Mateo 1-7
Mateo 1 | |||
1 | El libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham. | ||
2 | Abraham engendró a Isaac; e Isaac engendró a Jacob; y Jacob engendró a Judá y a sus hermanos; | ||
3 | y Judá engendró de Tamar a Fares y a Zara: Y Fares engendró a Esrom, y Esrom engendró a Aram; | ||
4 | y Aram engendró a Aminadab; y Aminadab engendró a Naasón; y Naasón engendró a Salmón; | ||
5 | y Salmón engendró de Rahab a Boaz; y Boaz engendró a Obed de Ruth; y Obed engendró a Isaí; | ||
6 | e Isaí engendró al rey David; y el rey David engendró a Salomón de la que fue esposa de Urías, | ||
7 | y Salomón engendró a Roboam; y Roboam engendró a Abía; y Abía engendró a Asa; | ||
8 | y Asa engendró a Josafat; y Josafat engendró a Joram; y Joram engendró a Ozías; | ||
9 | y Ozías engendró a Jotam; y Jotam engendró a Acaz; y Acaz engendró a Ezequías; | ||
10 | y Ezequías engendró a Manasés; y Manasés engendró a Amón; y Amón engendró a Josías; | ||
11 | y Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, en el tiempo en que fueron expatriados a Babilonia. | ||
12 | Y después que fueron traídos a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel; y Salatiel engendró a Zorobabel; | ||
13 | y Zorobabel engendró a Abiud; y Abiud engendró a Eliaquim; y Eliaquim engendró a Azor; | ||
14 | y Azor engendró a Sadoc; y Sadoc engendró a Aquim; y Aquim engendró a Eliud; | ||
15 | y Eliud engendró a Eleazar; y Eleazar engendró a Matán; y Matán engendró a Jacob; | ||
16 | y Jacob engendró a José esposo de María, de la cual nació Jesús, quien es llamado Cristo. | ||
17 | De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce generaciones; y de David hasta la expatriación a Babilonia son catorce generaciones; y desde la expatriación a Babilonia hasta Cristo son catorce generaciones. | ||
18 | El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando María su madre desposada con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo, | ||
19 | y José su marido, como era hombre justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. | ||
20 | Y pensando él en esto, he aquí el ángel del Señor le apareció en un sueño, diciendo: José hijo de David, no temas recibir a María tu esposa; porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. | ||
21 | Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS; porque Él salvará a su pueblo de sus pecados. | ||
22 | Todo esto aconteció para que se cumpliese lo que fue dicho del Señor, por el profeta que dijo: | ||
23 | He aquí una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emmanuel, que interpretado es: Dios con nosotros. | ||
24 | Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su esposa, | ||
25 | pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y llamó su nombre JESÚS. |
Mateo 2 | |||
1 | Y cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, he aquí unos hombres sabios del oriente vinieron a Jerusalén, | ||
2 | diciendo: ¿Dónde está el Rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. | ||
3 | Oyendo esto el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalén con él; | ||
4 | y convocando a todos los príncipes de los sacerdotes, y a los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo; | ||
5 | y ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: | ||
6 | Y tú Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; porque de ti saldrá un Guiador, que apacentará a mi pueblo Israel. | ||
7 | Entonces Herodes, llamando en secreto a los sabios, inquirió de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; | ||
8 | y enviándolos a Belén, dijo: Id y preguntad con diligencia por el niño; y cuando le hubiereis hallado, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore. | ||
9 | Y ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. | ||
10 | Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. | ||
11 | Y entrando en la casa, vieron al niño con María su madre, y postrándose lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron dones, oro, incienso y mirra. | ||
12 | Y siendo avisados por Dios en un sueño que no volviesen a Herodes, se volvieron a su tierra por otro camino. | ||
13 | Y habiendo ellos partido, he aquí el ángel del Señor apareció en un sueño a José, diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y quédate allá hasta que yo te diga; porque Herodes buscará al niño para matarlo. | ||
14 | Y despertando él, tomó de noche al niño y a su madre y se fue a Egipto; | ||
15 | y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que fue dicho del Señor por el profeta, diciendo: De Egipto llamé a mi Hijo. | ||
16 | Herodes entonces, al verse burlado de los sabios, se llenó de ira, y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los sabios. | ||
17 | Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, que dijo: | ||
18 | Voz fue oída en Ramá, lamentación, lloro y gemido grande, Raquel que llora a sus hijos, y no quiso ser consolada, porque perecieron. | ||
19 | Y muerto Herodes, he aquí, un ángel del Señor apareció en un sueño a José en Egipto, | ||
