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Juan 1 |
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1 |
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En el principio era el Verbo, y el Verbo
era con Dios, y el Verbo era Dios. |
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2 |
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Éste era en el principio con Dios. |
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3 |
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Todas las cosas por Él fueron hechas, y
sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. |
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4 |
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En Él estaba la vida, y la vida era la
luz de los hombres. |
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5 |
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Y la luz en las tinieblas resplandece;
mas las tinieblas no la comprendieron. |
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6 |
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Hubo un hombre enviado de Dios, el cual
se llamaba Juan. |
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7 |
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Éste vino por testimonio, para que diese
testimonio de la Luz, para que todos creyesen por él. |
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8 |
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No era él la Luz, sino para que diese
testimonio de la Luz. |
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9 |
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Aquél era la Luz verdadera, que alumbra
a todo hombre que viene a este mundo. |
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10 |
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En el mundo estaba, y el mundo por Él
fue hecho, pero el mundo no le conoció. |
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11 |
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A lo suyo vino, y los suyos no le
recibieron. |
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12 |
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Mas a todos los que le recibieron, a los
que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. |
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13 |
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Los cuales son engendrados, no de sangre,
ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. |
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14 |
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Y el Verbo fue hecho carne, y habitó
entre nosotros ( y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre
), lleno de gracia y de verdad. |
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15 |
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Juan dio testimonio de Él, y clamó
diciendo: Éste es de quien yo decía: El que viene después de mí, es
antes de mí; porque era primero que yo. |
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16 |
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Y de su plenitud tomamos todos, y gracia
por gracia. |
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17 |
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Porque la ley por Moisés fue dada, pero
la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo. |
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18 |
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A Dios nadie le vio jamás; el unigénito
Hijo, que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer. |
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19 |
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Y éste es el testimonio de Juan, cuando
los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas, a preguntarle: ¿Tú,
quién eres? |
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20 |
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Y confesó, y no negó; sino confesó: Yo
no soy el Cristo. |
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21 |
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Y le preguntaron: ¿Qué, pues? ¿Eres tú
Elías? Y dijo: No soy. ¿Eres tú el Profeta? Y él respondió: No. |
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22 |
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Entonces le dijeron: ¿Quién eres? para
que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? |
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23 |
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El dijo: Yo soy la voz del que clama en
el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías. |
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24 |
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Y los que habían sido enviados eran de
los fariseos. |
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25 |
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Y preguntándole, le dijeron: ¿Por qué,
pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el Profeta? |
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26 |
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Juan les respondió, diciendo: Yo bautizo
en agua, mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis. |
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27 |
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Él es el que viniendo después de mí, es
antes de mí; del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado. |
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28 |
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Estas cosas acontecieron en Betábara, al
otro lado del Jordán donde Juan estaba bautizando. |
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29 |
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El siguiente día vio Juan a Jesús que
venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del
mundo. |
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30 |
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Éste es Aquél de quien yo dije: Después
de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo. |
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31 |
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Y yo no le conocía; mas para que fuese
manifestado a Israel, por eso vine yo bautizando en agua. |
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32 |
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Y Juan dio testimonio, diciendo: Vi al
Espíritu descender del cielo como paloma, y reposar sobre Él; |
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33 |
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y yo no le conocía; mas el que me envió
a bautizar en agua, Éste me dijo: Sobre quien vieres descender el
Espíritu, y que permanece sobre Él, Éste es el que bautiza con el
Espíritu Santo. |
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34 |
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Y yo le vi, y he dado testimonio de que
Éste es el Hijo de Dios. |
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35 |
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El siguiente día otra vez estaba Juan, y
dos de sus discípulos. |
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36 |
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Y mirando a Jesús que andaba por allí,
dijo: He aquí el Cordero de Dios. |
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37 |
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Y los dos discípulos le oyeron hablar, y
siguieron a Jesús. |
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38 |
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Entonces volviéndose Jesús, y viendo que
le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Y ellos le dijeron: Rabí ( que se
dice, si lo interpretares; Maestro ), ¿dónde moras? |
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39 |
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Él les dijo: Venid y ved. Vinieron y
vieron dónde moraba; y se quedaron con Él aquel día, porque era como la
hora décima. |
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40 |
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Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno
de los dos que habían oído a Juan, y le habían seguido. |
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41 |
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Éste halló primero a su hermano Simón, y
le dijo: Hemos hallado al Mesías ( que si lo interpretares es, el Cristo
). |
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42 |
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Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús,
dijo: Tú eres Simón hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas ( que quiere
decir piedra ). |
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43 |
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El siguiente día quiso Jesús ir a
Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme. |
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44 |
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Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de
Andrés y de Pedro. |
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45 |
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Felipe halló a Natanael, y le dijo:
Hemos hallado a Aquél de quien escribió Moisés en la ley, y los profetas:
Jesús de Nazaret, el hijo de José. |
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46 |
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Y Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede
salir algo bueno? Felipe le dijo: Ven y ve. |
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47 |
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Jesús viendo que Natanael venía hacia Él,
dijo de él: He aquí un verdadero israelita en el cual no hay engaño. |
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48 |
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Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces?
Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas
debajo de la higuera, te vi. |
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49 |
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Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú
eres el Hijo de Dios: Tú eres el Rey de Israel. |
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50 |
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Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te
dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que éstas verás. |
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51 |
|
Y le dijo: De cierto, de cierto os digo:
De aquí adelante veréis el cielo abierto, y los ángeles de Dios subiendo
y descendiendo sobre el Hijo del Hombre. |
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Juan 2 |
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1 |
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Y al tercer día se hicieron unas bodas
en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. |
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2 |
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Y fueron también invitados a las bodas
Jesús y sus discípulos. |
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3 |
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Y faltando el vino, la madre de Jesús le
dijo: No tienen vino. |
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4 |
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Jesús le dijo: ¿Qué tengo yo contigo,
mujer? Aún no ha venido mi hora. |
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5 |
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Su madre dijo a los siervos: Haced todo
lo que Él os dijere. |
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6 |
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Y estaban allí seis tinajas de piedra
para agua, conforme a la purificación de los judíos, y en cada una
cabían dos o tres cántaros. |
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7 |
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Jesús les dijo: Llenad de agua estas
tinajas. Y las llenaron hasta arriba. |
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8 |
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Y les dijo: Sacad ahora, y llevadla al
maestresala. Y se la llevaron. |
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9 |
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Y cuando el maestresala probó el agua
hecha vino, y no sabía de dónde era ( mas lo sabían los siervos que
habían sacado el agua ), el maestresala llama al esposo, |
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10 |
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y le dice: Todo hombre sirve primero el
buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el que es inferior,
pero tú has guardado el buen vino hasta ahora. |
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11 |
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Este principio de milagros hizo Jesús en
Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en Él. |
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12 |
|
Después de esto descendió a Capernaúm,
Él, y su madre, y sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no
muchos días. |
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13 |
|
Y estaba cerca la pascua de los judíos;
y subió Jesús a Jerusalén. |
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14 |
|
Y halló en el templo a los que vendían
bueyes y ovejas y palomas, y a los cambistas sentados. |
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15 |
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Y haciendo un azote de cuerdas, echó
fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y derramó el dinero
de los cambistas, y trastornó las mesas; |
|
16 |
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y dijo a los que vendían palomas: Quitad
de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre una casa de mercado. |
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17 |
|
Entonces se acordaron sus discípulos que
está escrito: El celo de tu casa me consumió. |
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18 |
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Y respondieron los judíos y le dijeron:
¿Qué señal nos muestras, ya que haces esto? |
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19 |
|
Respondió Jesús y les dijo: Destruid
este templo, y en tres días lo levantaré. |
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20 |
|
Dijeron luego los judíos: En cuarenta y
seis años fue este templo edificado, ¿y tú lo levantarás en tres días? |
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21 |
|
Pero Él hablaba del templo de su cuerpo. |
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22 |
|
Por tanto, cuando resucitó de los
muertos, sus discípulos se acordaron que les había dicho esto; y
creyeron la Escritura, y la palabra que Jesús había dicho. |
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23 |
|
