Lévitico 10-18


 
Lévitico 10
 
  1   Y los hijos de Aarón, Nadab y Abiú, tomaron cada uno su incensario, y pusieron fuego en ellos, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que Él nunca les mandó.
  2   Y salió fuego de delante de Jehová que los quemó, y murieron delante de Jehová.
  3   Entonces dijo Moisés a Aarón: Esto es lo que habló Jehová, diciendo: En los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado. Y Aarón calló.
  4   Y llamó Moisés a Misael, y a Elizafán, hijos de Uziel, tío de Aarón, y les dijo: Acercaos y sacad a vuestros hermanos de delante del santuario fuera del campamento.
  5   Y ellos se acercaron, y los sacaron con sus túnicas fuera del campamento, como dijo Moisés.
  6   Entonces Moisés dijo a Aarón, y a Eleazar y a Itamar, sus hijos: No descubráis vuestras cabezas, ni rasguéis vuestras vestiduras, para que no muráis, ni se levante la ira sobre toda la congregación: pero dejad que vuestros hermanos, toda la casa de Israel, lamente el incendio que Jehová ha hecho.
  7   Ni saldréis de la puerta del tabernáculo de la congregación, porque moriréis; por cuanto el aceite de la unción de Jehová está sobre vosotros. Y ellos hicieron conforme al dicho de Moisés.
  8   Y Jehová habló a Aarón, diciendo:
  9   Tú, y tus hijos contigo, no beberéis vino ni sidra, cuando hubiereis de entrar en el tabernáculo de la congregación, para que no muráis; estatuto perpetuo será por vuestras generaciones;
  10   Y para poder discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio;
  11   y para enseñar a los hijos de Israel todos los estatutos que Jehová les ha dicho por medio de Moisés.
  12   Y Moisés dijo a Aarón, y a Eleazar y a Itamar, sus hijos que habían quedado: Tomad la ofrenda que queda de las ofrendas encendidas a Jehová, y comedlo sin levadura junto al altar, porque es cosa muy santa.
  13   Habéis, pues, de comerlo en el lugar santo; porque ésta es tu porción, y la porción de tus hijos, de las ofrendas encendidas a Jehová, pues que así me ha sido mandado.
  14   Comeréis asimismo en lugar limpio, tú y tus hijos y tus hijas contigo, el pecho de la ofrenda mecida, y la espaldilla elevada, porque son tu porción, y la porción de tus hijos, son dados de los sacrificios de paz de los hijos de Israel.
  15   Con las ofrendas de las grosuras que se han de encender, traerán la espaldilla que se ha de elevar, y el pecho que será mecido, para que lo mezas por ofrenda agitada delante de Jehová; y será tuyo, y de tus hijos contigo, por estatuto perpetuo, como Jehová lo ha mandado.
  16   Y Moisés demandó el macho cabrío de la expiación, y se halló que era quemado; y se enojó contra Eleazar e Itamar, los hijos de Aarón que habían quedado, diciendo:
  17   ¿Por qué no comisteis la expiación en el lugar santo? porque es muy santa, y Dios la dio a vosotros para llevar la iniquidad de la congregación, para que sean reconciliados delante de Jehová.
  18   Veis que su sangre no fue metida dentro del santuario: habíais de comerla en el lugar santo, como yo mandé.
  19   Y respondió Aarón a Moisés: He aquí hoy han ofrecido su expiación y su holocausto delante de Jehová: pero me han acontecido estas cosas: pues si comiera yo hoy de la expiación, ¿Hubiera sido acepto a Jehová?
  20   Y cuando Moisés oyó esto, se dio por satisfecho.

