Deuteronomio 27-34


 
Deuteronomio 27
 
  1   Y mandó Moisés, con los ancianos de Israel, al pueblo, diciendo: Guardaréis todos los mandamientos que yo prescribo hoy.
  2   Y será que, el día que pasareis el Jordán a la tierra que Jehová tu Dios te da, te has de levantar piedras grandes, las cuales revocarás con cal:
  3   Y escribirás en ellas todas las palabras de esta ley, cuando hubieres pasado para entrar en la tierra que Jehová tu Dios te da, tierra que fluye leche y miel, como Jehová el Dios de tus padres te ha dicho.
  4   Será pues, cuando hubieres pasado el Jordán, que levantaréis estas piedras que yo os mando hoy, en el monte de Ebal, y las revocarás con cal:
  5   Y edificarás allí altar a Jehová tu Dios, altar de piedras: no alzarás sobre ellas instrumento de hierro.
  6   De piedras enteras edificarás el altar de Jehová tu Dios; y ofrecerás sobre él holocausto a Jehová tu Dios;
  7   y sacrificarás ofrendas de paz, y comerás allí; y te alegrarás delante de Jehová tu Dios.
  8   Y escribirás en las piedras todas las palabras de esta ley muy claramente.
  9   Y Moisés, con los sacerdotes levitas, habló a todo Israel, diciendo: Atiende y escucha, Israel: hoy eres hecho pueblo de Jehová tu Dios.
  10   Oirás pues la voz de Jehová tu Dios, y cumplirás sus mandamientos y sus estatutos, que yo te ordeno hoy.
  11   Y mandó Moisés al pueblo en aquel día, diciendo:
  12   Éstos estarán sobre el monte de Gerizim para bendecir al pueblo, cuando hubiereis pasado el Jordán: Simeón, y Leví, y Judá, e Isacar, y José y Benjamín.
  13   Y éstos estarán para pronunciar la maldición en el monte Ebal: Rubén, Gad, y Aser, y Zabulón, Dan, y Neftalí.
  14   Y hablarán los levitas, y dirán a todo varón de Israel en alta voz:
  15   Maldito el hombre que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación a Jehová, obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén.
  16   Maldito el que deshonrare a su padre o a su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
  17   Maldito el que redujere el término de su prójimo. Y dirá todo el pueblo: Amén.
  18   Maldito el que hiciere errar al ciego en el camino. Y dirá todo el pueblo: Amén.
  19   Maldito el que torciere el derecho del extranjero, del huérfano, y de la viuda. Y dirá todo el pueblo: Amén.
  20   Maldito el que se acostare con la esposa de su padre; por cuanto descubrió el regazo de su padre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
  21   Maldito el que se ayuntare con cualquier clase de bestia. Y dirá todo el pueblo: Amén.
  22   Maldito el que se acostare con su hermana, hija de su padre, o hija de su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
  23   Maldito el que se acostare con su suegra. Y dirá todo el pueblo: Amén.
  24   Maldito el que hiriere a su prójimo ocultamente. Y dirá todo el pueblo: Amén.
  25   Maldito el que recibiere cohecho para quitar la vida al inocente. Y dirá todo el pueblo: Amén.
  26   Maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para cumplirlas. Y dirá todo el pueblo: Amén.

