Notas
1 Creedme, orar con todo vuestro corazón y fuerza, con la razón y la voluntad, creer vívidamente que Dios escucha vuestra voz a través de Cristo, y de cierto, hacer lo que le place a él es el último, el más grande logro de la guerra del cristiano sobre la tierra. Teach us to pray, o Lord. Coleridge.
2 Dr. Horton, Verbum Dei, pág. 214.
3 Es tremendamente difícil orar bien. Sí, es ciertamente la ciencia entre todas las ciencias orar de manera que el corazón pueda acercarse a Dios con plena confianza y decir: Padre nuestro, que estás en los cielos. Porque el que puede asumir tal confianza en la gracia ya ha superado el cerro Dificultad, y ha echado la piedra angular del templo de la oración.-Lutero, Parting Words (Edin., 1903) p. 73. La oración perfecta no se obtiene por el uso de muchas palabras, sino por medio del anhelo profundo.-Catherine de Sienna.
4 Sabemos lo provechosa que es la oración por los esfuerzos de los espíritus malignos de distraernos durante el divino oficio; y experimentamos el fruto de la oración en la derrota de nuestros enemigo.-John Climacus, The Holy Ladder of Perfection, xxviii. 64.
Cuando acudimos a Dios en oración, el diablo sabe que vamos en busca de fuerza contra él, y por lo tanto se nos opone todo lo que puede.-R. Sibbes, Divine Meditations, 164.
5 Si se ha cansado en este deber, sospeche de sí mismo, purgue y refine su corazón del amor a todo pecado, y procure ponerlo en una disposición celestial y espiritual; y luego se encontrará con que éste no es un ejercicio desagradable, sino lleno de placer y satisfacción. Mientras tanto, no se queje de lo difícil del deber, sino de lo indigno de su propio corazón.-The Whole Duty of Man (Lond., 1741), pág. 122.
6 F. W. H. Myers, Poems.
7 En nuestra relación y conversación mutuas-entre las escenas más ocupadas de nuestro peregrinaje-podemos estar yendo de aquí para allá en el ala veloz de la oración, de la oración mental-esa oración que pone toda la carga del corazón sobre un solo suspiro. Un suspiro que es dado en el Espíritu,.aunque inaudible a todos a nuestro alrededor menos a Dios, puede santificar cada conversación, cada evento en el transcurso del día. Tenemos comunión en todo momento ya sea con el espíritu del mundo o con el Espíritu de Dios . La oración será fatigosa para la carne si se dice en voz alta y por largo tiempo. Es imposible elevar sin cesar la oración oral y la oración ordenada por la mente en palabras aunque dichas en voz alta; pero hay una contracorriente de oración que puede ocultarse debajo del flujo de nuestros pensamientos, sin cansarnos nunca. Tal oración es el aliento silencioso del Espíritu de Dios, quien mora en nuestro corazón (ver Rom. 8:9 y 1 Col. 3:16); es el temperamento y el hábito de nuestra mente espiritual; es el pulso de nuestra vida escondida con Cristo en Dios.-Hewitsons Life, págs. 100, 101.
Mi mente estaba concentrada en gran manera en las cosas divinas: casi perpetuamente en la contemplación de ellas. Pasé la mayor parte de mi tiempo pensando en cosas divinas, año tras año; muchas veces caminando a solas en el bosque, y en lugares solitarios, para meditación, soliloquios y oración, y conversar con Dios; y era siempre mi costumbre cantar mis contemplaciones. Estaba casi constantemente clamando en oración, donde quiera que estaba. La oración me parecía natural, como el aliento con el cual se ventilaba el ardor interior de mi corazón.-Jonathan Edwards, Memoirs. cáp. i.
Veo que si no mantengo oraciones cortas todos los días a lo largo de todo el día, pierdo el espíritu de oración. Nunca dejaré de ver ni por una hora al Cordero en medio del trono, y si tengo esta imagen podré orar.-Andrew A. Bonar, Diary. Octubre 7, 1860.
8 ¿Acaso no es el nombre Oración normal para significar todo el servicio que le rendimos a Dios?-Hooker, Eccles. Polity, v. 23.
9 Dr. A. B. Davidson, Waiting upon God, pág. 14.
10 Compare la afirmación de Thomas Hooker, de Hartford-La oración es la obra principal del pastor, y es en base a ella que debe realizar las demás.
11 Todo aquel que es diligente en las oraciones públicas, pero negligente en las privadas, mucho me temo que busca ser aprobado por los hombres más bien que por Dios. The Whole Duty of Man (Lond., 1741), pág. 119.