 
Lévitico 11
 
  1   Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciéndoles:
  2   Hablad a los hijos de Israel, diciendo: Éstos son los animales que comeréis de todos los animales que están sobre la tierra.
  3   De entre los animales, todo el de pezuña, y que tiene las pezuñas hendidas, y que rumia, éste comeréis.
  4   Pero no comeréis de los que rumian y de los que tienen pezuña: el camello, porque rumia pero no tiene pezuña hendida, habéis de tenerlo por inmundo.
  5   También el conejo, porque rumia, pero no tiene pezuña, lo tendréis por inmundo.
  6   Asimismo la liebre, porque rumia, pero no tiene pezuña, la tendréis por inmunda.
  7   También el puerco, aunque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendréis por inmundo.
  8   De la carne de ellos no comeréis, ni tocaréis su cuerpo muerto; los tendréis por inmundos.
  9   Esto comeréis de todas las cosas que están en las aguas: todas las cosas que tienen aletas y escamas en las aguas del mar, y en los ríos, aquellas comeréis.
  10   Mas todas las cosas que no tienen aletas ni escamas en el mar y en los ríos, así de todo reptil de agua como de toda cosa viviente que está en las aguas, las tendréis en abominación.
  11   Os serán, pues, en abominación: de su carne no comeréis, y abominaréis sus cuerpos muertos.
  12   Todo lo que no tuviere aletas y escamas en las aguas, lo tendréis en abominación.
  13   Y de las aves, éstas tendréis en abominación; no se comerán, serán abominación: el águila, el quebrantahuesos, el esmerejón,
  14   el milano, y el buitre según su especie;
  15   todo cuervo según su especie.
  16   El avestruz, la lechuza, la gaviota, el gavilán según su especie;
  17   el búho, el somormujo, el ibis,
  18   el calamón, el pelícano, y el gallinazo,
  19   la cigüeña y la garza, según su especie, y la abubilla y el murciélago.
  20   Todo insecto alado que anduviere sobre cuatro patas, tendréis en abominación.
  21   Pero podréis comer de todo insecto alado que anda sobre cuatro patas, que tiene piernas además de sus patas para saltar con ellas sobre la tierra.
  22   De éstos podéis comer: la langosta según su especie, y el langostín según su especie, y el argol según su especie, y el hagab según su especie.
  23   Todo insecto alado que tenga cuatro patas, tendréis en abominación.
  24   Y por estas cosas seréis inmundos: cualquiera que tocare a sus cuerpos muertos, será inmundo hasta la tarde:
  25   Y cualquiera que llevare algo de sus cuerpos muertos, lavará sus vestiduras, y será inmundo hasta la tarde.
  26   Todo animal de pezuña, pero que no tiene pezuña hendida, ni rumia, tendréis por inmundo: cualquiera que los tocare será inmundo.
  27   Y de todos los animales que andan en cuatro patas, tendréis por inmundo cualquiera que ande sobre sus garras: cualquiera que tocare sus cuerpos muertos, será inmundo hasta la tarde.
  28   Y el que llevare sus cuerpos muertos, lavará sus vestiduras, y será inmundo hasta la tarde: habéis de tenerlos por inmundos.
  29   Y éstos tendréis por inmundos de los animales que van arrastrando sobre la tierra: la comadreja, y el ratón, y la rana según su especie,
  30   y el erizo, y el camaleón, y la iguana, y el caracol, y el topo.
  31   Estos tendréis por inmundos de entre todos los animales: cualquiera que los tocare cuando estuvieren muertos, será inmundo hasta la tarde.
  32   Y todo aquello sobre que cayere alguno de ellos después de muertos, será inmundo; así vaso de madera, como vestido, o piel, o saco, cualquier instrumento con que se hace obra, será metido en agua, y será inmundo hasta la tarde, y así será limpio.
  33   Y toda vasija de barro dentro de la cual cayere alguno de ellos, todo lo que estuviere en ella será inmundo, y quebraréis la vasija:
  34   Toda vianda que se come, sobre la cual viniere el agua de tales vasijas, será inmunda; y toda bebida que se bebiere, será en todas esas vasijas inmunda:
  35   Y todo aquello sobre que cayere algo del cuerpo muerto de ellos, será inmundo; el horno u hornillos se derribarán; son inmundos, y por inmundos los tendréis.
  36   Con todo, la fuente y la cisterna donde se recogen aguas, serán limpias: mas lo que hubiere tocado en sus cuerpos muertos será inmundo.
  37   Y si cayere de sus cuerpos muertos sobre alguna simiente que se haya de sembrar, será limpia.
  38   Mas si se hubiere puesto agua en la simiente, y cayere de sus cuerpos muertos sobre ella, la tendréis por inmunda.
  39   Y si algún animal que tuviereis para comer se muriere, el que tocare su cuerpo muerto será inmundo hasta la tarde:
  40   Y el que comiere de su cuerpo muerto, lavará sus vestiduras, y será inmundo hasta la tarde; asimismo el que sacare su cuerpo muerto, lavará sus vestiduras, y será inmundo hasta la tarde.
  41   Y todo animal que va arrastrando sobre la tierra, es abominación; no se comerá.
  42   Todo lo que anda sobre el pecho, y todo lo que anda sobre cuatro o más patas, de todo animal que anda arrastrando sobre la tierra, no lo comeréis, porque es abominación.
  43   No os hagáis abominables con ningún animal que se arrastra, ni os contaminéis con ellos, ni seáis inmundos por ellos.
  44   Pues que yo soy Jehová vuestro Dios, vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo: así que no os contaminéis con ningún animal que se arrastra sobre la tierra.
  45   Porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios; seréis, pues, santos, porque yo soy santo.
  46   Ésta es la ley de los animales y de las aves, y de todo ser viviente que se mueve en las aguas, y de todo animal que anda arrastrando sobre la tierra;
  47   Para hacer diferencia entre inmundo y limpio, y entre los animales que se pueden comer y los animales que no se pueden comer.

 
Lévitico 12
 
  1   Y Jehová habló a Moisés, diciendo:
  2   Habla a los hijos de Israel, diciendo: La mujer cuando concibiere y diere a luz a varón, será inmunda siete días; conforme a los días que está separada por su menstruación será inmunda.
  3   Y al octavo día se circuncidará la carne del prepucio del niño.
  4   Mas ella permanecerá treinta y tres días en la purificación de su sangre: ninguna cosa santa tocará, ni vendrá al santuario, hasta que sean cumplidos los días de su purificación.
  5   Y si diere a luz hija será inmunda dos semanas, conforme a su separación, y sesenta y seis días estará purificándose de su sangre.
  6   Y cuando los días de su purificación fueren cumplidos, por hijo o por hija, traerá un cordero de un año para holocausto, y un palomino o una tórtola para expiación, a la puerta del tabernáculo de la congregación, al sacerdote:
  7   Y él ofrecerá delante de Jehová, y hará expiación por ella, y será limpia del flujo de su sangre. Ésta es la ley de la que diere a luz hijo o hija.
  8   Y si no alcanzare su mano lo suficiente para un cordero, tomará entonces dos tórtolas o dos palominos, uno para holocausto, y otro para expiación: y el sacerdote hará expiación por ella, y será limpia.

