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Romanos 1 |
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1 |
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Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a
ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, |
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2 |
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que Él había prometido antes por sus
profetas en las Santas Escrituras, |
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3 |
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tocante a su Hijo Jesucristo, nuestro
Señor, que fue hecho de la simiente de David según la carne, |
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4 |
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y que fue declarado ser el Hijo de Dios
con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre
los muertos, |
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5 |
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por quien recibimos la gracia y el
apostolado, para obediencia de la fe en todas las naciones, por su
nombre; |
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6 |
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entre los cuales estáis también vosotros,
los llamados de Jesucristo. |
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7 |
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A todos los que estáis en Roma, amados
de Dios, llamados a ser santos. Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro
Padre y del Señor Jesucristo. |
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8 |
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Primeramente doy gracias a mi Dios
mediante Jesucristo acerca de todos vosotros, de que en todo el mundo se
habla de vuestra fe. |
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9 |
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Porque testigo me es Dios, al cual sirvo
en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, que sin cesar hago mención de
vosotros siempre en mis oraciones, |
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10 |
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rogando que de alguna manera ahora al
fin, por la voluntad de Dios, haya de tener próspero viaje para ir a
vosotros. |
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11 |
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Porque deseo veros, para impartiros
algún don espiritual, para que seáis afirmados, |
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12 |
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esto es, para que sea yo confortado
juntamente con vosotros por la fe mutua, mía y vuestra. |
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13 |
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Mas no quiero, hermanos, que ignoréis
que muchas veces me he propuesto ir a vosotros ( pero hasta ahora he
sido estorbado ) para tener también entre vosotros algún fruto, como
entre los otros gentiles. |
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14 |
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A griegos y a bárbaros; a sabios y a no
sabios soy deudor. |
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15 |
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Así que, en cuanto a mí, presto estoy a
predicar el evangelio también a vosotros que estáis en Roma. |
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16 |
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Porque no me avergüenzo del evangelio de
Cristo; porque es el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree;
al judío primeramente, y también al griego. |
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17 |
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Porque en él la justicia de Dios es
revelada de fe en fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá. |
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18 |
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Porque la ira de Dios se revela desde el
cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que con
injusticia detienen la verdad; |
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19 |
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porque lo que de Dios se conoce les es
manifiesto; porque Dios se lo manifestó. |
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20 |
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Porque las cosas invisibles de Él, su
eterno poder y Divinidad, son claramente visibles desde la creación del
mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas; así que no tienen
excusa. |
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21 |
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Porque habiendo conocido a Dios, no le
glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias; antes se envanecieron en
sus discursos, y su necio corazón fue entenebrecido. |
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22 |
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Profesando ser sabios, se hicieron
necios, |
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23 |
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y cambiaron la gloria del Dios
incorruptible, en semejanza de imagen de hombre corruptible, y de aves,
y de cuadrúpedos, y de reptiles. |
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24 |
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Por lo cual también Dios los entregó a
la inmundicia, a las concupiscencias de sus corazones, a que deshonrasen
entre sí sus propios cuerpos, |
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25 |
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ya que cambiaron la verdad de Dios por
la mentira, adorando y sirviendo a las criaturas antes que al Creador,
el cual es bendito por siempre. Amén. |
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26 |
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Por esto Dios los entregó a pasiones
vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es
contra naturaleza; |
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27 |
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y así también los hombres, dejando el
uso natural de la mujer, se encendieron en sus concupiscencias los unos
con los otros, cometiendo cosas nefandas hombres con hombres, recibiendo
en sí mismos la recompensa que convino a su extravío. |
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28 |
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Y como no les pareció retener a Dios en
su conocimiento, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer lo
que no conviene; |
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29 |
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estando atestados de toda iniquidad, de
fornicación, de malicia, de avaricia, de maldad; llenos de envidias, de
homicidios, de contiendas, de engaños, de malignidades; |
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30 |
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murmuradores, detractores, aborrecedores