12 The Rise of the Quakers de Harvey, págs. 73, 74.
13 The Scale of Perfection, I. i. 1.
14 El Dr. John Paton, de las Nuevas Hébridas, cuenta de una cámara de oración como ésta en la modesta casa de su padre: Nuestra casa consistía de una habitación exterior y una interior y un cuartito entre ambas, o cámara, que llamábamos cubículo El cubículo era una pieza muy pequeña entre las otras dos, con apenas lugar para una cama, una mesita y una silla, con una diminuta ventana que daba una diminuta luz a la escena. Iste era el santuario de aquella cabaña. Allí diariamente, y muchas veces durante el día, por lo general después de cada comida, veíamos a nuestro padre retirarse, y cerrar la puerta, y nosotros los niños entendíamos, por una especie de instinto espiritual (porque tales cosas eran demasiado sagradas para comentar) que allí se estaban elevando oraciones a nuestro favor, como en la antigüedad lo hacía el sumo sacerdote detrás del velo en el lugar santísimo. Ocasionalmente oíamos los ecos de una voz temblorosa, rogando como alguien que ruega por su vida, y aprendimos a caminar pasando esa puerta de puntillas, a fin de no interrumpir la santa conversación. El mundo quizá no sabía, pero nosotros sí, de dónde procedía esa luz feliz, como la sonrisa de un recién nacido, que siempre tenía el rostro de mi padre: era un reflejo de la presencia divina, de la cual él siempre estaba consciente. Nunca, ni en los templos ni en las catedrales, en los montes ni en los valles, podría esperar que el Señor Dios estuviera más cerca, caminando más visiblemente entre los hombres y hablando con ellos, que bajo el techo de paja y vigas de roble de aquella humilde cabaña.-Dr. John G. Paton, Autobiography, págs. 10, 11.
15 En su viaje de regreso de las Indias Occidentales al Clyde, Hewitson tuvo el privilegio de llevar a Cristo a uno de los marineros. No me falta una cámara dónde orar, dijo éste cierto día, hacia el final del viaje, Simplemente puedo cubrirme el rostro con el sombrero, y estoy tan a solas con Dios como si estuviera en una cámara. el hombre había partido de Antigua un pecador perdido.
-Life de Hewitson, pág. 283.
16 Ningún hombre que puede encontrar tiempo para dedicar a sus vanidades diga que no tiene tiempo para la oración.-The Whole Duty of Man (Lond. 1741), pág. 120.
17 En sus viajes, John Wesley solía llevar un pequeño cuaderno para anotaciones, el primer tosco borrador de sus Diarios.. En la primera página de cada uno de los cuadernos de apuntes que iba empezando, siempre escribía una resolución de dedicar dos horas diarias a la oración privada, no admitiendo ninguna excusa ni excepciones. Quizá dicha regla pueda parecerle a algunos rígida al punto de ser ceremonial. Nadie se sienta obligado a hacer lo que otros hacen; pero en cada caso tómese las medidas necesarias para tener comunicación con Dios.
18 Y aquí recibí el consejo de levantar otra vela, porque antes había orado sólo dos veces por día, pero aquí resolví apartar algo de tiempo para esto al mediodía, y haciéndolo, descubrí resultados maravillosos.-Memorias del Rev. James Fraser (Wodrow), pág. 208.
19 Pero Fraser de Brea da una advertencia con respecto a esto que vale la pena recordar: Pretendiendo esperar en el Señor para que me dé fuerzas, me he distraído y he descuidado el deber mismo cuando tuve oportunidad; es así que al prepararme para la oración he descuidado la oración misma. Memoirs, pág. 290.
20 Era un dicho del mártir Bradford que nunca dejaría un deber mientras que su corazón no estuviera concentrado en ese deber; no dejaría la confesión de pecados hasta que su corazón estuviera quebrantado por el pecado; no dejaría de pedir gracia hasta que su corazón fuera despertado y avivado con la esperanza de obtener más gracia; no dejaría de dar gracias hasta que su corazón rebosara, sintiendo las misericordias que se disfrutan y avivan en la alabanza.-Bickersteth, A Treatise on Prayer, pág. 93.
21 La ayuda del Espíritu (Rom. 8:26) es muy enfática en el original; como un hombre que levanta un tronco pesado de un extremo y no puede levantarlo solo hasta que otro hombre lo levanta del otro extremo y, de esa manera lo ayuda; de la misma forma la pobre alma que está tironeando y jalando su propio corazón lo encuentra como peso muerto, como un tronco en una zanja, y no puede hacer nada bueno con él hasta que al fin aparece el Espíritu de Dios al otro extremo, y levanta la punta más pesada de la carga y, de esta manera, ayuda al alma a levantarla.-I. Ambrose, Prima Media et Ultima, pág. 333.
