Salmos 11-20


 
Salmos 11
 
  1   «Al Músico principal: Salmo de David» En Jehová he confiado; ¿Cómo decís a mi alma: Escapa al monte cual ave?
  2   Porque he aquí, los malos tensan el arco, preparan sus saetas sobre la cuerda, para asaetear en oculto a los rectos de corazón.
  3   Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué podrá hacer el justo?
  4   Jehová está en su santo templo: El trono de Jehová está en el cielo: Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.
  5   Jehová prueba al justo; pero al malo y al que ama la violencia, su alma aborrece.
  6   Sobre los malos lloverá lazos; fuego, azufre y terrible tempestad; ésta será la porción del cáliz de ellos.
  7   Porque el justo Jehová ama la justicia; el hombre recto mirará su rostro.

 
Salmos 12
 
  1   «Al Músico principal: sobre Seminit: Salmo de David» Salva, oh Jehová, porque se acabaron los piadosos; porque han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres.
  2   Mentira habla cada uno con su prójimo; Hablan con labios lisonjeros y con doblez de corazón.
  3   Destruirá Jehová todos los labios lisonjeros, la lengua que habla soberbias,
  4   que dijeron: Por nuestra lengua prevaleceremos; nuestros labios son nuestros; ¿quién es señor sobre nosotros?
  5   Por la opresión de los pobres, por el gemido de los necesitados, ahora me levantaré, dice Jehová; los pondré a salvo del que contra ellos se engríe.
  6   Las palabras de Jehová son palabras puras; como plata refinada en horno de tierra, purificada siete veces.
  7   Tú, Jehová, las guardarás; las preservarás de esta generación para siempre.
  8   Asediando andan los malos, cuando son exaltados los más viles de los hijos de los hombres.

 
Salmos 13
 
  1   «Al Músico principal: Salmo de David» ¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?
  2   ¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, con ansiedad en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?
  3   Mira, óyeme, Jehová Dios mío; alumbra mis ojos, para que no duerma en muerte;
  4   para que no diga mi enemigo: Lo he vencido: Mis enemigos se alegrarán, si yo resbalare;
  5   mas yo en tu misericordia he confiado; se alegrará mi corazón en tu salvación.
  6   Cantaré a Jehová, porque me ha hecho bien.

 
Salmos 14
 
  1   «Al Músico principal: Salmo de David» Dijo el necio en su corazón: No hay Dios. Se corrompieron, hicieron obras abominables; no hay quien haga el bien.
  2   Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido, que buscara a Dios.
  3   Todos se desviaron, a una se han corrompido; no hay quien haga el bien, no hay ni siquiera uno.
  4   ¿No tendrán conocimiento todos los obradores de iniquidad, que devoran a mi pueblo como si comiesen pan, y a Jehová no invocan?
  5   Allí temblaron de espanto; porque Dios está con la generación de los justos.
  6   El consejo del pobre habéis escarnecido, pero Jehová es su refugio.
  7   ¡Oh que de Sión viniese la salvación de Israel! Cuando Jehová hiciere volver a los cautivos de su pueblo, se gozará Jacob, y se alegrará Israel.

 
Salmos 15
 
  1   «Salmo de David» Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién residirá en tu santo monte?
  2   El que anda en integridad y obra justicia, y habla verdad en su corazón.
  3   El que no calumnia con su lengua, ni hace mal a su prójimo, ni admite reproche contra su prójimo
  4   Aquel a cuyos ojos es menospreciado el vil; mas honra a los que temen a Jehová; el que aun jurando en daño suyo, no cambia;
  5   quien su dinero no dio a usura, ni contra el inocente tomó cohecho. El que hace estas cosas, jamás será removido.

 
Salmos 16
 
  1   «Mictam de David» Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado.
  2   Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; mi bien a ti no aprovecha;
  3   sino a los santos que están en la tierra, y a los íntegros, en quienes está toda mi complacencia.
  4   Se multiplicarán los dolores de aquellos que sirven diligentes a otro dios. No ofreceré yo sus libaciones de sangre, ni en mis labios tomaré sus nombres.
  5   Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa. Tú sustentas mi suerte.
  6   Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, y es hermosa la heredad que me ha tocado.
  7   Bendeciré a Jehová que me aconseja; aun en las noches me enseñan mis riñones.
  8   A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra no seré conmovido.
  9   Por tanto, mi corazón se alegra, y se goza mi gloria; también mi carne reposará segura.
  10   Porque no dejarás mi alma en el infierno; ni permitirás que tu Santo vea corrupción.
  11   Me mostrarás la senda de la vida: Plenitud de gozo hay en tu presencia; delicias en tu diestra para siempre.