 
Lévitico 13
 
  1   Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo:
  2   Cuando el hombre tuviere en la piel de su carne hinchazón, o postilla, o mancha blanca, y hubiere en la piel de su carne como llaga de lepra, será traído a Aarón el sacerdote, o a uno de sus hijos los sacerdotes:
  3   Y el sacerdote mirará la llaga en la piel de la carne: si el pelo en la llaga se ha vuelto blanco, y pareciere la llaga más hundida que la tez de la carne, llaga de lepra es; y el sacerdote le reconocerá, y le declarará inmundo.
  4   Y si en la piel de su carne hubiere mancha blanca, pero no pareciere más hundida que la tez, ni su pelo se hubiere vuelto blanco, entonces el sacerdote encerrará al llagado por siete días.
  5   Y al séptimo día el sacerdote lo mirará; y si la llaga a su parecer se hubiere estancado, no habiéndose extendido en la piel, entonces el sacerdote le volverá a encerrar por otros siete días.
  6   Y al séptimo día el sacerdote le reconocerá de nuevo; y si parece haberse oscurecido la llaga, y que no ha cundido en la piel, entonces el sacerdote lo declarará limpio: era postilla; y lavará sus vestiduras, y será limpio.
  7   Mas si hubiere ido creciendo la postilla en la piel, después que fue mostrado al sacerdote para ser limpio, será visto otra vez del sacerdote:
  8   Y si reconociéndolo el sacerdote, ve que la postilla ha crecido en la piel, el sacerdote lo declarará inmundo: es lepra.
  9   Cuando hubiere llaga de lepra en el hombre, será traído al sacerdote;
  10   Y el sacerdote mirará, y si pareciere tumor blanco en la piel, el cual haya mudado el color del pelo, y se descubre asimismo la carne viva,
  11   es lepra envejecida en la piel de su carne; y le declarará inmundo el sacerdote, y no le encerrará, porque es inmundo.
  12   Mas si brotare la lepra cundiendo por el cutis, y ella cubriere toda la piel del llagado desde su cabeza hasta sus pies, a toda vista de ojos del sacerdote;
  13   entonces el sacerdote le reconocerá; y si la lepra hubiere cubierto toda su carne, declarará limpio al llagado: toda ella se ha vuelto blanca; y él es limpio.
  14   Mas el día que apareciere en él la carne viva, será inmundo.
  15   Y el sacerdote mirará la carne viva, y lo declarará inmundo. Es inmunda la carne viva; es lepra.
  16   Mas cuando la carne viva se mudare y volviere blanca, entonces vendrá al sacerdote;
  17   y el sacerdote lo mirará, y si la llaga se hubiere vuelto blanca, el sacerdote declarará limpio al que tenía la llaga, y será limpio.
  18   Y cuando en la carne, en su piel, hubiere apostema, y se sanare,
  19   y si en el lugar de la apostema apareciere una hinchazón blanca, o una mancha blanca rojiza, será mostrado al sacerdote:
  20   Y el sacerdote mirará; y si pareciere estar más baja que su piel, y su pelo se hubiere vuelto blanco, el sacerdote lo declarará inmundo: es llaga de lepra que se originó en la apostema.
  21   Y si el sacerdote la considerare, y no pareciere en ella pelo blanco, ni estuviere más baja que la piel, sino oscura, entonces el sacerdote lo encerrará por siete días:
  22   Y si se fuere extendiendo por la piel, entonces el sacerdote lo declarará inmundo: es llaga.
  23   Pero si la mancha blanca se estuviere en su lugar, que no haya cundido, es la costra de la apostema; y el sacerdote lo declarará limpio.
  24   Asimismo cuando la carne tuviere en su piel quemadura de fuego, y hubiere en lo sanado del fuego mancha blanquecina, rojiza o blanca,
  25   el sacerdote la mirará; y si el pelo se hubiere vuelto blanco en la mancha, y pareciere estar más hundida que la piel, es lepra que salió en la quemadura; y el sacerdote lo declarará inmundo, por ser llaga de lepra.
  26   Mas si el sacerdote la mirare, y no pareciere en la mancha pelo blanco, ni estuviere más baja que la tez, sino que está oscura, le encerrará el sacerdote por siete días;
  27   y al séptimo día el sacerdote la reconocerá: si se hubiere ido extendiendo por la piel, el sacerdote lo declarará inmundo: es llaga de lepra.
  28   Pero si la mancha se estuviere en su lugar, y no se hubiere extendido en la piel, sino que está oscura, hinchazón es de la quemadura: el sacerdote lo declarará limpio; que señal de la quemadura es.
  29   Y al hombre o mujer que le saliere llaga en la cabeza, o en la barba,
