Salmos 61-70


 
Salmos 61
 
  1   «Al Músico principal: sobre Neginot: Salmo de David» Oye, oh Dios, mi clamor; atiende mi oración.
  2   Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare: Llévame a la peña más alta que yo.
  3   Porque tú has sido mi refugio, y torre fuerte delante del enemigo.
  4   Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre; estaré seguro bajo el abrigo de tus alas. ( Selah )
  5   Porque tú, oh Dios, has oído mis votos, has dado heredad a los que temen tu nombre.
  6   Días sobre días añadirás al rey; sus años serán como generación y generación.
  7   Estará para siempre delante de Dios: Misericordia y verdad prepara para que lo guarden.
  8   Así cantaré salmos a tu nombre para siempre, pagando mis votos cada día.

 
Salmos 62
 
  1   «Al Músico principal: A Jedutún: Salmo de David» En Dios solamente está acallada mi alma; de Él viene mi salvación.
  2   Sólo Él es mi Roca, y mi salvación; es mi refugio, no resbalaré mucho.
  3   ¿Hasta cuándo maquinaréis contra un hombre? Pereceréis todos vosotros, caeréis como pared desplomada, como cerca derribada.
  4   Solamente consultan de cómo arrojarle de su grandeza; aman la mentira, con su boca bendicen, pero maldicen en sus entrañas. ( Selah )
  5   Alma mía, espera solamente en Dios; porque en Él está mi esperanza.
  6   Sólo Él es mi Roca y mi salvación. Él es mi refugio, no seré movido.
  7   En Dios está mi salvación y mi gloria; en Dios está la roca de mi fortaleza, y mi refugio.
  8   Esperad en Él en todo tiempo, oh pueblos; derramad delante de Él vuestro corazón: Dios es nuestro refugio. ( Selah )
  9   Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hombres de renombre; pesándolos a todos juntos en la balanza, pesarán menos que la vanidad.
  10   No confiéis en la violencia, ni en la rapiña; no os envanezcáis; si se aumentaren las riquezas, no pongáis el corazón en ellas.
  11   Una vez habló Dios; dos veces he oído esto; que de Dios es el poder.
  12   Y de ti, oh Señor, es la misericordia; porque tú pagas a cada uno conforme a su obra.

 
Salmos 63
 
  1   «Salmo de David, estando en el desierto de Judá» Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde agua no hay;
  2   para ver tu poder y tu gloria, así como te he mirado en el santuario.
  3   Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán.
  4   Así te bendeciré en mi vida; en tu nombre alzaré mis manos.
  5   Como de meollo y de grosura será saciada mi alma; y con labios de júbilo te alabará mi boca,
  6   cuando me acuerdo de ti en mi lecho, y medito en ti en las vigilias de la noche.
  7   Porque has sido mi socorro; y así en la sombra de tus alas me regocijaré.
  8   Está mi alma apegada a ti; tu diestra me ha sostenido.
  9   Mas los que para destrucción buscan mi alma, caerán en los sitios más bajos de la tierra.
  10   Caerán a filo de espada; serán la porción de las zorras.
  11   Pero el rey se alegrará en Dios; será alabado cualquiera que por Él jura; porque la boca de los que hablan mentira, será cerrada.

 
Salmos 64
 
  1   «Al Músico principal: Salmo de David» Escucha, oh Dios, mi voz en mi oración; guarda mi vida del miedo del enemigo.
  2   Escóndeme del consejo secreto de los malignos; de la conspiración de los obradores de iniquidad;
  3   que afilan su lengua como espada, y estiran su arco para lanzar saetas, aun palabras amargas;
  4   para asaetear a escondidas al íntegro; de repente tiran contra él, y no temen.
  5   Obstinados en su inicuo designio, tratan de esconder los lazos, y dicen: ¿Quién los ha de ver?
  6   Inquieren iniquidades, hacen una investigación exacta; y el íntimo pensamiento de cada uno de ellos, así como el corazón, es profundo.
  7   Mas Dios los herirá con saeta; de repente serán heridos.
  8   Y harán caer sobre sí sus mismas lenguas; se espantarán todos los que los vieren.
  9   Y temerán todos los hombres, y anunciarán la obra de Dios, y entenderán su hecho.
  10   Se alegrará el justo en Jehová, y confiará en Él; y se gloriarán todos los rectos de corazón.

