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Juan 15 |
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1 |
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Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es
el labrador. |
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2 |
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Todo pámpano que en mí no lleva fruto,
lo quita; y todo aquel que lleva fruto, lo limpia, para que lleve más
fruto. |
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3 |
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Ya vosotros sois limpios por la palabra
que os he hablado. |
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4 |
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Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como
el pámpano no puede llevar fruto de sí mismo, si no permanece en la vid,
así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. |
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5 |
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Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el
que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque sin mí
nada podéis hacer. |
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6 |
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Si alguno no permanece en mí, será
echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el
fuego, y arden. |
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7 |
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Si permanecéis en mí, y mis palabras
permanecen en vosotros, pediréis todo lo que quisiereis, y os será hecho. |
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8 |
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En esto es glorificado mi Padre, en que
llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. |
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9 |
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Como el Padre me ha amado, así también
yo os he amado; permaneced en mi amor. |
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10 |
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Si guardareis mis mandamientos,
permaneceréis en mi amor; como también yo he guardado los mandamientos
de mi Padre, y permanezco en su amor. |
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11 |
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Estas cosas os he hablado, para que mi
gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. |
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12 |
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Éste es mi mandamiento: Que os améis
unos a otros, como yo os he amado. |
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13 |
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Nadie tiene mayor amor que éste, que uno
ponga su vida por sus amigos. |
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14 |
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Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo
que yo os mando. |
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15 |
|
Ya no os llamaré siervos, porque el
siervo no sabe lo que hace su señor; mas os he llamado amigos, porque os
he dado a saber todas las cosas que recibí de mi Padre. |
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16 |
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No me elegisteis vosotros a mí; sino que
yo os elegí a vosotros; y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto,
y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en
mi nombre; Él os lo dé. |
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17 |
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Esto os mando: Que os améis unos a otros. |
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18 |
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Si el mundo os aborrece, sabed que a mí
me ha aborrecido antes que a vosotros. |
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19 |
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Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo
suyo; mas porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso
el mundo os aborrece. |
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20 |
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Acordaos de la palabra que yo os he
dicho: El siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido,
también a vosotros perseguirán; si han guardado mi palabra, también
guardarán la vuestra. |
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21 |
|
Pero todo esto os harán por causa de mi
nombre; porque no conocen al que me envió. |
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22 |
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Si yo no hubiera venido, ni les hubiera
hablado, no tendrían pecado, pero ahora no tienen excusa de su pecado. |
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23 |
|
El que me aborrece, también a mi Padre
aborrece. |
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24 |
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Si yo no hubiese hecho entre ellos obras
que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; mas ahora también ellos
las han visto, y nos han aborrecido a mí y a mi Padre. |
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25 |
|
Pero esto es para que se cumpla la
palabra que está escrita en su ley: Sin causa me aborrecieron. |
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26 |
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Pero cuando viniere el Consolador, al