  30   el sacerdote mirará la llaga; y si pareciere estar más profunda que la tez, y el pelo en ella fuera rubio y adelgazado, entonces el sacerdote lo declarará inmundo: es tiña, es lepra de la cabeza o de la barba.
  31   Mas cuando el sacerdote hubiere mirado la llaga de la tiña, y no pareciere estar más profunda que la tez, ni fuere en ella pelo negro, el sacerdote encerrará al llagado de la tiña por siete días:
  32   Y al séptimo día el sacerdote mirará la llaga: y si la tiña no pareciere haberse extendido, ni hubiere en ella pelo rubio, ni pareciere la tiña más profunda que la tez,
  33   entonces lo trasquilarán, mas no trasquilarán el lugar de la tiña: y encerrará el sacerdote al que tiene la tiña por otros siete días.
  34   Y al séptimo día mirará el sacerdote la tiña; y si la tiña no hubiere cundido en la piel, ni pareciere estar más profunda que la tez, el sacerdote lo declarará limpio; y lavará sus vestiduras, y será limpio.
  35   Pero si la tiña se hubiere ido extendiendo en la piel después de su purificación,
  36   entonces el sacerdote la mirará; y si la tiña hubiere cundido en la piel, no busque el sacerdote el pelo rubio, es inmundo.
  37   Mas si le pareciere que la tiña está detenida, y que ha salido en ella el pelo negro, la tiña está sanada; él está limpio, y el sacerdote lo declarará limpio.
  38   Asimismo el hombre o mujer, cuando en la piel de su carne tuviere manchas, manchas blancas,
  39   el sacerdote mirará: y si en la piel de su carne parecieren manchas blancas algo oscurecidas, es empeine que brotó en la piel, está limpia la persona.
  40   Y el hombre, cuando se le pelare la cabeza, es calvo, mas limpio.
  41   Y si a la parte de su rostro se le pelare la cabeza, es calvo por delante, pero limpio.
  42   Mas cuando en la calva o en la antecalva hubiere llaga blanca rojiza, lepra es que brota en su calva o en su antecalva.
  43   Entonces el sacerdote lo mirará, y si pareciere la hinchazón de la llaga blanca rojiza en su calva o en su antecalva, como el parecer de la lepra de la tez de la carne,
  44   leproso es, es inmundo; el sacerdote luego lo declarará inmundo; en su cabeza tiene su llaga.
  45   Y el leproso en quien hubiere llaga, sus vestiduras serán rasgadas y su cabeza descubierta, y embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡Inmundo!
  46   Todo el tiempo que la llaga estuviere en él, será inmundo; estará impuro: habitará solo; fuera del campamento será su morada.
  47   Y cuando en el vestido hubiere plaga de lepra, en vestido de lana, o en vestido de lino;
  48   o en estambre o en trama, de lino o de lana, o en piel, o en cualquiera obra de piel;
  49   y que la plaga sea verde, o rojiza, en vestido o en piel, o en estambre, o en trama, o en cualquiera obra de piel; plaga es de lepra, y se ha de mostrar al sacerdote.
  50   Y el sacerdote mirará la plaga, y encerrará la cosa plagada por siete días.
  51   Y al séptimo día mirará la plaga: y si hubiere cundido la plaga en el vestido, o estambre, o en la trama, o en piel, o en cualquiera obra que se hace de pieles, lepra roedora es la plaga; inmunda será.
  52   Será quemado el vestido, o estambre o trama, de lana o de lino, o cualquiera obra de pieles en que hubiere tal plaga; porque lepra roedora es; al fuego será quemada.
  53   Y si el sacerdote mirare, y no pareciere que la plaga se haya extendido en el vestido, o estambre, o en la trama, o en cualquiera obra de pieles;
  54   entonces el sacerdote mandará que laven donde está la plaga, y lo encerrará otra vez por siete días.
  55   Y el sacerdote mirará después que la plaga fuere lavada; y si pareciere que la plaga no ha mudado su aspecto, bien que no haya cundido la plaga, inmunda es; la quemarás al fuego; es corrosión penetrante, esté lo raído por dentro o por fuera de aquella cosa.
  56   Mas si el sacerdote la viere, y pareciere que la plaga se ha oscurecido después que fue lavada, la cortará del vestido, o de la piel, o del estambre, o de la trama.
  57   Y si apareciere más en el vestido, o estambre, o trama, o en cualquiera cosa de pieles, extendiéndose en ella, quemarás al fuego aquello donde estuviere la plaga.
  58   Pero el vestido, o estambre, o trama, o cualquiera cosa de piel que lavares, y que se le quitare la plaga, se lavará por segunda vez, y entonces será limpia.
  59   Ésta es la ley de la plaga de la lepra del vestido de lana o de lino, o del estambre, o de la trama, o de cualquiera cosa de piel, para que sea dada por limpia o por inmunda.