 
Deuteronomio 28
 
  1   Y será que, si oyeres diligente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te pondrá en alto sobre todas las naciones de la tierra;
  2   Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, cuando oyeres la voz de Jehová tu Dios.
  3   Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo.
  4   Bendito el fruto de tu vientre, y el fruto de tu bestia, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas.
  5   Bendito tu canastillo y tus sobras.
  6   Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir.
  7   Jehová hará que los enemigos que se levantan contra ti sean derrotados delante de ti; por un camino saldrán contra ti y por siete caminos huirán de delante ti.
  8   Enviará Jehová contigo la bendición en tus graneros, y en todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da.
  9   Jehová te confirmará como un pueblo santo para sí, como te ha jurado, cuando guardares los mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos.
  10   Y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de Jehová es invocado sobre ti, y te temerán.
  11   Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, y en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que juró Jehová a tus padres que te había de dar.
  12   Y Jehová te abrirá su buen depósito, el cielo, para dar lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no tomarás prestado.
  13   Y te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola: y estarás encima solamente, y no estarás debajo; cuando obedecieres a los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas.
  14   Y no te apartes de todas las palabras que yo os mando hoy, ni a derecha ni a izquierda, para ir tras dioses ajenos para servirles.
  15   Y será, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para cuidar de poner por obra todos sus mandamientos y sus estatutos, que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán.
  16   Maldito serás tú en la ciudad, y maldito en el campo.
  17   Maldito tu canastillo, y tus sobras.
  18   Maldito el fruto de tu vientre, y el fruto de tu tierra, y la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas.
  19   Maldito serás en tu entrar, y maldito en tu salir.
  20   Y Jehová enviará contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieres mano e hicieres, hasta que seas destruido, y perezcas presto a causa de la maldad de tus obras, por las cuales me habrás dejado.
  21   Jehová hará que se te pegue mortandad, hasta que te consuma de la tierra a la cual entras para poseerla.
  22   Jehová te herirá de tisis, y de fiebre, y de ardor, y de calor, y de espada, y de calamidad repentina, y con añublo; y te perseguirán hasta que perezcas.
  23   Y tus cielos que están sobre tu cabeza, serán de bronce; y la tierra que está debajo de ti, de hierro.
  24   Dará Jehová por lluvia a tu tierra polvo y ceniza: de los cielos descenderán sobre ti hasta que perezcas.
  25   Jehová te entregará herido delante de tus enemigos: por un camino saldrás a ellos, y por siete caminos huirás delante de ellos: y serás removido hacia todos los reinos de la tierra.
  26   Y será tu cuerpo muerto por comida a toda ave del cielo, y bestia de la tierra, y no habrá quien las espante.
  27   Jehová te herirá de la plaga de Egipto, y con almorranas, y con sarna, y con comezón, de que no puedas ser curado.
  28   Jehová te herirá con locura, y con ceguedad, y con angustia de corazón.
  29   Y palparás a mediodía, como palpa el ciego en la oscuridad, y no serás prosperado en tus caminos: y nunca serás sino oprimido y despojado todos los días, y no habrá quien te salve.
  30   Te desposarás con mujer, y otro varón se acostará con ella; edificarás casa, y no habitarás en ella; plantarás viña, y no la vendimiarás.
  31   Tu buey será matado delante de tus ojos, y tú no comerás de él; tu asno será arrebatado de delante de ti, y no te será devuelto; tus ovejas serán dadas a tus enemigos, y no tendrás quien te las rescate.
  32   Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo, y tus ojos lo verán, y desfallecerán por ellos todo el día; y no habrá fuerza en tu mano.
  33   El fruto de tu tierra y todo tu trabajo comerá pueblo que no conociste; y nunca serás sino oprimido y quebrantado todos los días.
  34   Y enloquecerás a causa de lo que verás con tus ojos.
  35   Jehová te herirá con maligna pústula en las rodillas y en las piernas, sin que puedas ser curado; desde la planta de tu pie hasta tu coronilla.
  36   Jehová llevará a ti, y a tu rey que hubieres puesto sobre ti, a nación que no conociste ni tú ni tus padres; y allá servirás a dioses ajenos, al palo y a la piedra.