de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males,
desobedientes a los padres; |
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31 |
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necios, desleales, sin afecto natural,
implacables, sin misericordia; |
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32 |
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quienes conociendo el juicio de Dios,
que los que hacen tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen,
sino que aun consienten a los que las hacen. |
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Romanos 2 |
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1 |
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Por lo cual eres inexcusable, oh hombre,
quienquiera que seas tú que juzgas; porque en lo que juzgas a otro, te
condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. |
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2 |
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Mas sabemos que el juicio de Dios contra
los que hacen tales cosas es según verdad. |
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3 |
|
¿Y piensas esto, oh hombre, que juzgas a
los que hacen tales cosas y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio
de Dios? |
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4 |
|
¿O menosprecias las riquezas de su
benignidad, y paciencia y longanimidad, ignorando que la bondad de Dios
te guía al arrepentimiento? |
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5 |
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Mas por tu dureza, y tu corazón no
arrepentido, atesoras ira para ti mismo, para el día de la ira y de la
manifestación del justo juicio de Dios; |
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6 |
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El cual pagará a cada uno conforme a sus
obras: |
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7 |
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A los que, perseverando en bien hacer,
buscan gloria y honra e inmortalidad, vida eterna. |
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8 |
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Pero indignación e ira, a los que son
contenciosos y no obedecen a la verdad, antes obedecen a la injusticia. |
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9 |
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Tribulación y angustia sobre todo ser
humano que hace lo malo, el judío primeramente, y también el griego. |
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10 |
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Pero gloria y honra y paz a todo el que
hace lo bueno, al judío primeramente, y también al griego. |
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11 |
|
Porque no hay acepción de personas para
con Dios. |
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12 |
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Porque todos los que sin ley pecaron,
sin ley también perecerán, y todos los que en la ley pecaron, por la ley
serán juzgados. |
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13 |
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Porque no son los oidores de la ley los
justos para con Dios, mas los hacedores de la ley serán justificados. |
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14 |
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Porque cuando los gentiles que no tienen
ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, no teniendo ley,
son ley a sí mismos, |
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15 |
|
mostrando ellos, la obra de la ley
escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia y sus
pensamientos, acusándose o aun excusándose unos a otros, |
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16 |
|
en el día en que Dios juzgará por
Jesucristo, los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio. |
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17 |
|
He aquí, tú tienes el sobrenombre de
judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en Dios, |
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18 |
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y conoces su voluntad, y apruebas lo
mejor; siendo instruido por la ley; |
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19 |
|
y confías en que eres guía de los ciegos,
luz de los que están en tinieblas, |
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20 |
|
instructor de los ignorantes, maestro de
niños, que tienes la forma del conocimiento, y de la verdad en la ley. |
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21 |
|
Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te
enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas? |
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22 |
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Tú que dices que no se ha de adulterar,
¿adulteras? Tú que abominas a los ídolos, ¿cometes sacrilegio? |
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23 |
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Tú que te jactas de la ley, al infringir
la ley, ¿deshonras a Dios? |
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24 |
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Porque el nombre de Dios es blasfemado
entre los gentiles por causa de vosotros, como está escrito. |
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25 |
|
Porque la circuncisión ciertamente
aprovecha si guardares la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu
circuncisión es hecha incircuncisión. |
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26 |
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De manera que, si el incircunciso
guardare la justicia de la ley, ¿no será su incircuncisión contada como
circuncisión? |
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27 |
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Así que, el que es incircunciso por
naturaleza, si cumpliere la ley, ¿no te juzgará a ti que con la letra y
la circuncisión eres transgresor de la ley? |
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28 |
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Porque no es judío el que lo es por
fuera; ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; |
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29 |
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sino que es judío el que lo es en el
interior; y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra;
cuya alabanza no es de los hombres, sino de Dios. |
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Romanos 3 |
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1 |
|
¿Qué ventaja, pues, tiene el judío? ¿O
de qué aprovecha la circuncisión? |
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2 |
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Mucho, en todas maneras. Primero, porque
ciertamente a ellos les ha sido confiada la palabra de Dios. |
|
3 |
|
¿Y qué si algunos de ellos no han creído?