 
Lévitico 14
 
  1   Y Jehová habló a Moisés, diciendo:
  2   Ésta será la ley del leproso el día de su purificación. Será traído al sacerdote,
  3   y el sacerdote saldrá fuera del campamento, y lo examinará el sacerdote; y si ve que la plaga de la lepra ha sido sanada en el leproso,
  4   entonces el sacerdote mandará que se tomen para el que ha de ser purificado dos avecillas vivas, limpias, y palo de cedro, grana e hisopo.
  5   Y mandará el sacerdote matar una avecilla en un vaso de barro sobre aguas corrientes.
  6   En cuanto a la avecilla viva, la tomará con el palo de cedro, la grana y el hisopo, y los mojará con la avecilla viva en la sangre de la avecilla muerta sobre las aguas corrientes;
  7   y rociará siete veces sobre el que ha de ser purificado de la lepra, y le declarará limpio; y soltará la avecilla viva sobre la faz del campo.
  8   Y el que ha de ser purificado lavará sus vestiduras, y raerá todo su pelo, y se ha de lavar con agua, y será limpio: y después entrará en el campamento, y morará fuera de su tienda siete días.
  9   Y será, que al séptimo día raerá todo el pelo de su cabeza, de su barba, y de sus cejas y raerá todo su pelo, y lavará sus vestiduras, y lavará su carne en aguas, y será limpio.
  10   Y el día octavo tomará dos corderos sin defecto, y una cordera de un año sin defecto; y tres décimas de flor de harina para ofrenda amasada con aceite, y un log de aceite.
  11   Y el sacerdote que le purifica presentará delante de Jehová al que se ha de limpiar, con aquellas cosas, a la puerta del tabernáculo de la congregación:
  12   y tomará el sacerdote un cordero, y lo ofrecerá por la culpa, con el log de aceite, y lo mecerá como ofrenda agitada delante de Jehová:
  13   Ésta es la ley del que hubiere tenido plaga de lepra, cuya mano no alcanzare lo prescrito para su purificación.
  14   Y tomará el sacerdote de la sangre de la víctima por la culpa, y pondrá el sacerdote sobre la ternilla de la oreja derecha del que ha de ser purificado, y sobre el pulgar de su mano derecha, y sobre el pulgar de su pie derecho.
  15   Asimismo tomará el sacerdote del log de aceite, y echará sobre la palma de su mano izquierda:
  16   Y mojará su dedo derecho en el aceite que tiene en su mano izquierda, y esparcirá del aceite con su dedo siete veces delante de Jehová:
  17   Y de lo que quedare del aceite que tiene en su mano, pondrá el sacerdote sobre la ternilla de la oreja derecha del que ha de ser purificado, y sobre el pulgar de su mano derecha, y sobre el pulgar de su pie derecho, sobre la sangre de la expiación por la culpa:
  18   Y lo que quedare del aceite que tiene en su mano, pondrá sobre la cabeza del que ha de ser purificado; y hará el sacerdote expiación por él delante de Jehová.
  19   Ofrecerá luego el sacerdote el sacrificio por el pecado, y hará expiación por el que se ha de purificar de su inmundicia, y después degollará el holocausto:
  20   Y hará subir el sacerdote el holocausto y el presente sobre el altar. Así hará el sacerdote expiación por él, y será limpio.
  21   Mas si fuere pobre, que no alcanzare su mano a tanto, entonces tomará un cordero para ser ofrecido como ofrenda agitada por la culpa, para reconciliarse, y una décima de flor de harina amasada con aceite para ofrenda, y un log de aceite;
  22   Y dos tórtolas, o dos palominos, lo que alcanzare su mano: y el uno será para expiación por el pecado, y el otro para holocausto;
  23   Al octavo día traerá estas cosas al sacerdote por su purificación, a la puerta del tabernáculo de la congregación, delante de Jehová.
  24   Y el sacerdote tomará el cordero de la expiación por la culpa, y el log de aceite, y lo mecerá el sacerdote como ofrenda agitada delante de Jehová.
  25   Luego degollará el cordero de la culpa, y el sacerdote tomará de la sangre de la culpa, y la pondrá sobre la ternilla de la oreja derecha del que ha de ser purificado, y sobre el pulgar de su mano derecha, y sobre el pulgar de su pie derecho.
  26   Y el sacerdote echará del aceite sobre la palma de su mano izquierda;
  27   y con su dedo derecho el sacerdote rociará del aceite que tiene en su mano izquierda, siete veces delante de Jehová.
  28   Y el sacerdote pondrá del aceite que tiene en su mano sobre la ternilla de la oreja derecha del que ha de ser purificado, y sobre el pulgar de su mano derecha, y sobre el pulgar de su pie derecho, en el lugar de la sangre de la ofrenda por la culpa.
  29   Y lo que sobrare del aceite que el sacerdote tiene en su mano, lo pondrá sobre la cabeza del que ha de ser purificado, para reconciliarlo delante de Jehová.
  30   Asimismo ofrecerá una de las tórtolas, o de los palominos, lo que alcanzare su mano:
  31   El uno de lo que alcanzare su mano, en expiación por el pecado, y el otro en holocausto, además de la ofrenda: y hará el sacerdote expiación por el que se ha de purificar, delante de Jehová.
  32   Ésta es la ley del que hubiere tenido plaga de lepra, cuya mano no alcanzare lo prescrito para purificarse.
  33   Y habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo:
  34   Cuando hubieres entrado en la tierra de Canaán, la cual yo os doy en posesión, y pusiere yo plaga de lepra en alguna casa de la tierra de vuestra posesión,
  35   vendrá el dueño de aquella casa, y dará aviso al sacerdote, diciendo: Como plaga ha aparecido en mi casa.
  36   Entonces el sacerdote mandará desocupar la casa, antes que el sacerdote entre a mirar la plaga, para que no sea contaminado todo lo que estuviere en la casa: y después el sacerdote entrará a reconocer la casa:
  37   Y mirará la plaga; y si la plaga de manchas estuviere en las paredes de la casa, cavernillas verdosas o rojizas, las cuales parecieren más hundidas que la pared,
  38   el sacerdote saldrá de la casa a la puerta de ella, y cerrará la casa por siete días.
  39   Y al séptimo día volverá el sacerdote, y mirará; y si la plaga hubiere crecido en las paredes de la casa,
  40   entonces el sacerdote mandará que sean quitadas las piedras en que estuviere la plaga, y las echarán fuera de la ciudad, en lugar inmundo.
  41   Y hará raspar la casa por dentro alrededor, y derramarán fuera de la ciudad, en lugar inmundo, el polvo que rasparen:
  42   Y tomarán otras piedras, y las pondrán en lugar de las piedras quitadas; y tomarán otro barro, y recubrirán la casa.
  43   Y si la plaga volviere a brotar en aquella casa, después que hizo quitar las piedras, y raspar la casa, y después que fue recubierta,
  44   entonces el sacerdote entrará y mirará; y si pareciere haberse extendido la plaga en la casa, lepra maligna está en la casa; inmunda es.
  45   Derribará, por tanto, la casa, sus piedras, y sus maderos, y toda la mezcla de la casa; y lo sacará fuera de la ciudad a lugar inmundo.
  46   Y cualquiera que entrare en aquella casa todos los días que la mandó cerrar, será inmundo hasta la tarde.
  47   Y el que durmiere en aquella casa, lavará sus ropas; también el que comiere en la casa, lavará sus ropas.
  48   Mas si entrare el sacerdote y mirare, y viere que la plaga no se ha extendido en la casa después que fue recubierta, el sacerdote declarará limpia la casa, porque la plaga sanó.
  49   Entonces tomará para limpiar la casa dos avecillas, y palo de cedro, y grana, e hisopo;
  50   y degollará la una avecilla en una vasija de barro sobre aguas corrientes.
  51   Y tomará el palo de cedro, y el hisopo, y la grana, y la avecilla viva, y lo mojará en la sangre de la avecilla muerta y en las aguas corrientes, y rociará la casa siete veces.
  52   Y purificará la casa con la sangre de la avecilla, y con las aguas corrientes, y con la avecilla viva, y el palo de cedro, y el hisopo y la grana.
  53   Luego soltará la avecilla viva fuera de la ciudad sobre la faz del campo: Así hará expiación por la casa, y será limpia.
  54   Ésta es la ley acerca de toda plaga de lepra, y de tiña;
  55   y de la lepra del vestido, y de la casa;
  56   y acerca de la hinchazón, y de la postilla, y de la mancha blanca:
  57   para enseñar cuándo es inmundo, y cuándo es limpio. Ésta es la ley tocante a la lepra.