20 | diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a la tierra de Israel; porque han muerto los que procuraban la muerte del niño. | ||
21 | Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de Israel. | ||
22 | Mas oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, temió ir allá. Y siendo avisado por Dios en un sueño, se fue a la región de Galilea, | ||
23 | y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret; para que se cumpliese lo dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno. |
Mateo 3 | |||
1 | En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, | ||
2 | y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. | ||
3 | Porque éste es aquél de quien habló el profeta Isaías, diciendo: Voz del que clama en el desierto: Aparejad el camino del Señor: Enderezad sus sendas. | ||
4 | Y Juan mismo tenía su vestidura de pelo de camello, y un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre. | ||
5 | Entonces salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la región de alrededor del Jordán; | ||
6 | y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados. | ||
7 | Y al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: Generación de víboras, ¿quién os enseñó a huir de la ira que vendrá? | ||
8 | Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, | ||
9 | y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. | ||
10 | Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. | ||
11 | Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; mas el que viene tras mí, es más poderoso que yo; cuyo calzado no soy digno de llevar; Él os bautizará con el Espíritu Santo, y con fuego. | ||
12 | Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el alfolí, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará. | ||
13 | Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. | ||
14 | Pero Juan le resistía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? | ||
15 | Pero Jesús respondió, y le dijo: Deja ahora; porque nos es preciso cumplir así toda justicia. Entonces le dejó. | ||
16 | Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre Él. | ||
17 | Y he aquí una voz del cielo que decía: Éste es mi Hijo amado, en quien tengo contentamiento. |
Mateo 4 | |||
1 | Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. | ||
2 | Y después que hubo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. | ||
3 | Y vino a Él el tentador, y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. | ||
4 | Mas Él respondiendo dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. | ||
5 | Entonces el diablo le lleva a la santa ciudad, y le pone sobre el pináculo del templo, | ||
6 | y le dice: Si eres el Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y en sus manos te sostendrán para que no tropieces con tu pie en piedra. | ||
7 | Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. | ||
8 | Otra vez el diablo le lleva a un monte muy alto, y le muestra todos los reinos del mundo, y la gloria de ellos, | ||
9 | y le dice: Todo esto te daré, si postrado me adorares. | ||
10 | Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, que escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a Él sólo servirás. | ||
11 | Entonces el diablo le dejó, y he aquí, ángeles vinieron y le servían. | ||
12 | Y cuando Jesús oyó que Juan había sido encarcelado, se fue a Galilea; | ||
13 | y dejando Nazaret, vino y habitó en Capernaúm, ciudad marítima, en los confines de Zabulón y Neftalí; | ||
14 | para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, que dijo: | ||
15 | Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles; | ||
16 | El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz: Y a los asentados en región y sombra de muerte: Luz les resplandeció. | ||
17 | Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. | ||
18 | Y andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. | ||
19 | Y les dijo: Venid en pos de mí, y yo os haré pescadores de hombres. | ||
20 | Ellos entonces, dejando luego las redes, le siguieron. | ||
21 | Y pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. | ||
22 | Y ellos, dejando luego la barca y a su padre, le siguieron. | ||
23 | Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. | ||
24 | Y corría su fama por toda Siria. Y le traían a todos los enfermos que eran tomados de diversas enfermedades y tormentos; los endemoniados, los lunáticos y los paralíticos; y los sanaba. | ||
25 | Y le seguían grandes multitudes de Galilea, de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán. |
Mateo 5 | |||
1 | Y viendo las multitudes, subió al monte; y sentándose, sus discípulos vinieron a Él. | ||
2 | Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo: | ||
3 | Bienaventurados los pobres en espíritu; porque de ellos es el reino de los cielos. | ||
4 | Bienaventurados los que lloran; porque ellos serán consolados. | ||
5 | Bienaventurados los mansos; porque ellos heredarán la tierra. | ||
6 | Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia; porque ellos serán saciados. | ||
7 | Bienaventurados los misericordiosos; porque ellos alcanzarán misericordia. | ||