 
Salmos 17
 
  1   «Oración de David» Oye, oh Jehová, justicia; está atento a mi clamor; escucha mi oración hecha de labios sin engaño.
  2   De delante de tu rostro salga mi juicio; vean tus ojos la rectitud.
  3   Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; me has puesto a prueba, y nada hallaste; me he propuesto que mi boca no ha de propasarse.
  4   En cuanto a las obras de los hombres, por la palabra de tus labios yo me he guardado de las sendas de los violentos.
  5   Sustenta mis pasos en tus caminos, para que mis pies no resbalen.
  6   Yo te he invocado, porque tú me oirás, oh Dios: Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.
  7   Muestra tus maravillosas misericordias, tú que con tu diestra salvas a los que en ti confían de los que se levantan contra ellos.
  8   Guárdame como a la niña de tu ojo, escóndeme bajo la sombra de tus alas,
  9   de la vista de los malos que me oprimen, de mis enemigos mortales que me rodean.
  10   Encerrados están con su grosura; con su boca hablan soberbiamente.
  11   Ahora han cercado nuestros pasos; tienen puestos sus ojos para echarnos por tierra.
  12   Como el león que desea hacer presa, y como el leoncillo acechando en su escondite.
  13   Levántate, oh Jehová; sal a su encuentro, póstrale; libra mi alma del malo con tu espada;
  14   De los hombres con tu mano, oh Jehová, de los hombres del mundo, que tienen su porción en esta vida, y cuyo vientre llenas de tu tesoro; sacian a sus hijos, y dejan el resto a sus pequeños.
  15   En cuanto a mí, yo en justicia veré tu rostro; quedaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.

 
Salmos 18
 
  1   «Al Músico principal: Salmo de David, siervo de Jehová, el cual dijo a Jehová las palabras de este cántico el día que le libró Jehová de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. Entonces dijo: » Te amaré, oh Jehová, fortaleza mía.
  2   Jehová es mi Roca, mi castillo y mi libertador; mi Dios, mi fortaleza, en Él confiaré; mi escudo, el cuerno de mi salvación, y mi refugio.
  3   Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos.
  4   Me rodearon los dolores de la muerte, y torrentes de hombres perversos me atemorizaron.
  5   Dolores del infierno me rodearon, me previnieron lazos de muerte.
  6   En mi angustia invoqué a Jehová, y clamé a mi Dios: Él oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó delante de Él, a sus oídos.
  7   La tierra se estremeció y tembló; se conmovieron los cimientos de los montes, y se estremecieron, porque se indignó Él.
  8   Humo subió de su nariz, y de su boca fuego consumidor; carbones fueron por Él encendidos.
  9   Inclinó los cielos, y descendió; y densa oscuridad había debajo de sus pies.
  10   Y cabalgó sobre un querubín, y voló: Voló sobre las alas del viento.
  11   Hizo de las tinieblas su escondedero, su pabellón en derredor de sí; oscuridad de aguas, nubes de los cielos.
  12   Por el resplandor de su presencia, sus nubes pasaron; granizo y carbones encendidos.
  13   Y tronó en los cielos Jehová, y el Altísimo dio su voz; granizo y carbones encendidos.
  14   Envió sus saetas, y los dispersó; lanzó relámpagos, y los destruyó.
  15   Entonces aparecieron los senderos de las aguas, y se descubrieron los cimientos del mundo, a tu reprensión, oh Jehová, por el soplo del aliento de tu nariz.
  16   Envió desde lo alto; me tomó, me sacó de las muchas aguas.
  17   Me libró de mi poderoso enemigo, y de los que me aborrecían, pues ellos eran más fuertes que yo.
  18   Me asaltaron en el día de mi quebranto; pero Jehová fue mi apoyo.
  19   Él me sacó a lugar espacioso; me libró, porque se agradó de mí.
  20   Jehová me pagó conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.
  21   Porque yo he guardado los caminos de Jehová, y no me aparté impíamente de mi Dios.
  22   Pues todos sus juicios estuvieron delante de mí, y no eché de mí sus estatutos.
  23   Y fui íntegro para con Él, y me guardé de mi maldad.
  24   Por tanto Jehová me pagó conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos delante de sus ojos.
  25   Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, y recto para con el hombre íntegro.
  26   Limpio te mostrarás para con el limpio, y severo serás para con el perverso.
  27   Y tú salvarás al pueblo afligido, y humillarás los ojos altivos.
  28   Tú, pues, encenderás mi lámpara: Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas.
  29   Pues por ti he desbaratado ejércitos; y por mi Dios he saltado sobre muros.
  30   En cuanto a Dios, perfecto es su camino: La palabra de Jehová es acrisolada: Es escudo a todos los que en Él esperan.
  31   Porque ¿quién es Dios fuera de Jehová? ¿Y qué roca hay aparte de nuestro Dios?
  32   Dios es el que me ciñe de poder, y hace perfecto mi camino;
  33   quien hace mis pies como de ciervas, y me hace estar firme sobre mis alturas;
  34   Él adiestra mis manos para la batalla, y el arco de bronce será quebrado por mis brazos.
  35   Me diste asimismo el escudo de tu salvación, y tu diestra me sustentó, y tu benignidad me ha engrandecido.
  36   Ensanchaste mis pasos debajo de mí, para que mis pies no resbalasen.
  37   Perseguí a mis enemigos, y los alcancé, y no volví hasta acabarlos.
  38   Los herí, de modo que no pudieron levantarse; cayeron debajo de mis pies.
  39   Pues me ceñiste de fuerza para la pelea; has sometido bajo mis pies a los que se levantaron contra mí.
  40   Y me has dado la cerviz de mis enemigos, para que yo destruya a los que me aborrecen.
  41   Clamaron, y no hubo quien los salvase; aun a Jehová, pero Él no les respondió.
  42   Y los molí como polvo delante del viento; los eché fuera como lodo de las calles.
  43   Me libraste de las contiendas del pueblo; me pusiste por cabeza de gentes; pueblo que yo no conocía, me servirá.
  44   Así que hubieren oído de mí, me obedecerán; los hijos de extraños se someterán a mí;
  45   Los extraños se debilitarán, saldrán temblando de sus escondrijos.
  46   Viva Jehová, y bendita sea mi Roca; y enaltecido sea el Dios de mi salvación:
  47   Es Dios quién por mí cobra venganza, y sujeta pueblos debajo de mí.
  48   El que me libra de mis enemigos: Tú me enalteciste sobre los que se levantan contra mí; me has librado del hombre violento.
  49   Por tanto yo te confesaré entre las gentes, oh Jehová, y cantaré salmos a tu nombre.
  50   Grandes triunfos da a su rey, y hace misericordia a su ungido, a David y a su simiente, para siempre.

