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Isaías 34 |
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1 |
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Naciones, acercaos para oír; y escuchad,
pueblos. Oiga la tierra y cuanto hay en ella, el mundo y todo lo que
produce. |
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2 |
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Porque la indignación de Jehová es
contra todas las naciones, y su furor contra todos sus ejércitos: Las ha
destruido por completo, las ha entregado al matadero. |
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3 |
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Y los muertos de ellas serán arrojados,
y de sus cadáveres se levantará hedor; y los montes se disolverán por la
sangre de ellos. |
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4 |
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Y todo el ejército de los cielos se
disolverá, y se enrollarán los cielos como un pergamino; y caerá todo su
ejército, como se cae la hoja de la parra, y como se cae el higo de la
higuera. |
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5 |
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Porque en los cielos se embriagará mi
espada; he aquí que descenderá sobre Edom en juicio, y sobre el pueblo
de mi anatema. |
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6 |
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Llena está de sangre la espada de Jehová,
engrasada está de grosura, de sangre de corderos y de machos cabríos, de
grosura de riñones de carneros; porque Jehová tiene sacrificios en Bosra,
y grande matanza en tierra de Edom. |
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7 |
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Y con ellos caerán unicornios, y toros
con becerros; y su tierra se embriagará de sangre, y su polvo se
engrasará de grosura. |
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8 |
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Porque es día de venganza de Jehová, año
de retribuciones en el pleito de Sión. |
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9 |
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Y sus arroyos se tornarán en brea, y su
polvo en azufre, y su tierra en brea ardiente. |
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10 |
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No se apagará de noche ni de día,
perpetuamente subirá su humo; de generación en generación será asolada,
nunca jamás pasará nadie por ella. |
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11 |
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Y la poseerán el pelícano y el erizo, el
ibis y el cuervo morarán en ella; y se extenderá sobre ella cordel de
destrucción, y plomada de asolamiento. |
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12 |
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Llamarán a sus nobles para el reino,
pero no habrá nadie allí, y todos sus príncipes serán nada. |
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13 |
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En sus palacios crecerán espinos, y
ortigas y cardos en sus fortalezas; y serán morada de dragones, patio
para los polluelos de los avestruces. |
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14 |
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Las fieras del desierto se encontrarán
con las hienas, y la cabra del monte gritará a su compañero; la lechuza
también tendrá allí morada, y hallará para sí lugar de reposo. |
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15 |
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Allí anidará el búho, pondrá sus huevos,
y sacará sus pollos, y los juntará debajo de sus alas; también se
juntarán allí buitres, cada uno con su compañera. |
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16 |
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Inquirid en el libro de Jehová, y leed
si faltó alguno de ellos; ninguno faltó con su compañera; porque su boca
mandó y los reunió su mismo Espíritu. |
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17 |
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Y Él les echó las suertes, y su mano les
repartió con cordel; para siempre la tendrán por heredad; de generación
en generación morarán allí. |
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Isaías 35 |
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1 |
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Se alegrarán el desierto y la soledad;
el yermo se gozará, y florecerá como la rosa. |
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2 |
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Florecerá profusamente, y también se
alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la
hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la
hermosura del Dios nuestro. |
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3 |
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Fortaleced las manos cansadas,
corroborad las rodillas endebles. |
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4 |
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Decid a los de corazón apocado:
Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con venganza, con
retribución; Dios mismo, Él vendrá y os salvará. |
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5 |
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Entonces los ojos de los ciegos serán
abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. |
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6 |
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Entonces el cojo saltará como un ciervo,
y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto,
y torrentes en la soledad. |
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7 |