¿La incredulidad de ellos hará nula la fe de Dios? |
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4 |
|
¡En ninguna manera¡ Antes sea Dios veraz,
y todo hombre mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en
tus palabras, y venzas cuando fueres juzgado. |
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5 |
|
Y si nuestra injusticia encarece la
justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será Dios injusto que da castigo? (
Hablo como hombre. ) |
|
6 |
|
¡En ninguna manera! De otro modo, ¿cómo
juzgaría Dios al mundo? |
|
7 |
|
Pero si por mi mentira la verdad de Dios
abundó para su gloria, ¿por qué aún soy juzgado como pecador? |
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8 |
|
¿Y por qué no decir ( como somos
difamados, y algunos afirman que decimos ): Hagamos males para que
vengan bienes? La condenación de los cuales es justa. |
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9 |
|
¿Qué, pues? ¿Somos mejores que ellos? En
ninguna manera; porque ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos
están bajo pecado. |
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10 |
|
Como está escrito: No hay justo, ni aun
uno. |
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11 |
|
No hay quien entienda, no hay quien
busque a Dios. |
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12 |
|
Todos se desviaron del camino, a una se
hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. |
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13 |
|
Sepulcro abierto es su garganta; con su
lengua engañan, veneno de áspides hay debajo de sus labios; |
|
14 |
|
cuya boca está llena de maldición y de
amargura; |
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15 |
|
sus pies, prestos para derramar sangre; |
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16 |
|
destrucción y miseria hay en sus caminos; |
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17 |
|
y camino de paz no han conocido. |
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18 |
|
No hay temor de Dios delante de sus ojos. |
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19 |
|
Pero sabemos que todo lo que la ley
dice, a los que están bajo la ley lo dice; para que toda boca se tape, y
todo el mundo sea hallado culpable delante de Dios. |
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20 |
|
Por tanto, por las obras de la ley
ninguna carne será justificada delante de Él; porque por la ley es el
conocimiento del pecado. |
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21 |
|
Mas ahora, aparte de la ley, la justicia
de Dios es manifestada, siendo testificada por la ley y los profetas; |
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22 |
|
la justicia de Dios que es por la fe de
Jesucristo para todos, y sobre todos los que creen; porque no hay
diferencia; |
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23 |
|
por cuanto todos pecaron, y están
destituidos de la gloria de Dios; |
|
24 |
|
siendo justificados gratuitamente por su
gracia mediante la redención que es en Cristo Jesús; |
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25 |
|
a quien Dios ha puesto en propiciación
por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia por la
remisión de los pecados pasados, en la paciencia de Dios, |
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26 |
|
para manifestar su justicia en este
tiempo; para que Él sea justo, y el que justifica al que cree en Jesús. |
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27 |
|
¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda
excluida. ¿Por cuál ley? ¿De las obras? No, sino por la ley de la fe. |
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28 |
|
Concluimos, pues, que el hombre es
justificado por fe sin las obras de la ley. |
|
29 |
|
¿Es Dios solamente Dios de los judíos?
¿No lo es también de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. |
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30 |
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Porque uno es Dios, el cual justificará
por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe, a los de la
incircuncisión. |
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31 |
|
¿Entonces invalidamos la ley por la fe?