Y estando en Jerusalén, en la pascua, en
el día de la fiesta, muchos creyeron en su nombre, viendo los milagros
que hacía. |
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24 |
|
Mas Jesús mismo no se fiaba de ellos,
porque Él conocía a todos. |
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25 |
|
Y no tenía necesidad de que alguien le
diese testimonio del hombre, porque Él sabía lo que había en el hombre. |
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Juan 3 |
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1 |
|
Había un hombre de los fariseos que se
llamaba Nicodemo, príncipe de los judíos. |
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2 |
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Éste vino a Jesús de noche, y le dijo:
Rabí, sabemos que has venido de Dios por maestro; porque nadie puede
hacer los milagros que tú haces, si no está Dios con él. |
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3 |
|
Respondió Jesús, y le dijo: De cierto,
de cierto te digo: El que no naciere otra vez, no puede ver el reino de
Dios. |
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4 |
|
Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede el hombre
nacer siendo viejo? ¿Puede entrar por segunda vez en el vientre de su
madre, y nacer? |
|
5 |
|
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te
digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en
el reino de Dios. |
|
6 |
|
Lo que es nacido de la carne, carne es;
y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. |
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7 |
|
No te maravilles de que te dije: Os es
necesario nacer otra vez. |
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8 |
|
El viento sopla de donde quiere, y oyes
su sonido, mas no sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel
que es nacido del Espíritu. |
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9 |
|
Respondió Nicodemo, y le dijo: ¿Cómo
puede hacerse esto? |
|
10 |
|
Respondió Jesús, y le dijo: ¿Eres tú
maestro de Israel, y no sabes esto? |
|
11 |
|
De cierto, de cierto te digo, que lo que
sabemos hablamos, y lo que hemos visto testificamos, y no recibís
nuestro testimonio. |
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12 |
|
Si os he dicho cosas terrenales, y no
creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? |
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13 |
|
Y nadie subió al cielo, sino el que
descendió del cielo, el Hijo del Hombre que está en el cielo. |
|
14 |
|
Y como Moisés levantó la serpiente en el
desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado; |
|
15 |
|
para que todo aquel que en Él cree, no
se pierda, mas tenga vida eterna. |
|
16 |
|
Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no
se pierda, mas tenga vida eterna. |
|
17 |
|
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo,
para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él. |
|
18 |
|
El que en Él cree, no es condenado, pero
el que no cree, ya es condenado, porque no ha creído en el nombre del
unigénito Hijo de Dios. |
|
19 |
|
Y ésta es la condenación; que la luz
vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque
sus obras eran malas. |
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20 |
|
Porque todo el que hace lo malo aborrece
la luz, y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprobadas. |
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21 |
|
Mas el que obra verdad, viene a la luz,
para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. |
|
22 |
|
Después de estas cosas, vino Jesús con
sus discípulos a la tierra de Judea; y estuvo allí con ellos, y
bautizaba. |
|
23 |
|
Y bautizaba también Juan en Enón, junto
a Salim, porque había allí muchas aguas; y venían, y eran bautizados. |
|
24 |
|
Porque Juan no había sido aún puesto en
la cárcel. |
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25 |
|
Entonces hubo una discusión entre los
discípulos de Juan y los judíos acerca de la purificación. |
|
26 |
|
Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, el
que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio,
he aquí Él bautiza, y todos vienen a Él. |
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27 |
|
Respondió Juan y dijo: No puede el
hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo. |
|
28 |
|
Vosotros mismos me sois testigos de que
dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de Él. |
|
29 |
|
El que tiene la esposa, es el esposo,
mas el amigo del esposo, que está en pie y le oye, se goza grandemente
de la voz del esposo. Así pues, este mi gozo es cumplido. |
|
30 |
|
Es necesario que Él crezca, y que yo
mengüe. |
|
31 |
|
El que viene de arriba, sobre todos es;
el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que
viene del cielo, sobre todos es. |
|
32 |
|
Y lo que ha visto y oído, esto testifica;
y nadie recibe su testimonio. |
|
33 |
|
El que recibe su testimonio certifica
que Dios es veraz. |
|
34 |
|
Porque el que Dios envió habla las
palabras de Dios, pues Dios no le da el Espíritu por medida. |
