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Proverbios 1 |
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1 |
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Los proverbios de Salomón, hijo de
David, rey de Israel: |
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2 |
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Para entender sabiduría y doctrina; para
conocer las razones prudentes; |
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3 |
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para recibir el consejo de sabiduría,
justicia, juicio y equidad; |
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4 |
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para dar sagacidad a los simples, y a
los jóvenes inteligencia y cordura. |
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5 |
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Oirá el sabio, y aumentará el saber; y
el entendido adquirirá consejo; |
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6 |
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para entender parábola y declaración;
palabras de los sabios, y sus enigmas. |
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7 |
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El principio de la sabiduría es el temor
de Jehová. Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza. |
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8 |
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Oye, hijo mío, la instrucción de tu
padre, y no desprecies la ley de tu madre; |
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9 |
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porque adorno de gracia serán a tu
cabeza, y collares a tu cuello. |
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10 |
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Hijo mío, si los pecadores te quisieren
engañar, no consientas. |
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11 |
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Si dijeren: Ven con nosotros, pongamos
asechanzas para derramar sangre, acechemos sin motivo al inocente; |
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12 |
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los tragaremos vivos como el sepulcro, y
enteros, como los que caen al abismo. |
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13 |
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Hallaremos riquezas de toda clase,
llenaremos nuestras casas de despojos; |
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14 |
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echa tu suerte entre nosotros; tengamos
todos una sola bolsa. |
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15 |
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Hijo mío, no andes en camino con ellos;
aparta tu pie de sus veredas; |
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16 |
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porque sus pies correrán hacia el mal, e
irán presurosos a derramar sangre. |
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17 |
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Porque en vano se tenderá la red ante
los ojos de toda ave; |
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18 |
|
mas ellos a su propia sangre ponen
asechanzas, y a sus propias vidas tienden lazo. |
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19 |
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Tales son las sendas de todo el que es
dado a la codicia, la cual quita la vida de sus poseedores. |
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20 |
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La sabiduría clama en las calles, alza
su voz en las plazas; |
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21 |
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clama en los principales lugares de
concurso; en las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones: |
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22 |
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¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la
simpleza, y los burladores desearán el burlar, y los insensatos
aborrecerán el conocimiento? |
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23 |
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Volveos a mi reprensión: He aquí yo os
derramaré mi espíritu, y os haré saber mis palabras. |
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24 |
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Porque llamé, y no quisisteis oír:
Extendí mi mano, y no hubo quien atendiese; |
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25 |
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antes desechasteis todo consejo mío, y
mi reprensión no quisisteis: |
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26 |
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También yo me reiré en vuestra calamidad,
y me burlaré cuando os viniere lo que teméis; |
