los homicidas, y los idólatras, y
cualquiera que ama y hace mentira. |
|
16 |
|
Yo Jesús he enviado mi ángel para daros
testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de
David, y la estrella resplandeciente de la mañana. |
|
17 |
|
Y el Espíritu y la esposa dicen: Ven. Y
el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiere, tome
del agua de la vida gratuitamente. |
|
18 |
|
Porque yo testifico a cualquiera que oye
las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas
cosas, Dios añadirá sobre él las plagas que están escritas en este libro. |
|
19 |
|
Y si alguno quitare de las palabras del
libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de
la santa ciudad, y de las cosas que están escritas en este libro. |
|
20 |
|
El que da testimonio de estas cosas,
dice: Ciertamente vengo en breve. Amén, así sea. Ven: Señor Jesús. |
|
21 |
|
La gracia de nuestro Señor Jesucristo
sea con todos vosotros. Amén. |