cual yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del
Padre, Él dará testimonio de mí. |
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27 |
|
Y vosotros también daréis testimonio,
porque habéis estado conmigo desde el principio. |
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Juan 16 |
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1 |
|
Estas cosas os he hablado para que no os
escandalicéis. |
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2 |
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Os echarán de las sinagogas; y aun viene
la hora cuando cualquiera que os matare, pensará que rinde servicio a
Dios. |
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3 |
|
Y esto os harán, porque no han conocido
al Padre, ni a mí. |
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4 |
|
Mas os he dicho esto, para que cuando
aquella hora viniere, os acordéis que yo os lo había dicho; pero esto no
os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros. |
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5 |
|
Mas ahora voy al que me envió; y ninguno
de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas? |
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6 |
|
Antes, porque os he dicho estas cosas,
tristeza ha llenado vuestro corazón. |
|
7 |
|
Mas yo os digo la verdad: Os es
necesario que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no
vendría a vosotros; mas si me fuere, os le enviaré. |
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8 |
|
Y cuando Él viniere, redargüirá al mundo
de pecado, y de justicia, y de juicio. |
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9 |
|
De pecado, por cuanto no creen en mí; |
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10 |
|
y de justicia, por cuanto voy a mi
Padre, y no me veréis más; |
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11 |
|
y de juicio, por cuanto el príncipe de
este mundo ya es juzgado. |
|
12 |
|
Aún tengo muchas cosas que deciros, mas
ahora no las podéis llevar. |
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13 |
|
Mas cuando viniere el Espíritu de
verdad, Él os guiará a toda verdad; porque no hablará de sí mismo, sino
que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de
venir. |
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14 |
|
Él me glorificará; porque tomará de lo
mío, y os lo hará saber. |
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15 |
|
Todo lo que tiene el Padre, mío es; por
eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber. |
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16 |
|
Un poco más, y no me veréis; y otra vez
un poco, y me veréis; porque yo voy al Padre. |
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17 |
|
Entonces algunos de sus discípulos
dijeron entre ellos: ¿Qué es esto que nos dice: Un poco, y no me veréis;
y otra vez, un poco, y me veréis, y: Porque yo voy al Padre? |
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18 |
|
Así que decían: ¿Qué es esto que dice:
Un poco? No entendemos lo que habla. |
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19 |
|
Y Jesús sabía que le querían preguntar,
y les dijo: ¿Preguntáis entre vosotros de esto que dije: Un poco, y no
me veréis; y otra vez, un poco, y me veréis? |
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20 |
|
De cierto, de cierto os digo, que
vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque
vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en alegría. |
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21 |
|
La mujer cuando da a luz, tiene dolor,
porque ha venido su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no
se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en
el mundo. |
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22 |
|
Así vosotros ahora ciertamente tenéis
tristeza; mas os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os
quitará vuestro gozo. |
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23 |
|
En aquel día no me preguntaréis nada. De
cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi
nombre, os lo dará. |
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24 |
|
Hasta ahora nada habéis pedido en mi
nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido. |
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25 |
|
Estas cosas os he hablado en parábolas,
mas la hora viene cuando ya no os hablaré en parábolas, sino que
claramente os anunciaré del Padre. |
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26 |
|
Aquel día pediréis en mi nombre, y no os
digo que yo rogaré al Padre por vosotros; |
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27 |
|
pues el Padre mismo os ama, porque
vosotros me amasteis, y habéis creído que yo salí de Dios. |
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28 |
|
Salí del Padre, y he venido al mundo;
otra vez dejo al mundo y voy al Padre. |
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29 |
|
Sus discípulos le dijeron: He aquí,
ahora hablas claramente y ninguna parábola dices. |
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30 |
|
Ahora entendemos que sabes todas las
cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto creemos que has
venido de Dios. |
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31 |
|
Jesús les respondió: ¿Ahora creéis? |
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32 |
|
He aquí la hora viene, y ya ha venido,
en que seréis dispersados cada uno a los suyos, y me dejaréis solo; mas
no estoy solo, porque el Padre está conmigo. |