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El lugar seco será tornado en estanque,
y el sequedal en manaderos de aguas; en la habitación de dragones, en su
guarida, será lugar de cañas y de juncos. |
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8 |
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Y habrá allí calzada y camino, y será
llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que será para
ellos; los errantes, aunque fueren torpes, no se extraviarán. |
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9 |
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No habrá allí león, ni fiera voraz
subirá por él, ni allí se hallará, para que caminen los redimidos. |
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10 |
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Y los redimidos de Jehová volverán, y
vendrán a Sión cantando; y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas; y
tendrán gozo y alegría, y la tristeza y el gemido huirán. |
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Isaías 36 |
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1 |
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Aconteció en el año catorce del rey
Ezequías, que Senaquerib rey de Asiria subió contra todas las ciudades
fortificadas de Judá, y las tomó. |
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2 |
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Y el rey de Asiria envió al Rabsaces con
grande ejército desde Laquis a Jerusalén contra el rey Ezequías; y
acampó junto al acueducto del estanque de arriba, en el camino del campo
del Lavador. |
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3 |
|
Y salió a él Eliaquim hijo de Hilcías
mayordomo, y Sebna, escriba, y Joah hijo de Asaf, el cronista. |
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4 |
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A los cuales dijo el Rabsaces: Decid
ahora a Ezequías: El gran rey, el rey de Asiria, dice así: ¿Qué
confianza es ésta en que confías? |
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5 |
|
Digo, alegas tú, ( pero son palabras
vanas ) que tengo consejo y fortaleza para la guerra. Ahora bien, ¿en
quién confías que te rebelas contra mí? |
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6 |
|
He aquí que confías en este bordón de
caña frágil, en Egipto, sobre el cual si alguien se apoyare, se le
entrará por la mano, y se la atravesará. Tal es Faraón rey de Egipto
para con todos los que en él confían. |
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7 |
|
Y si me dijeres: En Jehová nuestro Dios
confiamos; ¿no es Éste Aquél cuyos lugares altos y cuyos altares hizo
quitar Ezequías, y dijo a Judá y a Jerusalén: Delante de este altar
adoraréis? |
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8 |
|
Ahora, pues, yo te ruego que des rehenes
al rey de Asiria mi señor, y yo te daré dos mil caballos, si pudieres tú
dar jinetes que cabalguen sobre ellos. |
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9 |
|
¿Cómo, pues, harás volver el rostro de
un capitán de los más pequeños siervos de mi señor, aunque estés
confiado en Egipto por sus carros y hombres de a caballo? |
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10 |
|
¿Acaso vine yo ahora a esta tierra para
destruirla sin Jehová? Jehová me dijo: Sube a esta tierra y destrúyela. |
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11 |
|
Entonces dijo Eliaquim, y Sebna y Joah
al Rabsaces: Te rogamos que hables a tus siervos en arameo, porque
nosotros lo entendemos; y no hables con nosotros en lengua judaica, a
oídos del pueblo que está sobre el muro. |
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12 |
|
Y dijo el Rabsaces: ¿Acaso me envió mi
señor a ti y a tu señor, a que dijese estas palabras, y no a los hombres
que están sobre el muro, para que coman su estiércol y beban su orina
con vosotros? |
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13 |
|
Entonces el Rabsaces se puso en pie, y
gritó a grande voz en lengua judaica, diciendo: Oíd las palabras del
gran rey, el rey de Asiria. |
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14 |
|
El rey dice así: No os engañe Ezequías,
porque él no os podrá librar. |
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15 |
|
Ni os haga Ezequías confiar en Jehová,
diciendo: Ciertamente Jehová nos librará; no será entregada esta ciudad
en manos del rey de Asiria. |
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16 |
|
No escuchéis a Ezequías; porque el rey
de Asiria dice así: Haced conmigo paz, y salid a mí; y coma cada uno de
su viña, y cada uno de su higuera, y beba cada cual las aguas de su pozo; |
|
17 |
|
hasta que yo venga y os lleve a una
tierra como la vuestra, tierra de grano y de vino, tierra de pan y de
viñas. |
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18 |
|
Mirad no os engañe Ezequías diciendo:
Jehová nos librará. ¿Acaso libraron los dioses de las naciones cada uno
a su tierra de la mano del rey de Asiria? |
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19 |
|
¿Dónde están los dioses de Hamat y de
Arfad? ¿Dónde están los dioses de Sefarvaim? ¿Libraron a Samaria de mi
mano? |
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20 |
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¿Qué dios hay entre los dioses de estas
tierras, que haya librado su tierra de mi mano, para que Jehová libre de
mi mano a Jerusalén? |
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21 |
|
Pero ellos callaron y no le respondieron
palabra; porque el rey así lo había mandado, diciendo: No le respondáis. |
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22 |
|
Entonces Eliaquim hijo de Hilcías
mayordomo, y Sebna escriba, y Joah hijo de Asaf el cronista, vinieron a
Ezequías rasgadas sus vestiduras, y le contaron las palabras del
Rabsaces. |
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Isaías 37 |