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27 |
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cuando viniere como una destrucción lo
que teméis, y vuestra calamidad llegare como un torbellino; cuando sobre
vosotros viniere tribulación y angustia. |
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28 |
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Entonces me llamarán, y no responderé;
me buscarán de mañana, y no me hallarán; |
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29 |
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por cuanto aborrecieron la sabiduría, y
no escogieron el temor de Jehová, |
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30 |
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ni quisieron mi consejo, y
menospreciaron toda reprensión mía: |
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31 |
|
Por tanto comerán del fruto de su camino,
y serán hastiados de sus propios consejos. |
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32 |
|
Porque el descarrío de los ignorantes
los matará, y la prosperidad de los necios los echará a perder. |
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33 |
|
Mas el que me oyere, habitará
confiadamente, y vivirá reposado, sin temor del mal. |
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Proverbios 2 |
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1 |
|
Hijo mío, si recibieres mis palabras, y
mis mandamientos atesorares dentro de ti, |
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2 |
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de manera que inclines tu oído a la
sabiduría, y apliques tu corazón a la prudencia; |
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3 |
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Si clamares a la inteligencia, y a la
prudencia alzares tu voz; |
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4 |
|
Si como a la plata la buscares, y la
procurares como a tesoros escondidos; |
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5 |
|
Entonces entenderás el temor de Jehová,
y hallarás el conocimiento de Dios. |
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6 |
|
Porque Jehová da la sabiduría, y de su
boca viene el conocimiento y la inteligencia. |
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7 |
|
Él reserva la sana sabiduría para los
rectos; es escudo a los que caminan rectamente. |
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8 |
|
Él guarda las veredas del juicio, y
preserva el camino de sus santos. |
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9 |
|
Entonces entenderás justicia, juicio, y
equidad, y todo buen camino. |
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10 |
|
Cuando la sabiduría entrare en tu
corazón, y el conocimiento fuere dulce a tu alma, |
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11 |
|
la discreción te guardará, te preservará
la inteligencia, |
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12 |
|
para librarte del mal camino, de los
hombres que hablan perversidades; |
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13 |
|
que dejan las sendas derechas, por andar
en caminos tenebrosos; |
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14 |
|
que se alegran haciendo el mal, que se
deleitan en las perversidades del vicio; |
|
15 |
|
cuyas veredas son torcidas, y torcidos
sus caminos. |
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16 |
|
Para librarte de la mujer extraña, de la
ajena que halaga con sus palabras; |
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17 |
|
que abandona al compañero de su juventud,
y se olvida del pacto de su Dios. |
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18 |
|
Por lo cual su casa está inclinada a la
muerte, y sus veredas hacia los muertos. |
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19 |
|
Todos los que a ella entraren, no
volverán, ni tomarán los senderos de la vida. |
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20 |
|
Para que andes por el camino de los
buenos, y guardes las sendas de los justos. |
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21 |
|
Porque los rectos habitarán la tierra, y
los perfectos permanecerán en ella; |
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22 |
|
mas los impíos serán cortados de la
tierra, y los prevaricadores serán desarraigados de ella. |
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Proverbios 3 |
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1 |
|
Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu
corazón guarde mis mandamientos; |
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2 |
|
Porque largura de días, y años de vida y
paz te añadirán. |
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3 |
|
Misericordia y verdad no se aparten de
ti; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón; |
|
4 |
|
y hallarás gracia y buena opinión ante
los ojos de Dios y de los hombres. |
|
5 |
|
Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no
estribes en tu propia prudencia. |
|
6 |
|
Reconócelo en todos tus caminos, y Él
enderezará tus veredas. |
|
7 |
|
No seas sabio en tu propia opinión: Teme
a Jehová, y apártate del mal; |
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8 |
|
Porque será medicina a tu ombligo, y
tuétano a tus huesos. |
|
9 |
|
Honra a Jehová con tu sustancia, y con
las primicias de todos tus frutos; |
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10 |
|
y serán llenos tus graneros con
abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto. |
|
11 |
|
No deseches, hijo mío, el castigo de
Jehová; ni te fatigues de su corrección; |
|
12 |
|
porque Jehová al que ama castiga, como
el padre al hijo a quien quiere. |
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13 |
|
Bienaventurado el hombre que halla la
sabiduría, y que obtiene la inteligencia; |
|
14 |
|
porque su mercadería es mejor que la
mercadería de la plata, y sus frutos más que el oro fino. |
|
15 |
|
Más preciosa es que las piedras
preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella. |
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16 |
|
Largura de días está en su mano derecha;
en su izquierda riquezas y honra. |
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17 |
|
Sus caminos son caminos deleitosos, y
todas sus veredas paz. |
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18 |
|
Ella es árbol de vida a los que la
abrazan, y bienaventurados son los que la retienen. |
|
19 |
|
Jehová con sabiduría fundó la tierra;
afirmó los cielos con inteligencia. |
|
20 |
|
Por su inteligencia los abismos fueron
divididos, y los cielos destilan rocío. |
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21 |
|
Hijo mío, no se aparten estas cosas de
tus ojos; guarda la sabiduría y el consejo; |
|
22 |
|
Y serán vida a tu alma, y gracia a tu
cuello. |
|
23 |
|
Entonces andarás por tu camino
confiadamente, y tu pie no tropezará. |
|
24 |
|
Cuando te acuestes, no tendrás temor;
sino que te acostarás, y será dulce tu sueño. |
|
25 |
|
No tendrás temor de pavor repentino, ni
de la ruina de los impíos cuando viniere: |
|
26 |
|
Porque Jehová será tu confianza, y Él
preservará tu pie de ser preso. |
|
27 |
|
No detengas el bien de aquél a quien es
debido, cuando tuvieres poder para hacerlo. |
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28 |
|
No digas a tu prójimo: Ve, y vuelve, y
mañana te daré; cuando tienes contigo qué darle. |
|
29 |
|
No intentes mal contra tu prójimo,
estando él confiado de ti. |
|
30 |
|
No pleitees con alguno sin razón, si él
no te ha hecho agravio. |
|
31 |
|
No envidies al hombre injusto, ni
escojas ninguno de sus caminos. |
|
32 |
|
Porque el perverso es abominación a
Jehová; mas su comunión íntima es con los rectos. |
|
33 |
|
La maldición de Jehová está en la casa
del impío; mas Él bendice el hogar del justo. |
|
34 |
|
Ciertamente Él escarnece a los
escarnecedores, y a los humildes da gracia. |
|
35 |
|
Los sabios heredarán honra; mas los
necios llevarán ignominia. |
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Proverbios 4 |
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|
1 |
|
Oíd, hijos, la instrucción de un padre,
y estad atentos, para que conozcáis cordura. |
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2 |
|
Porque os doy buena enseñanza; no
desamparéis mi ley. |
|
3 |
|
Porque yo fui hijo para mi padre,
delicado y único a los ojos de mi madre. |
|
4 |
|
Y él me enseñaba, y me decía: Retenga tu
corazón mis palabras, guarda mis mandamientos, y vivirás. |
|
5 |
|
Adquiere sabiduría, adquiere
inteligencia; no te olvides ni te apartes de las palabras de mi boca: |
|
6 |
|
No la dejes, y ella te guardará; ámala,
y ella te conservará. |
|
7 |
|
Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría;
y con toda tu posesión adquiere inteligencia. |
|
8 |
|
Engrandécela, y ella te engrandecerá;
ella te honrará, cuando tú la hubieres abrazado. |
|
9 |
|
Adorno de gracia dará a tu cabeza;
corona de hermosura te entregará. |
|
10 |
|
Oye, hijo mío, y recibe mis razones, y
se te multiplicarán años de vida. |
|
11 |
|
Por el camino de la sabiduría te he
encaminado, y por veredas derechas te he hecho andar. |
|
12 |
|
Cuando anduvieres no se estrecharán tus
pasos; y si corrieres, no tropezarás. |
|
13 |
|
Retén la instrucción, no la dejes;
guárdala, porque ella es tu vida. |
|
14 |
|
No entres en la senda de los impíos, ni
vayas por el camino de los malos. |
|
15 |
|
Déjala, no pases por ella; apártate de
ella, sigue adelante. |
|
16 |
|
Porque no duermen ellos, si no han hecho
mal, y pierden su sueño, si no han hecho caer a alguno. |
|
17 |
|
Porque comen pan de maldad, y beben vino
de violencia. |
|
18 |
|
Mas la senda de los justos es como la
luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto. |
|
19 |
|
El camino de los impíos es como la
oscuridad; no saben en qué tropiezan. |
|
20 |
|
Hijo mío, está atento a mis palabras;
inclina tu oído a mis razones. |
|
21 |
|