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33 |
|
Estas cosas os he hablado para que en mí
tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido
al mundo. |
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Juan 17 |
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1 |
|
Estas cosas habló Jesús, y levantando
los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha venido; glorifica a tu Hijo,
para que tu Hijo también te glorifique a ti. |
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2 |
|
Como le has dado potestad sobre toda
carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. |
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3 |
|
Y ésta es la vida eterna: Que te
conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien tú has
enviado. |
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4 |
|
Yo te he glorificado en la tierra; he
acabado la obra que me diste que hiciese. |
|
5 |
|
Y ahora, oh Padre, glorifícame tú
contigo mismo, con la gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese. |
|
6 |
|
He manifestado tu nombre a los hombres
que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu
palabra. |
|
7 |
|
Ahora han conocido que todas las cosas
que me has dado, son de ti; |
|
8 |
|
porque las palabras que me diste, les he
dado; y ellos las recibieron, y en verdad han conocido que salí de ti, y
han creído que tú me enviaste. |
|
9 |
|
Yo ruego por ellos; no ruego por el
mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son. |
|
10 |
|
Y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y
yo soy glorificado en ellos. |
|
11 |
|
Y ya no estoy en el mundo; pero éstos
están en el mundo, y yo a ti vengo. Padre Santo, a los que me has dado,
guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. |
|
12 |
|
Cuando estaba con ellos en el mundo, yo
los guardaba en tu nombre; a los que me diste yo los guardé; y ninguno
de ellos se perdió, sino el hijo de perdición; para que la Escritura se
cumpliese. |
|
13 |
|
Y ahora vengo a ti, y hablo estas cosas
en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos. |
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14 |
|
Yo les he dado tu palabra; y el mundo
los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. |
|
15 |
|
No ruego que los quites del mundo, sino
que los guardes del mal. |
|
16 |
|
No son del mundo, como tampoco yo soy
del mundo. |
|
17 |
|
Santifícalos en tu verdad: Tu palabra es
verdad. |
|
18 |
|
Como tú me enviaste al mundo, así yo los
he enviado al mundo. |
|
19 |
|
Y por ellos yo me santifico a mí mismo,
para que también ellos sean santificados en la verdad. |
|
20 |
|
Y no ruego solamente por éstos, sino
también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos. |
|
21 |
|
Para que todos sean uno; como tú, oh
Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para
que el mundo crea que tú me enviaste. |
|
22 |
|
Y la gloria que me diste, yo les he
dado; para que sean uno, como nosotros somos uno. |
|
23 |
|
Yo en ellos, y tú en mí, para que sean
perfeccionados en uno; y para que el mundo conozca que tú me enviaste, y
que los has amado como también a mí me has amado. |
|
24 |
|
Padre, aquellos que me has dado, quiero
que donde yo estoy, también ellos estén conmigo; para que vean mi gloria
que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del
mundo. |
|
25 |
|
Padre justo, el mundo no te ha conocido,
pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. |
|
26 |
|
Y yo les he dado a conocer tu nombre, y
lo daré a conocer aún; para que el amor con que me has amado, esté en
ellos, y yo en ellos. |
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Juan 18 |
|
|
1 |
|
Cuando Jesús hubo dicho estas palabras,
salió con sus discípulos al otro lado del arroyo de Cedrón, donde había
un huerto, en el cual Él entró, y sus discípulos. |
|
2 |
|
Y también Judas, el que le entregaba,
conocía aquel lugar; porque Jesús muchas veces se reunía allí con sus
discípulos. |
|
3 |
|
Entonces Judas, tomando una compañía de
soldados, y alguaciles de los principales de los sacerdotes y de los
fariseos, vino allí con linternas y antorchas, y con armas. |
|
4 |
|
Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que
habían de venir sobre Él, salió y les dijo: ¿A quién buscáis? |
|
5 |
|
Le respondieron: A Jesús nazareno. Jesús
les dijo: Yo soy. Y Judas, el que le entregaba, también estaba con ellos. |
|
6 |
|
Y cuando Él les dijo: Yo soy,
retrocedieron, y cayeron a tierra. |
|
7 |
|
Entonces les volvió a preguntar: ¿A
quién buscáis? Y ellos dijeron: A Jesús nazareno. |
|
8 |
|
Respondió Jesús: Os he dicho que yo soy;
pues si me buscáis a mí, dejad ir a éstos; |
|
9 |
|
para que se cumpliese la palabra que
había dicho: De los que me diste, no perdí ninguno. |
|
10 |
|
Entonces Simón Pedro, que tenía una
espada, la sacó, e hirió a un siervo del sumo sacerdote, y le cortó la
oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco. |
|
11 |
|
Entonces Jesús dijo a Pedro: Mete tu
espada en la vaina; la copa que mi Padre me ha dado, ¿no la he de beber? |
|
12 |
|
Entonces la compañía de soldados y el
tribuno, y los alguaciles de los judíos, prendieron a Jesús, y le
ataron. |
|
13 |
|
y le llevaron primero a Anás, porque era
suegro de Caifás, que era el sumo sacerdote aquel año. |
|
14 |
|
Y Caifás era el que había dado el
consejo a los judíos, de que convenía que un hombre muriese por el
pueblo. |
|
15 |
|
Y Simón Pedro seguía a Jesús, y otro
discípulo; y aquel discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró
con Jesús al patio del sumo sacerdote. |
|
16 |
|
Mas Pedro estaba fuera, a la puerta.