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1 |
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Aconteció que cuando el rey Ezequías lo
oyó, rasgó sus vestiduras, y cubierto de cilicio vino a la casa de
Jehová. |
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2 |
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Y envió a Eliaquim mayordomo, y a Sebna
escriba, y a los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, al
profeta Isaías, hijo de Amoz. |
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3 |
|
Los cuales le dijeron: Ezequías dice así:
Día de angustia, de reprensión y de blasfemia, es este día; porque los
hijos han llegado hasta el punto de nacer, y no hay fuerzas para dar a
luz. |
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4 |
|
Quizá oirá Jehová tu Dios las palabras
del Rabsaces, a quien su señor el rey de Asiria ha enviado para
blasfemar al Dios vivo, y vituperará las palabras que oyó Jehová tu
Dios; eleva, pues, oración por el remanente que aún ha quedado. |
|
5 |
|
Vinieron, pues, los siervos de Ezequías
a Isaías. |
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6 |
|
Y les dijo Isaías: Diréis así a vuestro
señor: Así dice Jehová: No temas por las palabras que has oído, con las
cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria. |
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7 |
|
He aquí que yo doy en él un espíritu, y
oirá un rumor, y se volverá a su tierra; y yo haré que en su tierra
caiga a espada. |
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8 |
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Vuelto, pues, el Rabsaces, halló al rey
de Asiria que combatía contra Libna; porque ya había oído que se había
apartado de Laquis. |
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9 |
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Mas oyendo decir de Tirhaca rey de
Etiopía: He aquí que él ha salido para hacerte guerra; al oírlo, envió
mensajeros a Ezequías, diciendo: |
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10 |
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Diréis así a Ezequías rey de Judá: No te
engañe tu Dios en quien tú confías, diciendo: Jerusalén no será
entregada en mano del rey de Asiria. |
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11 |
|
He aquí que tú oíste lo que hicieron los
reyes de Asiria a todas las tierras, que las destruyeron; ¿y serás tú
librado? |
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12 |
|
¿Acaso libraron los dioses de las
naciones a los que destruyeron mis antepasados, a Gozán, y Harán, Rezef,
y a los hijos de Edén que moraban en Telasar? |
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13 |
|
¿Dónde está el rey de Hamat, y el rey de
Arfad, el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena, y de Iva? |
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14 |
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Y tomó Ezequías las cartas de mano de
los mensajeros, y las leyó; y subió a la casa de Jehová, y las extendió
delante de Jehová. |
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15 |
|
Entonces Ezequías oró a Jehová,
diciendo: |
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16 |
|
Jehová de los ejércitos, Dios de Israel,
que moras entre los querubines, sólo tú eres Dios sobre todos los reinos
de la tierra; tú hiciste los cielos y la tierra. |
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17 |
|
Inclina, oh Jehová, tu oído, y oye; abre,
oh Jehová, tus ojos, y mira; y oye todas las palabras de Senaquerib, el
cual ha enviado a blasfemar al Dios viviente. |
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18 |
|
Ciertamente, oh Jehová, los reyes de
Asiria destruyeron todas las naciones y sus tierras, |
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19 |
|
y echaron los dioses de ellos al fuego;
porque no eran dioses, sino obra de manos de hombre, madera y piedra;
por eso los destruyeron. |
|
20 |
|
Ahora pues, Jehová Dios nuestro,
líbranos de su mano, para que todos los reinos de la tierra sepan que
sólo tú eres Jehová. |
|
21 |
|
Entonces Isaías hijo de Amoz, envió a
decir a Ezequías: Jehová Dios de Israel dice así: Acerca de lo que me
rogaste sobre Senaquerib rey de Asiria, |
|
22 |
|
ésta es la palabra que Jehová habló
acerca de él: La virgen, la hija de Sión te ha menospreciado, y ha hecho
escarnio de ti; a tus espaldas mueve su cabeza la hija de Jerusalén. |
|
23 |
|
¿A quién injuriaste y a quién
blasfemaste? ¿Contra quién has alzado tu voz, y levantado tus ojos en
alto? Contra el Santo de Israel. |
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24 |
|
Por mano de tus siervos infamaste al
Señor, y dijiste: Yo con la multitud de mis carros subiré a las alturas
de los montes, a las laderas del Líbano; cortaré sus altos cedros, sus
cipreses escogidos; llegaré hasta la cumbre, al monte Carmelo. |
|
25 |
|
Yo cavé, y bebí las aguas; y con las
pisadas de mis pies sequé todos los ríos de los lugares sitiados. |
|
26 |
|
¿Acaso no has oído decir que desde hace
mucho tiempo yo lo hice, que desde los días de la antigüedad lo he
formado? Lo he hecho venir ahora, y tú serás para que tornes ciudades
fortificadas en montones de ruinas. |
|
27 |
|
Y sus moradores, fueron cortos de poder,
desalentados y confusos, fueron como pasto del campo y hortaliza verde,
como hierba de los tejados, que antes de sazón se seca. |
|
28 |
|
Pero yo conozco tu sentarte, tu salir y
tu entrar, y tu furor contra mí. |
|
29 |
|
Porque contra mí te airaste, y tu
estruendo ha subido a mis oídos; pondré, pues, mi anzuelo en tu nariz, y
mi freno en tus labios, y te haré volver por el camino por donde viniste. |
|
30 |
|
Y esto te será por señal: Comerás este
año lo que nace de suyo, y el año segundo lo que nace de suyo; y el año
tercero sembraréis y segaréis, y plantaréis viñas, y comeréis su fruto. |