|
35 |
|
El Padre ama al Hijo y todas las cosas
ha dado en su mano. |
|
36 |
|
El que cree en el Hijo tiene vida
eterna; mas el que es incrédulo al Hijo no verá la vida, sino que la ira
de Dios está sobre él. |
|
Juan 4 |
|
|
1 |
|
Y cuando el Señor entendió que los
fariseos habían oído que Jesús hacía y bautizaba más discípulos que Juan |
|
2 |
|
( aunque Jesús no bautizaba, sino sus
discípulos ), |
|
3 |
|
dejó Judea, y se fue otra vez a Galilea. |
|
4 |
|
Y le era necesario pasar por Samaria. |
|
5 |
|
Vino, pues, a una ciudad de Samaria que
se llamaba Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José; |
|
6 |
|
y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces
Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo; y era como la
hora sexta. |
|
7 |
|
Y vino una mujer de Samaria a sacar
agua; y Jesús le dijo: Dame de beber |
|
8 |
|
( Pues los discípulos habían ido a la
ciudad a comprar de comer ). |
|
9 |
|
Entonces la mujer samaritana le dijo:
¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer
samaritana? Porque los judíos no tienen tratos con los samaritanos. |
|
10 |
|
Jesús respondió y le dijo: Si conocieses
el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías
a Él, y Él te daría agua viva. |
|
11 |
|
La mujer le dice: Señor, no tienes con
qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? |
|
12 |
|
¿Eres tú mayor que nuestro padre Jacob,
el cual nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y su ganado? |
|
13 |
|
Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera
que bebiere de esta agua, volverá a tener sed, |
|
14 |
|
mas el que bebiere del agua que yo le
daré, no tendrá sed jamás; mas el agua que yo le daré será en él una
fuente de agua que salte para vida eterna. |
|
15 |
|
La mujer le dice: Señor, dame esa agua,
para que yo no tenga sed, ni venga acá a sacarla. |
|
16 |
|
Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y
ven acá. |
|
17 |
|
Respondió la mujer, y dijo: No tengo
marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; |
|
18 |
|
porque cinco maridos has tenido, y el
que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad. |
|
19 |
|
La mujer le dijo: Señor, me parece que
tú eres profeta. |
|
20 |
|
Nuestros padres adoraron en este monte,
y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde debemos adorar. |
|
21 |
|
Jesús le dijo: Mujer, créeme que la hora
viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. |
|
22 |
|
Vosotros adoráis lo que no sabéis;
nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los
judíos. |
|
23 |
|
Mas la hora viene, y ahora es, cuando
los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad;
porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. |
|
24 |
|
Dios es Espíritu; y los que le adoran,
en espíritu y en verdad es necesario que le adoren. |
|
25 |
|
La mujer le dice: Sé que el Mesías ha de
venir, el cual es llamado el Cristo: Cuando Él venga, nos declarará
todas las cosas. |
|
26 |
|
Jesús le dijo: Yo soy, el que habla
contigo. |
|
27 |
|
Y en esto vinieron sus discípulos, y se
maravillaron de que hablaba con la mujer; mas ninguno dijo: ¿Qué
preguntas? O: ¿Qué hablas con ella? |
|
28 |
|
Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue
a la ciudad, y dijo a los hombres: |
|
29 |
|
Venid, ved a un hombre que me ha dicho
todo lo que he hecho: ¿No será Éste el Cristo? |
|
30 |
|
Entonces salieron de la ciudad, y
vinieron a Él. |
|
31 |
|
Entre tanto los discípulos le rogaban,
diciendo: Rabí, come. |
|
32 |
|
Mas Él les dijo: Yo tengo una comida que
comer, que vosotros no sabéis. |
|
33 |
|
Entonces los discípulos se decían el uno
al otro: ¿Le habrá traído alguien de comer? |
|
34 |
|
Jesús les dijo: Mi comida es que haga la
voluntad del que me envió, y que acabe su obra. |
|
35 |
|
¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro
meses para que venga la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos, y
mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. |
|
36 |
|
Y el que siega, recibe salario, y recoge
fruto para vida eterna; para que el que siembra como el que siega,
juntos se regocijen. |
|
37 |
|
Porque en esto es verdadero el dicho:
Uno es el que siembra, y otro es el que siega. |
|
38 |
|
Yo os he enviado a segar lo que vosotros
no labrasteis, otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores. |
|
39 |
|
Y muchos de los samaritanos de aquella
ciudad creyeron en Él por la palabra de la mujer, que testificaba
diciendo: Me ha dicho todo lo que he hecho. |
|
40 |
|
Entonces, cuando los samaritanos
vinieron a Él, le rogaron que se quedase allí; y se quedó allí dos días. |
|
41 |
|
Y creyeron muchos más por la palabra de
Él. |
|
42 |
|
Y decían a la mujer: Ahora creemos, no
sólo por tu dicho; sino porque nosotros mismos le hemos oído, y sabemos
que verdaderamente Éste es el Cristo, el Salvador del mundo. |
|
43 |
|
Y dos días después, salió de allí y se
fue a Galilea. |
|
44 |
|
Porque Jesús mismo dio testimonio de que
el profeta en su tierra no tiene honra. |
|
45 |
|
Y cuando vino a Galilea, los galileos le