¡En ninguna manera! Antes confirmamos la ley. |
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Romanos 4 |
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1 |
|
¿Qué, pues, diremos que halló Abraham,
nuestro padre según la carne? |
|
2 |
|
Porque si Abraham fue justificado por
las obras, tiene de qué gloriarse; pero no delante de Dios. |
|
3 |
|
Porque ¿qué dice la Escritura? Y creyó
Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. |
|
4 |
|
Pero al que obra no se le cuenta el
salario como gracia, sino como deuda. |
|
5 |
|
Mas al que no obra, pero cree en Aquél
que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. |
|
6 |
|
Como David también describe la
bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin las obras, |
|
7 |
|
diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas
iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. |
|
8 |
|
Bienaventurado el varón al cual el Señor
no imputará pecado. |
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9 |
|
¿Es, pues, esta bienaventuranza
solamente para los de la circuncisión, o también para los de la
incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por
justicia. |
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10 |
|
¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando él
en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino
en la incircuncisión. |
|
11 |
|
Y recibió la señal de la circuncisión,
el sello de la justicia de la fe que tuvo siendo aún incircunciso; para
que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados; a fin de que
también a ellos les sea imputada la justicia; |
|
12 |
|
y padre de la circuncisión, a los que
son, no sólo de la circuncisión sino que también siguen las pisadas de
la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado. |
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13 |
|
Porque la promesa de que él sería
heredero del mundo, no fue dada a Abraham o a su simiente por la ley,
sino por la justicia de la fe. |
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14 |
|
Porque si los que son de la ley son los
herederos, vana es la fe, y anulada es la promesa. |
|
15 |
|
Porque la ley produce ira; pero donde no
hay ley, tampoco hay transgresión. |
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16 |
|
Por tanto, es por la fe, para que sea
por gracia; a fin de que la promesa sea firme a toda simiente; no sólo
al que es de la ley, sino también al que es de la fe de Abraham; el cual
es padre de todos nosotros |
|
17 |
|
( como está escrito: Padre de muchas
naciones, te he hecho ) delante de Dios, a quien creyó; el cual da vida
a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. |
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18 |
|
El cual creyó en esperanza contra
esperanza, para venir a ser padre de muchas naciones, conforme a lo que
le había sido dicho: Así será tu simiente. |
|
19 |
|
Y no se debilitó en la fe, ni consideró
su cuerpo ya muerto ( siendo ya como de cien años ), ni la matriz muerta
de Sara. |
|
20 |
|
Tampoco dudó, por incredulidad, de la
promesa de Dios, sino que fue fortalecido en fe, dando gloria a Dios, |
|
21 |
|
plenamente convencido que todo lo que Él
había prometido, era también poderoso para hacerlo; |
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22 |
|
por lo cual también le fue imputado por
justicia. |
|
23 |
|
Y que le fue imputado, no fue escrito
solamente por causa de él, |
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24 |
|
sino también por nosotros, a quienes
será imputado, esto es, a los que creemos en el que levantó de los
muertos a Jesús nuestro Señor; |
|
25 |
|
el cual fue entregado por nuestras
transgresiones, y resucitado para nuestra justificación. |
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Romanos 5 |
|
|
1 |
|
Justificados, pues, por la fe, tenemos
paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, |
|
2 |
|
por quien también tenemos entrada por la
fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la
esperanza de la gloria de Dios. |
|
3 |
|
Y no sólo esto, sino que también nos
gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce
paciencia; |
|
4 |
|
y la paciencia, prueba; y la prueba,
esperanza; |
|
5 |
|
y la esperanza no avergüenza; porque el
amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu
Santo que nos es dado. |
|
6 |
|
Porque Cristo, cuando aún éramos débiles,
a su tiempo murió por los impíos. |
|
7 |
|
Porque apenas morirá alguno por un justo;
con todo pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. |
|
8 |
|
Mas Dios encarece su amor para con
nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. |
|
9 |
|
Luego mucho más ahora, justificados en
su sangre, por Él seremos salvos de la ira. |
|
10 |
|
Porque si siendo enemigos, fuimos
reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo; mucho más, estando
reconciliados, seremos salvos por su vida. |
|
11 |
|
Y no sólo esto, sino que también nos
gloriamos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos recibido
ahora la reconciliación. |
|
12 |
|
Por tanto, como el pecado entró en el
mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a
todos los hombres, por cuanto todos pecaron. |
|
13 |
|
Porque antes de la ley, el pecado estaba
en el mundo; pero no se imputa pecado no habiendo ley. |