|
31 |
|
Y el remanente de la casa de Judá que
hubiere escapado, volverá a echar raíz abajo, y llevará fruto arriba. |
|
32 |
|
Porque de Jerusalén saldrá un remanente,
y los que escapen del monte de Sión. El celo de Jehová de los ejércitos
hará esto. |
|
33 |
|
Por tanto, así dice Jehová acerca del
rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni lanzará saeta en ella; no
vendrá delante de ella con escudo, ni levantará baluarte contra ella. |
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34 |
|
Por el camino que vino, volverá, y no
entrará en esta ciudad, dice Jehová: |
|
35 |
|
Pues yo ampararé a esta ciudad para
salvarla por amor de mí mismo, y por amor de David mi siervo. |
|
36 |
|
Y salió el ángel de Jehová, e hirió a
ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; y cuando se
levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos. |
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37 |
|
Entonces Senaquerib rey de Asiria
partió, y fue y volvió, y habitó en Nínive. |
|
38 |
|
Y aconteció, que mientras adoraba en el
templo de Nisroc su dios, Adramelec y Sarezer, sus hijos, le mataron a
espada, y huyeron a la tierra de Ararat; y reinó en su lugar Esarhadón
su hijo. |
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Isaías 38 |
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1 |
|
En aquellos días Ezequías enfermó de
muerte. Y vino a él el profeta Isaías, hijo de Amoz, y le dijo: Jehová
dice así: Pon tu casa en orden, porque morirás, y no vivirás. |
|
2 |
|
Entonces Ezequías volvió su rostro a la
pared, e hizo oración a Jehová. |
|
3 |
|
Y dijo: Oh Jehová, te ruego que te
acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad y con íntegro
corazón, y que he hecho lo que ha sido agradable delante de tus ojos. Y
lloró Ezequías con gran lloro. |
|
4 |
|
Entonces vino palabra de Jehová a Isaías,
diciendo: |
|
5 |
|
Ve, y di a Ezequías: Jehová Dios de
David tu padre dice así: He oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he
aquí que yo añado a tus días quince años. |
|
6 |
|
Y te libraré, y a esta ciudad, de mano
del rey de Asiria; y a esta ciudad ampararé. |
|
7 |
|
Y esto te será señal de parte de Jehová,
que Jehová hará esto que ha dicho: |
|
8 |
|
He aquí que yo haré retroceder la sombra
de los grados, que ha descendido por el sol en el reloj de Acaz, diez
grados. Y el sol retrocedió diez grados atrás, por los cuales había ya
descendido. |
|
9 |
|
Escritura de Ezequías rey de Judá, de
cuando enfermó y fue sanado de su enfermedad. |
|
10 |
|
Yo dije: En el medio de mis días iré a
las puertas del sepulcro: Privado soy del resto de mis años. |
|
11 |
|
Dije: No veré a JAH, a JAH en la tierra
de los vivientes: Ya no veré más hombre con los moradores del mundo. |
|
12 |
|
Mi morada ha sido movida y traspasada de
mí, como tienda de pastor. Como el tejedor corté mi vida; me cortará con
la enfermedad; me consumirás entre el día y la noche. |
|
13 |
|
Contaba yo hasta la mañana. Como un león
molió todos mis huesos: De la mañana a la noche me acabarás. |
|
14 |
|
Como la grulla y como la golondrina me
quejaba; Gemía como la paloma; mis ojos se cansaron de mirar hacia
arriba: Jehová, violencia padezco; fortaléceme. |
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15 |
|
¿Qué diré? El que me lo dijo, Él mismo
lo ha hecho. Andaré humildemente en la amargura de mi alma, todos mis
años. |
|
16 |
|
Oh Señor, por estas cosas el hombre
vive, y en todas estas cosas está la vida de mi espíritu; Tú pues, me
restablecerás, y harás que yo viva. |
|
17 |
|
He aquí amargura grande me sobrevino en
la paz; pero por amor a mi alma tú la libraste del hoyo de corrupción;
porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados. |
|
18 |
|
Porque el sepulcro no te exaltará, ni te
alabará la muerte; ni los que descienden a la fosa esperarán tu verdad. |
|
19 |
|
El que vive, el que vive, éste te
alabará, como yo hoy: El padre dará a conocer tu verdad a sus hijos. |
|
20 |
|
Jehová estaba listo para salvarme; por
tanto cantaremos mis cantos en la casa de Jehová todos los días de
nuestra vida. |
|
21 |
|
Y había dicho Isaías: Tomen masa de
higos, y pónganla en la llaga, y sanará. |
|
22 |
|
También había dicho Ezequías: ¿Qué señal
tendré de que subiré a la casa de Jehová? |
|
Isaías 39 |
|
|
1 |
|
En aquel tiempo Merodac-baladán, hijo de
Baladán, rey de Babilonia, envió cartas y presentes a Ezequías; porque
había oído que había estado enfermo, y que había convalecido. |
|
2 |
|
Y se regocijó con ellos Ezequías, y les
enseñó la casa de su tesoro, plata y oro, y especias, y ungüentos
preciosos, y toda su casa de armas, y todo lo que se pudo hallar en sus
tesoros; no hubo cosa en su casa y en todo su señorío, que Ezequías no
les mostrase. |
|
3 |
|
Entonces el profeta Isaías vino al rey
Ezequías, y le dijo: ¿Qué dicen estos hombres, y de dónde han venido a
ti? Y Ezequías respondió: De tierra muy lejana han venido a mí, de
Babilonia. |
|
4 |
|
Dijo entonces: ¿Qué han visto en tu
casa? Y dijo Ezequías: Todo lo que hay en mi casa han visto, y ninguna
cosa hay en mis tesoros que no les haya mostrado. |
|
5 |
|
Entonces dijo Isaías a Ezequías: Oye
palabra de Jehová de los ejércitos: |
|
6 |
|
He aquí, vienen días en que será llevado
a Babilonia todo lo que hay en tu casa, y lo que tus padres han
atesorado hasta hoy; ninguna cosa quedará, dice Jehová. |
|
7 |
|
De tus hijos que hubieren salido de ti,
y que engendraste, tomarán, y serán eunucos en el palacio del rey de
Babilonia. |
|
8 |
|
Y dijo Ezequías a Isaías: La palabra de
Jehová que has hablado, es buena. Y añadió: A lo menos, haya paz y
verdad en mis días. |
|
Isaías 40 |
|
|
1 |
|
Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice
vuestro Dios. |
|
2 |
|
Hablad al corazón de Jerusalén; decidle
a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que
doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados. |