No se aparten de tus ojos; guárdalas en
medio de tu corazón. |
|
22 |
|
Porque son vida a los que las hallan, y
medicina a todo su cuerpo. |
|
23 |
|
Sobre toda cosa guardada guarda tu
corazón; porque de él mana la vida. |
|
24 |
|
Aparta de ti la perversidad de la boca,
y aleja de ti los labios inicuos. |
|
25 |
|
Tus ojos miren lo recto, y tus párpados
vean derecho delante de ti. |
|
26 |
|
Examina la senda de tus pies, y todos
tus caminos sean ordenados. |
|
27 |
|
No te apartes a derecha, ni a izquierda;
aparta tu pie del mal. |
|
Proverbios 5 |
|
|
1 |
|
Hijo mío, está atento a mi sabiduría, y
a mi inteligencia inclina tu oído; |
|
2 |
|
para que guardes consejo, y tus labios
conserven el conocimiento. |
|
3 |
|
Porque los labios de la extraña destilan
miel, y su paladar es más blando que el aceite; |
|
4 |
|
pero su fin es amargo como el ajenjo,
agudo como espada de dos filos. |
|
5 |
|
Sus pies descienden a la muerte; sus
pasos conducen al infierno. |
|
6 |
|
Sus caminos son inestables; no los
conocerás, si no considerares el camino de vida. |
|
7 |
|
Ahora pues, hijos, oídme, y no os
apartéis de las razones de mi boca. |
|
8 |
|
Aleja de ella tu camino, y no te
acerques a la puerta de su casa; |
|
9 |
|
para que no des a los extraños tu honor,
y tus años al cruel; |
|
10 |
|
para que los extraños no se sacien de tu
fuerza, y tus trabajos estén en casa del extraño; |
|
11 |
|
y gimas en tus postrimerías, cuando se
consumiere tu carne y tu cuerpo, |
|
12 |
|
y digas: ¡Cómo aborrecí el consejo, y mi
corazón menospreció la reprensión; |
|
13 |
|
y no oí la voz de los que me instruían,
y a los que me enseñaban no incliné mi oído! |
|
14 |
|
Casi en todo mal he estado, en medio de
la sociedad y de la congregación. |
|
15 |
|
Bebe el agua de tu cisterna, y los
raudales de tu propio pozo. |
|
16 |
|
¿Se han de derramar afuera tus fuentes,
y tus corrientes de aguas por las calles? |
|
17 |
|
Sean para ti solo, y no para los
extraños contigo. |
|
18 |
|
Sea bendito tu manantial; y alégrate con
la esposa de tu juventud. |
|
19 |
|
Como cierva amada y graciosa gacela, sus
pechos te satisfagan en todo tiempo; y en su amor recréate siempre. |
|
20 |
|
¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con
la mujer ajena, y abrazarás el seno de la extraña? |
|
21 |
|
Pues que los caminos del hombre están
ante los ojos de Jehová, y Él considera todas sus veredas. |
|
22 |
|
Prenderán al impío sus propias
iniquidades, y detenido será con las cuerdas de su pecado; |
|
23 |
|
él morirá por falta de corrección; y
errará por la grandeza de su locura. |
|
Proverbios 6 |
|
|
1 |
|
Hijo mío, si salieres fiador por tu
amigo, si estrechaste tu mano por el extraño, |
|
2 |
|
enlazado eres con las palabras de tu
boca, y preso con las razones de tu boca. |
|
3 |
|
Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate, ya
que has caído en la mano de tu prójimo; ve, humíllate, y asegúrate de tu
amigo. |
|
4 |
|
No des sueño a tus ojos, ni a tus
párpados adormecimiento. |
|
5 |
|
Escápate como el corzo de la mano del
cazador, y como el ave de la mano del parancero. |
|
6 |
|
Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus
caminos, y sé sabio; |
|
7 |
|
la cual no teniendo capitán, ni
gobernador, ni señor, |
|
8 |
|
prepara en el verano su comida y recoge
en el tiempo de la siega su mantenimiento. |
|
9 |
|
Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo
te levantarás de tu sueño? |
|
10 |
|
Un poco de sueño, un poco de dormitar, y
cruzar por un poco las manos para reposo: |
|
11 |
|
Así vendrá tu necesidad como caminante,
y tu pobreza como hombre armado. |
|
12 |
|
El hombre malo, el hombre depravado,
anda con perversidad de boca; |
|
13 |
|
Guiña con sus ojos, habla con sus pies,
hace señas con sus dedos; |
|
14 |
|
Perversidades hay en su corazón,
continuamente trama el mal, y siembra discordia. |
|
15 |
|
Por tanto su calamidad vendrá de repente;
súbitamente será quebrantado, y no habrá remedio. |
|
16 |
|
Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete
abomina su alma: |
|
17 |
|
Los ojos altivos, la lengua mentirosa,
las manos derramadoras de sangre inocente, |
|
18 |
|
el corazón que maquina pensamientos
inicuos, los pies presurosos para correr al mal, |
|
19 |
|
el testigo falso que habla mentiras, y
el que siembra discordia entre los hermanos. |
|
20 |
|
Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu
padre, y no dejes la ley de tu madre: |
|
21 |
|
Átalos siempre en tu corazón, enlázalos
a tu cuello. |
|
22 |
|
Te guiarán cuando anduvieres; cuando
durmieres, te guardarán; hablarán contigo cuando despertares. |
|
23 |
|
Porque el mandamiento es antorcha, y la
enseñanza es luz; y camino de vida las reprensiones de la instrucción; |
|
24 |
|
para que te guarden de la mala mujer, de
la blandura de la lengua de la mujer extraña. |
|
25 |
|
No codicies su hermosura en tu corazón,
ni ella te prenda con sus ojos; |
|
26 |
|
porque a causa de la mujer ramera el
hombre es reducido a un bocado de pan; y la mujer adúltera caza la