recibieron, habiendo visto todas las cosas que Él hizo en Jerusalén en
el día de la fiesta; porque también ellos habían ido a la fiesta. |
|
46 |
|
Vino, pues, Jesús otra vez a Caná de
Galilea, donde había convertido el agua en vino. Y había en Capernaúm un
oficial del rey, cuyo hijo estaba enfermo. |
|
47 |
|
Éste, cuando oyó que Jesús venía de
Judea a Galilea, vino a Él, y le rogó que descendiese y sanase a su hijo,
porque estaba a punto de morir. |
|
48 |
|
Entonces Jesús le dijo: Si no viereis
señales y prodigios no creeréis. |
|
49 |
|
El oficial del rey le dijo: Señor,
desciende antes que mi hijo muera. |
|
50 |
|
Jesús le dijo: Ve, tu hijo vive. Y el
hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue. |
|
51 |
|
Y cuando ya él descendía, sus siervos
salieron a recibirle, y le dieron las nuevas, diciendo: Tu hijo vive. |
|
52 |
|
Entonces les preguntó a qué hora había
comenzado a mejorar. Y le dijeron: Ayer a las siete le dejó la fiebre. |
|
53 |
|
Entonces el padre entendió que aquella
hora era cuando Jesús le dijo: Tu hijo vive; y creyó él, y toda su casa. |
|
54 |
|
Éste además es el segundo milagro que
Jesús hizo, cuando vino de Judea a Galilea. |
|
Juan 5 |
|
|
1 |
|
Después de estas cosas había una fiesta
de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. |
|
2 |
|
Y hay en Jerusalén, a la puerta de las
Ovejas, un estanque, que en hebreo es llamado Betesda, el cual tiene
cinco pórticos. |
|
3 |
|
En éstos yacía gran multitud de enfermos,
ciegos, cojos, secos, que esperaban el movimiento del agua. |
|
4 |
|
Porque un ángel descendía a cierto
tiempo al estanque y revolvía el agua; y el que primero descendía al
estanque después del movimiento del agua, era sanado de cualquier
enfermedad que tuviese. |
|
5 |
|
Y estaba allí un hombre que hacía
treinta y ocho años que estaba enfermo. |
|
6 |
|
Cuando Jesús le vio postrado, y entendió
que hacía mucho tiempo que estaba enfermo, le dijo: ¿Quieres ser sano? |
|
7 |
|
Señor, le respondió el enfermo, no tengo
hombre que me meta en el estanque cuando el agua es revuelta; pues entre
tanto que yo vengo, otro desciende antes que yo. |
|
8 |
|
Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho
y anda. |
|
9 |
|
Y al instante aquel hombre fue sano, y
tomó su lecho, y anduvo. Y era sábado aquel día. |
|
10 |
|
Entonces los judíos decían a aquel que
había sido sanado: Sábado es; no te es lícito llevar tu lecho. |
|
11 |
|
Él les respondió: El que me sanó, Él
mismo me dijo: Toma tu lecho y anda. |
|
12 |
|
Entonces le preguntaron: ¿Quién es el
que te dijo: Toma tu lecho y anda? |
|
13 |
|
Y el que había sido sanado no sabía
quién fuese; porque Jesús se había apartado de la multitud que estaba en
aquel lugar. |
|
14 |
|
Después le halló Jesús en el templo, y
le dijo: He aquí has sido sanado; no peques más, para que no te venga
alguna cosa peor. |
|
15 |
|
El hombre se fue, y dio aviso a los
judíos, que Jesús era el que le había sanado. |
|
16 |
|
Y por esta causa los judíos perseguían a
Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en sábado. |
|
17 |
|
Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta
ahora trabaja, y yo trabajo. |
|
18 |
|
Por esto, más procuraban los judíos
matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que también decía
que Dios era su Padre, haciéndose igual a Dios. |
|
19 |
|
Respondió entonces Jesús, y les dijo: De
cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada de sí mismo, sino
lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que Él hace, esto también hace
el Hijo igualmente. |
|
20 |
|
Porque el Padre ama al Hijo, y le
muestra todas las cosas que Él hace; y mayores obras que éstas le
mostrará, de manera que vosotros os maravilléis. |
|
21 |
|
Porque como el Padre levanta a los
muertos, y les da vida; así también el Hijo a los que quiere da vida. |
|
22 |
|
Porque el Padre a nadie juzga, mas todo
juicio dio al Hijo; |
|
23 |
|
para que todos honren al Hijo como
honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le
envió. |
|
24 |
|
De cierto, de cierto os digo: El que oye
mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a
condenación, mas ha pasado de muerte a vida. |
|
25 |
|
De cierto, de cierto os digo: Vendrá
hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y
los que oyeren vivirán. |
|
26 |
|
Porque como el Padre tiene vida en sí
mismo, así dio también al Hijo que tuviese vida en sí mismo; |
|
27 |
|
y también le dio autoridad de hacer
juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre. |
|
28 |
|
No os maravilléis de esto; porque viene
la hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; |
|
29 |
|
y los que hicieron bien, saldrán a
resurrección de vida; y los que hicieron mal, a resurrección de
condenación. |
|
30 |
|
No puedo yo hacer nada de mí mismo; como
oigo, juzgo; y mi juicio es justo; porque no busco mi voluntad, sino la
voluntad del Padre que me envió. |
|
31 |
|
Si yo doy testimonio de mí mismo, mi
testimonio no es verdadero. |
|
32 |
|
Otro es el que da testimonio de mí; y sé
que el testimonio que da de mí, es verdadero. |
|
33 |
|