|
3 |
|
Voz del que clama en el desierto:
Aparejad el camino de Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro
Dios. |
|
4 |
|
Todo valle será levantado, y todo monte
y collado será abajado; y lo torcido será enderezado, y lo áspero será
allanado. |
|
5 |
|
Y se manifestará la gloria de Jehová, y
toda carne juntamente la verá; que la boca de Jehová ha hablado. |
|
6 |
|
Voz que decía: Da voces. Y yo respondí:
¿Qué he de decir? Toda carne es hierba, y toda su gloria es como la flor
del campo: |
|
7 |
|
La hierba se seca, y la flor se marchita;
porque el Espíritu de Jehová sopla en ella. Ciertamente hierba es el
pueblo. |
|
8 |
|
La hierba se seca, la flor se marchita;
mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre. |
|
9 |
|
Súbete sobre un monte alto, oh Sión, tú
que traes buenas nuevas; levanta fuertemente tu voz, oh Jerusalén, tú
que traes buenas nuevas; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá:
¡He aquí vuestro Dios! |
|
10 |
|
He aquí que el Señor Jehová vendrá con
mano fuerte, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con
Él, y su obra delante de su rostro. |
|
11 |
|
Como pastor apacentará su rebaño; con su
brazo recogerá los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará
suavemente a las recién paridas. |
|
12 |
|
¿Quién midió las aguas con el hueco de
su mano, y midió los cielos con su palmo, y con tres dedos juntó el
polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza, y con pesas los
collados? |
|
13 |
|
¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o
le aconsejó enseñándole? |
|
14 |
|
¿A quién pidió consejo para ser
instruido? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le enseñó
conocimiento, o le mostró la senda del entendimiento? |
|
15 |
|
He aquí que las naciones le son como la
gota que cae de un cubo, y son contadas como el polvo de la balanza; he
aquí que hace desaparecer las islas como polvo. |
|
16 |
|
Ni el Líbano bastará para el fuego, ni
todos sus animales para el sacrificio. |
|
17 |
|
Como nada son todas las naciones delante
de Él; y en su comparación serán estimadas en menos que nada, y que lo
que no es. |
|
18 |
|
¿A qué, pues, haréis semejante a Dios, o
a qué imagen le compararéis? |
|
19 |
|
El artífice prepara la imagen de talla,
el platero le extiende el oro, y le funde cadenas de plata. |
|
20 |
|
El pobre escoge, para ofrecerle, madera
que no se apolille; se busca un maestro sabio, que le haga una imagen de
talla que no se mueva. |
|
21 |
|
¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿Nunca os
lo han dicho desde el principio? ¿No habéis sido enseñados desde que la
tierra se fundó? |
|
22 |
|
Él está sentado sobre el globo de la
tierra, cuyos moradores son como langostas; Él extiende los cielos como
una cortina, los despliega como una tienda para morar. |
|
23 |
|
Él reduce a nada a los poderosos, y a
los jueces de la tierra hace como cosa vana. |
|
24 |
|
Como si nunca hubieran sido plantados,
como si nunca hubieran sido sembrados, como si nunca su tronco hubiera
tenido raíz en la tierra; así que sopla en ellos se secan, y el
torbellino los lleva como hojarascas. |
|
25 |
|
¿A quién, pues, me haréis semejante o me
haréis igual? dice el Santo. |
|
26 |
|
Levantad en alto vuestros ojos, y mirad
quién creó estas cosas; Él saca y cuenta su ejército; a todas llama por
sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y su
poder y virtud. |
|
27 |
|
¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú,
Israel: Mi camino está escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio? |
|
28 |
|
¿No has sabido, no has oído que el Dios
eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece,
ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. |
|
29 |
|
Él da fortaleza al cansado, y multiplica
las fuerzas al que no tiene ningunas. |
|
30 |
|
Los muchachos se fatigan y se cansan,
los jóvenes flaquean y caen; |
|
31 |
|
pero los que esperan en Jehová tendrán
nuevas fuerzas; levantarán las alas como águilas, correrán, y no se
cansarán, caminarán, y no se fatigarán. |
|
Isaías 41 |
|
|
1 |
|
Guardad silencio ante mí, oh islas, y
esfuércense los pueblos; acérquense, y entonces hablen; vengamos juntos
a juicio. |
|
2 |
|
¿Quién despertó del oriente al justo, lo
llamó para que le siguiese, entregó delante de él naciones, y lo hizo
señorear sobre reyes; los entregó a su espada como polvo, y a su arco
como paja arrebatada? |
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3 |
|
Los siguió, pasó en paz por camino por
donde sus pies nunca habían entrado. |
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4 |
|
¿Quién ordenó e hizo esto? ¿Quién llama
las generaciones desde el principio? Yo Jehová, el primero, y yo mismo
con los postreros. |
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5 |
|
Las islas vieron, y tuvieron temor, los
confines de la tierra se espantaron; se congregaron, y vinieron. |
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6 |
|
Cada cual ayudó a su prójimo, y a su
hermano dijo: Esfuérzate. |
|
7 |
|
El carpintero animó al platero, y el que
alisa con martillo al que batía en el yunque, diciendo: Buena está la
soldadura, y lo afirmó con clavos, para que no se moviese. |
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8 |
|
Pero tú, Israel, siervo mío eres, tú,
Jacob, a quien yo escogí, simiente de Abraham mi amigo. |
|
9 |
|
Porque te tomé de los confines de la
tierra, y de entre sus hombres principales te llamé, y te dije: Mi
siervo eres tú, yo te escogí, y no te deseché. |
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10 |
|
No temas, porque yo estoy contigo; no
desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré,
siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. |
|
11 |
|
He aquí que todos los que se enojan
contra ti serán avergonzados y confundidos; los que contienden contigo
serán como nada y perecerán. |