Père La Combe dice: Nunca he encontrado a alguien que orara tan bien como los que nunca recibieron enseñanza de cómo hacerlo. Los que no han tenido un maestro entre los hombres tienen uno en el Espíritu Santo.-Spiritual Maxims, 43.
22 El lector encontrará , en la autobiografía de George Mueller, un pasaje impresionante que trata este punto. (Lond., 1905), págs. 152, 153.
23 Siempre comienza a orar poniéndote ante la presencia divina (Francois de Sales). Gaston de Renty define la postura del alma como un estado de presencia humilde ante Dios, en la cual te mantienes dependiendo de su Espíritu para que te sugiera lo que él quiera, y recibiéndolo con sencillez y confianza, como si estuviera diciendo palabras que puedes oír. ;vila, un español que escribía sobre religión nos dice que deberíamos ocuparnos de la oración más bien para escuchar que para hablar.
24 La oración nos revela el verdadero estado de nuestra alma, porque, según los teólogos, es el espejo que nos muestra nuestra imagen correcta.-St. John Climacus, The Holy Ladder of Perfection, xx iii. 38.
25 Las peticiones de los creyentes son ecos, por decirlo así, de las propias palabras del Maestro. Sus oraciones son sólo fragmentos de sus enseñanzas convertidas en súplicas. Entonces, han de ser atendidas, porque son la expresión de su voluntad.-Bishop Westcott, en Juan 15:7.
26 La oración es escuchada cuando pasa del corazón del creyente al corazón del Redentor, y el Redentor se apropia de ella, o la hace suya.-W. H. Hewitson, Life, pág. 375.
27 Epictetus, Ef. 1:16.
28 Richard Baxter nos aconseja que en los días de reposo debemos ser más breves en la confesión y lamentación, y entregarnos más a la alabanza y la acción de gracias (Method of Peace and Comfort). Era la costumbre de Grimshaw comenzar sus devociones matinales cantando la doxología. Se decía de Joseph Alleine: Era tan vehemente lo celestial de su espíritu, que su ocupación favorita era la alabanza.
29 Crisóstomo, citado por Thomas Watson.
30 Sin duda los ángeles se creen tan insuficientes como nosotros para alabar al Señor.-John Livingstones Diary, Dic. 14., 1634 (Wodrow Society).
31 Piensa en la culpa del pecado para sentirte humillado. Piensa en el poder del pecado a fin de buscar fuerzas para combatirlo. No pienses en el pecado mismo no sea que te enredes más y más en él. John Owen.
32 El biógrafo de Charles Simeon, de Cambridge, comenta: Simeon, en sus horas privadas, se sentía peculiarmente quebrantado y postrado delante del Señor.
33 Por el Dr. Payson, Lift, pág. 79.
34 Al orar, tentamos a Dios si le pedimos aquello por lo cual no hemos trabajado; nuestros fieles esfuerzos debe secundar nuestra devoción. Si oramos pidiendo gracia y descuidamos la fuente de la cual procede, ¿cómo podemos tener éxito? Era una regla de tiempos antiguos: Pon tu mano al arado, y luego ora. Nadie debe orar sin arar, ni arar sin orar.-R. Sibbes, Divine Meditations, pág. 174.
35 La oración no sólo obtiene misericordias; sino que las endulza y santifica.-Flavel, Works, v. 351.
Dios demora en escuchar nuestras oraciones no porque no quiera contestarlas; sino porque, aumentando nuestros anhelos, podrá darnos con más generosidad.-Anselm of Canterbury.
36 Debemos retroceder de la oración, de descansar en ella, o de confiar en ella; el hombre puede predicar mucho, y en lugar de acercarse a Dios o de disfrutar una dulce comunión con Cristo, puede acercarse a la oración, pensando más en la oración que en Dios a quien ora; y puede vivir más arrodillado en su cojín que ante Cristo; pero cuando alguien realmente se acerca a Dios en oración, se olvida de la oración y recuerda a Dios, y la oración no es nada, en cambio Cristo es todo.-Isaac Ambrose, Prima Media et Ultima, pág. 332.
37 Las cartas breves, infantiles que le enviaban [sus hijos] habían sido encuadernadas en un tomo, que llevaba consigo en sus viajes por Mongolia, y al hojearlas encontraba permanente solaz y renovación. Vida de Gilmour de Mongolia, págs. 241, 251.