 
Salmos 65
 
  1   «Al Músico principal: Salmo: Cántico de David» A ti es plácida la alabanza en Sión, oh Dios; y a ti se pagarán los votos.
  2   Tú oyes la oración; a ti vendrá toda carne.
  3   Iniquidades prevalecen contra mí; mas tú perdonarás nuestras transgresiones.
  4   Bienaventurado el que tú escogieres, e hicieres acercarse a ti, para que habite en tus atrios. Seremos saciados del bien de tu casa, de tu santo templo.
  5   Con tremendas cosas, en justicia, nos responderás tú, oh Dios de nuestra salvación, esperanza de todos los términos de la tierra, y de los más remotos confines del mar.
  6   Tú, el que afirma los montes con su poder, ceñido de valentía:
  7   El que calma el estruendo de los mares, el estruendo de sus ondas, y el alboroto de las naciones.
  8   Por tanto, los moradores de los fines de la tierra temen de tus maravillas. Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde.
  9   Visitas la tierra, y la riegas: En gran manera la enriqueces con el río de Dios, lleno de aguas: Preparas el grano de ellos, cuando así la dispones.
  10   Haces que se empapen sus surcos, haces descender sus canales; la ablandas con lluvias, bendices sus renuevos.
  11   Tú coronas el año con tu bondad; y tus nubes destilan grosura.
  12   Destilan sobre los pastizales del desierto; y los collados se ciñen de alegría.
  13   Los prados se visten de rebaños, y los valles se cubren de grano; dan voces de júbilo, y aun cantan.

 
Salmos 66
 
  1   «Al Músico principal: Cántico: Salmo» Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra:
  2   Cantad la gloria de su nombre; haced gloriosa su alabanza.
  3   Decid a Dios: ¡Cuán asombrosas son tus obras! Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus enemigos.
  4   Toda la tierra te adorará, y cantará a ti; cantarán a tu nombre. ( Selah )
  5   Venid, y ved las obras de Dios, temible en sus hechos para con los hijos de los hombres.
  6   Volvió el mar en tierra seca; por el río pasaron a pie; allí en Él nos alegramos.
  7   Él señorea con su poder para siempre; sus ojos atalayan sobre las naciones; los rebeldes no serán exaltados. ( Selah )
  8   Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, y haced oír la voz de su alabanza.
  9   Él es quien preserva nuestra alma en vida, y no permite que nuestros pies resbalen.
  10   Porque tú nos probaste, oh Dios: nos refinaste como se refina la plata.
  11   Nos metiste en la red; pusiste aflicción en nuestros lomos.
  12   Hombres hiciste cabalgar sobre nuestra cabeza; pasamos por el fuego y por las aguas, pero nos sacaste a un lugar de abundancia.
  13   Entraré en tu casa con holocaustos; te pagaré mis votos
  14   que pronunciaron mis labios y habló mi boca, cuando angustiado estaba.
  15   Te ofreceré holocaustos de animales engordados, con perfume de carneros: Sacrificaré bueyes y machos cabríos. ( Selah )
  16   Venid, oíd todos los que teméis a Dios, y contaré lo que Él ha hecho a mi alma.
  17   A Él clamé con mi boca, y exaltado fue con mi lengua.
  18   Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado.
  19   Mas ciertamente me oyó Dios; atendió a la voz de mi súplica.
  20   Bendito sea Dios, que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.

 
Salmos 67
 
  1   «Al Músico principal: sobre Neginot: Salmo: Cántico» Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga; haga resplandecer su rostro sobre nosotros ( Selah );
  2   Para que sea conocido en la tierra tu camino, en todas las naciones tu salvación.
  3   Te alaben los pueblos, oh Dios; todos los pueblos te alaben.
  4   Alégrense y gócense las naciones; porque juzgarás los pueblos con equidad, y pastorearás las naciones en la tierra. ( Selah )
  5   Te alaben los pueblos, oh Dios; todos los pueblos te alaben.
  6   La tierra dará su fruto: Nos bendecirá Dios, el Dios nuestro.
  7   Bendíganos Dios, y témanlo todos los fines de la tierra.