preciosa alma del varón. |
|
27 |
|
¿Tomará el hombre fuego en su seno, sin
que su vestidura se queme? |
|
28 |
|
¿Andará el hombre sobre brasas, sin que
se quemen sus pies? |
|
29 |
|
Así el que entrare a la esposa de su
prójimo; no será sin culpa cualquiera que la tocare. |
|
30 |
|
No tienen en poco al ladrón, aunque
hurte para saciar su alma cuando tiene hambre; |
|
31 |
|
pero si es sorprendido, pagará siete
tantos, y dará toda la sustancia de su casa. |
|
32 |
|
Mas el que comete adulterio con la mujer,
es falto de entendimiento; corrompe su alma el que tal hace. |
|
33 |
|
Plaga y vergüenza hallará; y su afrenta
nunca será borrada. |
|
34 |
|
Porque los celos son el furor del
hombre, y no perdonará en el día de la venganza. |
|
35 |
|
No aceptará ninguna restitución; ni
querrá perdonar, aunque multipliques los dones. |
|
Proverbios 7 |
|
|
1 |
|
Hijo mío, guarda mis razones, y atesora
contigo mis mandamientos. |
|
2 |
|
Guarda mis mandamientos, y vivirás, y mi
ley como las niñas de tus ojos. |
|
3 |
|
Lígalos a tus dedos; escríbelos en la
tabla de tu corazón. |
|
4 |
|
Di a la sabiduría: Tú eres mi hermana; y
a la inteligencia llama parienta; |
|
5 |
|
para que te guarden de la mujer ajena, y
de la extraña que ablanda sus palabras. |
|
6 |
|
Porque mirando yo por la ventana de mi
casa, por mi celosía, |
|
7 |
|
vi entre los simples, consideré entre
los jóvenes, a un joven falto de entendimiento, |
|
8 |
|
el cual pasaba por la calle, junto a la
esquina de aquella, e iba camino de su casa, |
|
9 |
|
Al atardecer, ya que anochecía, en la
oscuridad y tinieblas de la noche. |
|
10 |
|
Y he aquí, una mujer le sale al
encuentro, con atavío de ramera y astuta de corazón, |
|
11 |
|
alborotadora y rencillosa, sus pies no
pueden estar en casa; |
|
12 |
|
unas veces está afuera, otras veces en
las plazas, acechando por todas las esquinas. |
|
13 |
|
Y trabó de él, y lo besó; y con descaro
le dijo: |
|
14 |
|
Sacrificios de paz había prometido; hoy
he pagado mis votos; |
|
15 |
|
por tanto, he salido a encontrarte,
buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado. |
|
16 |
|
Con adornos he ataviado mi cama,
recamados con cordoncillo de Egipto. |
|
17 |
|
He perfumado mi cámara con mirra, áloes
y canela. |
|
18 |
|
Ven, embriaguémonos de amores hasta la
mañana; alegrémonos en amores. |
|
19 |
|
Porque mi marido no está en casa, se ha
ido a un largo viaje; |
|
20 |
|
la bolsa de dinero llevó en su mano; el
día señalado volverá a su casa. |
|
21 |
|
Lo rindió con sus muchas palabras suaves,
lo sedujo con la zalamería de sus labios. |
|
22 |
|
Se fue en pos de ella luego, como va el
buey al degolladero, o como el necio a las prisiones para ser castigado; |
|
23 |
|
como el ave que se apresura a la red, y
no sabe que es contra su vida, hasta que la saeta traspasa su hígado. |
|
24 |
|
Ahora pues, hijos, oídme, y estad
atentos a las palabras de mi boca. |
|
25 |
|
No se aparte tu corazón a sus caminos;
no yerres en sus veredas. |
|
26 |
|
Porque a muchos ha hecho caer heridos; y
aun los hombres más fuertes han sido muertos por ella. |
|
27 |
|
Camino al infierno es su casa, que
desciende a las cámaras de la muerte. |
|
Proverbios 8 |
|
|
1 |
|
¿No clama la sabiduría, y da su voz la
inteligencia? |
|
2 |
|
Está en las alturas junto al camino, a
las encrucijadas de las veredas se pone de pie; |
|
3 |
|
En el lugar de las puertas, a la entrada
de la ciudad, a la entrada de las puertas da voces: |
|
4 |
|
Oh hombres, a vosotros clamo; y mi voz
se dirige a los hijos de los hombres. |
|
5 |
|
Entended, simples, discreción; y
vosotros, necios, entrad en cordura. |
|
6 |
|
Oíd, porque hablaré cosas excelentes; y
abriré mis labios para cosas rectas. |
|
7 |
|
Porque mi boca hablará verdad, y la
impiedad abominan mis labios. |
|
8 |
|
En justicia son todas las razones de mi
boca; no hay en ellas cosa perversa ni torcida. |
|
9 |
|
Todas ellas son rectas al que entiende,
y razonables a los que han hallado sabiduría. |
|
10 |
|
Recibid mi enseñanza, y no plata; y
entendimiento antes que el oro escogido. |
|
11 |
|
Porque mejor es la sabiduría que las
piedras preciosas; y todas las cosas que se pueden desear, no son de
comparar con ella. |
|
12 |
|
Yo, la sabiduría, habito con la
prudencia, y hallo el conocimiento en los consejos. |
|
13 |
|
El temor de Jehová es aborrecer el mal;
la soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa aborrezco. |
|
14 |
|
Conmigo está el consejo y la sana
sabiduría; yo soy la inteligencia; mía es la fortaleza. |
|
15 |
|
Por mí reinan los reyes, y los príncipes
determinan justicia. |
|
16 |
|
Por mí dominan los príncipes, y todos
los gobernadores juzgan la tierra. |
|
17 |
|
Yo amo a los que me aman; y me hallan
los que temprano me buscan. |
|
18 |
|
Las riquezas y la honra están conmigo;
riquezas duraderas, y justicia. |
|
19 |
|
Mejor es mi fruto que el oro, y que el
oro refinado; y mi rédito mejor que la plata escogida. |
|
20 |
|
Por vereda de justicia guiaré, por en
medio de sendas de juicio; |