|
14 |
|
No obstante, reinó la muerte desde Adán
hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión
de Adán; el cual es figura del que había de venir. |
|
15 |
|
Así también fue el don, mas no como el
pecado. Porque si por el pecado de uno muchos murieron, mucho más la
gracia de Dios abundó para muchos, y el don de gracia por un hombre,
Jesucristo. |
|
16 |
|
Y el don, no fue como por uno que pecó;
porque ciertamente el juicio vino por uno para condenación, mas el don
es de muchos pecados para justificación. |
|
17 |
|
Porque si por un pecado reinó la muerte,
por uno; mucho más los que reciben la gracia abundante y el don de la
justicia reinarán en vida por uno, Jesucristo. |
|
18 |
|
Así que, como por el pecado de uno vino
la condenación a todos los hombres, así también, por la justicia de uno,
vino la gracia a todos los hombres para justificación de vida. |
|
19 |
|
Porque como por la desobediencia de un
hombre muchos fueron constituidos pecadores, así también por la
obediencia de uno, muchos serán constituidos justos. |
|
20 |
|
Y la ley entró para que el pecado
abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; |
|
21 |
|
para que así como el pecado reinó para
muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna,
por Jesucristo, nuestro Señor. |
|
Romanos 6 |
|
|
1 |
|
¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en
el pecado para que la gracia abunde? |
|
2 |
|
¡En ninguna manera! Porque los que somos
muertos al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? |
|
3 |
|
¿O no sabéis que todos los que hemos
sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? |
|
4 |
|
Porque somos sepultados con Él en la
muerte por el bautismo; para que como Cristo resucitó de los muertos por
la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida. |
|
5 |
|
Porque si fuimos plantados juntamente
con Él en la semejanza de su muerte, también lo seremos en la de su
resurrección; |
|
6 |
|
sabiendo esto, que nuestro viejo hombre
fue crucificado con Él, para que el cuerpo de pecado sea destruido, a
fin de que no sirvamos más al pecado. |
|
7 |
|
Porque el que ha muerto, libre es del
pecado. |
|
8 |
|
Y si morimos con Cristo, creemos que
también viviremos con Él; |
|
9 |
|
sabiendo que Cristo, habiendo resucitado
de los muertos, ya no muere; la muerte ya no tiene dominio sobre Él. |
|
10 |
|
Porque en cuanto murió, al pecado murió
una vez; pero en cuanto vive, para Dios vive. |
|
11 |
|
Así consideraos también vosotros,
muertos en verdad al pecado, pero vivos para Dios por Jesucristo nuestro
Señor. |
|
12 |
|
No reine, pues, el pecado en vuestro
cuerpo mortal, para que le obedezcáis en sus concupiscencias; |
|
13 |
|
ni tampoco presentéis vuestros miembros
al pecado como instrumentos de iniquidad; sino presentaos vosotros
mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a
Dios como instrumentos de justicia. |
|
14 |
|
Porque el pecado no se enseñoreará de
vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. |
|
15 |
|
¿Qué, pues? ¿Pecaremos porque no estamos
bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡En ninguna manera! |
|
16 |
|
¿No sabéis que si os sometéis a alguien
como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel al que obedecéis;
ya sea del pecado para muerte, o de la obediencia para justicia? |
|
17 |
|
Mas a Dios gracias, que aunque fuisteis
esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de
doctrina a la cual fuisteis entregados; |
|
18 |
|
y libertados del pecado, viniste a ser
siervos de la justicia. |
|
19 |
|
Hablo humanamente, por causa de la
debilidad de vuestra carne; que así como presentasteis vuestros miembros
como siervos a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora presentéis
vuestros miembros como siervos a la justicia y a la santidad. |
|
20 |
|
Porque cuando erais esclavos del pecado,
libres erais de la justicia. |
|
21 |
|
¿Qué fruto teníais entonces en aquellas
cosas de las que ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. |
|
22 |
|
Mas ahora, libertados del pecado, y
hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santidad, y por fin
la vida eterna. |
|
23 |
|
Porque la paga del pecado es muerte; mas
el don de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. |
|
Romanos 7 |
|
|
1 |
|
¿O ignorais hermanos ( pues hablo a
aquellos que conocen la ley ), que la ley se enseñorea del hombre entre
tanto que éste vive? |
|
2 |
|
Porque la mujer que tiene marido está
ligada por la ley a su marido mientras él vive; mas si el marido muere,
ella queda libre de la ley del marido. |
|
3 |
|
Así que, si viviendo su marido, se
casare con otro hombre, será llamada adúltera; mas si muriere su marido,
ella queda libre de la ley, y si se casa con otro hombre no será
adúltera. |
|
4 |
|
Así también vosotros mis hermanos, sois
muertos a la ley por el cuerpo de Cristo; para que seáis de otro, de
Aquél que resucitó de entre los muertos, a fin de que llevemos fruto
para Dios. |
|
5 |
|
Porque mientras estábamos en la carne,
la influencia del pecado, que era por la ley, obraba en nuestros
miembros llevando fruto para muerte; |
|
6 |
|
mas ahora libres somos de la ley,
habiendo muerto a lo que nos tenía sujetos, para que sirvamos en novedad
de espíritu, y no en lo antiguo de la letra. |
|
7 |
|
¿Qué diremos entonces? ¿Es pecado la ley?