  37   Y serás por pasmo, por ejemplo y por fábula, a todos los pueblos a los cuales te llevará Jehová.
  38   Sacarás mucha simiente al campo, y recogerás poco; porque la langosta lo consumirá.
  39   Plantarás viñas y labrarás, mas no beberás vino, ni recogerás uvas; porque el gusano las comerá.
  40   Tendrás olivos en todo tu término, mas no te ungirás con el aceite; porque tu aceituna se caerá.
  41   Hijos e hijas engendrarás, y no serán para ti; porque irán en cautiverio.
  42   Toda tu arboleda y el fruto de tu tierra consumirá la langosta.
  43   El extranjero que estará en medio de ti subirá sobre ti muy alto, y tú serás puesto muy bajo.
  44   Él te prestará a ti, y tú no prestarás a él; él será por cabeza, y tú serás por cola.
  45   Y vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te perseguirán, y te alcanzarán hasta que perezcas; por cuanto no habrás atendido a la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos, que Él te mandó:
  46   Y serán en ti por señal y por maravilla, y en tu simiente para siempre.
  47   Por cuanto no serviste a Jehová tu Dios con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas;
  48   servirás por tanto a tus enemigos que enviare Jehová contra ti, con hambre y con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas; y Él pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte.
  49   Jehová traerá contra ti una nación de lejos, desde lo último de la tierra, que vuele como águila, nación cuya lengua no entiendas;
  50   gente fiera de rostro, que no tendrá respeto al anciano, ni perdonará al niño;
  51   y comerá el fruto de tu ganado y el fruto de tu tierra, hasta que perezcas: y no te dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los rebaños de tus ovejas, hasta destruirte.
  52   Y te pondrá cerco en todas tus ciudades, hasta que caigan tus muros altos y encastillados en que tú confías, en toda tu tierra: te cercará, pues, en todas tus ciudades y en toda tu tierra, que Jehová tu Dios te habrá dado.
  53   Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehová tu Dios te dio, en el asedio y en al aprieto con que te angustiará tu enemigo.
  54   El hombre tierno en ti, y el muy delicado, su ojo será maligno para con su hermano, y para con la esposa de su seno, y para con el resto de sus hijos que le quedaren;
  55   para no dar a alguno de ellos de la carne de sus hijos, que él comerá, porque nada le habrá quedado, en el cerco y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en todas tus ciudades.
  56   La tierna y la delicada entre vosotros, que nunca la planta de su pie probó a sentar sobre la tierra, de ternura y delicadeza, su ojo será maligno para con el marido de su seno, y para con su hijo, y para con su hija,
  57   y para con su chiquita que sale de entre sus pies, y para con sus hijos que dé a luz; pues los comerá a escondidas, a falta de todo, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades.
  58   Si no cuidares de poner por obra todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro, temiendo este nombre glorioso y terrible, JEHOVÁ TU DIOS;
  59   entonces Jehová aumentará maravillosamente tus plagas y las plagas de tu simiente, plagas grandes y estables, y enfermedades malignas y duraderas;
  60   Y hará volver sobre ti todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y se te pegarán.
  61   Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, Jehová la enviará sobre ti, hasta que tú seas destruido.
  62   Y quedaréis pocos en número, en lugar de haber sido como las estrellas del cielo en multitud; por cuanto no obedeciste a la voz de Jehová tu Dios.
  63   Y será que como Jehová se gozó sobre vosotros para haceros bien, y para multiplicaros, así se gozará Jehová sobre vosotros para arruinaros, y para destruiros; y seréis arrancados de sobre la tierra, a la cual entráis para poseerla.
  64   Y Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde el un extremo de la tierra hasta el otro extremo de ella; y allí servirás a dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al leño y a la piedra.
  65   Y entre estas naciones no tendrás tranquilidad, ni la planta de tu pie tendrá reposo; que allí te dará Jehová corazón temeroso, y decaimiento de ojos, y tristeza de alma.
  66   Y tu vida estará en suspenso delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida.
  67   Por la mañana dirás: ¡Quién diera fuese la tarde! y a la tarde dirás: ¡Quién diera fuese la mañana! por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado, y por lo que verán tus ojos.
  68   Y Jehová te hará tornar a Egipto en navíos por el camino del cual te ha dicho: Nunca más volveréis: y allí seréis vendidos a vuestros enemigos por esclavos y por esclavas, y no habrá quien os compre.