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21 |
|
Para hacer que los que me aman, hereden
hacienda, y yo llenaré sus tesoros. |
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22 |
|
Jehová me poseía en el principio de su
camino, ya de antiguo, antes de sus obras. |
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23 |
|
Desde la eternidad tuve el principado,
desde el principio, antes de la tierra. |
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24 |
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Antes de los abismos fui engendrada;
antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas. |
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25 |
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Antes que los montes fuesen fundados,
antes de los collados, era yo engendrada: |
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26 |
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No había aún hecho la tierra, ni los
campos, ni el principio del polvo del mundo. |
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27 |
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Cuando formó los cielos, allí estaba yo;
cuando trazó un círculo sobre la faz del abismo; |
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28 |
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cuando estableció los cielos arriba,
cuando afirmó las fuentes del abismo; |
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29 |
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cuando al mar puso sus límites, para que
las aguas no pasasen su mandamiento; cuando estableció los fundamentos
de la tierra; |
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30 |
|
Yo estaba con Él, ordenándolo todo; y
era su delicia de día en día, regocijándome delante de Él en todo tiempo; |
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31 |
|
regocijándome en la parte habitable de
su tierra; teniendo mis delicias con los hijos de los hombres. |
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32 |
|
Ahora pues, hijos, oídme; y
bienaventurados los que guardaren mis caminos. |
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33 |
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Atended el consejo, y sed sabios, y no
lo menospreciéis. |
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34 |
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Bienaventurado el hombre que me oye,
velando a mis puertas cada día, aguardando a los umbrales de mis puertas. |
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35 |
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Porque el que me hallare, hallará la
vida, y alcanzará el favor de Jehová. |
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36 |
|
Mas el que peca contra mí, defrauda su
alma: Todos los que me aborrecen, aman la muerte. |
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Proverbios 9 |
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1 |
|
La sabiduría edificó su casa, labró sus
siete columnas; |
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2 |
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mató sus víctimas, mezcló su vino, y
puso su mesa. |
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3 |
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Envió sus criadas; sobre lo más alto de
la ciudad clamó: |
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4 |
|
Quien sea simple, venga acá. A los
faltos de cordura dice: |
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5 |
|
Venid, comed mi pan, y bebed del vino
que yo he mezclado. |
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6 |
|
Dejad las simplezas, y vivid; y andad
por el camino de la inteligencia. |
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7 |
|
El que corrige al escarnecedor, se
acarrea afrenta: El que reprende al impío, se atrae mancha. |
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8 |
|
No reprendas al escarnecedor, para que
no te aborrezca; corrige al sabio, y te amará. |
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9 |
|
Da consejo al sabio, y será más sabio;
enseña al justo, y aumentará su saber. |
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10 |
|
El principio de la sabiduría es el temor
de Jehová; y el conocimiento del Santo es la inteligencia. |
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11 |
|
Porque por mí se aumentarán tus días, y
años de vida se te añadirán. |
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12 |
|
Si fueres sabio, para ti lo serás; mas
si fueres escarnecedor, pagarás tú solo. |
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13 |
|
La mujer insensata es alborotadora; es
simple e ignorante. |
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14 |
|
Se sienta en una silla a la puerta de su
casa, en los lugares altos de la ciudad, |
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15 |
|
para llamar a los que pasan por el
camino, que van por sus caminos derechos. |