¡En ninguna manera! Al contrario, yo no hubiera conocido el pecado a no
ser por la ley: Porque no conociera la codicia si la ley no dijera: No
codiciarás. |
|
8 |
|
Pero el pecado, tomando ocasión por el
mandamiento, produjo en mí toda codicia, porque sin la ley el pecado
estaba muerto. |
|
9 |
|
Y antes yo vivía sin ley, pero cuando
vino el mandamiento, el pecado revivió y yo morí. |
|
10 |
|
Y el mandamiento que era para vida, yo
encontré que era para muerte. |
|
11 |
|
Porque el pecado, tomando ocasión por el
mandamiento, me engañó, y por él me mató. |
|
12 |
|
De manera que la ley a la verdad es
santa, y el mandamiento es santo, y justo, y bueno. |
|
13 |
|
¿Entonces lo que es bueno, vino a ser
muerte para mí? ¡En ninguna manera! Pero el pecado, para mostrarse
pecado, obró muerte en mí por lo que es bueno, a fin de que por el
mandamiento, el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso. |
|
14 |
|
Porque sabemos que la ley es espiritual;
pero yo soy carnal, vendido bajo pecado. |
|
15 |
|
Porque lo que hago, no lo entiendo, pues
no hago lo que quiero; sino lo que aborrezco, aquello hago. |
|
16 |
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Y si lo que no quiero, esto hago,
apruebo que la ley es buena. |
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17 |
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De manera que ya no soy yo quien lo hace,
sino el pecado que mora en mí. |
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18 |
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Y yo sé que en mí ( esto es en mi carne
) no mora el bien; porque en mí está el querer, mas no el hacer. |
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19 |
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Porque no hago el bien que quiero; sino
el mal que no quiero, éste hago. |
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20 |
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Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo
quien lo hace, sino el pecado que mora en mí. |
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21 |
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Hallo, pues, esta ley, que cuando quiero
hacer el bien, el mal está en mí. |
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22 |
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Porque según el hombre interior, me
deleito en la ley de Dios; |
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23 |
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mas veo otra ley en mis miembros, que se
rebela contra la ley de mi mente, y me lleva cautivo a la ley del pecado
que está en mis miembros. |
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24 |
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¡Miserable hombre de mí! ¿Quién me
librará de este cuerpo de muerte? |
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25 |
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Gracias doy a Dios por Jesucristo
nuestro Señor: Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios;
mas con la carne a la ley del pecado. |
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Romanos 8 |
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1 |
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Ahora, pues, ninguna condenación hay
para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la
carne, sino conforme al Espíritu. |
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2 |
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Porque la ley del Espíritu de vida en
Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. |
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3 |
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Porque lo que era imposible para la ley,
por cuanto era débil por la carne, Dios enviando a su Hijo en semejanza
de carne de pecado, y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; |
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4 |
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para que la justicia de la ley fuese
cumplida en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme
al Espíritu. |
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5 |
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Porque los que son de la carne, en las
cosas de la carne piensan; pero los que son del Espíritu, en las cosas
del Espíritu. |
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6 |
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Porque el ocuparse de la carne es muerte,
mas el ocuparse del espíritu, es vida y paz. |
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7 |
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Porque la mente carnal es enemistad
contra Dios; porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede. |
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8 |
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Así que, los que están en la carne no
pueden agradar a Dios. |
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9 |
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Mas vosotros no estáis en la carne, sino
en el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si
alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de Él. |
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10 |
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Y si Cristo está en vosotros, el cuerpo
a la verdad está muerto a causa del pecado; pero el Espíritu vive a
causa de la justicia. |
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11 |
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Y si el Espíritu de Aquél que levantó de
los muertos a Jesús mora en vosotros; el que levantó a Cristo de entre
los muertos, vivificará también vuestros cuerpos mortales por su
Espíritu que mora en vosotros. |
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12 |
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Así que hermanos, deudores somos, no a
la carne para que vivamos conforme a la carne. |
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13 |
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Porque si vivís conforme a la carne,