 
Deuteronomio 29
 
  1   Éstas son las palabras del pacto que Jehová mandó a Moisés que concertara con los hijos de Israel en la tierra de Moab, además del pacto que concertó con ellos en Horeb.
  2   Moisés, pues, llamó a todo Israel, y les dijo: Vosotros habéis visto todo lo que Jehová ha hecho delante de vuestros ojos en la tierra de Egipto a Faraón y a todos sus siervos, y a toda su tierra:
  3   Las pruebas grandes que vieron tus ojos, las señales, y las grandes maravillas.
  4   Y Jehová no os dio corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír, hasta el día de hoy.
  5   Y yo os he traído cuarenta años por el desierto; vuestra ropa no se ha envejecido sobre vosotros, ni vuestro zapato se ha envejecido sobre vuestro pie.
  6   No habéis comido pan, ni bebisteis vino ni sidra: para que supieseis que yo soy Jehová vuestro Dios.
  7   Y llegasteis a este lugar, y salió Sehón rey de Hesbón, y Og rey de Basán, delante de nosotros para pelear, y los herimos;
  8   y tomamos su tierra, y la dimos por heredad a Rubén y a Gad, y a la media tribu de Manasés.
  9   Guardaréis, pues, las palabras de este pacto, y las pondréis por obra, para que prosperéis en todo lo que hiciereis.
  10   Vosotros todos estáis hoy delante de Jehová vuestro Dios; vuestros príncipes de vuestras tribus, vuestros ancianos, y vuestros oficiales, todos los varones de Israel,
  11   vuestros niños, vuestras esposas, y tus extranjeros que habitan en medio de tu campo, desde el que corta tu leña hasta el que saca tus aguas;
  12   para que entres en el pacto de Jehová tu Dios, y en su juramento, que Jehová tu Dios acuerda hoy contigo;
  13   para confirmarte hoy por su pueblo, y que Él te sea a ti por Dios, de la manera que Él te ha dicho, y como Él juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.
  14   Y no con vosotros solos acuerdo yo este pacto y este juramento,
  15   sino con los que están aquí presentes hoy con nosotros delante de Jehová nuestro Dios, y con los que no están aquí hoy con nosotros.
  16   Porque vosotros sabéis cómo habitamos en la tierra de Egipto, y cómo hemos pasado por medio de las naciones que habéis pasado;
  17   Y habéis visto sus abominaciones y sus ídolos, madera y piedra, plata y oro, que tienen consigo.
  18   Quizá habrá entre vosotros varón, o mujer, o familia, o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Jehová nuestro Dios, por ir y servir a los dioses de aquellas naciones; quizá habrá en vosotros raíz que eche veneno y ajenjo;
  19   Y sea que, cuando el tal oyere las palabras de esta maldición, él se bendiga en su corazón, diciendo: Tendré paz, aunque ande según el pensamiento de mi corazón, para añadir la embriaguez a la sed:
  20   Jehová no querrá perdonarle; antes humeará luego el furor de Jehová y su celo sobre el tal hombre, y se asentará sobre él toda maldición escrita en este libro, y Jehová raerá su nombre de debajo del cielo:
  21   Y lo apartará Jehová de todas las tribus de Israel para mal, conforme a todas las maldiciones del pacto escrito en este libro de la ley.
  22   Y dirá la generación venidera, vuestros hijos que vendrán después de vosotros, y el extranjero que vendrá de lejanas tierras, cuando vieren las plagas de esta tierra, y sus enfermedades de que Jehová la hizo enfermar
  23   ( Azufre y sal, abrasada toda su tierra: no será sembrada, ni producirá, ni crecerá en ella hierba ninguna, como en la subversión de Sodoma y de Gomorra, de Adma y de Zeboim, que Jehová destruyó en su furor y en su ira );
  24   Dirán, pues, todas las naciones: ¿Por qué hizo Jehová esto a esta tierra? ¿Qué ira es ésta de tan gran furor?
  25   Y responderán: Por cuanto dejaron el pacto de Jehová el Dios de sus padres, que Él concertó con ellos cuando los sacó de la tierra de Egipto,
  26   y fueron y sirvieron a dioses ajenos, y se inclinaron a ellos, dioses que no conocían, y que ninguna cosa les habían dado:
  27   Se encendió por tanto, el furor de Jehová contra esta tierra, para traer sobre ella todas las maldiciones escritas en este libro;
  28   Y Jehová los desarraigó de su tierra con enojo, y con saña, y con furor grande, y los echó a otra tierra, como sucede hoy.
  29   Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, a fin de que cumplamos todas las palabras de esta ley.

 
Deuteronomio 30
 
  1   Y será que, cuando te sobrevinieren todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y volvieres a tu corazón en medio de todas las naciones a las cuales Jehová tu Dios te hubiere echado,
  2   y te convirtieres a Jehová tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma,
  3   Jehová también volverá tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y tornará a recogerte de todos los pueblos a los cuales te hubiere esparcido Jehová tu Dios.
  4   Si hubieres sido arrojado hasta lo último de los cielos, de allí te recogerá Jehová tu Dios, y de allá te tomará:
  5   Y Jehová tu Dios te hará volver a la tierra que heredaron tus padres, y la poseerás; y Él te hará bien, y te multiplicará más que a tus padres.
  6   Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu simiente, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que tú vivas.
  7   Y pondrá Jehová tu Dios todas estas maldiciones sobre tus enemigos, y sobre tus aborrecedores que te persiguieron.
  8   Y tú volverás, y oirás la voz de Jehová, y pondrás por obra todos sus mandamientos, que yo te intimo hoy.
  9   Y Jehová tu Dios te hará abundar en toda obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu ganado, y en el fruto de tu tierra, para bien; porque Jehová volverá a gozarse sobre ti para bien, de la manera que se gozó sobre tus padres;
  10   Cuando oyeres la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos escritos en este libro de la ley; cuando te convirtieres a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.
  11   Porque este mandamiento que yo te intimo hoy, no te es encubierto, ni está lejos:
  12   No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo traerá y nos lo representará, para que lo cumplamos?
  13   Ni está al otro lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros el mar, para que nos lo traiga y nos lo haga oír, a fin de que lo cumplamos?
  14   Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas.
  15   Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal:
  16   Porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos y sus estatutos y sus derechos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para poseerla.
  17   Mas si tu corazón se apartare, y no oyeres, y fueres incitado, y te inclinares a dioses ajenos, y los sirvieres;
  18   Yo os protesto hoy que de cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre la tierra a la cual vais, pasando el Jordán, para poseerla.
  19   A los cielos y la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición: escoge pues la vida, para que vivas tú y tu simiente:
  20   Que ames a Jehová tu Dios, que oigas su voz, y te acerques a Él; porque Él es tu vida, y la longitud de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres Abraham, Isaac, y Jacob, que les había de dar.