 
Salmos 68
 
  1   «Al Músico principal: Salmo de David: Canción» Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, y huyan de su presencia los que le aborrecen.
  2   Como es lanzado el humo, los lanzarás; como se derrite la cera delante del fuego, así perecerán los impíos delante de Dios.
  3   Mas los justos se alegrarán: se gozarán delante de Dios, y saltarán de alegría.
  4   Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre: Exaltad al que cabalga sobre los cielos; Jehová es su nombre, y alegraos delante de Él.
  5   Padre de huérfanos y defensor de viudas, es Dios en su santa morada:
  6   Dios hace habitar en familia a los solitarios; Él saca a los aprisionados con grillos; mas los rebeldes habitan en tierra seca.
  7   Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo, cuando anduviste por el desierto, ( Selah )
  8   La tierra tembló; también destilaron los cielos a la presencia de Dios; aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel.
  9   Abundante lluvia esparciste, oh Dios, a tu heredad; y cuando se cansó, tú la recreaste.
  10   Los que son de tu grey han morado en ella: Por tu bondad, oh Dios, has provisto al pobre.
  11   El Señor daba palabra: Grande era el ejército de aquellos que la publicaban.
  12   Huyeron, huyeron reyes de ejércitos; y las que se quedaban en casa repartían el despojo.
  13   Bien que fuisteis echados entre los tiestos, seréis como alas de paloma cubiertas de plata, y sus plumas con amarillez de oro.
  14   Cuando el Omnipotente esparció los reyes en ella, se emblanqueció como la nieve en Salmón.
  15   Monte de Dios es el monte de Basán; monte alto el de Basán.
  16   ¿Por qué os levantáis, oh montes altos? Éste es el monte que Dios deseó para su morada; ciertamente Jehová habitará en él para siempre.
  17   Los carros de Dios son veinte mil, y más millares de ángeles. El Señor está entre ellos, como en el Sinaí, así en el santuario.
  18   Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, tomaste dones para los hombres, y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios.
  19   Bendito sea el Señor; cada día nos colma de bendiciones el Dios de nuestra salvación. ( Selah )
  20   El Dios nuestro es el Dios de la salvación; y de Jehová el Señor es el librar de la muerte.
  21   Ciertamente Dios herirá la cabeza de sus enemigos, la testa cabelluda del que camina en sus pecados.
  22   El Señor dijo: De Basán los haré volver, haré volver a mi pueblo de las profundidades del mar:
  23   Porque sumergirás tu pie en la sangre de tus enemigos, y en ella también la lengua de tus perros.
  24   Vieron tus caminos, oh Dios; los caminos de mi Dios, de mi Rey, en el santuario.
  25   Los cantores iban delante, los tañedores detrás; en medio, las doncellas con panderos.
  26   Bendecid a Dios en las congregaciones; al Señor, vosotros de la estirpe de Israel.
  27   Allí estaba el joven Benjamín señoreador de ellos, los príncipes de Judá en su congregación, los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí.
  28   Tu Dios ha ordenado tu fuerza; Confirma, oh Dios, lo que has hecho por nosotros.
  29   Por razón de tu templo en Jerusalén, los reyes te ofrecerán dones.
  30   Reprime la reunión de gentes armadas, la multitud de toros con los becerros de los pueblos, hasta que todos se sometan con sus piezas de plata; esparce a los pueblos que se complacen en la guerra.
  31   Vendrán príncipes de Egipto; Etiopía pronto extenderá sus manos a Dios.
  32   Reinos de la tierra, cantad a Dios, cantad al Señor ( Selah );
  33   Al que cabalga sobre los cielos de los cielos que son desde la antigüedad: He aquí dará su voz, poderosa voz.
  34   Atribuid fortaleza a Dios; sobre Israel es su magnificencia, y su poder está en los cielos.
  35   Terrible eres, oh Dios, desde tus santuarios: El Dios de Israel, Él da fortaleza y vigor a su pueblo. Bendito Dios.