8 | Bienaventurados los de limpio corazón; porque ellos verán a Dios. | ||
9 | Bienaventurados los pacificadores; porque ellos serán llamados hijos de Dios. | ||
10 | Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia; porque de ellos es el reino de los cielos. | ||
11 | Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. | ||
12 | Regocijaos y alegraos; porque vuestro galardón es grande en el cielo; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros. | ||
13 | Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal perdiere su sabor, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y ser hollada de los hombres. | ||
14 | Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. | ||
15 | Ni se enciende un candil y se pone debajo del almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. | ||
16 | Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en el cielo. | ||
17 | No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. | ||
18 | Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo sea cumplido. | ||
19 | De manera que cualquiera que quebrantare uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los hiciere y enseñare, éste será llamado grande en el reino de los cielos. | ||
20 | Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. | ||
21 | Oísteis que fue dicho por los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare estará expuesto a juicio. | ||
22 | Mas yo os digo que cualquiera que sin razón se enojare contra su hermano, estará en peligro del juicio; y cualquiera que dijere a su hermano: Raca, estará en peligro del concilio; mas cualquiera que le dijere: Fatuo, estará expuesto al infierno de fuego. | ||
23 | Por tanto, si trajeres tu ofrenda al altar, y allí te acordares que tu hermano tiene algo contra ti; | ||
24 | deja allí tu ofrenda delante del altar, y ve, y reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. | ||
25 | Concíliate presto con tu adversario, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez te entregue al alguacil, y seas echado en la cárcel. | ||
26 | De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante. | ||
27 | Oísteis que fue dicho por los antiguos: No cometerás adulterio. | ||
28 | Mas yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. | ||
29 | Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea lanzado al infierno. | ||
30 | Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que uno de tus miembros se pierda, y no que todo tu cuerpo sea lanzado al infierno. | ||
31 | También fue dicho: Cualquiera que repudiare a su esposa, déle carta de divorcio. | ||
32 | Pero yo os digo que cualquiera que repudiare a su esposa, salvo por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la divorciada, comete adulterio. | ||
33 | Además, oísteis que fue dicho por los antiguos: No perjurarás; mas cumplirás al Señor tus juramentos. | ||
34 | Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; | ||
35 | ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. | ||
36 | Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. | ||
37 | Mas sea vuestro hablar: Sí, sí: No, no; porque lo que es más de esto, de mal procede. | ||
38 | Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. | ||
39 | Pero yo os digo: No resistáis el mal; antes a cualquiera que te hiriere en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; | ||
40 | y a cualquiera que te demandare ante la ley y tomare tu túnica, déjale tomar también la capa; | ||
41 | y cualquiera que te obligare a ir una milla, ve con él dos. | ||
42 | Al que te pidiere, dale; y al que quisiere tomar de ti prestado, no le rehúses. | ||
43 | Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. | ||
44 | Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; | ||
45 | para que seáis hijos de vuestro Padre que está en el cielo; porque Él hace que su sol salga sobre malos y buenos; y envía lluvia sobre justos e injustos. | ||
46 | Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también así los publicanos? | ||
47 | Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los publicanos? | ||
48 | Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en el cielo es perfecto. |
Mateo 6 | |||
1 | Mirad que no hagáis vuestras limosnas delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tenéis recompensa de vuestro Padre que está en el cielo. | ||
2 | Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados de los hombres; de cierto os digo: Ya tienen su recompensa. | ||
3 | Mas cuando tú des limosna, no sepa tu mano izquierda lo que hace tu mano derecha. | ||
4 | Que tu limosna sea en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto, Él te recompensará en público. | ||
5 | Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres. De cierto os digo: Ya tienen su recompensa. | ||
6 | Mas tú, cuando ores, entra en tu alcoba, y cerrada tu puerta ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público. | ||
7 | Y cuando ores, no uses vanas repeticiones, como hacen los gentiles; que piensan que por su parlería serán oídos. | ||
8 | No seáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. | ||