 
Deuteronomio 31
 
  1   Y fue Moisés, y habló estas palabras a todo Israel,
  2   y les dijo: De edad de ciento veinte años soy hoy día; no puedo más salir ni entrar; además de esto Jehová me ha dicho: No pasarás este Jordán.
  3   Jehová tu Dios, Él pasa delante de ti; Él destruirá estas naciones de delante de ti, y las heredarás: Josué será el que pasará delante de ti, como Jehová ha dicho.
  4   Y hará Jehová con ellos como hizo con Sehón y con Og, reyes de los amorreos, y con su tierra, a quienes destruyó.
  5   Y los entregará Jehová delante de vosotros, y haréis con ellos conforme a todo lo que os he mandado.
  6   Esforzaos y sed valientes; no temáis, ni tengáis miedo de ellos; porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará ni te desamparará.
  7   Y llamó Moisés a Josué, y le dijo a vista de todo Israel: Esfuérzate y sé valiente; porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les había de dar, y tú se la harás heredar.
  8   Y Jehová es el que va delante de ti; Él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas, ni desmayes.
  9   Y escribió Moisés esta ley, y la dio a los sacerdotes, hijos de Leví, que llevaban el arca del pacto de Jehová, y a todos los ancianos de Israel.
  10   Y les mandó Moisés, diciendo: Al fin de cada siete años, en el año de la remisión, en la fiesta de los tabernáculos,
  11   cuando viniere todo Israel a presentarse delante de Jehová tu Dios en el lugar que Él escogiere, leerás esta ley delante de todo Israel a oídos de ellos.
  12   Harás congregar el pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman a Jehová vuestro Dios, y cuiden de poner por obra todas las palabras de esta ley:
  13   y para que los hijos de ellos que no supieron, oigan, y aprendan a temer a Jehová vuestro Dios todos los días que viviereis sobre la tierra, para ir a la cual pasáis el Jordán para poseerla.
  14   Y Jehová dijo a Moisés: He aquí se ha acercado el día en que has de morir; llama a Josué, y presentaos en el tabernáculo de la congregación para que yo le dé el cargo. Fueron, pues, Moisés y Josué, y se presentaron en el tabernáculo de la congregación.
  15   Y se apareció Jehová en el tabernáculo, en la columna de nube; y la columna de nube se puso sobre la puerta del tabernáculo.
  16   Y Jehová dijo a Moisés: He aquí tú vas a dormir con tus padres, y este pueblo se levantará y fornicará tras los dioses ajenos de la tierra adonde va para estar en medio de ellos; y me dejará, y quebrantará mi pacto que he concertado con él.
  17   Y mi furor se encenderá contra ellos en aquel día; y los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro y serán consumidos; y muchos males y angustias vendrán sobre ellos, y dirán en aquel día: ¿No nos han venido estos males porque no está nuestro Dios en medio de nosotros?
  18   Y yo esconderé ciertamente mi rostro en aquel día, por todo el mal que ellos habrán hecho, por haberse vuelto a dioses ajenos.
  19   Ahora, pues, escribe este cántico, y enséñalo a los hijos de Israel; ponlo en su boca, para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Israel.
  20   Porque cuando yo los introduzca en la tierra que juré a sus padres, la cual fluye leche y miel, comerán y se saciarán, y engordarán; y luego se volverán a dioses ajenos, y les servirán, y me enojarán, e quebrantarán mi pacto.
  21   Y será que cuando les sobrevinieren muchos males y angustias, entonces este cántico responderá en su cara como testigo, pues no será olvidado de la boca de su linaje; porque yo conozco lo que se proponen, y lo que hacen hoy antes que los introduzca en la tierra que juré darles.
  22   Y Moisés escribió este cántico aquel día, y lo enseñó a los hijos de Israel.
  23   Y dio orden a Josué hijo de Nun, y dijo: Esfuérzate y sé valiente, que tú meterás los hijos de Israel en la tierra que les juré, y yo seré contigo.
  24   Y cuando Moisés acabó de escribir las palabras de esta ley en un libro hasta concluirse,
  25   mandó Moisés a los levitas que llevaban el arca del pacto de Jehová, diciendo:
  26   Tomad este libro de la ley, y ponedlo al lado del arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y esté allí por testigo contra ti.
  27   Porque yo conozco tu rebelión, y tu cerviz dura; he aquí que aún viviendo yo hoy con vosotros, sois rebeldes a Jehová; ¿cuánto más después que yo haya muerto?
  28   Congregad a mí todos los ancianos de vuestras tribus, y a vuestros oficiales, y hablaré en sus oídos estas palabras, y llamaré por testigos contra ellos a los cielos y a la tierra.
  29   Porque yo sé que después de mi muerte, ciertamente os corromperéis y os apartaréis del camino que os he mandado; y que os ha de venir mal en los postreros días, por haber hecho mal en ojos de Jehová, enojándole con la obra de vuestras manos.
  30   Entonces habló Moisés en oídos de toda la congregación de Israel las palabras de este cántico hasta acabarlo.