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16 |
|
Dice al que es simple: Ven acá. A los
faltos de cordura, dice: |
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17 |
|
Las aguas hurtadas son dulces, y el pan
comido en oculto es sabroso. |
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18 |
|
Y no saben que allí están los muertos;
que sus convidados están en lo profundo del infierno. |
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Proverbios 10 |
|
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1 |
|
Los proverbios de Salomón. El hijo sabio
alegra al padre; pero el hijo necio es tristeza de su madre. |
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2 |
|
Los tesoros de maldad no serán de
provecho; mas la justicia libra de muerte. |
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3 |
|
Jehová no dejará padecer hambre al alma
del justo; mas arrojará la sustancia de los impíos. |
|
4 |
|
La mano negligente hace pobre; mas la
mano de los diligentes enriquece. |
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5 |
|
El que recoge en el estío es hombre
entendido; el que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza. |
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6 |
|
Bendiciones sobre la cabeza del justo;
pero violencia cubrirá la boca de los impíos. |
|
7 |
|
La memoria del justo será bendita; mas
el nombre de los impíos se pudrirá. |
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8 |
|
El sabio de corazón recibirá los
mandamientos; mas el necio de labios caerá. |
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9 |
|
El que camina en integridad, anda
confiado; mas el que pervierte sus caminos, será descubierto. |
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10 |
|
El que guiña el ojo acarrea tristeza; y
el necio de labios será castigado. |
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11 |
|
Manantial de vida es la boca del justo;
pero violencia cubrirá la boca de los impíos. |
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12 |
|
El odio despierta rencillas; pero el
amor cubrirá todas las faltas. |
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13 |
|
En los labios del prudente se halla
sabiduría; mas la vara es para la espalda del falto de entendimiento. |
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14 |
|
Los sabios atesoran la sabiduría; mas la
boca del necio es calamidad cercana. |
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15 |
|
Las riquezas del rico son su ciudad
fuerte; y la ruina de los pobres es su pobreza. |
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16 |
|
La obra del justo es para vida; mas el
fruto del impío es para pecado. |
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17 |
|
Camino a la vida es guardar la
instrucción; pero el que rechaza la reprensión, yerra. |
|
18 |
|
El que encubre el odio es de labios
mentirosos; y el que propaga calumnia es necio. |
|
19 |
|
En las muchas palabras no falta pecado;
mas el que refrena sus labios es prudente. |
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20 |
|
Plata escogida es la lengua del justo;
mas el entendimiento de los impíos es como nada. |
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21 |
|
Los labios del justo alimentan a muchos;
mas los necios mueren por falta de entendimiento. |
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22 |
|
La bendición de Jehová es la que
enriquece, y no añade tristeza con ella. |
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23 |
|
Hacer maldad es como diversión al
insensato; pero el hombre entendido tiene sabiduría. |
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24 |
|
Lo que el impío teme, eso le vendrá; mas
a los justos les será dado lo que desean. |
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25 |
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Como pasa el torbellino, así el malo no
permanece; mas el justo permanece para siempre. |
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26 |
|
Como el vinagre a los dientes, y como el
humo a los ojos, así es el perezoso a los que lo envían. |
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27 |
|
El temor de Jehová aumentará los días;
pero los años de los impíos serán acortados. |
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28 |
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La esperanza de los justos es alegría;
mas la esperanza de los impíos perecerá. |
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29 |
|
El camino de Jehová es fortaleza al
íntegro; pero es destrucción a los que hacen iniquidad. |
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30 |
|
El justo jamás será removido; mas los
impíos no habitarán la tierra. |
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31 |
|
La boca del justo producirá sabiduría;
mas la lengua perversa será cortada. |
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32 |
|
Los labios del justo saben lo que agrada;
mas la boca de los impíos habla perversidades. |