 
Lévitico 15
 
  1   Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo:
  2   Hablad a los hijos de Israel, y decidles: Cualquier varón, cuando su simiente manare de su carne, será inmundo.
  3   Y ésta será su inmundicia en su flujo; sea que su carne destiló por causa de su flujo, o que deje de destilar a causa de su flujo, él será inmundo.
  4   Toda cama en que se acostare el que tuviere flujo, será inmunda; y toda cosa sobre que se sentare, inmunda será.
  5   Y cualquiera que tocare a su cama, lavará sus ropas; se lavará también a sí mismo con agua, y será inmundo hasta la tarde.
  6   Y el que se sentare sobre aquello en que se hubiere sentado el que tiene flujo, lavará sus ropas, se lavará también a sí mismo con agua, y será inmundo hasta la tarde.
  7   Asimismo el que tocare la carne del que tiene flujo, lavará sus ropas, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la tarde.
  8   Y si el que tiene flujo escupiere sobre el limpio, éste lavará sus ropas, y después de haberse lavado con agua, será inmundo hasta la tarde.
  9   Y toda montura sobre la que cabalgare el que tuviere flujo, será inmunda.
  10   Y cualquiera que tocare cualquiera cosa que haya estado debajo de él, será inmundo hasta la tarde; y el que la llevare, lavará sus ropas, y después de lavarse con agua, será inmundo hasta la tarde.
  11   Y todo aquel a quien tocare el que tiene flujo, y no lavare con agua sus manos, lavará sus ropas, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la tarde.
  12   Y la vasija de barro en que tocare el que tiene flujo, será quebrada; y toda vasija de madera será lavada con agua.
  13   Y cuando se hubiere limpiado de su flujo el que tiene flujo, se ha de contar siete días desde su purificación, y lavará sus ropas, y lavará su carne en aguas corrientes, y será limpio.
  14   Y el octavo día tomará dos tórtolas, o dos palominos, y vendrá delante de Jehová a la puerta del tabernáculo de la congregación, y los dará al sacerdote:
  15   Y el sacerdote los ofrecerá, uno en ofrenda por el pecado, y el otro por holocausto; y el sacerdote hará expiación por él delante de Jehová, a causa de su flujo.
  16   Y el hombre, cuando de él saliere derramamiento de semen, lavará en aguas toda su carne, y será inmundo hasta la tarde.
  17   Y toda vestimenta, o toda piel sobre la cual cayere el semen, se lavará con agua, y será inmunda hasta la tarde.
  18   Y la mujer con quien el varón tuviera ayuntamiento de semen, ambos se lavarán con agua, y serán inmundos hasta la tarde.
  19   Y cuando la mujer tuviere flujo de sangre, y su flujo fuere en su carne, siete días estará apartada; y cualquiera que la tocare, será inmundo hasta la tarde.
  20   Y todo aquello sobre lo que ella se acostare mientras su separación, será inmundo: también todo aquello sobre lo que ella se sentare, será inmundo.
  21   Y cualquiera que tocare a su cama, lavará sus vestiduras, y después de lavarse con agua, será inmundo hasta la tarde.
  22   También cualquiera que tocare cualquier mueble sobre el que ella se hubiere sentado, lavará sus vestiduras; se lavará luego a sí mismo con agua, y será inmundo hasta la tarde.
  23   Y si estuviere sobre la cama, o sobre la silla en que ella se hubiere sentado, el que tocare en ella será inmundo hasta la tarde.
  24   Y si alguno durmiere con ella, y su menstruo fuere sobre él, será inmundo por siete días; y toda cama sobre la que durmiere, será inmunda.
  25   Y la mujer, cuando siguiere el flujo de su sangre por muchos días fuera del tiempo de su costumbre, o cuando tuviere flujo de sangre más de su costumbre; todo el tiempo del flujo de su inmundicia, será inmunda como en los días de su costumbre.
  26   Toda cama en que durmiere todo el tiempo de su flujo, le será como la cama de su costumbre; y todo mueble sobre el que se sentare, será inmundo, como la inmundicia de su costumbre.
  27   Cualquiera que tocare en esas cosas será inmundo; y lavará sus vestiduras, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la tarde.
  28   Y cuando fuere libre de su flujo, se ha de contar siete días, y después será limpia.
  29   Y el octavo día tomará consigo dos tórtolas, o dos palominos, y los traerá al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de la congregación:
  30   Y el sacerdote ofrecerá el uno en ofrenda por el pecado, y el otro por holocausto; y el sacerdote hará expiación por ella delante de Jehová, por el flujo de su inmundicia.
  31   Así apartaréis los hijos de Israel de sus inmundicias, a fin de que no mueran por sus inmundicias, ensuciando mi tabernáculo que está entre ellos.
  32   Ésta es la ley del que tiene flujo, y del que sale derramamiento de semen, viniendo a ser inmundo a causa de ello;
  33   Y de la que padece su costumbre, y acerca del que tuviere flujo, sea hombre o mujer, y del hombre que durmiere con mujer inmunda.