Entonces salió aquel discípulo que era conocido del sumo sacerdote, y
habló a la criada que guardaba la puerta, y metió dentro a Pedro. |
|
17 |
|
Entonces la criada que guardaba la
puerta, dijo a Pedro: ¿No eres tú también de los discípulos de este
hombre? Él dijo: No soy. |
|
18 |
|
Y los siervos y los alguaciles que
habían encendido unas brasas, porque hacía frío, estaban de pie y se
calentaban; y con ellos estaba Pedro, calentándose. |
|
19 |
|
Y el sumo sacerdote preguntó a Jesús
acerca de sus discípulos y de su doctrina. |
|
20 |
|
Jesús le respondió: Yo manifiestamente
he hablado al mundo; yo siempre he enseñado en la sinagoga y en el
templo, donde siempre se reúnen los judíos, y nada he hablado en oculto. |
|
21 |
|
¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a
los que me han oído, qué les haya yo hablado; he aquí, ellos saben lo
que yo he dicho. |
|
22 |
|
Y cuando Él hubo dicho esto, uno de los
alguaciles que estaba allí, dio una bofetada a Jesús, diciendo: ¿Así
respondes al sumo sacerdote? |
|
23 |
|
Le respondió Jesús: Si he hablado mal,
da testimonio del mal; y si bien, ¿por qué me hieres? |
|
24 |
|
Entonces Anás le envió atado a Caifás
sumo sacerdote. |
|
25 |
|
Y estaba Pedro en pie, calentándose. Y
le dijeron: ¿No eres también tú de sus discípulos? Él negó, y dijo: No
soy. |
|
26 |
|
Uno de los siervos del sumo sacerdote,
pariente de aquél a quien Pedro había cortado la oreja, le dijo: ¿No te
vi yo en el huerto con Él? |
|
27 |
|
Y Pedro negó otra vez; y en seguida
cantó el gallo. |
|
28 |
|
Y llevaron a Jesús de Caifás al pretorio;
y era de mañana; y ellos no entraron al pretorio para no ser
contaminados, y así poder comer la pascua. |
|
29 |
|
Entonces Pilato salió a ellos, y dijo: ¿Qué
acusación traéis contra este hombre? |
|
30 |
|
Respondieron y le dijeron: Si Éste no
fuera malhechor, no te lo habríamos entregado. |
|
31 |
|
Entonces Pilato les dice: Tomadle
vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Y los judíos le dijeron: A
nosotros no nos es lícito dar muerte a nadie; |
|
32 |
|
para que se cumpliese la palabra de
Jesús, que había dicho, indicando de qué muerte había de morir. |
|
33 |
|
Entonces Pilato entró de nuevo al
pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? |
|
34 |
|
Jesús le respondió: ¿Dices tú esto de ti
mismo, o te lo han dicho otros de mí? |
|
35 |
|
Pilato respondió: ¿Soy yo judío? Tu
nación misma, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué
has hecho? |
|
36 |
|
Respondió Jesús: Mi reino no es de este
mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para
que yo no fuera entregado a los judíos; pero ahora mi reino no es de
aquí. |
|
37 |
|
Pilato entonces le dijo: ¿Acaso, eres tú
rey? Jesús respondió: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y
para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo
aquel que es de la verdad, oye mi voz. |
|
38 |
|
Pilato le dijo: ¿Qué es verdad? Y cuando
hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Ninguna falta
hallo en Él. |
|
39 |
|
Pero vosotros tenéis la costumbre de que
os suelte uno en la pascua: ¿Queréis, pues, que os suelte al Rey de los
judíos? |
|
40 |
|
Entonces todos dieron voces otra vez,
diciendo: No a Éste, sino a Barrabás. Y Barrabás era ladrón. |
|
Juan 19 |
|
|
1 |
|
Así que, entonces tomó Pilato a Jesús y
le azotó. |
|
2 |
|
Y los soldados entretejieron una corona
de espinas, y la pusieron sobre su cabeza, y le vistieron de una ropa de
púrpura; |
|
3 |
|
y decían: ¡Salve, Rey de los judíos¡ Y
le daban de bofetadas. |
|
4 |
|
Entonces Pilato salió otra vez, y les
dijo: He aquí, os lo traigo fuera, para que entendáis que ninguna falta
hallo en Él. |
|
5 |
|
Entonces salió Jesús, llevando la corona
de espinas y la ropa de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre! |
|
6 |
|
Y cuando le vieron los príncipes de los
sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo: ¡Crucifícale,
crucifícale! Pilato les dice: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque
yo no hallo falta en Él. |
|
7 |
|
Los judíos respondieron: Nosotros
tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí
mismo el Hijo de Dios. |
|
8 |
|
Y cuando Pilato oyó estas palabras, tuvo
más miedo. |
|
9 |
|
Y entró otra vez en el pretorio, y dijo
a Jesús: ¿De dónde eres tú? Pero Jesús no le dio respuesta. |
|
10 |
|
Entonces le dice Pilato: ¿A mí no me
hablas? ¿No sabes que tengo potestad para crucificarte, y que tengo
potestad para soltarte? |
|
11 |
|
Respondió Jesús: Ninguna potestad
tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que a
ti me ha entregado, mayor pecado tiene. |
|
12 |
|
Desde entonces procuraba Pilato
soltarle; pero los judíos daban voces, diciendo: Si a Éste sueltas, no
eres amigo de César; cualquiera que se hace rey, contradice a César. |
|
13 |
|
Entonces Pilato oyendo este dicho, llevó
fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar que es llamado el
Enlosado, y en hebreo, Gabata. |
|
14 |
|
Y era la preparación de la pascua, y
como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos: He aquí vuestro Rey. |
|
15 |
|
Pero ellos dieron voces: ¡Fuera, fuera,
crucifícale! Pilato les dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Los
principales sacerdotes respondieron: No tenemos rey sino a César. |
|
16 |
|
Así que entonces lo entregó a ellos para
que fuese crucificado. Y tomaron a Jesús, y le llevaron. |