 
Salmos 69
 
  1   «Al Músico principal: sobre Sosanim: Salmo de David» Sálvame, oh Dios, porque las aguas han entrado hasta el alma.
  2   Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo sentar pie; he venido a abismos de aguas, y la corriente me ha anegado.
  3   Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido; han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios.
  4   Más que los cabellos de mi cabeza son los sin causa que me aborrecen; Poderosos son los que quieren destruirme; Sin razón son mis enemigos; he tenido que pagar lo que no he robado.
  5   Dios, tú sabes mi locura; y mis pecados no te son ocultos.
  6   No sean avergonzados por mi causa los que esperan en ti, oh Señor Jehová de los ejércitos; no sean confundidos por causa mía los que te buscan, oh Dios de Israel.
  7   Porque por amor de ti he sufrido afrenta; confusión ha cubierto mi rostro.
  8   He venido a ser extraño a mis hermanos, y extranjero a los hijos de mi madre.
  9   Porque me consumió el celo de tu casa; y las afrentas de los que te injuriaban, han caído sobre mí.
  10   Y lloré afligiendo con ayuno mi alma; y esto me ha sido por afrenta.
  11   Me puse además cilicio por vestidura; y vine a serles por proverbio.
  12   Hablaban contra mí los que se sentaban a la puerta, y vine a ser la canción de los bebederos de vino.
  13   Mas yo a ti elevo mi oración, oh Jehová, en tiempo aceptable; oh Dios, por la multitud de tu misericordia, por la verdad de tu salvación, escúchame.
  14   Sácame del lodo, y no sea yo sumergido; sea yo libertado de los que me aborrecen, y de lo profundo de las aguas.
  15   No me anegue la corriente de las aguas, ni me trague el abismo, ni el pozo cierre sobre mí su boca.
  16   Escúchame, oh Jehová, porque benigna es tu misericordia; mírame conforme a la multitud de tus piedades.
  17   Y no escondas tu rostro de tu siervo; porque estoy angustiado; apresúrate, óyeme.
  18   Acércate a mi alma, redímela. Líbrame a causa de mis enemigos.
  19   Tú sabes mi afrenta, y mi confusión, y mi oprobio; delante de ti están todos mis enemigos.
  20   La afrenta ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado; y esperé quien se compadeciese de mí, y no lo hubo; y consoladores, y ninguno hallé.
  21   Me pusieron además hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre.
  22   Que la mesa delante de ellos se convierta en lazo, y lo que era para su bien les sea tropiezo.
  23   Sean oscurecidos sus ojos para que no vean, y haz vacilar continuamente sus lomos.
  24   Derrama sobre ellos tu ira, y el furor de tu enojo los alcance.
  25   Sea su palacio asolado; en sus tiendas no haya morador.
  26   Porque persiguieron al que tú heriste; y cuentan del dolor de los que tú llagaste.
  27   Pon maldad sobre su maldad, y no entren en tu justicia.
  28   Sean raídos del libro de los vivientes, y no sean escritos con los justos.
  29   Pero yo estoy afligido y quebrantado, tu salvación, oh Dios, me ponga en alto.
  30   Alabaré yo el nombre de Dios con cántico, con acciones de gracias lo exaltaré.
  31   Y esto agradará a Jehová más que sacrificio de buey, o becerro que tiene cuernos y pezuñas.
  32   Los humildes lo verán, y se gozarán. Buscad a Dios, y vivirá vuestro corazón.
  33   Porque Jehová oye a los menesterosos, y no menosprecia a sus prisioneros.
  34   Alábenlo los cielos y la tierra, los mares, y todo lo que se mueve en ellos.
  35   Porque Dios salvará a Sión, y reedificará las ciudades de Judá; y habitarán allí, y la poseerán.
  36   Y la simiente de sus siervos la heredará, y los que aman su nombre habitarán en ella.

 
Salmos 70
 
  1   «Al Músico principal: Salmo de David, para conmemorar» Oh Dios, apresúrate a librarme; apresúrate, oh Dios, a socorrerme.
  2   Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal desean.
  3   Sean vueltos atrás, en pago de su afrenta hecha, los que dicen: ¡Ajá, ajá!
  4   Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan; y digan siempre los que aman tu salvación: Engrandecido sea Dios.
  5   Yo estoy afligido y menesteroso; apresúrate a mí, oh Dios; mi ayuda y mi Libertador eres tú; oh Jehová, no te detengas.

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