|
12 |
|
Los buscarás, y no los hallarás, los que
tienen contienda contigo, serán como nada, y como cosa que no es,
aquellos que te hacen guerra. |
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13 |
|
Porque yo Jehová tu Dios sostendré tu
mano derecha, diciendo: No temas, yo te ayudaré. |
|
14 |
|
No temas, gusano de Jacob, ni vosotros,
varones de Israel; Yo te ayudaré, dice Jehová tu Redentor, el Santo de
Israel. |
|
15 |
|
He aquí que yo te he puesto por trillo,
trillo nuevo, lleno de dientes; trillarás montes y los molerás, y
collados tornarás en tamo. |
|
16 |
|
Los aventarás, y los llevará el viento,
y los esparcirá el torbellino. Y tú te regocijarás en Jehová, te
gloriarás en el Santo de Israel. |
|
17 |
|
Los afligidos y menesterosos buscan las
aguas, y no las hay, se secó de sed su lengua; yo Jehová los oiré, yo el
Dios de Israel no los desampararé. |
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18 |
|
En los lugares altos abriré ríos, y
fuentes en medio de los valles; tornaré el desierto en estanques de
aguas, y en manantiales de aguas la tierra seca. |
|
19 |
|
Daré en el desierto cedros, acacias,
arrayanes, y olivos; pondré en la soledad cipreses, pinos y abetos
juntamente; |
|
20 |
|
para que vean y conozcan, y adviertan y
entiendan todos, que la mano de Jehová hace esto, y que el Santo de
Israel lo creó. |
|
21 |
|
Presentad vuestra causa, dice Jehová;
exponed vuestros argumentos, dice el Rey de Jacob. |
|
22 |
|
Traigan, anúnciennos lo que ha de venir;
dígannos lo que ha pasado desde el principio, y pondremos nuestro
corazón en ello; sepamos también su postrimería, y hacednos entender lo
que ha de venir. |
|
23 |
|
Dadnos nuevas de lo que ha de ser
después, para que sepamos que vosotros sois dioses; o a lo menos haced
bien, o mal, para que tengamos qué contar, y juntamente nos maravillemos. |
|
24 |
|
He aquí que vosotros sois nada, y
vuestras obras de vanidad; abominación el que os escogió. |
|
25 |
|
Del norte levanté uno, y vendrá. Del
nacimiento del sol invocará mi nombre; y hollará príncipes como lodo, y
como pisa el barro el alfarero. |
|
26 |
|
¿Quién lo anunció desde el principio,
para que sepamos; o de tiempo atrás, y diremos: Es justo? Cierto, no hay
quien anuncie, sí, no hay quien enseñe, ciertamente no hay quien oiga
vuestras palabras. |
|
27 |
|
Yo soy el primero que he enseñado estas
cosas a Sión, y a Jerusalén le daré un portador de alegres nuevas. |
|
28 |
|
Miré, y no había ninguno; y pregunté de
estas cosas, y ningún consejero hubo; les pregunté, y no respondieron
palabra. |
|
29 |
|
He aquí, todos son vanidad, y las obras
de ellos nada; viento y vanidad son sus imágenes de fundición. |
|
Isaías 42 |
|
|
1 |
|
He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi
escogido en quien mi alma tiene contentamiento. He puesto sobre Él mi
Espíritu, Él traerá juicio a las naciones. |
|
2 |
|
No gritará, ni alzará su voz, ni la hará
oír en las plazas. |
|
3 |
|
No quebrará la caña cascada, ni apagará
el pábilo que humeare; sacará el juicio a verdad. |
|
4 |
|
No se cansará, ni desmayará, hasta que
haya establecido juicio en la tierra; y las islas esperarán su ley. |
|
5 |
|
Así dice Jehová Dios, el Creador de los
cielos, y el que los despliega; el que extiende la tierra y sus frutos;
el que da respiración al pueblo que mora sobre ella, y espíritu a los
que por ella andan. |
|
6 |
|
Yo Jehová te he llamado en justicia, y
sostendré tu mano; te guardaré y te pondré por pacto del pueblo, por luz
de los gentiles; |
|
7 |
|
para que abras los ojos de los ciegos,
para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los
que moran en tinieblas. |
|
8 |
|
Yo Jehová; éste es mi nombre; y a otro
no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas. |
|
9 |
|
Las cosas primeras he aquí vinieron, y
yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a luz, yo os las haré notorias. |
|
10 |
|
Cantad a Jehová un nuevo cántico, su
alabanza desde el fin de la tierra; los que descendéis al mar y cuanto
hay en él, las islas y los moradores de ellas. |
|
11 |
|
Alcen la voz el desierto y sus ciudades,
las aldeas donde habita Cedar; canten los moradores de la roca, y desde
la cumbre de los montes den voces de júbilo. |
|
12 |
|
Den gloria a Jehová, y proclamen en las
islas su alabanza. |
|
13 |
|
Jehová saldrá como gigante, y como
hombre de guerra despertará celo; gritará, voceará, se esforzará sobre
sus enemigos. |
|
14 |
|
Desde el siglo he callado, he guardado
silencio, y me he detenido; ahora daré voces como la mujer que está de
parto; asolaré y devoraré juntamente. |
|
15 |
|
Tornaré en soledad montes y collados,
haré secar toda su hierba; los ríos tornaré en islas, y secaré los
estanques. |
|
16 |
|
Y guiaré a los ciegos por camino que no
sabían, les haré pisar por las sendas que no habían conocido; delante de
ellos tornaré las tinieblas en luz, y lo escabroso en llanura. Estas
cosas les haré, y no los desampararé. |
|
17 |
|
Serán vueltos atrás, y en extremo
confundidos, los que confían en los ídolos, y dicen a las imágenes de
fundición: Vosotros sois nuestros dioses. |
|
18 |
|
Sordos, oíd; y vosotros ciegos, mirad
para ver. |
|
19 |
|
¿Quién es ciego, sino mi siervo? ¿Quién
es sordo, como mi mensajero que envié? ¿Quién es ciego como el perfecto,
y ciego como el siervo de Jehová, |
|
20 |
|
que ve muchas cosas y no advierte, que
abre los oídos y no oye? |
|
21 |
|
Jehová se complació por amor de su
justicia en magnificar la ley y engrandecerla. |
|
22 |
|
Mas éste es pueblo saqueado y pisoteado,
todos ellos atrapados en cavernas y escondidos en cárceles; son puestos
para presa, y no hay quien libre; despojados, y no hay quien diga:
Restituid. |
|
23 |
|
¿Quién de vosotros oirá esto? ¿Quién
atenderá y escuchará respecto al porvenir? |
|
24 |
|
¿Quién dio a Jacob por despojo, y
entregó a Israel a saqueadores? ¿No fue Jehová, contra quien pecamos?