moriréis, mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne,
viviréis. |
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14 |
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Porque todos los que son guiados por el
Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios. |
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15 |
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Porque no habéis recibido el espíritu de
servidumbre para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el
Espíritu de adopción, por el cual clamamos: Abba Padre. |
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16 |
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El Espíritu mismo da testimonio a
nuestro espíritu que somos hijos de Dios. |
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17 |
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Y si hijos, también herederos; herederos
de Dios, y coherederos con Cristo; si es que padecemos juntamente con
Él, para que juntamente con Él seamos también glorificados. |
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18 |
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Porque tengo por cierto que las
aflicciones del tiempo presente no son dignas de comparar con la gloria
que en nosotros ha de ser manifestada. |
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19 |
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Porque el anhelo ardiente de las
criaturas, espera la manifestación de los hijos de Dios. |
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20 |
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Porque las criaturas fueron sujetas a
vanidad, no voluntariamente sino por causa de aquel que las sujetó en
esperanza, |
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21 |
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porque las mismas criaturas serán
libradas de la servidumbre de corrupción, en la libertad gloriosa de los
hijos de Dios. |
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22 |
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Porque sabemos que toda la creación gime
a una, y está en dolores de parto hasta ahora; |
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23 |
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y no sólo ella, sino que también
nosotros que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también
gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, esto es, la
redención de nuestro cuerpo. |
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24 |
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Porque en esperanza somos salvos; mas la
esperanza que se ve no es esperanza, porque lo que uno ve ¿por qué
esperarlo aún? |
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25 |
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Mas si lo que no vemos esperamos, con
paciencia lo esperamos. |
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26 |
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Y asimismo también el Espíritu ayuda en
nuestra flaqueza; porque qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos;
mas el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no se
pueden expresar. |
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27 |
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Y el que escudriña los corazones sabe
cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios
intercede por los santos. |
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28 |
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Y sabemos que todas las cosas ayudan a
bien, a los que aman a Dios, a los que conforme a su propósito son
llamados. |
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29 |
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Porque a los que antes conoció, también
los predestinó para que fuesen conforme a la imagen de su Hijo, para que
Él sea el primogénito entre muchos hermanos. |
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30 |
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Y a los que predestinó, a éstos también
llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que
justificó, a éstos también glorificó. |
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31 |
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¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios por
nosotros, ¿quién contra nosotros? |
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32 |
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El que no escatimó ni a su propio Hijo,
sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con Él
todas las cosas? |
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33 |
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¿Quién acusará a los escogidos de Dios?
Dios es el que justifica. |
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34 |
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¿Quién es el que condenará? Cristo es el
que murió, y más aun, el que también resucitó, el que además está a la
diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. |
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35 |
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¿Quién nos separará del amor de Cristo?
¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro,
o espada? |
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36 |
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Como está escrito: Por causa de ti somos
muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero. |
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37 |
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Antes, en todas estas cosas somos más
que vencedores por medio de Aquél que nos amó. |
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38 |
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Por lo cual estoy seguro que ni la
muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo
presente, ni lo por venir, |
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39 |
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ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna
otra criatura nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús
Señor nuestro. |