 
Deuteronomio 32
 
  1   Escuchad, cielos, y hablaré; y oiga la tierra los dichos de mi boca.
  2   Goteará como la lluvia mi doctrina; destilará como el rocío mi razonamiento; como la llovizna sobre la grama, y como las gotas sobre la hierba:
  3   Porque el nombre de Jehová proclamaré: Engrandeced a nuestro Dios.
  4   Él es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud: Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad; justo y recto es Él.
  5   Ellos se han corrompido a sí mismos; sus manchas no son las manchas de sus hijos, son una generación torcida y perversa.
  6   ¿Así pagas a Jehová, oh pueblo loco e ignorante? ¿No es Él tu Padre que te poseyó? Él te hizo y te estableció.
  7   Acuérdate de los tiempos antiguos; considera los años de muchas generaciones: Pregunta a tu padre, y él te declarará; a tus ancianos, y ellos te dirán.
  8   Cuando el Altísimo dio a las naciones su herencia, cuando separó a los hijos de los hombres, estableció los términos de los pueblos según el número de los hijos de Israel.
  9   Porque la porción de Jehová es su pueblo; Jacob la cuerda de su heredad.
  10   Lo halló en tierra desierta, en desierto horrible y yermo; lo condujo alrededor, lo instruyó, lo guardó como la niña de su ojo.
  11   Como el águila despierta su nidada, revolotea sobre sus polluelos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus plumas:
  12   Jehová solo le guió, y con él no hubo dios ajeno.
  13   Lo hizo subir sobre las alturas de la tierra, y comió los frutos del campo, e hizo que chupase miel de la peña, y aceite del duro pedernal;
  14   mantequilla de vacas y leche de ovejas, con grosura de corderos, y carneros de Basán; también machos cabríos, con lo mejor del trigo; y sangre de uva bebiste, vino puro.
  15   Pero engordó Jesurún, y tiró coces; Engordaste, te cubriste de grasa: Entonces dejó al Dios que le hizo, y menospreció la Roca de su salvación.
  16   Le despertaron a celos con los dioses ajenos; lo provocaron a ira con abominaciones.
  17   Sacrificaron a los demonios, no a Dios; a dioses que no habían conocido, a nuevos dioses venidos de cerca, que no habían temido vuestros padres.
  18   De la Roca que te creó te olvidaste: Te has olvidado de Dios tu Creador.
  19   Y lo vio Jehová, y se encendió en ira, por el menosprecio de sus hijos y de sus hijas.
  20   Y dijo: Esconderé de ellos mi rostro, veré cuál será su fin; pues son una generación perversa, hijos infieles.
  21   Ellos me movieron a celos con lo que no es Dios; me provocaron a ira con sus vanidades: Yo también los moveré a celos con un pueblo que no es pueblo, los provocaré a ira con una nación insensata.
  22   Porque fuego se ha encendido en mi furor, y arderá hasta lo profundo del infierno; y devorará la tierra y sus frutos, y abrasará los fundamentos de los montes.
  23   Yo amontonaré males sobre ellos; emplearé en ellos mis saetas.
  24   Serán consumidos de hambre, y devorados de fiebre ardiente y de destrucción amarga; diente de fieras enviaré también sobre ellos, con veneno de serpientes de la tierra.
  25   De fuera desolará la espada, y dentro de las cámaras el espanto; así al joven como a la virgen, al que es amamantado como al hombre cano.
  26   Yo dije: Los echaré lejos, haré cesar de entre los hombres la memoria de ellos,