Vosotros enviasteis a Juan, y él dio
testimonio de la verdad. |
|
34 |
|
Pero yo no recibo el testimonio de
hombre; mas esto digo, para que vosotros seáis salvos. |
|
35 |
|
Él era antorcha que ardía y alumbraba; y
vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz. |
|
36 |
|
Mas yo tengo mayor testimonio que Juan;
porque las obras que el Padre me dio que cumpliese, las mismas obras que
yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado. |
|
37 |
|
Y el Padre mismo que me envió da
testimonio de mí. Vosotros nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su
parecer, |
|
38 |
|
y no tenéis su palabra morando en
vosotros; porque al que Él envió, a Éste vosotros no creéis. |
|
39 |
|
Escudriñad las Escrituras; porque a
vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las
que dan testimonio de mí. |
|
40 |
|
Y no queréis venir a mí para que tengáis
vida. |
|
41 |
|
Gloria de los hombres no recibo. |
|
42 |
|
Mas yo os conozco, que no tenéis amor de
Dios en vosotros. |
|
43 |
|
Yo he venido en el nombre de mi Padre, y
no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis. |
|
44 |
|
¿Cómo podéis vosotros creer, pues
recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene
sólo de Dios? |
|
45 |
|
No penséis que yo os acusaré delante del
Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien vosotros confiáis. |
|
46 |
|
Porque si hubieseis creído a Moisés, me
creeríais a mí; porque de mí escribió él. |
|
47 |
|
Y si no creéis a sus escritos, ¿cómo
creeréis a mis palabras? |
|
Juan 6 |
|
|
1 |
|
Después de estas cosas, Jesús se fue al
otro lado del mar de Galilea, que es de Tiberias. |
|
2 |
|
Y le seguía gran multitud, porque veían
sus milagros que hacía en los enfermos. |
|
3 |
|
Y subió Jesús a un monte, y se sentó
allí con sus discípulos. |
|
4 |
|
Y estaba cerca la pascua, la fiesta de
los judíos. |
|
5 |
|
Cuando Jesús alzó sus ojos, y vio una
gran multitud que había venido a Él, dijo a Felipe: ¿De dónde
compraremos pan para que coman éstos? |
|
6 |
|
Pero esto decía para probarle; porque Él
sabía lo que había de hacer. |
|
7 |
|
Felipe le respondió: Doscientos denarios
de pan no les bastarían para que cada uno de ellos tome un poco. |
|
8 |
|
Uno de sus discípulos, Andrés, hermano
de Simón Pedro, le dijo: |
|
9 |
|
Un muchacho está aquí que tiene cinco
panes de cebada y dos pececillos; pero ¿qué es esto entre tantos? |
|
10 |
|
Entonces Jesús dijo: Haced recostar los
hombres. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron un número
como de cinco mil varones. |
|
11 |
|
Y Jesús tomando los panes, habiendo dado
gracias, los repartió a los discípulos, y los discípulos a los que
estaban recostados; y asimismo de los peces, cuanto querían. |
|
12 |
|
Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus
discípulos: Recoged los pedazos que han quedado, para que no se pierda
nada. |
|
13 |
|
Recogieron, pues, y llenaron doce cestas
de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían
comido. |
|
14 |
|
Entonces aquellos hombres, cuando vieron
el milagro que Jesús hizo, dijeron: Verdaderamente Éste es el Profeta
que había de venir al mundo. |
|
15 |
|
Y percibiendo Jesús que habían de venir
para arrebatarle, y hacerle rey, volvió a retirarse al monte Él solo. |
|
16 |
|
Y al anochecer, descendieron sus
discípulos al mar; |
|
17 |
|
y entrando en una barca, se fueron al
otro lado del mar hacia Capernaúm. Y era ya oscuro, y Jesús no había
venido a ellos. |
|
18 |
|
Y se levantó el mar por un gran viento
que soplaba. |
|
19 |
|
Y cuando hubieron remado como
veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que andaba sobre el mar y
se acercaba a la barca; y tuvieron miedo. |
|
20 |
|
Mas Él les dijo: Yo soy, no temáis. |
|
21 |
|
Ellos entonces con gusto le recibieron
en la barca; y luego la barca llegó a la tierra adonde iban. |
|
22 |
|
El día siguiente, cuando la gente que
estaba al otro lado del mar vio que no había otra barca sino aquella en
la que habían entrado sus discípulos, y que Jesús no había entrado con
sus discípulos en la barca, sino que sus discípulos se habían ido solos. |
|
23 |
|
( Aunque otras barcas habían arribado de
Tiberias junto al lugar donde habían comido el pan después de haber dado
gracias el Señor. ) |
|
24 |
|
Cuando vio, pues, la gente que Jesús no
estaba allí, ni sus discípulos, ellos también entraron en unas barcas y
vinieron a Capernaúm, buscando a Jesús. |
|
25 |
|
Y hallándole al otro lado del mar, le
dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá? |
|
26 |
|
Respondió Jesús y les dijo: De cierto,
de cierto os digo: Me buscáis, no porque visteis los milagros, sino
porque comisteis el pan y os saciasteis. |
|
27 |
|
Trabajad, no por la comida que perece,
sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del
Hombre os dará; porque a Éste señaló Dios el Padre. |
|
28 |
|
Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer
para realizar las obras de Dios? |
|
29 |
|
Respondió Jesús y les dijo: Ésta es la
obra de Dios, que creáis en el que Él ha enviado. |
|
30 |
|
Entonces le dijeron: ¿Qué señal, pues,
haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces? |
|
31 |
|
Nuestros padres comieron el maná en el
desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer. |
|
32 |
|
Entonces Jesús les dijo: De cierto, de
cierto os digo: No os dio Moisés pan del cielo; mas mi Padre os da el
verdadero pan del cielo. |
|
33 |
|
Porque el pan de Dios es aquel que
descendió del cielo y da vida al mundo. |
|
34 |
|
Entonces le dijeron: Señor, danos
siempre este pan. |
|
35 |
|
Y Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida;
el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá
sed jamás. |
|
36 |
|
Mas os he dicho, que aunque me habéis
visto, no creéis. |
|
37 |
|
Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí;
y al que a mí viene, yo no le echo fuera. |
|
38 |
|
Porque he descendido del cielo, no para
hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. |
|
39 |
|
Y ésta es la voluntad del Padre que me
envió: Que de todo lo que me ha dado, no pierda yo nada, sino que lo
resucite en el día postrero. |
|
40 |
|
Y ésta es la voluntad del que me envió:
Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en Él, tenga vida eterna; y yo le
resucitaré en el día postrero. |
|
41 |
|
Y murmuraban de Él los judíos, porque
dijo: Yo soy el pan que descendió del cielo. |
|
42 |
|
Y decían: ¿No es Éste Jesús, el hijo de
José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice Éste: Yo
he descendido del cielo? |
|
43 |
|
Entonces respondiendo Jesús, les dijo:
No murmuréis entre vosotros. |
|
44 |
|
Ninguno puede venir a mí, si el Padre
que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. |
|
45 |
|
Escrito está en los profetas: Y serán
todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó, y aprendió del
Padre, viene a mí. |
|
46 |
|
No que alguno haya visto al Padre, sino
el que vino de Dios, Éste ha visto al Padre. |
|
47 |
|
De cierto, de cierto os digo: El que
cree en mí, tiene vida eterna. |
|
48 |
|
Yo soy el pan de vida. |
|
49 |
|
Vuestros padres comieron el maná en el
desierto, y están muertos. |
|
50 |
|
Éste es el pan que desciende del cielo,
para que el que de él comiere, no muera. |
|
51 |
|
Yo soy el pan vivo que descendió del
cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que
yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. |
|
52 |
|
Entonces los judíos contendían entre sí,
diciendo: ¿Cómo puede Éste darnos a comer su carne? |
|
53 |
|
Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto
os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre,
no tenéis vida en vosotros. |
|
54 |
|
El que come mi carne y bebe mi sangre,
tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. |
|
55 |
|
Porque mi carne es verdadera comida, y
mi sangre es verdadera bebida. |
|
56 |
|
El que come mi carne y bebe mi sangre,
en mí permanece, y yo en él. |
|
57 |
|
Como me envió el Padre viviente, y yo
vivo por el Padre, así el que me come, él también vivirá por mí. |
|
58 |
|
Éste es el pan que descendió del cielo:
No como vuestros padres que comieron el maná, y murieron; el que come de
este pan vivirá eternamente. |
|
59 |
|
Estas cosas dijo en la sinagoga,
enseñando en Capernaúm. |
|
60 |
|
Entonces muchos de sus discípulos al
oírlo, dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? |
|
61 |
|
Y sabiendo Jesús en sí mismo que sus
discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os escandaliza? |
|
62 |
|
¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre
subir adonde estaba primero? |
|
63 |
|
El Espíritu es el que da vida; la carne
para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y
son vida. |
|
64 |
|
Mas hay algunos de vosotros que no creen.
Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que creían, y
quién le había de entregar. |
|
65 |
|
Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno
puede venir a mí, si no le fuere dado de mi Padre. |
|
66 |
|
Desde entonces muchos de sus discípulos
volvieron atrás, y ya no andaban con Él. |
|
67 |
|
Entonces Jesús dijo a los doce: ¿Queréis
iros vosotros también? |
|
68 |
|
Y Simón Pedro le respondió: Señor, ¿a
quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. |
|
69 |
|
Y nosotros creemos, y conocemos que tú
eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. |
|
70 |
|
Jesús les respondió: ¿No os he escogido
yo a vosotros doce, y uno de vosotros es diablo? |
|
71 |
|
Y hablaba de Judas Iscariote, hijo de
Simón, porque éste era el que le había de entregar, el cual era uno de
los doce. |
|
Juan 7 |
|
|
1 |
|
Y después de estas cosas, andaba Jesús
en Galilea; pues no quería andar en Judea, porque los judíos procuraban
matarle. |
|
2 |
|
Y estaba cerca la fiesta de los judíos,
la de los tabernáculos. |
|
3 |
|
Entonces sus hermanos le dijeron: Pásate
de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras
que haces. |
|
4 |
|
Porque ninguno que procura ser claro,
hace algo en oculto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo. |
|
5 |
|
Porque ni aun sus hermanos creían en Él. |
|
6 |
|
Entonces Jesús les dijo: Mi tiempo aún
no ha venido; mas vuestro tiempo siempre está presto. |