Pero no quisieron andar en sus caminos, ni obedecieron su ley. |
|
25 |
|
Por tanto, derramó sobre él el furor de
su ira, y la fuerza de guerra; le prendió fuego todo en derredor, pero
no entendió; y le consumió, mas no hizo caso. |
|
Isaías 43 |
|
|
1 |
|
Y ahora, así dice Jehová Creador tuyo,
oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te
puse nombre, mío eres tú. |
|
2 |
|
Cuando pasares por las aguas, yo seré
contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pasares por el fuego,
no te quemarás, ni la llama arderá en ti. |
|
3 |
|
Porque yo soy Jehová tu Dios, el Santo
de Israel, tu Salvador: A Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a
Seba por ti. |
|
4 |
|
Porque en mis ojos fuiste de grande
estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y
naciones por tu alma. |
|
5 |
|
No temas, porque yo soy contigo; del
oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré. |
|
6 |
|
Diré al norte: Da acá, y al sur: No
detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la
tierra, |
|
7 |
|
todos los llamados de mi nombre; para
gloria mía los creé, los formé y los hice. |
|
8 |
|
Sacad al pueblo ciego que tiene ojos, y
a los sordos que tienen oídos. |
|
9 |
|
Congréguense a una todas las naciones, y
júntense todos los pueblos: ¿Quién de ellos hay que nos dé nuevas de
esto, y que nos haga oír las cosas primeras? Presenten sus testigos, y
justifíquense; oigan, y digan: Es Verdad. |
|
10 |
|
Vosotros sois mis testigos, dice Jehová,
y mi siervo que yo escogí; para que me conozcáis y creáis, y entendáis
que yo mismo soy; antes de mí no fue formado Dios, ni lo será después de
mí. |
|
11 |
|
Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay
quien salve. |
|
12 |
|
Yo anuncié, y salvé, e hice oír, y no
hubo entre vosotros dios extraño. Vosotros, pues, sois mis testigos,
dice Jehová, que yo soy Dios. |
|
13 |
|
Aun antes que hubiera día, yo soy; y no
hay quien de mi mano libre. Yo lo haré, ¿quién lo estorbará? |
|
14 |
|
Así dice Jehová, Redentor vuestro, el
Santo de Israel: Por vosotros envié a Babilonia, e hice descender
fugitivos todos ellos, y clamor de caldeos en las naves. |
|
15 |
|
Yo Jehová, Santo vuestro, Creador de
Israel, vuestro Rey. |
|
16 |
|
Así dice Jehová, el que hace camino en
el mar, y senda en las aguas impetuosas; |
|
17 |
|
el que saca carro y caballo, ejército y
fuerza; caen juntamente para no levantarse; quedan extinguidos, como
pábilo quedan apagados. |
|
18 |
|
No os acordéis de las cosas pasadas, ni
traigáis a memoria las cosas antiguas. |
|
19 |
|
He aquí que yo hago una cosa nueva;
pronto saldrá a luz: ¿no la sabréis? Otra vez haré camino en el desierto,
y ríos en la soledad. |
|
20 |
|
La bestia del campo me honrará, los
dragones, y los pollos del avestruz; porque daré aguas en el desierto,
ríos en la soledad, para que beba mi pueblo, mi escogido. |
|
21 |
|
Este pueblo he creado para mí, mis
alabanzas publicará. |
|
22 |
|
Y no me invocaste a mí, oh Jacob; antes,
de mí te cansaste, oh Israel. |
|
23 |
|
No me trajiste a mí los animales de tus
holocaustos, ni a mí me honraste con tus sacrificios; no te hice servir
con presente, ni te hice fatigar con incienso. |
|
24 |
|
No compraste para mí caña aromática por
dinero, ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios; antes me
abrumaste con tus pecados, me fatigaste con tus maldades. |
|
25 |
|
Yo, yo soy el que borro tus rebeliones
por amor de mí mismo; y no me acordaré de tus pecados. |
|
26 |
|
Hazme recordar, entremos en juicio
juntamente; declara tú para justificarte. |
|
27 |
|
Tu primer padre pecó, y tus enseñadores
prevaricaron contra mí. |
|
28 |
|
Por tanto, yo profané los príncipes del
santuario, y puse por anatema a Jacob, y por oprobio a Israel. |
|
Isaías 44 |
|
|
1 |
|
Ahora pues, oye, Jacob, siervo mío, y tú,
Israel, a quien yo escogí. |
|
2 |
|
Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que
te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío
Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo escogí. |
|
3 |
|
Porque yo derramaré aguas sobre el que
tiene sed, y ríos sobre la tierra árida; derramaré mi Espíritu sobre tu
linaje, y mi bendición sobre tu descendencia; |