  27   si no temiese la ira del enemigo, no sea que se envanezcan sus adversarios, no sea que digan: Nuestra mano alta ha hecho todo esto, no Jehová.
  28   Porque son una nación privada de consejos, y no hay en ellos entendimiento.
  29   ¡Oh, que fueran sabios, que comprendieran esto, que entendieran su postrimería!
  30   ¿Cómo podría perseguir uno a mil, y dos hacer huir a diez mil, si su Roca no los hubiese vendido, y Jehová no los hubiera entregado?
  31   Porque la roca de ellos no es como nuestra Roca: Aun nuestros enemigos lo reconocen.
  32   Porque de la vid de Sodoma es la vid de ellos, y de los sarmientos de Gomorra: Las uvas de ellos son uvas ponzoñosas, racimos muy amargos tienen.
  33   Veneno de serpientes es su vino, y ponzoña cruel de áspides.
  34   ¿No tengo yo esto guardado conmigo, sellado en mis tesoros?
  35   Mía es la venganza y la paga, a su tiempo su pie vacilará; porque el día de su aflicción está cercano, y lo que les está preparado se apresura.
  36   Porque Jehová juzgará a su pueblo, y por amor de sus siervos se arrepentirá, cuando viere que su fuerza se les ha ido, y que no hay preso o desamparado.
  37   Y dirá: ¿Dónde están sus dioses, la roca en que se refugiaban;
  38   que comían la grosura de sus sacrificios, y bebían el vino de sus libaciones? Levántense, que os ayuden y os defiendan.
  39   Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo; yo hago morir, y yo hago vivir; yo hiero, y yo curo; y no hay quien pueda librar de mi mano.
  40   Porque yo alzo a los cielos mi mano, y digo: Vivo yo para siempre.
  41   Si afilare mi reluciente espada, y mi mano tomare el juicio, yo tomaré venganza de mis enemigos, y daré el pago a los que me aborrecen.
  42   Embriagaré de sangre mis saetas, y mi espada devorará carne: En la sangre de los muertos y de los cautivos, desde sus cabezas; en venganzas sobre el enemigo.
  43   Alabad, oh naciones, a su pueblo, porque Él vengará la sangre de sus siervos, y volverá la venganza a sus enemigos, y expiará su tierra, a su pueblo.
  44   Y vino Moisés, y recitó todas las palabras de este cántico a oídos del pueblo, él, y Josué hijo de Nun.
  45   Y acabó Moisés de recitar todas estas palabras a todo Israel;
  46   y les dijo: Poned vuestro corazón a todas las palabras que yo os protesto hoy, para que las mandéis a vuestros hijos, y cuiden de poner por obra todas las palabras de esta ley.
  47   Porque no os es cosa vana, mas es vuestra vida; y por ellas haréis prolongar vuestros días sobre la tierra a la cual vais, pasando el Jordán para poseerla.
  48   Y Jehová habló a Moisés aquel mismo día, diciendo:
  49   Sube a este monte de Abarim, al monte Nebo, que está en la tierra de Moab, que está frente a Jericó, y mira la tierra de Canaán, que yo doy por heredad a los hijos de Israel;
  50   y muere en el monte al cual subes, y sé reunido a tu pueblo; así como murió Aarón tu hermano en el monte de Hor, y fue reunido a su pueblo;
  51   Por cuanto prevaricasteis contra mí en medio de los hijos de Israel en las aguas de la rencilla de Cades, en el desierto de Zin; porque no me santificasteis en medio de los hijos de Israel.
  52   Verás, por tanto, delante de ti la tierra; mas no entrarás allá, a la tierra que doy a los hijos de Israel.