|
7 |
|
No puede el mundo aborreceros a vosotros,
mas a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas. |
|
8 |
|
Subid vosotros a esta fiesta; yo no subo
todavía a esta fiesta, porque mi tiempo aún no es cumplido. |
|
9 |
|
Y habiéndoles dicho esto, se quedó en
Galilea. |
|
10 |
|
Mas cuando sus hermanos hubieron subido,
entonces Él también subió a la fiesta, no abiertamente, sino como en
secreto. |
|
11 |
|
Y le buscaban los judíos en la fiesta, y
decían: ¿Dónde está Aquél? |
|
12 |
|
Y había gran murmuración acerca de Él
entre el pueblo; porque unos decían: Es bueno; y otros decían: No, sino
que engaña al pueblo. |
|
13 |
|
Mas ninguno hablaba abiertamente de Él,
por miedo de los judíos. |
|
14 |
|
Mas a la mitad de la fiesta subió Jesús
al templo, y enseñaba. |
|
15 |
|
Y se maravillaban los judíos, diciendo:
¿Cómo sabe Éste letras, no habiendo aprendido? |
|
16 |
|
Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina
no es mía, sino de Aquél que me envió. |
|
17 |
|
Si alguno quiere hacer su voluntad,
conocerá de la doctrina, si es de Dios, o si yo hablo de mí mismo. |
|
18 |
|
El que habla de sí mismo, su propia
gloria busca; mas el que busca la gloria del que le envió, Éste es
verdadero, y no hay injusticia en Él. |
|
19 |
|
¿No os dio Moisés la ley; y ninguno de
vosotros guarda la ley? ¿Por qué procuráis matarme? |
|
20 |
|
Respondió el pueblo, y dijo: Demonio
tienes; ¿quién procura matarte? |
|
21 |
|
Respondió Jesús y les dijo: Una obra
hice, y todos os maravilláis. |
|
22 |
|
Por eso Moisés os dio la circuncisión (
no porque sea de Moisés, sino de los padres ); y en sábado circuncidáis
al hombre. |
|
23 |
|
Si recibe el hombre la circuncisión en
sábado, para que la ley de Moisés no sea quebrantada, ¿os enojáis
conmigo porque en sábado sané completamente a un hombre? |
|
24 |
|
No juzguéis según la apariencia, mas
juzgad justo juicio. |
|
25 |
|
Decían entonces unos de los de
Jerusalén: ¿No es Éste al que buscan para matarle? |
|
26 |
|
Mas he aquí, habla públicamente y no le
dicen nada: ¿Habrán en verdad reconocido los príncipes que
verdaderamente Éste es el Cristo? |
|
27 |
|
Mas Éste, sabemos de dónde es; mas
cuando viniere el Cristo, nadie sabrá de dónde sea. |
|
28 |
|
Entonces Jesús, enseñando en el templo,
alzó la voz y dijo: Vosotros me conocéis, y sabéis de dónde soy; y no he
venido de mí mismo; mas el que me envió es verdadero, al cual vosotros
no conocéis. |
|
29 |
|
Pero yo le conozco, porque de Él soy, y
Él me envió. |
|
30 |
|
Entonces procuraban prenderle; mas
ninguno puso mano sobre Él, porque aún no había llegado su hora. |
|
31 |
|
Y muchos del pueblo creyeron en Él, y
decían: El Cristo, cuando venga, ¿hará más milagros que los que Éste ha
hecho? |
|
32 |
|
Los fariseos oyeron al pueblo que
murmuraba de Él estas cosas; y los príncipes de los sacerdotes y los
fariseos enviaron alguaciles que le prendiesen. |
|
33 |
|
Entonces Jesús les dijo: Aún un poco de
tiempo estoy con vosotros, y luego voy al que me envió. |
|
34 |
|
Me buscaréis, y no me hallaréis; y donde
yo estaré, vosotros no podréis venir. |
|
35 |
|
Entonces los judíos dijeron entre sí: ¿A
dónde se ha de ir Éste que no le hallemos? ¿Se irá a los dispersos entre
los griegos, y enseñará a los griegos? |
|
36 |
|
¿Qué palabra es ésta que dijo: Me
buscaréis, y no me hallaréis; y a donde yo estaré, vosotros no podréis
venir? |
|
37 |
|
Mas en el postrer y gran día de la
fiesta, Jesús se puso en pie y alzó su voz, diciendo: Si alguno tiene
sed, venga a mí y beba. |
|
38 |
|
El que cree en mí, como dice la
Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. |
|
39 |
|
( Esto dijo del Espíritu Santo que
habían de recibir los que creyesen en Él; porque el Espíritu Santo aún
no había sido dado; porque Jesús no había sido aún glorificado. ) |
|
40 |
|
Entonces muchos del pueblo, oyendo este
dicho, decían: Verdaderamente Éste es el Profeta. |
|
41 |
|
Otros decían: Éste es el Cristo. Pero
algunos decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo? |
|
42 |
|
¿No dice la Escritura que de la simiente
de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el
Cristo? |
|
43 |
|
Así que había disensión entre el pueblo
a causa de Él. |
|
44 |
|
Y algunos de ellos querían prenderle;
pero ninguno le echó mano. |
|
45 |
|
Y los alguaciles vinieron a los
principales sacerdotes y a los fariseos; y éstos les dijeron: ¿Por qué
no le trajisteis? |
|
46 |
|
Los alguaciles respondieron: ¡Jamás ha
hablado hombre como este hombre! |
|
47 |
|
Entonces los fariseos les respondieron:
¿También vosotros habéis sido engañados? |
|
48 |
|
¿Acaso ha creído en Él alguno de los
príncipes, o de los fariseos? |
|
49 |
|
Pero esta gente que no sabe la ley,
maldita es. |
|
50 |
|
Les dijo Nicodemo ( el que vino a Él de
noche, el cual era uno de ellos ): |
|
51 |
|
¿Juzga acaso nuestra ley a un hombre,
antes de oírle, y entender lo que hace? |
|
52 |
|
Respondieron y le dijeron: ¿Eres tú
también galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado
profeta. |
|
53 |
|
Y cada uno se fue a su casa. |