|
17 |
|
Y Él, cargando su cruz, salió al lugar
llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota; |
|
18 |
|
donde le crucificaron, y con Él a otros
dos, uno a cada lado, y Jesús en medio. |
|
19 |
|
Y escribió también Pilato un título, que
puso sobre la cruz. Y el escrito era: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS. |
|
20 |
|
Y muchos de los judíos leyeron este
título, porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la
ciudad, y estaba escrito en hebreo, y en griego, y en latín. |
|
21 |
|
Y los principales sacerdotes de los
judíos dijeron a Pilato: No escribas: El Rey de los judíos; sino que Él
dijo: Rey soy de los judíos. |
|
22 |
|
Pilato respondió: Lo que he escrito, he
escrito. |
|
23 |
|
Y cuando los soldados hubieron
crucificado a Jesús, tomaron sus vestiduras e hicieron cuatro partes,
para cada soldado una parte; y también su túnica, y la túnica era sin
costura, toda tejida desde arriba. |
|
24 |
|
Entonces dijeron entre sí: No la
partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será; para que
se cumpliese la Escritura que dice: Repartieron entre sí mis vestiduras,
y sobre mi ropa echaron suertes. Esto, pues, hicieron los soldados. |
|
25 |
|
Y estaban junto a la cruz de Jesús su
madre, y la hermana de su madre, María esposa de Cleofas, y María
Magdalena. |
|
26 |
|
Y cuando Jesús vio a su madre, y al
discípulo que Él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he
ahí tu hijo. |
|
27 |
|
Después dijo al discípulo: He ahí tu
madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa. |
|
28 |
|
Después de esto, sabiendo Jesús que ya
todo estaba consumado, para que la Escritura se cumpliese, dijo: Tengo
sed. |
|
29 |
|
Y estaba allí un vasija llena de vinagre;
entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y puesta sobre un
hisopo, se la acercaron a la boca. |
|
30 |
|
Y cuando Jesús tomó el vinagre, dijo:
Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu. |
|
31 |
|
Entonces los judíos, por cuanto era el
día de la preparación, para que los cuerpos no quedasen en la cruz en el
sábado ( porque era gran día aquel sábado ), rogaron a Pilato que se les
quebrasen las piernas, y fuesen quitados. |
|
32 |
|
Y vinieron los soldados y quebraron las
piernas al primero, y al otro que había sido crucificado con Él. |
|
33 |
|
Mas cuando vinieron a Jesús, como le
vieron ya muerto, no le quebraron las piernas. |
|
34 |
|
Pero uno de los soldados le abrió el
costado con una lanza, y luego salió sangre y agua. |
|
35 |
|
Y el que lo vio, da testimonio, y su
testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros
también creáis. |
|
36 |
|
Porque estas cosas fueron hechas para
que se cumpliese la Escritura: Hueso suyo no será quebrado. |
|
37 |
|
Y también otra Escritura dice: Mirarán a
Aquél a quien traspasaron. |
|
38 |
|
Y después de estas cosas, José de
Arimatea, el cual era discípulo de Jesús, aunque secreto por miedo a los
judíos, rogó a Pilato que le dejase quitar el cuerpo de Jesús; y Pilato
se lo permitió. Entonces vino, y quitó el cuerpo de Jesús. |
|
39 |
|
Y vino también Nicodemo, el que antes
había venido a Jesús de noche, trayendo un compuesto de mirra y de áloe,
como cien libras. |
|
40 |
|
Y tomaron el cuerpo de Jesús, y lo
envolvieron en lienzos con especias, como es costumbre de los judíos
sepultar. |
|
41 |
|
Y en el lugar donde había sido
crucificado había un huerto; y en el huerto un sepulcro nuevo, en el
cual aún no había sido puesto ninguno. |
|
42 |
|
Allí, pues, pusieron a Jesús, por causa
del día de la preparación de los judíos, porque aquel sepulcro estaba
cerca. |
|
Juan 20 |
|
|
1 |
|
Y el primer día de la semana, de mañana,
siendo aún oscuro, María Magdalena vino al sepulcro, y vio quitada la
piedra del sepulcro. |
|
2 |
|
Entonces corrió, y vino a Simón Pedro, y
al otro discípulo, al cual amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del
sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto. |
|
3 |
|
Pedro entonces salió, y el otro
discípulo, y fueron al sepulcro. |
|
4 |
|
Y corrían los dos juntos; pero el otro
discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro. |
|
5 |
|
Y bajándose a mirar, vio los lienzos
puestos allí; mas no entró. |
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6 |
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Luego llegó Simón Pedro tras él, y entró
en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí, |
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7 |
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y el sudario que había estado sobre su
cabeza, no puesto con los lienzos, sino envuelto en un lugar aparte. |
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8 |
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Entonces entró también el otro
discípulo, que había llegado primero al sepulcro, y vio, y creyó. |
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9 |
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Porque aún no habían entendido la
Escritura, que era necesario que Él resucitase de los muertos. |
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10 |
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Entonces los discípulos se volvieron a
sus casas. |
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11 |
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Pero María estaba fuera llorando junto