9 | Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. | ||
10 | Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra, así como en el cielo. | ||
11 | El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. | ||
12 | Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. | ||
13 | Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por siempre. Amén. | ||
14 | Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro Padre celestial también os perdonará a vosotros. | ||
15 | Mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. | ||
16 | Y cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; que demudan sus rostros para parecer a los hombres que ayunan. De cierto os digo que ya tienen su recompensa. | ||
17 | Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro; | ||
18 | para no parecer a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público. | ||
19 | No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan. | ||
20 | Mas haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla, ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. | ||
21 | Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. | ||
22 | La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo fuere sincero, todo tu cuerpo estará lleno de luz. | ||
23 | Mas si tu ojo fuere maligno, todo tu cuerpo estará en oscuridad. Así que, si la luz que hay en ti es tinieblas, ¿cuánto más lo serán las mismas tinieblas? | ||
24 | Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno, y amará al otro; o apreciará al uno, y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. | ||
25 | Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer, o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? | ||
26 | Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en alfolíes; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas? | ||
27 | ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? | ||
28 | Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan; | ||
29 | pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. | ||
30 | Y si a la hierba del campo que hoy es, y mañana es echada en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe? | ||
31 | Por tanto, no os afanéis, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? | ||
32 | Porque los gentiles buscan todas estas cosas; mas vuestro Padre celestial sabe que de todas estas cosas tenéis necesidad. | ||
33 | Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. | ||
34 | Así que, no os afanéis por el mañana, que el mañana traerá su afán. Bástele al día su propio mal. |
Mateo 7 | |||
1 | No juzguéis, para que no seáis juzgados. | ||
2 | Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os volverán a medir. | ||
3 | ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no consideras la viga que está en tu propio ojo? | ||
4 | ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí, una viga en tu propio ojo? | ||
5 | ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, entonces mirarás claramente para sacar la paja del ojo de tu hermano. | ||
6 | No deis lo santo a los perros; ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen. | ||
7 | Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. | ||
8 | Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. | ||
9 | ¿Y qué hombre hay de vosotros, a quien si su hijo le pidiere pan, le daría una piedra? | ||
10 | ¿O si le pidiere un pez, le daría una serpiente? | ||
11 | Y si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en el cielo dará buenas cosas a los que le pidan? | ||
12 | Así que, todas las cosas que queráis que los hombres os hagan, así también haced vosotros a ellos; porque esto es la ley y los profetas. | ||
13 | Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a perdición y muchos son los que entran por ella. | ||
14 | Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. | ||
15 | Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, mas por dentro son lobos rapaces. | ||
16 | Por sus frutos los conoceréis. ¿Se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? | ||
17 | Así todo buen árbol da buenos frutos, mas el árbol malo da malos frutos. | ||
18 | El árbol bueno no puede dar frutos malos, ni el árbol malo dar frutos buenos. | ||
19 | Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. | ||
20 | Así que, por sus frutos los conoceréis. | ||
21 | No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo. | ||
22 | Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? | ||
23 | Y entonces les protestaré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad. | ||
24 | Cualquiera, pues, que oye estas mis palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. | ||
25 | Y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. | ||
26 | Y todo el que oye estas mis palabras y no las hace, será comparado al hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; | ||
27 | y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó; y fue grande su ruina. | ||
28 | Y fue que, cuando Jesús hubo acabado estas palabras, la gente se maravillaba de su doctrina; | ||
29 | porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. |