 
Salmos 19
 
  1   «Al Músico principal: Salmo de David» Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
  2   Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría.
  3   No hay habla, ni lenguaje, donde su voz no sea oída.
  4   Por toda la tierra salió su hilo, y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol.
  5   Y éste, como un novio que sale de su tálamo, se alegra cual gigante para correr el camino.
  6   De un extremo de los cielos es su salida, y su giro hasta el término de ellos; y nada hay que se esconda de su calor.
  7   La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová, es fiel, que hace sabio al sencillo.
  8   Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; el precepto de Jehová, es puro, que alumbra los ojos.
  9   El temor de Jehová, es limpio, que permanece para siempre; los juicios de Jehová son verdad, todos justos.
  10   Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulces más que la miel, y la que destila del panal.
  11   Tu siervo es además amonestado con ellos; en guardarlos hay grande galardón.
  12   ¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos.
  13   Detén asimismo a tu siervo de pecados de soberbia; que no se enseñoreen de mí: Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran transgresión.
  14   Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, Roca mía, y Redentor mío.

 
Salmos 20
 
  1   «Al Músico principal: Salmo de David» Jehová te oiga en el día de la angustia; El nombre del Dios de Jacob te defienda.
  2   Te envíe ayuda desde el santuario, y desde Sión te sostenga.
  3   Haga memoria de todas tus ofrendas, y acepte tu holocausto. ( Selah )
  4   Te dé conforme al deseo de tu corazón, y cumpla todo tu consejo.
  5   Nosotros nos alegraremos en tu salvación, y alzaremos pendón en el nombre de nuestro Dios; conceda Jehová todas tus peticiones.
  6   Ahora entiendo que Jehová guarda a su ungido; lo oirá desde su santo cielo, con la fuerza salvadora de su diestra.
  7   Éstos confían en carros, y aquéllos en caballos; mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria.
  8   Ellos se doblegaron y cayeron; mas nosotros nos levantamos, y estamos en pie.
  9   Salva, Jehová; que el Rey nos oiga el día que lo invoquemos.

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