38 Pasaron siete años antes de que William Carey bautizara al primer converso en la India; pasaron siete años antes de que Judson ganara su primer discípulo en Birmania; Morrison trabajó siente años antes de que el primer chino se acercara a Cristo; Moffat declara que esperó siete años para ver la primera evidencia de la obra del Espíritu Santo entre los bechuanas de Africa; Henry Richards trabajó siente años en el Congo antes de ganar al primer converso en Banza Manteka. A. J. Gordon, The Holy Spirit in Missions, págs. 139, 140.
39 Jeremy Taylor, The Return of Prayers. Esto se aplica también a un nivel inferior. George Mueller escribe: Estos últimos tres días he tenido muy poca comunión verdadera con Dios, y por lo tanto me he sentido muy débil espiritualmente, y varias veces he estado de un humor irritable. Quiera Dios en su misericordia, ayudarme a tener más oración en secreto. Autobiography, pág. 67.
40 Sobre este punto, Mueller dice en otro lugar: No es suficiente comenzar a orar ni orar correctamente; ni es suficiente continuar orando por un tiempo, sino que debemos seguir orando, con paciencia, creyendo, hasta que obtengamos una respuesta; y además no sólo hemos de continuar en oración hasta el fin, sino que también tenemos que creer que Dios nos oye, y contestará nuestras oraciones. La mayoría de las veces no continuamos en oración hasta obtener la bendición y no esperamos la bendición.-Autobiography, pág. 320.
41 Richard Sibbes Divine Meditations, pág. 5.
42 El siguiente extracto de la Vida de John Howe puede servir para dar una advertencia a la cual a veces se le presta poca atención:
En aquel entonces [en la época del Comonwealth inglés] cundió entre la comunidad religiosa una opinión errónea, todavía conservada por algunas personas piadosas, con respecto a la eficacia de una fe especial en la oración. Creían que si un creyente era guiado a buscar un favor en oración, como ser la recuperación o conversión de un niño, o una victoria en el campo de batalla, con inusual fervor, y con la fuerte convicción de que la oración sería contestada favorablemente, ese sería ciertamente el caso. Esta noción fue llevada por algunos a extremos aún más extravagantes, hasta que llegó a ser una afirmación virtual de su inspiración. La corte de Cromwell era tierra fértil para nutrir semejante noción; tal es así que parece que eso era lo que él mismo creía. Totalmente convencido [John Howe] de su naturaleza errónea y tendencias carnales, y habiendo escuchado un sermón en Whitehall, cuyo propósito era mantenerlo y defenderlo, se sintió constreñido por su conciencia a exponer lo absurdo que era, la próxima vez que predicara ante Cromwell. Esto hizo el ceño fruncido de Cromwell fue señal de su desagrado durante el discurso y después de éste, mostró cierta frialdad en su trato, pero el asunto nunca se mencionó entre ellos.
43 Esta fe particular en la oración a veces se ocupa en recibir la respuesta a oraciones ofrecidas con fines espirituales. Hablando del memorable avivamiento en Kilsyth, cuyos primeros frutos fueron vistos el martes, 23 de julio de 1839, dijo que había sido una mañana programada desde toda la eternidad en el consejo de Jehová como una era en la historia de la redención. -William Burns escribió: Desde entonces me he enterado de que algunos del pueblo de Dios en Kilsyth, que habían anhelado y luchado por un tiempo de refrigerio en presencia del Señor, y que, durante la mayor parte de la noche anterior, habían intercedido intensamente por la salvación de las almas, fueron a la reunión, no sólo con la esperanza, sino con una anticipación segura de la aparición gloriosa de Dios, en base a las impresiones de sus propias almas de que Jehová se acercaba en gloria y majestad.
44 Cuando una dama le ofreció pan y un vaso de vino, respondió: Por favor, prefiero pan y un vaso de agua. Vianda de la cárcel, comentó la dama. No, vianda de guarnición: Iste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras.-John Duncan, The Pulpit and Communion Table, pág. 37.
45 El Sr. D. L. Moody solía decir que agradecía a Dios de todo corazón porque muchas de sus oraciones más sinceras no habían siso contestadas como él quería.
46 F. W. Krummacher, Autobiography (Edin., 1869). pág. 143.
47 Memoir de J. A. Bengel, por J. C. F. Burk (Lond., 1837), págs. 491, 492.
48 La iglesia de Dios en Corinto, ¡una paradoja bendita y sorprendente!-Bengel.
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