 
Deuteronomio 33
 
  1   Y esta es la bendición con la cual bendijo Moisés varón de Dios a los hijos de Israel, antes que muriese.
  2   Y dijo: Jehová vino de Sinaí, y de Seir les esclareció; resplandeció del monte de Parán, y vino con diez mil santos; a su diestra la ley de fuego para ellos.
  3   Sí, Él amó al pueblo; todos sus santos están en tu mano; y ellos se sientan a tus pies; cada uno recibirá de tus palabras.
  4   Ley nos mandó Moisés, heredad a la congregación de Jacob.
  5   Y fue rey en Jesurún, cuando se congregaron las cabezas del pueblo con las tribus de Israel.
  6   Viva Rubén, y no muera; y sean sus varones en número.
  7   Y esta bendición para Judá. Dijo así: Oye, oh Jehová, la voz de Judá, y llévalo a su pueblo; sus manos le basten, y tú seas ayuda contra sus enemigos.
  8   Y a Leví dijo: Tu Tumim y tu Urim, sean con tu varón santo al cual probaste en Masah, y le hiciste reñir en las aguas de la rencilla;
  9   el que dijo a su padre y a su madre: Nunca los vi; ni conoció a sus hermanos, ni conoció a sus hijos; por lo cual ellos guardarán tus palabras, y observarán tu pacto.
  10   Ellos enseñarán tus juicios a Jacob, y tu ley a Israel; pondrán el incienso delante de ti, y el holocausto sobre tu altar.
  11   Bendice, oh Jehová, lo que hicieren, y recibe con agrado la obra de sus manos; hiere los lomos de sus enemigos, y de los que le aborrecieren; para que nunca se levanten.
  12   Y a Benjamín dijo: El amado de Jehová habitará confiado cerca de Él; siempre lo cubrirá, y entre sus hombros morará.
  13   Y de José dijo: Bendita de Jehová sea su tierra, con lo mejor de los cielos, con el rocío, y con el abismo que está debajo.
  14   Con los más preciosos frutos del sol, y con los más preciosos frutos de la luna,
  15   con lo mejor de los montes antiguos y con lo precioso de los collados eternos,
  16   y con lo más precioso de la tierra y su plenitud; y la gracia del que habitó en la zarza venga sobre la cabeza de José, y sobre la coronilla del consagrado de sus hermanos.
  17   Su gloria es como la del primogénito de su toro, y sus cuernos, cuernos de unicornio; con ellos acorneará a los pueblos juntos hasta los fines de la tierra; y éstos son los diez millares de Efraín, y éstos los millares de Manasés.
  18   Y a Zabulón dijo: Alégrate, Zabulón, cuando salieres: Y tu Isacar, en tus tiendas.
  19   Llamarán los pueblos al monte; allí sacrificarán sacrificios de justicia; por lo cual chuparán la abundancia de los mares, y los tesoros escondidos de la arena.
  20   Y a Gad dijo: Bendito el que hizo ensanchar a Gad; como león habitará, y arrebatará brazo y testa.
  21   Y él se ha provisto de la parte primera, porque allí una porción del legislador le fue reservada, y vino en la delantera del pueblo; la justicia de Jehová ejecutará, y sus juicios con Israel.
  22   Y a Dan dijo: Dan, cachorro de león; saltará desde Basán.
  23   Y a Neftalí dijo: Neftalí, saciado de benevolencia, y lleno de la bendición de Jehová, posee el occidente y el sur.
  24   Y a Aser dijo: Bendito Aser en hijos; agradable será a sus hermanos, y mojará en aceite su pie.
  25   Hierro y bronce tu calzado, y como tus días tu fortaleza.
  26   No hay como el Dios de Jesurún, montado sobre los cielos para tu ayuda, y sobre las nubes con su grandeza.
  27   El eterno Dios es tu refugio y acá abajo los brazos eternos; Él echará de delante de ti al enemigo, y dirá: Destruye.
  28   E Israel, fuente de Jacob, habitará confiado solo en tierra de grano y de vino; también sus cielos destilarán rocío.
  29   Bienaventurado tú, oh Israel, ¿Quién como tú, pueblo salvo por Jehová, escudo de tu socorro, y espada de tu excelencia? Así que tus enemigos serán humillados, y tú hollarás sobre sus alturas.

 
Deuteronomio 34
 
  1   Y subió Moisés de los campos de Moab al monte de Nebo, a la cumbre del Pisga, que está frente de Jericó. Y le mostró Jehová toda la tierra de Galaad hasta Dan,
  2   y a todo Neftalí, y la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar occidental;
  3   el Neguev, y la llanura del valle de Jericó, ciudad de las palmeras, hasta Zoar.
  4   Y le dijo Jehová: Ésta es la tierra de que juré a Abraham, a Isaac, y a Jacob, diciendo: A tu simiente la daré. Te he permitido que la veas con tus ojos, mas no pasarás allá.
  5   Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová.
  6   Y lo enterró en el valle, en tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y ninguno sabe su sepulcro hasta hoy.
  7   Y era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor.
  8   Y lloraron los hijos de Israel a Moisés en los campos de Moab treinta días: Y así se cumplieron los días del lloro y del luto por Moisés.
  9   Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él. Y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés.
  10   Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara;
  11   En todas las señales y prodigios que Jehová le envió a hacer en tierra de Egipto a Faraón, y a todos sus siervos, y a toda su tierra;
  12   y en toda aquella mano poderosa, y en todos los hechos grandes y terribles que Moisés hizo a la vista de todo Israel.

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