 
Lévitico 16
 
  1   Y Jehová habló a Moisés, después que murieron los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron delante de Jehová, y murieron.
  2   Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera: porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio.
  3   Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para expiación, y un carnero para holocausto.
  4   Se vestirá la túnica santa de lino, y sobre su carne tendrá calzoncillos de lino, y se ceñirá el cinto de lino; y con la mitra de lino se cubrirá; son las santas vestiduras; lavará, pues, su carne con agua y luego se vestirá con ellas.
  5   Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos cabríos para expiación, y un carnero para holocausto.
  6   Y Aarón ofrecerá el becerro de la expiación, que es suyo, y hará la reconciliación por sí y por su casa.
  7   Después tomará los dos machos cabríos, y los presentará delante de Jehová a la puerta del tabernáculo de la congregación.
  8   Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por Jehová, y la otra suerte por el macho cabrío de escapatoria.
  9   Y Aarón hará traer el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Jehová, y lo ofrecerá en expiación.
  10   Mas el macho cabrío, sobre el cual cayere la suerte por el macho cabrío de escapatoria, lo presentará vivo delante de Jehová, para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo como macho cabrío de escapatoria al desierto.
  11   Y hará llegar Aarón el becerro que era suyo para expiación, y hará la reconciliación por sí y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo.
  12   Después tomará el incensario lleno de brasas de fuego, del altar de delante de Jehová, y sus puños llenos del incienso aromático molido, y lo meterá del velo adentro:
  13   Y pondrá el incienso sobre el fuego delante de Jehová, y la nube del incienso cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio, para que no muera.
  14   Tomará luego de la sangre del becerro, y la rociará con su dedo hacia el propiciatorio al lado oriental; hacia el propiciatorio esparcirá siete veces de aquella sangre con su dedo.
  15   Después degollará en expiación el macho cabrío expiatorio, que era por el pueblo, y meterá la sangre de él del velo adentro; y hará de su sangre como hizo de la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio.
  16   Y hará expiación por el santuario, por las inmundicias de los hijos de Israel, y por sus rebeliones, y por todos sus pecados: de la misma manera hará también al tabernáculo de la congregación, el cual reside entre ellos en medio de sus inmundicias.
  17   Y ningún hombre estará en el tabernáculo de la congregación cuando él entrare a hacer la reconciliación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la reconciliación por sí, y por su casa, y por toda la congregación de Israel.
  18   Y saldrá al altar que está delante de Jehová, y lo expiará; y tomará de la sangre del becerro, y de la sangre del macho cabrío expiatorio, y la pondrá sobre los cuernos del altar alrededor.
  19   Y esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete veces, y lo limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel.
  20   Y cuando hubiere acabado de expiar el santuario, y el tabernáculo de la congregación y el altar, hará llegar el macho cabrío vivo:
  21   Y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, y todas sus rebeliones, y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto.
  22   Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada: y dejará ir el macho cabrío por el desierto.
  23   Después vendrá Aarón al tabernáculo de la congregación, y se desnudará las vestimentas de lino, que había vestido para entrar en el santuario, y las pondrá allí.
  24   Lavará luego su carne con agua en el lugar del santuario, y después de ponerse sus vestiduras saldrá, y hará su holocausto, y el holocausto del pueblo, y hará la reconciliación por sí y por el pueblo.
  25   Y quemará la grosura de la expiación sobre el altar.
  26   Y el que hubiere soltado el macho cabrío como cabrío de escapatoria, lavará sus vestiduras, lavará también con agua su carne, y después entrará en el campamento.
  27   Y sacará fuera del campamento el becerro para la ofrenda del pecado, y el macho cabrío para la ofrenda del pecado, la sangre de los cuales fue metida para hacer la expiación en el santuario; y quemarán en el fuego sus pieles, y sus carnes, y su estiércol.
  28   Y el que los quemare, lavará sus vestiduras, lavará también su carne con agua, y después entrará en el campamento.
  29   Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, el día diez del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que peregrina entre vosotros;
  30   porque en este día se os reconciliará para limpiaros; y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová.
  31   Sábado de reposo será para vosotros, y afligiréis vuestras almas, por estatuto perpetuo.
  32   Y hará la reconciliación el sacerdote que fuere ungido, y cuya mano hubiere sido consagrada para ser sacerdote en lugar de su padre; y se vestirá las vestimentas de lino, las vestiduras santas:
  33   Y expiará el santuario santo, y el tabernáculo de la congregación; expiará también el altar, y a los sacerdotes, y a todo el pueblo de la congregación.
  34   Y esto tendréis por estatuto perpetuo, para hacer expiación por los hijos de Israel por todos sus pecados, una vez al año. Y Moisés lo hizo como Jehová le mandó.