al sepulcro; y llorando se inclinó a ver el sepulcro; |
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12 |
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y vio dos ángeles en ropas blancas que
estaban sentados, el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el
cuerpo de Jesús había sido puesto. |
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13 |
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Y le dicen: Mujer, ¿por qué lloras? Ella
les dice: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto. |
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14 |
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Y habiendo dicho esto, volteó hacia
atrás, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús. |
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15 |
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Jesús le dice: Mujer, ¿por qué lloras?
¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dice: Señor, si
tú le has llevado, dime dónde le has puesto, y yo lo llevaré. |
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16 |
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Jesús le dice: María. Volviéndose ella,
le dice: ¡Raboni! ( que quiere decir, Maestro ). |
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17 |
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Jesús le dice: No me toques; porque aún
no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre
y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. |
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18 |
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Vino María Magdalena dando las nuevas a
los discípulos de que había visto al Señor, y que Él le había dicho
estas cosas. |
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19 |
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Y el mismo día al anochecer, siendo el
primero de la semana, estando las puertas cerradas en donde los
discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y
poniéndose en medio, les dijo: Paz a vosotros. |
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20 |
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Y habiendo dicho esto, les mostró las
manos y el costado. Entonces los discípulos se regocijaron viendo al
Señor. |
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21 |
|
Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a
vosotros: Como me envió el Padre, así también yo os envío. |
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22 |
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Y habiendo dicho esto, sopló en ellos, y
les dijo: Recibid el Espíritu Santo. |
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23 |
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A quienes remitiereis los pecados, les
son remitidos; a quienes se los retuviereis, les son retenidos. |
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24 |
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Pero Tomás, uno de los doce, llamado
Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. |
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25 |
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Le dijeron, pues, los otros discípulos:
Hemos visto al Señor. Y él les dijo: Si no viere en sus manos la señal
de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi
mano en su costado, no creeré. |
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26 |
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Y ocho días después, estaban otra vez
sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Entonces vino Jesús, estando
las puertas cerradas, y poniéndose en medio, dijo: Paz a vosotros. |
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27 |
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Entonces dijo a Tomás: Mete tu dedo aquí,
y ve mis manos; y da acá tu mano, y métela en mi costado; y no seas
incrédulo, sino creyente. |
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28 |
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Y Tomás respondió, y le dijo: ¡Señor mío,
y Dios mío! |
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29 |
|
Jesús le dijo: Tomás, porque me has
visto, creíste; bienaventurados los que no vieron y creyeron. |
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30 |
|
Y ciertamente muchas otras señales hizo
Jesús en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en
este libro. |
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31 |
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Pero éstas se han escrito, para que
creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que creyendo,
tengáis vida en su nombre. |
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Juan 21 |
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1 |
|
Después de estas cosas Jesús se
manifestó otra vez a sus discípulos junto al mar de Tiberias; y se
manifestó de esta manera. |
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2 |
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Estaban juntos Simón Pedro, y Tomás
llamado el Dídimo, y Natanael, el que era de Caná de Galilea, y los
hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos. |
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3 |
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Simón Pedro les dijo: A pescar voy:
Ellos le dijeron: Nosotros también vamos contigo. Fueron y luego
subieron en una barca; y aquella noche no pescaron nada. |
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4 |
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Y al amanecer, Jesús se puso a la
ribera; mas los discípulos no sabían que era Jesús. |
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5 |
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Entonces Jesús les dijo: Hijitos,
¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No. |
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6 |
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Y Él les dijo: Echad la red a la derecha
de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar
por la multitud de peces. |
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7 |
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Entonces aquel discípulo, al cual amaba
Jesús, dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Y cuando Simón Pedro oyó que era el
Señor, se ciñó su ropa ( porque estaba desnudo ), y se echó al mar. |
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8 |
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Y los otros discípulos vinieron en una
barquilla ( porque no estaban lejos de tierra, sino como a doscientos
codos ), trayendo la red con los peces. |
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9 |
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Y como llegaron a tierra, vieron brasas
puestas, y un pez sobre ellas, y pan. |
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10 |
|
Jesús les dijo: Traed de los peces que
pescasteis ahora. |
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11 |
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Simón Pedro subió, y trajo la red a
tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y siendo tantos,
la red no se rompió. |
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12 |
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Jesús les dijo: Venid, comed. Y ninguno
de los discípulos osaba preguntarle: ¿Tú, quién eres? Sabiendo que era
el Señor. |
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13 |
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Entonces viene Jesús, y toma el pan, y
les da; y así mismo del pez. |
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14 |
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Ésta era ya la tercera vez que Jesús se
manifestaba a sus discípulos, después de haber resucitado de los muertos. |
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15 |
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Y cuando hubieron comido, Jesús dijo a
Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le dice: Sí
Señor, tú sabes que te amo. Le dice: Apacienta mis corderos. |
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16 |
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Vuelve a decirle la segunda vez: Simón,
hijo de Jonás, ¿me amas? Le responde: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le
dice: Apacienta mis ovejas. |
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17 |
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Le dice la tercera vez: Simón, hijo de
Jonás, ¿me amas? Pedro, entristecido de que le dijese la tercera vez:
¿Me amas? Le dijo: Señor, tú sabes todas las cosas; tú sabes que te amo.
Jesús le dice: Apacienta mis ovejas. |
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18 |
|
De cierto, de cierto te digo: Cuando
eras más joven, te ceñías e ibas a donde querías; mas cuando ya seas
viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no
quieras. |
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19 |
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Esto dijo, dando a entender con qué
muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, le dice: Sígueme. |
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20 |
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Entonces Pedro, volviéndose, ve a aquel
discípulo al cual Jesús amaba, que los seguía, el que también se había
recostado en su pecho en la cena, y le había dicho: Señor, ¿quién es el
que te ha de entregar? |
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21 |
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Cuando Pedro lo vio, dijo a Jesús: Señor,
¿y éste qué? |
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22 |
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Jesús le dice: Si quiero que él quede
hasta que yo venga, ¿qué a ti? Tú sígueme. |
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23 |
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Salió entonces este dicho entre los
hermanos, que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo: No
morirá; sino: Si quiero que él quede hasta que yo venga ¿qué a ti? |
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24 |
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Éste es el discípulo que da testimonio
de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es
verdadero. |
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25 |
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Y hay también muchas otras cosas que
Jesús hizo, las cuales si se escribiesen una por una, pienso que ni aun
en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén. |