|
4 |
|
y brotarán como entre hierba, como
sauces junto a corrientes de aguas. |
|
5 |
|
Uno dirá: Yo soy de Jehová; el otro se
llamará del nombre de Jacob; y otro escribirá con su mano: A Jehová, y
se apellidará con el nombre de Israel. |
|
6 |
|
Así dice Jehová el Rey de Israel, y su
Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el
postrero, y fuera de mí no hay Dios. |
|
7 |
|
¿Y quién como yo, proclamará y
denunciará esto, y lo ordenará por mí, como hago yo desde que establecí
el pueblo antiguo? Anúncienles lo que viene, y lo que está por venir. |
|
8 |
|
No temáis, ni os amedrentéis; ¿no te lo
hice oír desde antiguo, y te lo dije? Luego vosotros sois mis testigos.
No hay Dios sino yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno. |
|
9 |
|
Los formadores de imágenes de talla,
todos ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y
ellos mismos para su confusión son testigos, que ellos ni ven ni
entienden. |
|
10 |
|
¿Quién formó un dios, o quién fundió una
imagen que para nada es de provecho? |
|
11 |
|
He aquí que todos sus compañeros serán
avergonzados, porque los artífices mismos son hombres. Que se reúnan
todos ellos y se pongan de pie; se asombrarán, y serán avergonzados a
una. |
|
12 |
|
El herrero toma la tenaza, trabaja en
las brasas, le da forma con los martillos, y trabaja en ella con la
fuerza de su brazo; luego tiene hambre, y le faltan las fuerzas; no bebe
agua, y desfallece. |
|
13 |
|
El carpintero tiende la regla, lo señala
con almagre, lo labra con los cepillos, le da figura con el compás, lo
hace en forma de varón, a semejanza de hombre hermoso, para tenerlo en
la casa. |
|
14 |
|
Corta cedros para sí, y toma ciprés y
encina, que crecen entre los árboles del bosque; planta pino, que se
críe con la lluvia. |
|
15 |
|
De él se sirve luego el hombre para
quemar, y toma de ellos para calentarse; enciende también el horno, y
cuece panes; hace además un dios, y lo adora; fabrica un ídolo, y se
arrodilla delante de él. |
|
16 |
|
Parte del leño quema en el fuego; con
parte de él come carne, adereza asado, y se sacia; después se calienta,
y dice: ¡Ah! Me he calentado, he visto el fuego; |
|
17 |
|
y hace del sobrante un dios, un ídolo
suyo; se humilla delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame,
porque tú eres mi dios. |
|
18 |
|
No saben ni entienden; porque sus ojos
están cerrados para no ver, y su corazón para no entender. |
|
19 |
|
Ninguno reflexiona en su corazón, ni
tiene sentido o entendimiento para decir: Parte de esto quemé en el
fuego, y sobre sus brasas cocí pan, asé carne, y la comí; ¿haré del
restante de ello una abominación? ¿Me postraré delante de un tronco de
árbol? |
|
20 |
|
De ceniza se alimenta; su corazón
engañado le desvía, para que no libre su alma, ni diga: ¿No es una
mentira lo que tengo en mi mano derecha? |
|
21 |
|
Acuérdate de estas cosas, oh Jacob, e
Israel, pues que tú mi siervo eres: Yo te formé; siervo mío eres tú. Oh
Israel, yo no me olvidaré de ti. |
|
22 |
|
Yo deshice como a una nube tus
rebeliones, y como a niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te
redimí. |
|
23 |
|
Cantad loores, oh cielos, porque Jehová
lo hizo; gritad con júbilo, lugares bajos de la tierra; prorrumpid,
montes, en alabanza; bosque, y todo árbol que en él está; porque Jehová
redimió a Jacob, y en Israel será glorificado. |
|
24 |
|
Así dice Jehová, tu Redentor, el que te
formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo solo
los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo; |
|
25 |
|
Que deshago las señales de los
engañadores, y enloquezco a los agoreros; que hago tornar atrás a los
sabios, y desvanezco su sabiduría; |
|
26 |
|
Yo, quien confirma la palabra de su
siervo, y cumple el consejo de sus mensajeros; que dice a Jerusalén:
Serás habitada; y a las ciudades de Judá: Seréis reedificadas, y yo
levantaré sus ruinas; |
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27 |
|
que dice a las profundidades: Secaos, y
tus ríos haré secar; |
|
28 |
|
que dice de Ciro: Él es mi pastor, y
cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: Serás edificada; y
al templo: Serán echados tus cimientos. |