 
Lévitico 17
 
  1   Y Jehová habló a Moisés, diciendo:
  2   Habla a Aarón y a sus hijos, y a todos los hijos de Israel, y diles: Esto es lo que ha mandado Jehová, diciendo:
  3   Cualquier varón de la casa de Israel que degollare buey, o cordero, o cabra, en el campamento, o fuera del campamento,
  4   y no lo trajere a la puerta del tabernáculo de la congregación, para ofrecer ofrenda a Jehová delante del tabernáculo de Jehová, sangre será imputada al tal varón: sangre derramó; cortado será el tal varón de entre su pueblo;
  5   a fin de que traigan los hijos de Israel sus sacrificios, los que sacrifican sobre la faz del campo, para que los traigan a Jehová a la puerta del tabernáculo de la congregación al sacerdote, y sacrifiquen ellos sacrificios de paz a Jehová.
  6   Y el sacerdote esparcirá la sangre sobre el altar de Jehová, a la puerta del tabernáculo de la congregación, y quemará la grosura en olor grato a Jehová.
  7   Y nunca más sacrificarán sus sacrificios a los demonios, tras de los cuales han fornicado: tendrán esto por estatuto perpetuo por sus generaciones.
  8   Les dirás también: Cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros que peregrinan entre vosotros, que ofreciere holocausto o sacrificio,
  9   y no lo trajere a la puerta del tabernáculo de la congregación, para hacerlo a Jehová, el tal varón será igualmente cortado de su pueblo.
  10   Y cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros que peregrinan entre ellos, que comiere alguna sangre, yo pondré mi rostro contra la persona que comiere sangre, y le cortaré de entre su pueblo.
  11   Porque la vida de la carne en la sangre está; y yo os la he dado para expiar vuestras almas sobre el altar; porque es la sangre lo que hace expiación por el alma.
  12   Por tanto, he dicho a los hijos de Israel: Ninguna persona de vosotros comerá sangre, ni el extranjero que peregrina entre vosotros comerá sangre.
  13   Y cualquier varón de los hijos de Israel, o de los extranjeros que peregrinan entre ellos, que capturare caza de animal o de ave que sea de comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra:
  14   Porque el alma de toda carne, su vida, está en su sangre: por tanto he dicho a los hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la comiere será cortado.
  15   Y cualquiera persona que comiere cosa mortecina o despedazada por fiera, así de los naturales como de los extranjeros, lavará sus vestiduras y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la tarde; y se limpiará.
  16   Y si no los lavare, ni lavare su carne, llevará su iniquidad.

 
Lévitico 18
 
  1   Y Jehová habló a Moisés, diciendo:
  2   Habla a los hijos de Israel, y diles: Yo soy Jehová vuestro Dios.
  3   No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual morasteis; ni haréis como hacen en la tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco; ni andaréis en sus estatutos.
  4   La desnudez del hermano de tu padre no descubrirás; no llegarás a su esposa; es esposa del hermano de tu padre.
  5   Por tanto mis estatutos y mis derechos guardaréis, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos: Yo Jehová.
  6   Ningún varón se allegue a ninguna parienta cercana, para descubrir su desnudez: Yo Jehová.
  7   La desnudez de tu padre, o la desnudez de tu madre, no descubrirás: tu madre es, no descubrirás su desnudez.
  8   La desnudez de la esposa de tu padre no descubrirás; es la desnudez de tu padre.
  9   La desnudez de tu hermana, hija de tu padre, o hija de tu madre, nacida en casa o nacida fuera, su desnudez no descubrirás.
  10   La desnudez de la hija de tu hijo, o de la hija de tu hija, su desnudez no descubrirás, porque es la desnudez tuya.
  11   La desnudez de la hija de la esposa de tu padre, engendrada de tu padre, tu hermana es, su desnudez no descubrirás.
  12   La desnudez de la hermana de tu padre no descubrirás; es parienta de tu padre.
  13   La desnudez de la hermana de tu madre no descubrirás; porque parienta de tu madre es.
  14   La desnudez del hermano de tu padre no descubrirás; no llegarás a su esposa; es esposa del hermano de tu padre.
  15   La desnudez de tu nuera no descubrirás; esposa es de tu hijo, no descubrirás su desnudez.
  16   La desnudez de la esposa de tu hermano no descubrirás; es la desnudez de tu hermano.
  17   La desnudez de la mujer y de su hija no descubrirás; no tomarás la hija de su hijo, ni la hija de su hija, para descubrir su desnudez; son parientas, es maldad.
  18   No tomarás mujer juntamente con su hermana, para hacerla su rival, descubriendo su desnudez delante de ella en su vida.
  19   Y no llegarás a la mujer para descubrir su desnudez durante su impureza menstrual.
  20   Además, no tendrás acto carnal con la esposa de tu prójimo, contaminándote con ella.
  21   Y no des de tu simiente para hacerla pasar por el fuego a Moloc; no contamines el nombre de tu Dios: Yo Jehová.
  22   No te echarás con varón como con mujer; es abominación.
  23   Ni con ningún animal tendrás ayuntamiento amancillándote con él; ni mujer alguna se pondrá delante de animal para ayuntarse con él; es depravación.
  24   En ninguna de estas cosas os amancillaréis; porque en todas estas cosas se han ensuciado las naciones que yo echo de delante de vosotros,
  25   y la tierra fue contaminada; y yo visité su maldad sobre ella, y la tierra vomitó sus moradores.
  26   Vosotros, pues, guardad mis estatutos y mis decretos, y no hagáis ninguna de todas estas abominaciones; ni el natural ni el extranjero que peregrina entre vosotros.
  27   ( Porque todas estas abominaciones hicieron los hombres de la tierra, que fueron antes de vosotros, y la tierra fue contaminada );
  28   para que la tierra no os vomite, por haberla contaminado, como vomitó a las naciones que fueron antes de vosotros.
  29   Porque cualquiera que hiciere alguna de todas estas abominaciones, las personas que las hicieren, serán cortadas de entre su pueblo.
  30   Guardad, pues, mi ordenanza, no haciendo de las prácticas abominables que tuvieron lugar antes de vosotros, y no os ensuciéis en ellas: Yo Jehová vuestro Dios.

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